
Peter Parker
Ha pasado un tiempo corto pero han pasado muchas cosas, Felicia se familiariza más con la ciudad, el trabajo no es tan malo y la señora Yang aun le da las sobras a ella y al resto de camareros al final del día. La mayoría de clientes es exigente pero rara vez son groseros. Felicia no se ve muy intimidada, tiene experiencia siendo camarera y aun mas tratando con gente idiota.
Había un total de siete camareros, tres para el primer piso y cuatro para el segundo piso pero rotaban dependiendo en donde tuvieran más clientes, el tercer piso servía de almacén.
Felicia solía trabajar más tiempo en el primer piso junto con otras dos chicas. Una era Valerie, una mujer de veintisiete años que vivía con su esposo e hijo de siete años en un apartamento en Chinatown, se habían mudado a Gotham hace unos años antes de que naciera su hijo. Felicia le preguntó por qué, esperando no sonar muy grosera pero Valerie se lo tomó muy bien, rió con suavidad y encogió los hombros diciendo que en todos lados es peligroso y de todas formas Gotham le recordaba su casa. Felicia no pudo evitar hacer una mueca. Que existiera gente que le guste Gotham de forma genuina era tan extraño, Valerie debía ser alienígena en secreto o algo así.
“Sara, esto es para la mesa cuatro, los de la mesa siete ya se fueron así que continuas allí, ya sabes que hacer.” Ella asintió y fue a servir la comida. Valerie también estaba siendo amable con ella y se ofrecía a explicarle las cosas cada vez que ella parecía dudar.
Felicia continuó con su trabajo y luego de limpiar las mesas vacías y llevarlas a la cocina tomó las cartas del restaurante y fue a la mesa cinco.
Era un par de chicos y una chica de la edad de Felicia, ella les dio una breve introducción y espero a que tomaran una decisión, mientras se alejaba un rato recogiendo los platos de otra mesa escucho por accidente las murmuraciones de los chicos.
“Steph nos matara por haberla dejado atrás.”
“No tiene porque enterarse a donde fuimos.”
“Sabes que lo hará”
"Es su culpa. Quien la manda a lanzarse de cabeza a los problemas, no puedo salvarla todo el tiempo."
"Pero ayer en la noche..."
"Uhm esto es esto y lo otro es aquello, no tiene nada que ver."
"Pudiste haberte quedado colgando ahi, en esa pose, por horas sabes?"
"Yo podria haber salido de alli facilmente y con la dignidad intacta."
"Amigo perdiste eso hace tiempo."
“Callate Duke, no habrias reaccionado mejor en mi posición, no esperaba que esa cosa saliera de sus manos, tu si?"
"creo que salian de sus muñecas."
"Como sea ¿Qué pediras tu Cass?”
La chica parecía le había respondido al chico de cabello negro a través de lenguaje de señas mientras el chico moreno se reia levemente, Felicia los miró brevemente antes de empezar a acercarse y tomar sus pedidos, eran alrededor de cuatro platos más las bebidas que eran dos sodas y te de jazmin.
Felicia fue a la cocina y dejó el pedido en la lista de espera, los platos tardarian un poco en hacerse así que mientras tanto llevo las sodas y la tetera con el jazmín y el juego de tacitas con temática de flores de loto. Cuando estaba por ir de vuelta a la cocina algo la empujó hacia detrás del mostrador fuera de la vista de todos.
“Hey! qué te pasa?”
Una chica de cabello corto y rizado la arrastró al suelo con mirada suplicante, era la otra mesera que trabajaba con Felicia en el primer piso la mayoría del tiempo.
“Sara, por favor déjame esto.”
“Que?”
“La mesa cinco”
“¿Por qué?”
“¿Estás bromeando? Es Tim Drake”
“Y Eso es relevante?”
El chico era famoso? Felicia repitio su nombre tratando de recordar.
“Ah vamos Sara. Por favor, haré lo que quieras. Por favor por favor por favor, déjame atender a los Wayne”
Oh eso lo explica.
“Oh claro.”
“En serio?”
“Si, pero hay un pequeño problema. Valerie ya se te adelantó.”
“Que? No…”
Adeline se puso de pie y fue a la cocina a la velocidad de la luz esperando que aún queden más platos para la mesa cinco.
Felicia negó con la cabeza y limpio el polvo de su uniforme mientras se ponía de pie de nuevo. Aunque tuvieran la misma edad por fuera Felicia no sabía cómo tratar con Adeline, no era una chica insoportable pero a veces, cada vez que hablaba con su voz demasiada aguda a propósito para pedir tiempo para holgazanear una vena en su frente palpitaba un poco, no la odiaba pero su timbre de voz simplemente no ayudaba.
Como sea.
Felicia arregló su cabello y fue a atender a las demás mesas.
En el segundo piso no habían tantas mesas ocupadas así que Marcus, otro de los meseros, había bajado a ayudar.
Marcus, a diferencia de Adeline, no tenía el cabello pelirrojo ni pecas sino mechones rubios y lacios. No era más alto que Felicia y lo que resaltaba en él era el puente alto de su nariz en su rostro delgado. Felicia no estaba muy interesada en el chico Wayne y sus amigos, hermanos o lo que sean. Ya tenía suficiente con Adeline hablando sobre ellos todo el tiempo. Tal vez por eso también perdió el interés en atender a la mesa cinco y se enfocó en los demás comensales.
Entre el mediodía y la noche solían tener más movimiento pero esa noche no hubo tanta gente y el segundo piso ni siquiera se llenó, algunos pudieron irse un poco más temprano. Valerie, fue uno de ellos, su esposo trabajaba en casa así que podía cuidar de su hijo pero a ella le gustaba pasar tiempo con su familia así que fue natural que estuviera más que feliz de irse. Luego poco a poco todos se fueron retirando hasta que Felicia y otros pocos fueron los que quedaron ordenando antes de apagar las luces y cerrar todo.
Lo único que le faltaba a ella era sacar la basura y podría regresar a casa, ella masajeó su cintura antes de abrir la puerta y llevar las bolsas afuera.
Felicia abrió el contenedor y arrojó las bolsas aguantando la respiración.
Escuchó un débil y doloroso gemido. Felicia se puso rígida y volvió a mirar el contenedor. Lo abrió lentamente y con sus sentidos en alerta prendió la linterna de su teléfono y miró hacia adentro sabiendo que era una mala idea.
Felicia parpadeó con sorpresa al ver la figura de un chico agazapado en una esquina del contenedor. No podía ver bien su rostro, no obstante, lo que más le llamó la atención fue la mano entintada de líquido rojo que sostenía su abdomen sumada a su tormentosa respiración.
El chico estaba herido y cuando ella le habló parecía no estar muy consciente, el dolor debió haberlo debilitado como para pensar claramente.
¿Cuánto tiempo estuvo aquí?
Felicia peinó su cabello hacia atrás con frustración.
¿Por qué tuvo que tocarle sacar la basura hoy?
Marcus va a tener que pagar esto, y si no hubiera estado vivo? ¿Acaso va a pagar la terapia? Que horror. Cielos, por que Gotham no le deja tener al menos un día sin que algo salga mal? Felicia quiere un aumento. Sigh, cómo pesa este chico. Como sea, mientras siga respirando todo bien.