Gemas [IronStrange]

¡Era una Avengers, por el amor de todos los cielos! No una criminal.

Gruño, desenredando las manos para agitarlas y chilló al ver que su magia aún no regresaba. Se sentía enfurecida. Ese patético dios nórdico no debió quitarles sus poderes, ¡eran suyos y podía hacer lo que quisiera!

Una sonrisa se posó en su rostro, su mente llenándose de las más bellas torturas que le harían el maldito de Stark cuando recuperara la magia. Ese estúpido omega le arrebato todo. Su padre, su padre y su adorado... adorado hermano Pietro.

¡Pietro le pertenecía!

Desde el día que nacieron, él era de ella y ella era de él. ¡Eran muy cercanos, unidos! No es que ella no haya querido a sus padres, pero con su hermano tenían una conexión única e especial.

Aún recuerda su primer crimen a los 13 años. Una chica del orfanato, donde fueron enviados después de la muerte de sus padres, había chocado con su hermano y robado un beso. Pietro solo había reído por la acción, creyendo que era un accidente, pero Wanda lo sabía perfectamente. Esa chica quería quitarle a su hermano, separarlo de ella.

Disfruto mucho atarla, humillarla antes de hacerle un corte en la garganta.

Un desafortunado accidente, había dicho la directora. Por ser una mujerzuela, dijo una de las cuidadoras mientras las otras intentaban callarlas.

Nadie sospecho de ella, después de todo, Wanda siempre fue una niña dulce.

Muchas de sus compañeros de Hydra, de todos los subgéneros, sufrieron pequeños accidentes porque parecía que ninguno entendía que Pietro estaba fuera de los límites.

Ahora, que ellos podrían estar juntos sin temer, Stark los separaba con mentiras. ¡Ella estaba segura que el omega castaño le lleno la cabeza de mentiras y los estúpidos magos que no le llegaban a los tobillos le controlaban la mente!

Esperaba recuperar rápido sus poderes debía salvar a su adorado, adorado hermano y hacer sufrir a Stark.

Si no fuera porque debía ir al gran comedor, a hablar con sus dos compañeras, llamar a Fury o a su querido Bucky, Steve no saldría de su cuarto. Detestaba a los prisioneros, odiaba que se burlaran de él y lo llamaran villano, cobarde, asesino...

Negó, pasando una de sus manos por sus dorados cabellos.

¿Cuánto tiempo más lo mantendría allí Tony? Su enojo injustificado ya debió de pasar.

¿Cómo estaría su querido Bucky?

Steve estaba preocupado, desde hace días que Bucky ya no lo llama y teme que Tony le haya hecho algo. No. Steve sabe que no debe apresurar pensamientos, tal vez ambos se hayan hecho amigos y pasaban tiempo juntos por lo cual Bucky se olvido de llamarlo.

Bucky era tan hermoso ante sus ojos. Con la piel blanca que desea marcar, labios color cereza que quería morder, su pelo negro a los hombros le incitaba a agarrarlo y tirarlo. Ni que decir de su cuerpo, tan perfecto y ajustable a sus brazos...

El único defecto eran sus ojos.

No tenían ese brillo cautivador, el cariño de antes. Eran apagados, llenos de dolor y desconfianza.

Steve odiaba esos ojos. Bucky no tenía permitido tener ojos apagados, Bucky debía tener ojos brillantes y amorosos.

Este Bucky aún no era su Bucky, pero Steve sabe que cuando salga de ese lugar podrá ayudar a su querido Bucky a ser el de antes.

No debería ser difícil. Él sabía que Bucky lo amaba y los años no borrarían ese sentimiento.

Tony frunció el ceño cuando James sufrió un escalofrío. Lo miro, notándolo pálido y un poco asustado.

-- ¿Estás bien, copo de nieve? -- Pregunto, preocupado, dejando el destornillador de lado --.

-- S-Si, solo una sensación repugnante -- Respondió James, sintiéndose asqueado --. Nada importante... ¿Y cuando llega princesa? -- Cuestiono para cambiar de tema --.

-- Ella esta llegando mañana -- Una gran sonrisa se posa en el rostro del omega al imaginarse el caos que crearían los adolescentes --. El intento de gato en dos semanas... ¿Seguro que nos quieres ayudar?

-- Sí... El rey merece pagar el daño que le hizo a Everett.

James tenía una especia de amistad con T'Challa pero enterarse que lastimo al oji turquesa, le provoco un profundo odio. Everett era como Tony y Loki, un pequeño gatito de garras filosas, ojitos tiernos y un corazón bondadoso escondido detrás de muchas capaz.

Por eso razón con mucho gusto los ayudaría en su plan de venganza.

Hope ingreso a la sala de estar observando la tableta muy concentrada pero se detuvo cuando escucho murmullos. Parpadeando confusa, giro un poco el rostro y su expresión cambio a una de horror.

Sentados en el suelo se encontraban: Riri, Peter, Harley, Cooper, Donnie, Kamala y la princesa Shuri. Los ochos adolescentes estaban murmurando entre sí, sus ojos brillaban de manera maniática y se mostraban algunos papeles.

Negando con la cabeza, dio media vuelta. Dejaría a los adolescentes con sus planes diabólicos, que seguramente se trataría de la dominación mundial. Por un momento pensó la primera vez que leyó que Tony construyo su primer robot y sonrío.

Ella estaba seguro que los adolescentes conquistarían el mundo, como Tony lo había conquistado aunque este hecho era un secreto a voces para muchos y en especial para el castaño.

Bruce Banner se quito los lentes, antes de volver a colocárselo. Estaba en su laboratorio privado, investigando la sangre de una bestia que parecía una espantosa mezcla de reptil, gallina y oso. Había extrañado un poco el investigar.

Tony había estado con él hasta hace poco, debido a que tenía una cita con Stephen.

En lo personal, estaba muy agradecido con el hechicero. Había logrado hacer feliz a Tony, lo cuidaba y protegía como se lo merecía. Ambos se amaban, eran el uno para el otro.

-- ¡Robert Bruce Banner! -- Grito Anna, ingresando al laboratorio y lo miro con molestia, poniendo las manos en su cintura --. ¿Qué estas haciendo aquí? ¡Tienes una sesión conmigo hoy!

-- Anna...

-- ¡Anna nada! -- Lo corto, se acerco y le quito los viales dejándolos en sus lugares correspondientes --. Prometiste que vendrías todos los viernes a la tarde tendríamos una sesión sin excepciones a menos que sean importantes. ¡Y esto no lo es!

-- P-pero...

-- ¡Esto puede esperar! -- Chillo, tomándolo de la oreja --.