Sólo se odia lo querido

Harry Potter - J. K. Rowling
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Sólo se odia lo querido
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El olvido

Cuando el humo ingreso por su garganta, sintió una relajación inmediata. Todo lo que pensó, y todo lo que vivió, quedo en el olvido.

El aire de la fría noche golpeo suavemente su cara. Llevo el cigarro hacia sus labios, moviendo su cabeza para poder ver las estrellas.

Ahí estaba el, en el cielo.

El nunca desaparecería, siempre estaría allí, observando.

Y eso es lo peor de todo.

El estar presente significa que nunca va a haber calma, siempre pensará y pensará.

Y todo es culpa de sus padres, el que tuviera el nombre de una estrella y el que siempre pensará.

Sintió un suave roce en su pierna, y a un gato ronroneando. Tomo al pequeño en brazos y lo arrulló.

“Tú también estarás conmigo siempre, ¿verdad Denebola?” Dijo mientras le hacía cariños en el cuello al animal.

Y por primera vez, de verdad creyó que alguien estaría para el siempre, sin importar que.

 

***

 

Lunes, un tráfico infinito le esperaba. Gracias a Dios no sabía conducir, pero de igual forma, la masiva cantidad de autos significa mucha espera por el autobús.

Mientras caminaba hacia la parada saco a sus fieles amigos, el encendedor y el cigarro. Vio como una señora mayor lo miraba desaprobando su conducta de fumar tan temprano.

Sinceramente, no lo hubiera tenido en un día común, pero hoy era la prueba para la obra de su vida. Esto podría significar su muerte. Sus nervios estaban en su punto máximo, sus pelos de punta y dios como deseaba un cigarrillo.

Al llegar a la escuela vio a sus compañeros estirando, todos sabían lo que la prueba de hoy significaba.

Los nervios eran algo raro en él, sin embargo, apenas era diferente a la sensación común de malestar. Desde hace algunas semanas no se podía quitar de encima la angustia.

Extraña tanto a James.

Fue una decisión mutua dejarlo, lo sabe y no se arrepiente, pero, James es su sol. Cada vez que esta con él su día se ilumina, se siente libre y despreocupado. James podría llevarse de Regulus todo lo que él quisiera, cuando quiera y del modo que quiera.

Todo era perfecto, hasta que se enteró que su entonces novio, es mejor amigo de su hermano.

Se sintió como si le quitaran el corazón. Sabía que no habría posibilidad de seguir con la relación, no con Sirius allí.

Su relación, hasta hace poco inexistente, con su hermano es un completo desastre. Cuando eran niños, todo era mucho más fácil entre ellos. Eran mejores amigos, se tenían el uno al otro. Hasta que llego Potter a la vida de su hermano.

Empezó cuando él tenía diez años, había estado esperando con entusiasmo la llegada de Sirius. Y ciertamente no espero que su hermano llegara hablando hermosuras de otro chico, al parecer, su alma gemela.

Recuerda que, a la edad de doce años, Sirius llamo a Potter el hermano que nunca tuvo, en una pelea contra su madre. Regulus se encontraba escondido detrás de la puerta de la oficina escuchando, hasta que lo que dijo Sirius lo hizo retroceder. La puerta se abrió, revelando la cara enfadada de su madre al notar que su hijo menor estaba espiando conversaciones ajenas. Sin duda, esa noche recibió dos palizas, una de parte de su madre, y la otra de parte de Sirius.

A los 14, su hermano lo dejo. Esa noche Sirius habría empezado una gran discusión en la cena familiar. Su padre, quien nunca le había levantado la mano a su hijo, lo hizo esa noche. Recuerda estar encerrado en su habitación, apenas respirando, tapándose sus oídos para no tener que escuchar los gritos de su hermano mayor. Luego de eso, la noche paso como un borrón. Pero al día siguiente, la habitación de su hermano se encontraba vacía.

 

***

 

Si queda en la obra, lo llamaran a las dos semanas. En otras palabras, dos semanas más de angustia para él. Debería empezar a ver más opciones de vida, por si no quedaba.

Podría ocupar sus ahorros y estudiar en la facultad de artes, en realidad, siempre ha amado la música, simplemente no le gusta los recuerdos que esta le trae.

Un grito lo saca de sus pensamientos, cuando levanta la vista se encuentra con una Pandora corriendo hacia él. Puso sus brazos alrededor de ella estrechándola con cariño. Dándole un sonoro beso en la mejilla, la soltó.

“Tan desaparecido que estas, Reg.” Pandora le dirige esa mirada, desafiándolo.

“He estado ocupado ensayando para la prueba, aparte del trabajo.” Exclamo el pelinegro.

“Ambos sabemos que eso no es verdad.” Regulus bufo.

Se dirigieron hacia un café cercano, se sentaron en una mesa ubicada afuera, en la calle, ya que por mucho frio que hiciera por la tarde, Regulus no dejaba de ser un fumador.

“¿Tienes novedades?” Dijo el chico antes de darle una calada a su cigarrillo.

“¿Quieres las de alguien en específico?” Dijo Pandora con una expresión divertida.

Regulus rodo los ojos. La mesera les sirvió los Cafés que pidieron, dejándoles también una canasta con pan y un ají para vuelve a untar.

“Barty vuelve a Londres esta semana.” Al escuchar eso, el cuerpo de Regulus dejo de funcionar.

“¿Barty? ¿Mi Barty?” Exclamo en un tono preocupado, buscando los ojos de la rubia.

“Si, Regulus. Tu Barty.” Le dijo Pandora, mirándolo fijamente.

Bartemius Crouch Jr es su primer amor, su alma gemela.

Y también un muy buen cantante.

Comenzaron su relación a los catorce años, aunque se conocieron mucho antes. Calzaban como dos gotas de agua, su relación era maravillosa, casi perfecta. Pero crecieron, las cosas cambiaron, ellos cambiaron.

Cuando la fama de Barty empezó, tenían diecinueve años. Regulus se había escapado de su casa recientemente, no sabía qué hacer con su vida. Sus tiempos no calzaban, y cada que se podían ver, ambos estaban muy cansados. Así que eso fue todo.

Terminar con su relación cree hasta el día de hoy que fue el peor error de su vida.

Si hubieran seguido, probablemente hubieran cumplido todas sus promesas y sus sueños juntos. Pero no fue así, y desde el momento en el cual terminaron, Barty se fue de su vida por completo.

Pensó que nunca se volvería a enamorar, hasta que conoció a James. Y en realidad, nunca se había puesto a pensar que pasaría si Barty regresara a su vida.

Al llegar a su departamento, ya acostado con Denebola, se puso a navegar por Twitter. Hasta que llego a una publicación de Barty.

Era un cover de “Ódiame - Julio Jaramillo”. Y con el cover de fondo, se quedó dormido.

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