
Chapter 10
Al día siguiente Felicia fue temprano al hospital, de hecho casi no durmio pero ese detalle no importa. Se puso ropa que le permitiera moverse mientras guardaba otra muda junto con su uniforme en su bolso. Ayer habia esquivado varias preguntas pero hoy puede que no sea igual y tendra que hacer algo al respecto. La ventana habia estado semi abierta asi que no fue necesario romperla por fortuna.
Leugo de alrededor cinco minutos el chico había abierto sus ojos. Llevó una mano a su cabeza y empezó a examinar su alrededor con torpeza, Felicia podía imaginar que tan desorientado se sentía. Cuando intento incorporarse la voz dulce y suave de Felicia entro en sus oidos.
“Ni se te ocurra irte. Aun”
El giró su cabeza automáticamente y la miró con una mezcla de confusión y sorpresa.
“Eh? Quién?”
Felicia se tomó un momento corto para observarlo; Nariz pequeña, Ojos de un verde intenso con toques azules, labios delgados y algo agrietados por deshidratación, orejas pequeñas y redondas como un pequeño ratón, y su cabello castaño y abundante donde de forma curiosa había un travieso mechón de pelo el lado derecho de su sien casi del mismo color que Felicia. No lo había visto de pie pero ella sabía que podría ser un poco más alto que ella sacando una conclusión después de haberlo cargado de camino al hospital. Lo cual, fue bastante agotador por cierto. Ningún taxi había querido llevarlos a causa del toque de queda y que dos figuras ensangrentadas cerca de un callejón al parecer no podían ser vistas como víctimas sino como todo lo contrario.
“No se, tal vez la persona que te trajo aquí para variar”. Sus mejillas también tenían muchos raspones. Le dieron una paliza al regresar a casa? Probablemente le robaron todo lo que llevaba consigo y lo dejaron tirado despues de golpearlo, penso ella mientras fruncia el ceño.
“Pero tu cabello no era…”
Felicia soltó un suspiro y deslizó un pequeño mechón de su pelo escondido.
“Es una peluca.”
“¿Por qué…?”
Felicia acerco su rostro a el y sonrió divertida cuando notó su nerviosismo.
“Porque me colé al hospital y no quiero que me pidan la cuenta aun sin saber si está vivo o no.”
A Menos que su familia estuviera dispuesta a pagarlo, no obstante, la ropa que usaba anoche la hacía dudar que el chico tuviera realmente a alguien confiable para estos casos.
“No tenías que… Yo… gracias?”
Felicia ignoró la mirada perdida del chico y se sentó al borde de la camilla mientras hurgaba en su bolso.
“Bueno, ahora, del 1 al 10 que tanto te duele?”
“Ehh, la anestesia aun funciona mi cuerpo se siente algo pesado pero ya no duele mucho, por cierto, cómo te lla...”
“Cómo te llamas?”
“Soy Peter pero umm Yo pregunte primero”
Felicia puso su oído al ras de la puerta por si escuchaban pasos y luego hacia la ventana, no eran muchos metros de diferencia, había un pequeño toldo que actuaba como sombra en el verano y hacía la caída más cómoda y sin riesgos.
“Corrección, es irrelevante. Pero si te mantienes callado puedes llamarme Felicia”
La estructura era lo suficientemente sólida así que su pequeño paquete de ojos verdes no debe dañarse mucho.
Felicia abrió la ventana y luego le quitó la intravenosa con suma rapidez y cuidado para no herirlo por accidente, luego le dijo que intente ponerse de pie con cuidado.
“Puedo saber que estamos haciendo?”
“Creo que es bastante obvio que no quiero pagar tu cuenta del hospital Peter, y no creo que tu quieras hacerlo tampoco.”
“Lo siento? Uhm pero eh Señorita? Fel? ¿Por qué abres la ventana y…?”
Felicia lo tomó entre sus brazos de nuevo y se posó en la ventana en cuclillas.
“Así que sé agradecido y no grites o me pondré nerviosa y te soltaré. Aferrate mi cuello con tus brazos.”
El chico, Peter, aunque al principio pareció luchar con la confusión y algo de vergüenza escucho sus palabras y Felicia saltó hábilmente por encima del toldo y uso un gancho de agarre para aterrizar de la forma más suave posible. Ella lo hizo todo lo más rápido posible, no quería darle tiempo para pensar en gritar o hacer algo tonto como contradecirla. Cuando llegaron al suelo ella preguntó por su estado y el dijo que no dolía tanto, Felicia miró su sonrisa con confusión, estaba siendo muy cooperativo para alguien que estaba siendo secuestrado del hospital. Una fuerte conmoción cerebral? Felicia hizo una mueca, donde iba dejar a este pobre muchacho? El bichito de la culpa estaba zumbando de forma muy molesta a su alrededor.
Pero ella no podía quedarse con él, tenía que ir a trabajar en unos minutos. Ella le preguntó si necesitaba llamar a alguien para que lo recogiera y él respondió que no era necesario, él podía caminar.
Felicia lo miró escéptica.
Ahora que? Felicia observó su lenguaje corporal, si Peter había huido de casa por algo malo entonces eso complica las cosas. ¿Qué iba a hacer? ella no podía llevar a un extraño a su apartamento, además le cobrarían más la renta. Pero este niño no le generaba ninguna confianza, si lo dejaba a su suerte y cualquier extraño le ofrecía algo? Por su acento, ni siquiera era de Gotham.
Felicia frotó sus ojos con cansancio.
“Mira, te acompañaría pero realmente se me hace tarde para ir a trabajar y no puedo perder esto. ¿Me prometes que tienes un lugar a donde ir?”
“Bueno…”
“Agh.”
Mierda.
Felicia frunció el ceño mientras sacaba un bolígrafo de su bolso y escribia su número de teléfono en el brazo del confundido chico.
“¿Conoces el Refugio de los Wayne?”
El asintió. Buen chico.
“Perfecto, ve allí y mantente a salvo porque si escucho tu nombre en las noticias de mañana me sentiré como una total basura por haberte dejado solo y no quieres que me sienta de esa forma, ¿has entendido? Si No te dejan entrar di que eres amigo de Sara Helfer o algo estupido como eso, como sea, no importa. Ahora vete.”
Luego, antes de irse Felicia le puso su abrigo de invierno sobre los hombros y se fue, muy frustrada consigo misma. La curiosidad realmente no es buena para los gatos. Sigh, solo tenía que dejarlo ahí con algo de dinero pero no, ella tenía hacerle preguntas, tenía que preocuparse. Ha, ahora no tiene abrigo y morirá de frío al irse a casa.
Ah.
Habia dejado sus dos tasers en su abrigo.
Bien hecho!
Perfecto.
Eres tan buena persona Felicia.
“¿Dónde estabas?”
Ella casi gruñó en respuesta. Pero se contuvo, Valerie su compañera de trabajo, otra de las meseras, le había saludado con una cálida sonrisa.
“En el hospital.”
“Que? ¿por qué? ¿Estás bien?”
Felicia trató de relajar su expresión pero luego de ver al hombre rubio entrar después que ella su mal humor regreso.
“Si. Definitivamente mejor que la persona que encontré en el contenedor ayer.”
“Que?”
“Pregúntale a Marcus”
“Buen dia…Yo qué?”
Felicia soltó un suspiro y le tiró un mantel para limpiar las mesas en la cara. El rubio la miró con confusión.
“No te ayudaré a limpiar de nuevo”
“Ay no ¿se murió?”
Su voz de espanto era tan falsa, que bastardo. Ni siquiera le importa que una persona casi muere desangrada ayer.
“No, pero tú tal vez lo hagas pronto” Ella agarró el mango de la escoba, era de fierro.
“Vamos Sara, no te pongas así, ya me disculpe Ouch! Qué te pasa?”
“Te fuiste y me dejaste sola con el.”
“No pude quedarme, ya te dije. Loca. Además lo manejaste muy bien”
Felicia estaba a punto de golpearlo de nuevo, quería apuntar en su cabeza esta vez pero Valerie apareció frente a ella con ojos brillantes y tuvo que detenerse en seco, lo que el tipo aprovechó para huir al segundo piso.
“Bueno, creo que quiero tener todos los detalles.”
Felicia soltó el aire de sus pulmones y dejó la escoba en su lugar, tenía que preparar los cubiertos y centros de mesa antes de revisar las ventanas y todo lo demás. Luego, alguien abrazando su brazo irrumpió sus pensamientos. Felicia la fulminó un poco con la mirada.
Valerie amaba demasiado saber sobre todo para su propio bien cuando claramente tenía que trabajar. Lo malo es que ella podía limpiar, ordenar y barrer perfectamente sin descuidar nada mientras escuchaba un chisme.
“Aún son las 9 de la mañana, vamos Sara, no me tortures así, no es bueno para mi salud.”
“Ugh…”
Felicia no queria hablar pero Valeria no la dejaria en paz pronto a menos que soltara algo interesante.