
𝕰𝖓 𝖚𝖓 𝖗𝖊𝖎𝖓𝖔 𝖒𝖚𝖞 𝖑𝖊𝖏𝖆𝖓𝖔... 𝖑𝖑𝖆𝖒𝖆𝖉𝖔 𝕹𝖄...
A la Iglesia, donde el príncipe Harry esperaba a Petra, entran los animales de la castaña en busca del prometido de su amiga.
- ¡Ey! ¡príncipe tonto! - grita Hobat volando sobre el príncipe. -
- ¿Qué fue lo que dijiste?. - mira con enojo al murciélago -
- D...dijo príncipe venga pronto...- dice nervioso Miawles. - ¡Se trata de Petra! -
- ¿Que sucede con mi amada? ¿Porque está tardando tanto?.-
- ¡Petra ha caído en el pozo de afuera! - dice asustado Ravitt. -
Al oír eso, Harry corre lejos de la iglesia para ir al lugar donde había desaparecido su amada. Ahí encuentra a su padre y a su consejero mirando el pozo.
- Padre, ¿Sabes que ha pasado con mi amada Petra? -
- ¡Oh, hijo! -dice en tono lamentable. - La pobre joven estaba tan nerviosa y emocionada que la traje aquí para tranquilizarse, no sé en qué momento resbalo en el pozo. -
- ¡No queda más... Iré a rescatarla! -
Y sin esperar más, Harry se lanza al pozo acompañado de los amigo animales de Petra.
- Y... ¿ahora que majestad? -
El rey estaba rojo de la ira y lanza un grito de frustración que se oye por todo el reino.
- Tu y el hechicero Beck tendrá que asegurarse que mi estúpido hijo vuelva al reino solo. -
- ¿Y si encuentra a la muchacha? -
- Deberán asegurarse de que ella no regrese. - dice tajante. -
_Mientras tanto, en un reino muy... pero muy lejano_
En una gran sala de reuniones de una prestigiosa compañía de desarrollo científico y tecnológico, se encontraba discutiendo todos los jefes de los diferentes departamentos de dicha compañía. Miguel O'Hara, jefe del departamento de genética, estaba sentado tratando de mantener la compostura y no insultarlos a todos en su lengua materna.
Cuando el científico mira el reloj de muñeca se da cuenta de que ya se había hecho muy tarde, por lo que sin esperar más se fue de la reunión ignorando las peleas de sus colegas.
- Discuten todos como un matrimonio que no ha tenido sexo hace meses. -
Dice una voz que proviene del reloj de Miguel.
- Estoy seguro de que no te programe para que hagas ese tipo de comentarios Layla. -
- Soy una inteligencia artificial Miguel, tengo machine learning ¿recuerdas? -
Emerge un holograma del reloj del castaño.
- Puedo aprender de forma automática lo que sea, si me quedara con lo que tú me enseñas..-
- No serias tan fastidiosa. -
- Qué malo, no sé cómo Xina te aguanta. -
- Porque somos dos personas racionales que tienen pensamientos y metas parecidas. -
- ¡Uy! Cuidado eres muy romántico. - dice con sarcasmo. -
- Ya deja de molestarme. - suelta un bufido. - Mejor dime cual es la ruta más rápida para ir por Gaby. -
- ¿Cómo se dice?.-
- Para hoy Layla. -
Luego de una tediosa discusión con su asistente virtual, el genetista llegar a tiempo para retirar a su pequeña de sus clases de football; una vez en el auto ambos conversan un poco.
- ¿Cómo estuvo practica hoy? -
- ¡Fue divertido! - responde Gabrielle con una gran sonrisa. - Hoy aprendí a hacer el giro Cruyff, ¡Y me salió al primer intento!
Su sonrisa hizo que el mayor también sonriera.
- Eso es genial. - dice el de ojos rojizos. - ¿Sabes? Xina me llamo cuando salí del trabajo, ¿Qué te parecería tener una mañana de chicas con ella?
-Papá...- llama la morena a su padre. - ¿Realmente te casaras con Xina? -
- Si Gaby.... yo pronto le pediré matrimonio. -
Un silencio incomodo se instala en el auto, siendo interrumpido solo por los truenos de fondo que anunciaba la venida de una tormenta.
Cuando llega al departamento, Miguel se estaciona y voltea a ver a su hija.
- Por cierto, tengo un pequeño regalo para ti. -
Saca un libro de la guantera del auto y se lo pasa a su hija en la parte de atrás.
- ¿El origen de las especies?.-
El tono decepcionado de Gaby al leer el título del libro es innegable.
- ¿Qué tiene de malo? Te gustan los libros, ¿no?.-
- Sí, pero los de cuentos, papá. -respondió la menor. - Cuentos de hadas. -
- Oh, vamos, mija, este libro trata sobre la teoría de Charles Darwin, la cual se basaba en sus ideas acerca de la evolución y la selección natural. - dice el mayor. - Este libro es mucho mejor que esos libros de fantasía. -
- Pa, en serio ¿Qué tienes contra los cuentos? -
- No tengo nada en contra de ellos, solo que te crean expectativas irreales sobre la vida. Además, son repetitivos, siempre tienen un castillo, un príncipe azul y...-
- ¡Una princesa! -
- Exacto, una princesa. -
- ¡No papá! ¡Allí! - señala un anuncio publicitario. - ¡Hay una princesa! -
Miguel estaba a punto de refutarle a su hija que era parte del anuncio, pero cuando se giró vio claramente a una mujer con extravagante vestido blanco tocando la puerta del castillo de la publicidad.
- Vaya... -
- ¡Te lo dije papá! -
- Iré a ver si necesita ayuda, tu quédate en el auto y si un extraño se acerca haz sonar el claxon. -
- ¡Pero papá! - se queja la pequeña- yo quería acompañarte. -
- No Gabriella, es peligroso. -
- No es justo...- dice cruzando los brazos. -
Miguel al ver que no saldría detrás de él, baja del auto y camina hasta la valla publicitaria.
- ¡Ey! - lanza un grito el moreno. -
- ¡Hola! -
La joven volteo sonriente hacia donde le llamaban, pero al momento de girar termino perdiendo el equilibrio, lo que la hizo que cayera de espaldas.
- ¡Cuidado! -
Miguel de forma instintiva corrió hacia ella, logrando atraparla en sus brazos y evitando que la mujer vaya a dar contra el suelo.
- Señorita ¿Se encuentra bien?.-
- Gracias... eso creo. -
El de ojos rojizos la bajó chica, justo mientras una pequeña niña se acercaba a ellos.
- Te dije que te quedaras en el auto Gaby. - le regaña el castaño a su hija. -
- Solo quería saber si estaban bien... -
- Hablaremos de eso más tarde...-
- ¿Qué estabas haciendo ahí arriba? - pregunto la pequeña a la señorita. -
- Oh, estaba buscando un poco de ayuda. -
- ¿En un anuncio publicitario? - dice incrédulo el de cabellos oscuros. -
- No, en el castillo. - le mira sin entender. - La verdad he tenido una pésima noche, he estado caminando por horas, todos han sido muy malos e incluso trataron de robarme. -
- Bienvenida a New York. - con un tono de burla le responde el moreno. -
- Gracias, al menos alguien aquí es un caballero, mucho gusto ¿sir...? -
- Mi nombre es Miguel O'Hara, nada de sir. - Y esta es mi hija Gabriella. -
- Un placer señorita. -
-Encantada de conocerlos, mi nombre es Petra Parker. -
De repente, un fuerte rugido del cielo interrumpió su conversación. Una premonición de que una gran tormenta estaba cada vez más cerca.
- Bueno, podemos hablar de esto más tarde. - dijo Miguel. - ¿Tienes un lugar adónde ir, Petra? -
- En realidad no. -
- Papi... No la dejaremos aquí sola... ¿Cierto? -
El de piel morena mira los ojos suplicantes de su hija y luego a la mujer frente a él, esta tenía el cabello totalmente desarreglado, la ropa hecho un completo desastre y, por lo que le había dicho, una noche bastante difícil.
Miguel suspira, no podía dejarla sola en una noche de tormenta.
- Puedes venir con nosotros y secarte si quieres, luego podemos pedir un taxi para que te lleve donde quieras. -
- ¡Eso sería grandioso! ¡Muchas gracias!.-
Y así los tres se encaminan al departamento de los O'Hara.