Blue Hyacinth

Spider-Man: Spider-Verse (Sony Animated Movies)
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Blue Hyacinth
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Peter solo buscaba algunas flores para confesarse a su amor de la infancia, pero no esperó encontrar algo más que eso en aquella florería. MiguelxPeter B.
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5

Esa mañana de otoño era cálida, lo suficiente para incomodar al universitario que se removió un poco en la cama. Sentía que comenzaba a sofocarse por el calor en su espalda al estar pegada al pecho de otra persona, asumió que se trataba de su imaginación y lo que estaba detrás suya era una almohada o sus sanabas desordenadas, pero un brazo rodeando su cintura, así como una respiración contra su nuca le hizo abrir los ojos de golpe. Frente a él se encontraba un alto moreno durmiendo cerca de su cuerpo, pero no lo suficiente como para tocarlo, bajo la mirada a su cuerpo notando el brazo que le rodeaba perteneciente a quien estaba detrás suyo. Intentó alejarse, pero obtuvo una queja en balbuceo mientras le apretaba más contra su cuerpo.

 

 

― No te vayas. ─ Dijo aún dormido el menor de los O'Hara escondiendo su rostro en el que pensaba era el cuello de su hermano, quien del otro lado de la cama le respondió mientras pasaba su brazo por encima del castaño al creer se trataba de su hermano.

 

 

No era extraño para ellos abrazarse al dormir de vez en cuando, desde niños tuvieron que compartir habitación y el menor solía tener pesadillas por lo que se aferraba a Miguel antes de quedarse dormido y este solamente correspondía el abrazo o dejaba su mano sobre él para que supiera que estaba ahí hasta que se dormía.

 

 

Peter comenzaba a entrar en pánico al estar atrapado en aquel par de sujetos que eran más altos y grandes que él, así como estaba siendo abrazado por los desconocidos. Intentaba recordar si bebió algo esa noche, si acaso quien le vendió las flores y luego le hizo el favor de dejarle quedarse en su casa esa noche no le había drogado o algo similar, pero sabía que nada había pasado, se había quedado dormido después de llorar un poco más. No sabía si quedarse inmóvil hasta que ese par despertara o si debía decir algo, quizá solo despertar a uno de ellos y así poder alejarse del otro.

 

 

Lo meditó un poco, creyendo que lo mejor sería despertar a quien tenía en frente que solo mantenía su brazo sobre él, no como quien estaba detrás suyo que le rodeaba por completo y hasta subía una de sus piernas sobre las suyas. Dio algunas palmaditas sobre la mano de Miguel quien solo frunció el ceño sin abrir los ojos. Subió su mano para mover el hombro de quien se negaba a despertar.

 

 

― No estés chingando. ─ Se quejó antes alejar su mano del cuerpo del castaño subiéndola tanteando hasta llegar a su cabello tirando con algo de fuerza de este. Fue entonces que Parker se quejó y alertó a ambos que no reconocían esa voz. Los hermanos abrieron los ojos notando al intruso, se bajaron a prisa de la cama poniéndose en guardia contra el que solo sobaba su cabeza por el dolor de aquel tirón de cabello.

 

 

― ¿Cómo entraste aquí? ─ Cuestionó Gabriel mientras tomaba un gancho de ropa apuntándolo contra el que fruncía el ceño al intentar enfocar a quien le hablaba. Sin sus gafas no podría distinguirlos entre ellos a esa distancia.

 

 

― Él me dejó entrar. ─ Señaló hacía la otra mancha borrosa, recordaba la voz del florista que le ayudó esa noche así que, aunque no pudiera ver a quien le interrogaba sabía que no era el mayor.

 

 

― ¿Crees que soy estúpido? Miguel jamás traería a alguien aquí.

 

 

― Espera. ─ El moreno frotó su rostro con una de sus manos, su cerebro comenzaba a funcionar conforme salía del shock inicial y se despertaba. ― Es verdad que yo lo traje. ─ Gabriel miró interrogante a su hermano antes de empujarlo para alejarse de la cama dándole la espalda a quien se bajaba de la cama en busca de sus gafas.

 

 

― ¿Qué te pasa? Entiendo que tengas tus necesidades y me alegra que estés probando, pero ¿Tenían que hacerlo mientras yo dormía? ─ Murmuraba regañando a su hermano mayor.

 

 

― ¿Se supone que te despertara? ─ Cuestionó un tanto fastidiado, era su maldita casa, si él quería dejar a alguien entrar lo haría.

 

 

― Pues no, eso sería demasiado incluso para mí. ─ Negó con la cabeza ante la imagen que se coló a su cabeza sin permiso. Miró hacía atrás para examinar al castaño; era un chico lindo, solo un poco más bajo que él, se veía bastante torpe a decir verdad y más al recordar que se había caído frente a ellos. Regresó su atención a su hermano que se encontraba de brazos cruzados mirándolo un tanto molesto. ― No sabía que esos eran tus gustos. ─ Alzó ambas cejas repetidas veces obteniendo un golpe por parte del mayor que se alejó de él.

 

 

― Ya que estás aquí, ¿Por qué no te quedas a desayunar?

 

 

― No quisiera ser una molestia.

 

 

― Eso lo hubieras pensado anoche, ahora no hay problema. Cocinaré para él de todas formas. Uno más en la mesa no es problema.

 

 

Parker se encontraba bastante confundido en ese momento, hasta que fue a cambiarse de ropa y ponerse las gafas pudo ver la hora y maldita sea era demasiado temprano. Las seis de la mañana, no solía levantarse tan temprano, menos en ese día que normalmente trabajaba, pero por su corazón roto dejó tirado el trabajo. Solo esperaba que no le despidieran. Panqueques, fruta en trozos, miel y un gran vaso con leche fue puesto frente a él por el mayor que no dejaba de hablar con el otro en un idioma que no entendía.

 

 

― Pero no lo entiendo, si no follaron ¿entonces porque lo trajiste? ─ Cuestionó el hermano menor recibiendo una mirada de molestia.

 

 

― ¿Estás pendejo o qué? Lo traje porque no tenía donde quedarse.

 

 

― ¿Tú preocupándote por extraños? ─ Estaba incrédulo ante eso.

 

 

― Lo iba a ignorar, pero fue asaltado en el parque, además, míralo. ─ Lo señaló ignorando como el aludido daba un bocado a su comida mirándole sin entender de lo que hablaban. ― Es como un perro, no podía dejarlo en la calle.

 

 

Gabriel podría seguir discutiendo, pero le creía a su hermano. Tras la muerte de su cuñada no lo vio salir con nadie más, ni siquiera para aventuras de una noche, por eso le sorprendió tanto que hubiera una tercera persona en la cama esa mañana. Su mirada chocó con la avellana del menor, hizo un leve movimiento de cabeza como si le saludara, pero el otro solo desvió la mirada hacía su comida de nuevo.

 

 

― Así que, ¿Cómo se llama nuestro invitado de hoy?

 

 

― Lo siento, no me presenté, mi nombre es Peter B. Parker, muchas gracias por su hospitalidad. ─ Ahora se dirigió al moreno que se había sentado en la mesa también para comer su desayuno. ― Me ayudó mucho señor...

 

 

― Miguel. ─ Peter ya había escuchado su nombre gracias al otro cuando despertaron, pero sentía sería maleducado de su parte simplemente llamarlo por su nombre sin que él mismo se presentara.

 

 

― Yo soy Gabriel. ─ Interrumpió los pensamientos del universitario que se disculpaba por no preguntarle. No pudo evitar alternar su mirada entre ambos que habían comenzado una conversación bastante vaga yendo entre flores y lecciones de vida sobre como sobrellevar el rechazo. ¿Qué mierda había pasado mientras dormía? 

 

 

 

 

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