
El Pesar de un Corazón
Si Venom tenía un corazón, este le pesaba por la culpa.
El simbionte salto sobre un sillón, se recostó en cima de una almohada. Hecho ovillo, poso su cabeza sobre la esponjosa cola del felino que ahora poseía. Atento con su vista en la puerta de casa de Anne
Venom no pudo acompañarlo, no se atrevió, su vergüenza lo llevo a salir del cuerpo de Anne y tomar al gato de Anne como anfitrión.
El simbionte todavía tenía grabado la mirada de dolor y terror de su compañero, el simbionte se había atrevido atacar a su compañero en su momento más vulnerable.
-Lo siento-Murmuro para sí mismo, ocultándose en la piel del felino.
Esta madrugada amaneció intranquilo, algo se acercaba, lo podía detectar al saborear el aire, pero callo para evitar que Eddie se estresara, fue un grave error, en un par de horas lo entendería, el parto de Eddie se adelantaría, no fue inesperado si su descendencia eran híbridos eso alteraba la variable de cuando sería el momento de su llegada, pero fue demasiado pronto, al menos para Venom fue poco tiempo para asimilarlo.
Como si algo presionara un interruptor de atacar, ante el primer grito de dolor de Eddie, fue cuando sintió el ferviente deseo de atacar ¿Pero qué atacar? Se cuestionó cuando los instintos dominaron la razón. No era a Ediee, la respuesta era a su descendencia, por un momento se excusó el simbionte que fue porque sintió a las crías como una amenaza para Eddie, en parte era cierto; sin embargo, también sus acciones fueron impulsadas por un sentimiento de territorialidad, que le instigaba a deshacerse del intruso.
—No me odies Eddie.