Chapter 3
Kankuro trataba de concentrarse en la noche tan oscura que había. No dejaba de pensar en su hermana; si que se había molestado pero ya todos sabian lo ocurrente que podía ser el castaño aveces. Durante varios meses Gaara había sido hostigado por reporteros preguntándole sobre su relación con el; Gaara siempre dijo la única verdad: “Somos hermanos” y Kankuro no podría haber estado mas satisfecho con esa respuesta. Pero al escuchar que querían que su hermano se casara algo dentro de el estallo. No podían hacerle eso a Gaara, ni a la mujer con la que planearan formar el compromiso. No era justo. Ellos no se amaban y aunque ella llegase a amarlo, Gaara no podría sentir lo mismo; no romanticamente al menos. Así que decidió hacer un matrimonio falso entre ellos dos para evitarlo, ja, ahora que lo pensaba bien no era una muy buena idea- ¿Pero que me pasa?- se pregunto a si mismo mientras ponía sus manos sobre su cabeza- Ahora todos creerán que somos unos enfermos- y seguía murmurándose a si mismo. Había colocado el vaso de agua que su sobrino le había llevado junto a el, no planeaba beberla hasta mañana pero de pronto le estaba dando mucha sed y estiro su mano para tomar el vaso pero el sonido de su puerta abrirse hizo que retrocediera. No volteo la mirada a ver quien era; el ya lo sabia, sentía su chakra. Tampoco dijo nada, ni se movía, en vez de eso se concentro en los silenciosos pasos que daba, en la mano firme que se posaba sobre su hombro; forzándolo a al fin alzar la vista.
-Oh, hola Gaara- saludo a su hermano algo nervioso- oye, ¿no estas molesto verdad?- la pregunta hizo que el rostro de Gaara cambiara, ¿porque estaría molesto?
-No, venia a pedirte disculpas; por mi ahora estas en muchos problemas- esto sorprendió a Kankuro.
-¿Porque te estas disculpando tu?, yo dije que estábamos comprometidos sin siquiera preguntarte si estabas de acuerdo con eso, ademas; tu también estas en problemas- se callo unos momentos- realmente lo siento- finalmente se disculpo.
-Esta bien, entiendo por que lo hiciste; y te lo agradezco- Gaara noto a Kankuro temblar, tal vez tenia frio.
El castaño suspiro, que su hermano le dijera eso realmente le había quitado un peso de encima- Que bueno que lo entiendas, ahora me siento mucho mejor- y Gaara noto como Kankuro se había relajado un poco, se había inclinado un poco hacia atrás, dejando la mayor parte de su peso en sus brazos, dejando su cabeza caer un poco hacia atrás y sonriendo, con los ojos cerrados.
Al verlo con su actitud de siempre Gaara también se relajo. Pero no aparto la vista de su hermano y lentamente acerco su mano a la cabeza de Kankuro- ¿Mm?, Gaara, ¿Que haces?- pregunto el mayor abriendo uno de sus ojos. Gaara no dijo nada y suavemente paso su mano por dentro de su capucha, acariciando su cabello y removiéndole la prenda- ¿Gaara?- pero este seguía sin responder. Así que Kankuro volvió a erguirse y a ponerse su capucha, alejando la mano de su hermano con delicadeza.
-¿Que tienes?- le pregunto, pero el pelirrojo no le respondió; solo lo miro y el mayor pudo notar que se veía intranquilo- ¿Tengo algo en el cabello?- pregunto ingenuamente.
-Kankuro, ¿porque no te defendiste?- el nombrado lo miro algo sorprendido, y tardo unos momentos en comprender a lo que se refería su hermano.
-Pues...no lo se- respondió desviando la mirada, no quería hablar de eso.
-Kankuro...-lo que sea que Gaara iba a decir, Kankuro lo interrumpió.
-¡Deberas no lo se! Si lo supiera te lo diria, enserio, solo... sentia... que lo merecía...- había alzado la voz un poco, luego fue bajándola hasta que lo ultimo fue solo un murmullo. Pero Gaara lo había escuchado perfectamente.
-Kankuro...- murmuro el pelirrojo acercándose a su hermano y fijando la vista en el.
El nombrado sintió que su respiración se cortaba, la sed que había sentido hace unos momentos se volvía mas intensa, su corazón latía fuertemente por una extraña razón y, no podía apartar la vista de esos penetrantes ojos que lo observaban.
Al mismo tiempo no pudo evitar notar que el rostro de Gaara mostraba algo de preocupación, su ceño se acomodaba de una manera lastimosa y sus labios formaban una mueca de tristeza, aunque eran casi invisibles Kankuro conocía muy bien a Gaara.
Cuando sus rostros estuvieron demasiado cerca el mayor comenzó a sentir como su rostro se calentaba y, ahora el entorno parecía ser frio. Los labios de ambos estaban a centímetros de tocarse y fue ahí cuando el mayor respondió- ¿Si?...Gaara- fue apenas un susurro, pero el menor había puesto mucha atención a todo lo que hacia su hermano, como se veía y como reaccionaba, lo que decía; todo. Y escuchar la voz del mayor decir su nombre de esa forma, lo hizo sentir cálido por dentro; era una calidez distinta a la que había sentido antes, única y suave. Puso una mano sobre su pecho y noto que este latía con fuerza, luego la poso sobre el pecho de Kankuro y noto que era lo mismo para el. Sus mejillas se sentían calientes y al ver la cara de su hermano enrojecida se calentaron aun mas.
-No digas que...te merecías esto- susurro el Kazekage pasando su mano por el rostro de su hermano. Acariciando suavemente la herida que este tenia en el labio y acercando sus rostros aun mas. Tanto que sus narices se rozaban y sus respiraciones agitadas chocaban. El pelirrojo rozo los labios del mayor y ambos cerraron los ojos. Sintiendo el calor abrazarlos y la suavidad de su piel tocándose delicadamente.
Cuando estuvieron a punto de sellar sus labios, el castaño abrió los ojos y se aparto- ¡Espera!- Gaara lo miro fijamente- no debemos...- continuo mientras desviaba la mirada al suelo, sentia mucha vergüenza y su pecho ahora parecía ser estrujado con fuerza; tenia un nudo en la garganta y su sed aumentaba.
Gaara noto los ojos de su hermano entristecerse y decidió marcharse antes de empeorarlo todo; recién había hecho que Kankuro se sintiera bien y ahora se veía aun peor- Lo siento, sera mejor que me vaya- dijo en su usual tono de voz pero el castaño no pudo evitar notar que sonaba algo decepcionado.
-¡No es tu culpa!- le dijo Kankuro extendiendo su mano hacia su hermano, parecía que iba a levantarse e ir tras de el. Pero se quedo quieto.
-Buenas noches, Kankuro- se despidió su hermano y cerro la puerta detrás de el y se dirigió a su habitación.
Kankuro se quedo ahí unos instantes tratando de asimilar lo que acababa de pasar, no apartaba la mirada de la puerta. Hasta que el calor que sentia lo estaba matando y se quito su capucha y su camisa, luego tomo el vaso de agua y se la bebió toda de un trago. Luego se tiro en el futon y miro al techo, tratando de conciliar el sueño.