
8
― Hablemos de esto Miguel. ─ Decía tranquilo mientras notaba como el mayor negaba con la cabeza, caminaba de un lado al otro antes de detenerse dándole la espalda por un momento.
― Está bien Gabriel, tenemos que trabajar. ─ Su tono aparentaba ser tranquilo, pero su hermano lo conocía demasiado bien y no podía más que sentirse preocupado.
― Miggy, por favor. ─ Insistió, pero fue ignorado por el más alto que tiraba el café a la basura.
El resto del día se la pasó preocupado por su hermano mayor, no le importaba realmente lo que pensara de él, pero si un poco que malinterpretara al castaño. Llevaba al lado de Miguel ya varios años, debido a sus decaídas tuvo que aprender a leerlo por completo, así que estaba seguro cuando el otro no estaba bien o cuando algo o alguien le causaba curiosidad y eso vio en Miguel con Peter.
Pudo ver como Miguel volvía a preocuparse por alguien, quizá no en gran medida, pero lo suficiente como para dejarlo entrar en su hogar, nadie a excepción de él había subido al segundo piso, pero no solo había permitido que Parker subiera, le dejó dormir en su maldita cama. ¿Qué más daba si habían hecho algo o no? Esa un paso enorme para su hermano mayor es por eso que le causó curiosidad el menor, por ello buscó acercarse a él, quizá volverse amigos o algo para que pasara más tiempo en la florería, que ellos pudieran convivir, pero ahora estaba frente al peor escenario; Miguel creyendo que él se había acostado con Peter.
Dirigió la mirada a su hermano que atendía a los clientes de manera amable, mostrando una amable sonrisa, aquello le causaba una gran preocupación. Reconocía las señales, las había estudiado un sinfín de veces, sus ojos ardieron por los que los frotó con sus manos. Tenía que ser fuerte por ambos, debía de cuidar del mayor aún si este no quisiera, no permitiría que lo volviera a intentar, no sabía cómo aún, pero debía buscar la manera de arreglar aquel estúpido malentendido.
Cuando llegó la hora de cerrar Gabriel subió al segundo piso siguiendo a su hermano mayor, estaba tan malditamente cansado entre la resaca, el poco sueño y haber trabajado, aunque tomó algunas cortas siestas en la parte trasera.
― Me quedaré a dormir.
― Mejor ve a casa. ─ Mala señal, pensó preocupado el menor.
― No fue una pregunta. ─ Vio como el otro se detenía para mirarlo molesto antes de caminar hacia él.
― ¿Disculpa?
― Dije que me quedaré, estoy afirmando no preguntando.
― No te quiero aquí hoy, así que vete.
― Oblígame. ─ A pesar de su carácter, Miguel no era genuinamente violento con él, en más de una ocasión discutieron o el menor era golpeado sin fuerza por el mayor, así que no se preocupaba realmente que intentara atacarlo, sin embargo, escupió algo de sangre al suelo mirando a quien le había golpeado.
Peter había ignorado su decepción al concentrarse en sus clases, estuvo bastante tranquilo durante las mismas al no llegar tarde a ninguna, pudo disfrutar del almuerzo con su mejor amigo en el parque mientras charlaban de todo y nada, al terminar las clases le acompañó a su hogar para ayudarle con la tarea y hacer la suya antes de regresar a su hogar, tuvo que darse otra ducha fría para despertar al sentirse tan cansado, no había dormido lo suficiente, pero al fin era viernes, el día siguiente no iría a la universidad así que podría despertar tarde para ir a trabajar en la noche. Con ese descanso como recompensa se animó un poco mientras se cambiaba y peinaba frente el espejo tras ponerse los lentes de contacto.
Como si el universo estuviera en su contra no solo había un gran flujo de clientes debido al día que se trataba, también estaban cortos de personal por lo que tenía que encargarse de acudir a las mesas para tomar los pedidos y regresar a la barra a preparar las bebidas ordenadas antes de entregarlas.
“Solo un par de horas más, solo un par más.” Pensaba cada vez que un cliente pasado de copas intentaba pedir alguna bebida entre balbuceos no pudiendo entenderles del todo. El estrés solo iba en aumento al tener que encargarse de echar incluso a algunos pasados de copas que buscaban problemas, solo deseaba que aquella noche terminara y poder descansar en casa, pero casi como si llamara a la mala suerte un leve tropezón le hizo derramar uno de los tragos antes de poder entregarlo.
― Disculpe, prepararé otro de inmediato. ─ Se apresuró a decir antes de intentar irse, detenido por el agarre en su brazo, miró interrogante a quien le sujetaba y se tensó cuando fue jalado con fuerza cayendo por un momento en el regazo de aquel sujeto antes de levantarse a prisa. ― Por favor no haga tonterías.
― Oye, soy el cliente, así que atiéndeme como es debido y paga por lo que tiraste.
― Eso haré al traerle un trago nuevo.
― Mejor págame con algo más. ─ Dio un respingo cuando su trasero fue golpeado con fuerza por aquel sujeto. Peter quería darle un buen golpe a ese imbécil, pero de hacerlo podría perder su trabajo, así que no tuvo opción más que sonreír forzadamente alejándose a prisa cuando fue soltado.
― Voy un momento atrás. ─ Avisó a Hobie que solo asintió con la cabeza al no percatarse de lo que pasó por las personas que había en lugar.
Parker entró al cuarto de empleados buscando en uno de los casilleros una cajetilla, la tomó junto con un encendedor y salió al callejón para poner un cigarrillo en sus labios y encenderlo dando leves caladas hasta que encendió, fue entonces que aspiró con un poco más de fuerza conteniendo el humo en sus pulmones antes de dejarle libre entre sus labios. Estaba tan molesto que sus manos temblaban, casi deseaba que ese imbécil fuera a ese callejón para desahogarse a gusto. Aún con su apariencia no es que no supiera defenderse, tu tío Ben se encargó que tuviera clases de boxeo cuando estaba vivo y aunque no le gustaba la violencia creía en que debía saber defenderse de quien pudiera hacerle daño a él o a quienes le importaban.
Dio otra calada y como si fuese obra del cielo Peter pudo ver a aquel sujeto saliendo del bar, pasando por enfrente del callejón. Se decía una y otra vez que debía dejarlo pasar, que no le tomara importancia, pero le llamó notando como aquel sujeto a prisa se acercaba balbuceando quien sabe que cosa. Dejó salir el humo por su nariz antes de dejar caer el cigarrillo al suelo para pisarlo.
Parker entró al baño de empleados para lavar sus manos que se encontraban manchadas con sangre que no era suya, suspiró sintiéndose ahora un tanto culpable por dejarse llevar por su enojo, cuando el rojo de sus manos se quitó tomó agua con sus manos para mojar su rostro buscando despejar su mente. Se secó y salió de nuevo al bar para seguir con su trabajo ignorando como sus nudillos palpitaban estando algo hinchados por la reciente pelea.
Suspiró con felicidad cuando cerró las puertas del bar, aún faltaba limpiar, pero no importaba, estaba a minutos de una cita prolongada con su cama y un buen sueño.
― Así que… ─ Se acercó Hobie a él. ― ¿Le diste una buena paliza? ─ Preguntó divertido mientras tomaba las manos de Peter para mirar sus nudillos.
― Solo le di una pequeña lección, espero no ser demandado por eso.
― No te preocupes por eso, si la policía pregunta diré que estuviste a mi lado trabajando toda la noche. ─ Sonrió cuando el otro asintió con la cabeza. ― ¿Y qué pasó con el sujeto de ayer en tu casa?
― No pasó nada, él durmió en mi cama y yo en el sofá. ─ Alejó sus manos del más alto para comenzar a recoger los vasos que habían sido dejados en las mesas, así como algunos en el suelo.
― Que aburrido, esperaba que me dijeras que al fin probaste estar con un hombre.
― Eso no pasará. ─ Al menos no con él, pensó para sí mismo.
― Lo dices tan seguro, ¿Realmente no te da curiosidad? ¿Ni un poco? ─ Cuestionó ayudando a limpiar notando como el otro alzaba los hombros.
― Acostarse con un hombre es algo fuera de discusión, ni siquiera sé si podría ver el pene de otro y no sentir incomodidad o algo.
― Puedo mostrarte el mío y vemos. ─ Peter soltó una carcajada mientras negaba con la cabeza.
― Estás loco, conozco tu reputación.
― Oh vamos, no es tan mala ¿O sí? ─ Preguntó divertido llevando los vasos en unas grandes bandejas de plástico para no dar más de una vuelta.
― Solo diré que no quiero averiguar cuanto de lo que se dice es verdad.
― Que aburrido. ─ Dijo fingiendo molestia antes de reír junto con el castaño.
Cuando al fin terminaron salieron del bar disfrutando de la brisa helada que les hizo tiritar levemente cerrando sus abrigos mientras comenzaban a caminar charlando de todo y nada, desde que Peter había entrado a trabajar en el bar Hobie se volvió su mejor amigo del trabajo, aunque no lograba entender porque siempre le acompañaba a su casa si sabía defenderse solo, pero no diría nada, porque disfrutaba de su compañía.
― Bueno, llegamos. ─ Dijo Brown mientras el castaño ya estaba abriendo la puerta del complejo de apartamentos.
― Si, nos vemos en la noche. ─ Intentó despedirse.
― Eres tan frío como esta noche. ─ Se quejó. ― Invítame a entrar.
― ¿Para qué?
― ¿Cómo que para qué? ¿Por qué me cuestionas cuando al ebrio lo dejaste entrar como si nada?
― Se llama Gabriel y no es un ebrio, si, estaba ebrio esa noche, pero no es que beba todos los días. Supongo. ─ Dijo no muy seguro, ya que no lo conocía lo suficiente.
― Solo digo que no es justo. ─ Avanzó un paso apoyando una de sus manos en el marco de la puerta inclinándose un poco hacía adelante mirando hacia abajo al castaño que era más bajo que él.
― De acuerdo, pasa. ─ Notó como alzó una de sus cejas no muy convencido. ― ¿Quieres pasar Hobie?
― No. ─ Sonrió como si acabara de hacer una travesura y retrocedió. ― Tengo una cita hoy, pero otro día será. ─ Se despidió de quien le reclamaba por la escena que le había hecho en la entrada por nada.