
𝔘𝔫 𝔡𝔢𝔰𝔭𝔢𝔯𝔱𝔞𝔯... 𝔭𝔢𝔠𝔲𝔩𝔦𝔞𝔯
A la mañana siguiente, la luz del sol entro por las ventanas del Pent-House despertando así a Petra, que, mirando el apartamento a su alrededor con la claridad de la mañana, pudo notar que aquel lugar donde aquellas amables personas le habían permitido pasar la noche estaba sumamente desordenado y sucio.
- Sin duda sería una buena forma de agradecerles el limpiar este lugar... aunque no puedo hacerlo sola. - dice pensativa. - Voy a necesitar una para poder hacerlo. -
La castaña se asoma a la ventana y empieza a entonar una melodía para llamar a los animales de alrededor para pedirles ayuda con la limpieza del lugar. Al llegar estos, Petra los mira con un poco de duda pues no se parecían nada a sus amigos animales, pero no se desanima, sino que guía a aquellas aves coloridas, gatos y perros en las labores domésticas e incluso les pide ayuda para que le guíen en cómo usar los extraños instrumentos de la cocina para hacer el desayuno.
Horas más tarde Miguel empieza a despertarse por unos ruidos que provenían de a fuera de su habitación.
El castaño se va levantando de a poco, hasta que nota que Gabriella no estaba junto a él en la cama; en ese momento sale a prisa del cuarto a buscar a su hija, encontrándose varios animales en su estancia, que al verlo huyen de inmediato.
Sin dudarlo, el de piel morena fue en busca de una escoba a la cocina para echar fuera a cualquier animal que se haya quedado atrás, pero al llegar al comedor ve a su hija lista a para la escuela y desayunando.
- Buenos días, papá. -
Cuando se toma un momento para analizar todo a su alrededor, puede notar que aquellos animales invasores estaban dejando toda su casa... limpia e impecable.
- ¿Qué... qué está pasando mija?.-
- Petra quiso agradecer nuestra hospitalidad limpiando la casa. -
- ¿Y este zoológico? -
- Dijo que estaba demasiado sucio para ella sola así que pidió ayuda a los animalitos. -
- Eso es imposible..-
- Papá, ¿no lo estás viendo acaso? -
- Sí, pero...-
Antes de poder decir algo el ruido de una puerta abriéndose los interrumpe.
- Buenos días, ¿Hay alguien en casa?.-
- ¡Xina! - grita Miguel para llamar a la recién llegada. - ¡Estamos en el comedor! -
Se puede escuchar claramente unos tacones resonar por el suelo hasta el comedor, en el cual aparece en la entrada una mujer de ascendencia asiática contemporánea a Miguel.
- Wow... aquí también todo está limpio. - dice impresionada. - ¿Contrataron un servicio de limpieza? -
- No lo creerías. - le contesta Gabriella. -
-Eh... algo así. - responde Miguel rascándose la nuca. -
- Veo que ya estas arreglada para la escuela Gaby, ¿Lista para irnos? -
- ¡Muy buenos días a todos! - dice una muy alegre Petra. -
La castaña entra a la cocina vistiendo solamente una camisa de Miguel en cima que le quedaba bastante grande.
- ¿Quien... es ella? -
La pelinegra voltea a ver a su novio enojada, buscando una explicación de lo que estaba pasando.
- Mucho gusto, mi nombre es Petra. - se presenta la ojos ámbar con una gran sonrisa-
La mente del moreno estaba trabajando a mil por hora buscando como explicar la situación que no pintaba nada bien para él.
- Y...yo puedo explicarlo Xina. -
- No creo que esto necesite explicación Miguel. -
Xina sale del comedor y camina a paso apresurado a la puerta principal, seguida por el castaño.
- Xina, espera por favor. -
- Mira Miguel, en este momento estoy muy molesta contigo y realmente no quiero hablarte, así que déjame irme y luego hablamos. -
Es lo último que dice antes de salir de aquel apartamento casi tirando la puerta.
- ¡Mierda! - grita Miguel golpeando la puerta. -
El moreno voltea ver con mucho enojo a Petra, pero al ver que ella y Gaby se abrazaban entre sí, mirándolo asustadas por su reacción, toma aire buscando calmarse.
- Yo... iré a cambiarme, estén listas para cuando salga. -
Con eso Miguel camina a su habitación esperando que una larga ducha de agua le aclare sus ideas y lo relaje. Al salir de su habitación, ya bañado y vestido, busca a las chicas para poder irse antes de que se hiciera más tarde.
- ¡Gaby! ¡Petra! - las llama con un grito. -
Ambas chicas llegan con él a la sala. Petra en lugar de la camisa Miguel, ahora usaba un sencillo vestido floreado cuya tela se le hacía extrañamente familiar.
- ¿De dónde sacaste ese vestido? -
- Gaby me dijo que no se vería bien que saliera con tu camisa, por lo que me cosí un vestido. - le dice sonriendo. - ¿Te gusta? -
- ¿Lo cosiste? - pregunta confundido. - ¿Pero de donde sacaste la tela? -
- Yo le di mis cortinas para que lo hiciera papá. -
El castaño solo empieza a contar en voz baja para calmarse mientras las lleva al auto camino a dejar a Gaby a la escuela.
Luego que la menor de los O'Hara se quedara, Miguel conduce a su trabajo.
- Mira, yo realmente ya no puedo seguir ayudándote. - empieza el castaño. - Me has ocasionado un serio problema con mi novia que no sé cómo resolver. -
- ¿Qué problema? -
- Ella piensa que tú y yo pasamos la noche juntos y no sé cómo quitarle esa idea. -
- Que mal...- responde un poco afligida. - Pero demuéstrale que solo tienes ojos para ella. - dice con emoción renovada. - Puedes llevarla a una cena romántica a la luz de las velas y cantarle una serenata expresándole lo que hay dentro de tu corazón. -
El castaño se estaciona en su lugar de siempre en Alchemax y se la queda mirándola incrédulo.
- ¿Qué sucede? ¿Por qué me estas mirando así? -
- Solo quería asegurarme de que no te estabas burlando de mí. -
El de tez morena baja del auto y ayuda a la de ojos ámbar a bajar.
- ¿Por qué me estaría burlando? -
- Solo... no soy muy de dar ese tipo de detalles. -
- Yo creo que solo necesitas un poco de ayuda. - le sonríe con alegría. -
Miguel no puede dejar de verla tan brillante con su sonrisa y contagiarse de ella.
- Tú...-
- ¿Yo? -
- Pareces salida de una caja de regalo... llena de felicitaciones y buenos deseos. -
- Gracias. -
- De nada...-
Luego de eso tanto Miguel como Petra entran a las instalaciones de Alchemax.