
Chapter 1
Dios permita que le arrancaron los ojos, definitivamente la vida de Wade era caótica y execivamente rosa.
Su primera impresión de esta loca idea de ir a vivir con Wade fue mala, y en efecto: era una ida horrible.
Compartían un sofa cama bastante estrecho que justificaban unas manos irregulares en su espalda, cadera, abdomen y piernas enrollados en las suyas.
Carajo.
Todo fue a un mayor rango cuando Laura se unió al departamento claustrofobico, ese día fue un desastre emocional para el.
No podían culparlo de sentirse nervioso o irritable por tener que ver a una hija que dios sabrá si existía en su mundo, pero se siente realmente mal, no quiere que Laura piense que está aquí para ocupar el lugar de su "verdadero" padre.
Todo esto de las emociones era la mayor mierda que hace casi un siglo que no experimentaba, todas estas emociones más allá de la ira, tristeza y vergüenza que se le recalcaba en su día a día hacían contraste con estas nuevas emociones afectivas hacia el. Emociones como esas habían quedado en segundo o tercer plano después de su fracaso como "heroe", incluso ahora, su baja autoestima lo persigue a morir, diciéndole una y otra vez que es el peor Wolverine de todo el multiverso.
-¡Pumkin!, ¡El cartero tiene correspondencia!-
Wade.... ho si.... Wade Wilson, ¿Qué podría decir de él?
Es el cabron más molesto que en toda su existencia de 200 años querría haber conocido, el no mintio con eso, pero quizás se había acostumbrado a los parloteo de este hombre con cara de peperoni, Magneto le arrancará la cabeza si se atrevía a decir esto en voz alta, pero realmente apreciaba a Wade, en estos últimos 3 meses Wade ha tratado de reconstruir su auto-imagen, siempre diciéndole que es el mejor Wolverine.
Eso último hace que su cerebro produzca Dopamina de manera execiva y vergonzosa, ha pasado un buen tiempo desde que alguien lo recordaba como un héroe, el cual no era en lo absoluto, mato, engaño y defraudó que todos los mutantes a quienes consideraba una familia.
-¿Quién te mandaría una carta amigo?- alzo la ceja.
-No lo sé amorcito, pero definitivamente no son recibos de luz, agua o la matrícula de Laura.-
Wade se hacerco a el con un sobre de papel especial color crema, era pequeño y algo simple.
Ese Olor... es de...
Sus sentidos se paralizaron, la carta desprendía ese olor a perfume floral de marca, recordaba aquel olor adictivo y agobiante, aquel que lo acompañó en su "juventud" por así decirlo.
Jean...
-Me gusta el diseño de flor, pero tendré tendré romper esto así como la taquilla de nuestra película, ¿puedes creerlo?, ¡Dios, son más de 1 billón de dólares! Ojalá nos pagarán por esta actuación lleno de referencias a los comics de los 90'- su voz se apagó, Jesucristo Wade, no ayudas con mis nervios.
Su memoria estaba trayendo viejos fantasmas hacia sus ojos, la mansión donde alguna vez fue feliz, las personas que amo, un lugar pacífico aunque solo allá sido por un tiempo.
-Oye Logan... amorcito, no creo que esto sea lo que esperabas, pero debes leer esto.- ese tono inusualmente serio no era propio de Wade.
El tic en su ojo le molestaba, estaba nervioso como la mierda entera, su mano vago perezosa y nerviosa hasta el sobre de olor a perfume.
Para: Sr. Wade.
Tenga usted un buen día caballero, hemos recibido la noticia un poco rara sobre un Wolverine trabajando con usted señor, pero eso no concuerda según los informes de nuestro compañero de equipo, de hecho, él estaba en la escuela dando sus lecciones cuando todo el alboroto sucedió, estamos fascinados y quisiéramos que nos visitarán para entender y aclarar todo, sean más que vienvenidos a la mansión X.
Att: X- men's.
Mierda, entonces lo que vio y olfateo ayer no era su imaginación por estar en la pelea contra algunos delincuentes de prestigio en trata de humanos.
-Wolvie.... creo que la hemos cagado a maneras que incluso la actuación en linterna verde es aceptable.- Wade se puso la mano a la boca.
-¿Hemos?, no Wade... tu la has cagado.-
(Flasback- 2 días antes)
La noche era matutina, la cena estaba ya cervida junto a las tazas con agua y manzanilla herbal, las cuatro personas en el apartamento cesaban tranquilamente, dos hombres con trajes a juego de color amarillo y rojo, una anciana ciega y una adolescente callada que sostenia a la adorable Mary Puppins en sus piernas.
De vez en cuando Wade estaba sacando pláticas sobre cualquier tema aleatorio, mientras Althea estaba murmurando sobre ser sorda o algo así.
Esa noche tenían un trabajo de mercenarios, su segundo empleo por así decirlo, Wade y el tenían que atrapar a un sujeto que estaba metido en todo este lío de trata de personas, era fácil la misión, ir a una mansión, matar o amenazar al propietario y salvar a muchos niños.
¿Lo complicado?
Nada realmente, Wade solo menciono que se sentiría bien destrozando traseros de tipos malos que abusan de niños y jovencitos, y la verdad esque sí, no es un héroe, sabe eso de antemano, pero podría considerarse en un espectro de línea entre héroe y anti-heroe. Estaba bien con eso.
Terminamos de cenar y Laura ayudó a Althea a ir a ver su programa, Wade estaba lavaba los platos y alimentaba a ese perro, por lo tanto me queda ir a la habitación de Althea para recoger nuestros trajes y poder irnos a por nuestro objetivo.
Los pasos de Wade se acercaban, su sonrisa sin gracia se asomo entre eel marco de la puerta, su cráneo calvo lleno de cicatrices de tumores, muy lindo (Oye, ¿notas mi sarcasmo?)
-Awww, mi lindo y sexy compañero ya me a preparado mi traje, gracias guapo, espero que también puedas lavarlo y cocinar como hacen las damas de hogar, solo que sin pago obvis.- simplemente le avente el traje al rostro.
-Vete al diablo Wade.- me levante y gire sobre mis talones para ir al baño a cambiarme.
-¿Ya te vas?, mmm... y yo que quería verte sin camisa.-
-¡En tus sueños!- escupi rápidamente.
-En mis sueños pasa eso y más.- no queria saber eso, de hecho, no quería ni pensarlo.
-¡Ustedes dos malditos gays!, ¡Callense! Me hacen querer ser homofobica y despreciar este hermoso momento de vida.- vi su cabello en el sofa, ella realmente era buena, algo grosera, pero buena al fin de cuentas.
La risa de Wade era algo que escuché tan clara como el agua, en fin, entró al baño y se vistió con este nuevo traje cortesía de la TVA por salvar muchos universos y por mandarnos al vacío sin algún tipo de explicación más allá de un señor frustrado que odia que lo domine una mujer.
Estoy esperando a Wade mientras indago en mi memoria, algunos recuerdos no deseados cuando me pongo este traje, me hace recordar lo que fui y en lo que fracase, no me siento merecedor de esta nueva oportunidad, todo es tan... falso. Laura no es mi hija, no soy un héroe aunque todos piensen eso, y este nisiquiera es el universo al que pertenece, Wade solo me trajo porque no estaba sobrio para poder defenderme y enterrarle mis garras en el esófago.
"Este Wolverine le fallo a todo su universo"
Si.... después de todo es el peor Wolverine, aunque la TVA podría enmendar sus errores y hacer que volviera a ver a su equipo(familia), estos le dijeron que si lo hacían perdería todo lo que ha conocido tras el encuentro con Wade, eso asusto a su lado más primitivo, el solo sonrió que... nunca conocería a Wade, Laura, los otros sobrevivientes y tampoco hubiera derrotado a Cassandra y probablemente la linea de Wade no existiría, lo de Cassandra no le importaba mucho, pero aún le cuesta aceptar que siente el deseo de proteger a esta familia de raros, es genial porque también es raro, todos se cuidan y el entiende porque Wade hizo lo que hizo, el también lo hubiera hecho si eso significaba poder traer a su familia.
Ho Dios que cursi suena eso, maldita sea ese extraño sentimiento humanamente complicado, habeces deseaba estar en un callejón de mala muerte, drogado hasta que su hígado diga basta y cerca de sus amigas las ratas o cucarachas.
Pero mira hacia a atrás y se siente contento con esta segunda oportunidad, tiene un trabajo en una construcción, cocinaba (a duras penas) con Wade, recogía a Laura cada vez que podía, sacaba al perro afuera del apartamento y tenía noches de películas con la pequeña familia a la cual su conciencia más primitiva deseaba proteger y mantener en una delicada burbuja de cristal.
–¡Loggi! ¡Es hora de irnos a patear traseros!–
Esto iba a ser un gran espectáculo.
Hasta que dejó de serlo.