
Es la Hora... de Sucumbir a los Instintos
La boca de Venom se abrió y emitió un gruñido violento, al mismo momento que la primera contracción de Eddie llego.
—Venom...Anne, Dann— dijo Eddie.
Eddie se había inclinado hacia adelante, abrazando su vientre, ante la punzada en su pelvis, que fue convirtiéndose en una sensación de algo apretándolo y que fue extendiéndose a más áreas de su cuerpo.
—¡¡Argg!!— Gimió de dolor Eddie ante la siguiente contracción.
La mujer se acercó para ayudarle, deteniéndose abruptamente cuando Venom emergió de su espalda, dando siseos y mordidas erráticas al aire, la mujer se tensó y se apartó de Eddie cuanto pudo, ahora el doncel había terminado de rodillas en el suelo un grito de dolor vino seguido de intentos de tomar aire de parte de Eddie.
Dann entro a la habitación casi asotando la puerta, llamado por el alarmante escándalo y los gritos.
—¡¡Venom, No!!—Grito la Mujer.
El simbionte detuvo sus ataques sin sentido, se giró a mirar a Eddie. Rugiendo el simbionte se lanzó al ataque sobre el humano.
Eddie se cubrió cuanto pudo, protegiendo su vientre, cerros sus ojos con fuerza, sus sentidos se ensordecieron por el dolor, que no le permitieron darse cuenta de que el simbionte le rozo la mejilla, dejando una cicatriz abierta que le saco sangre, pero no hubo más agresiones.
Al abrir sus ojos Eddie, el simbionte estaba mordiendo un sofá, al que sacudía de manera repetida, libero sus fauces a las que frunció con un constante, salivando, miro a Dann al que hizo una señal hacia Eddie para que le ayudara, e inmediatamente Venom se mordió así mismo.
Dan aprovechó la oportunidad y fue con Eddie al que apoyo a su cuerpo para ayudarlo a levantarse.
—Venom—Dijo Eddie, entre el miedo y la preocupación.
El simbionte estaba luchando contra sus instintos para no lastimar a Eddie ni a su descendencia.
—Debemos irnos—Expreso Dann animando al doncel a caminar lejos de Venom