Senshi no Fukkatsu

Naruto
F/M
Gen
G
Senshi no Fukkatsu
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Summary
Samantha Rodríguez fue declarada muerta el día de su cumpleaños numero 40, consagrándose heroína mundial. Ahora los ángeles necesitan un favor, jurando que una vez terminado podrá descansar en paz.
Note
¡Hola! Esta historia ya esta publicada en fanfiction.net a través de mi usuario Sonrisas Rotas, no hay plagio ni robo de contenido porque soy la misma autora en distintas plataformas.
All Chapters Forward

El principio del fin

Otro grito ahogado resonó por las montañas, seguido de un golpe seco. El último objetivo había sido eliminado. Chieko sacudió a Zangetsu en el aire sacando los restos de sangre en la hoja, la espada zumbando alegre por la matanza. Dos sombras se cernieron detrás, la mujer girando completamente segura mientras enfundaba su espada. Zabuza y Haku le saludaron, acercándose a que la kunoichi les revise como lo hace rutinariamente.

Chieko fue minuciosa, su ceño fruncido en concentración mientras buscaba cualquier signo de herida o dolor en el par de hombres. Zabuza resoplo exasperado cuando la pelinegra saco el pañuelo lila que siempre lleva consigo y le limpio las gotas de sangre que machaban su piel, aunque si eras más observador te darías cuenta cómo el hombre se relajaba ante el tacto, sus ojos marrones como madera pulida brillaban con afecto al ver las acciones de la mujer, inclinándose casi imperceptiblemente al toque delicado que le ofrecía.

-¿Era el último?-

-Si Onēsan, ya destruimos los demás cadáveres-

Ena sonrió complacida, dejando una caricia afectuosa sobre los cabellos negros como los de ella, el menor sonriendo ante sus acciones. Los cuerpos que quedaron en el lugar inmediatamente fueron cubiertos por el cristal, rompiéndose en mil pedazos sin dejar rastro sobre el lugar. Una vez su misión acabo desaparecieron en destellos dorados, dejando las montañas solitarias en paz.


Cuando llegaron a la oficina del Hokage no esperaron ser recibidos con una pelirosa corriendo ciegamente por los pasillos, chocando con fuerza contra la pelinegra quien la sostuvo con delicadeza al darse cuenta de sus lágrimas.

-¿Sakura? ¿Qué pasó? ¿Estas bien?-

La menor trató de ahogar un sollozo al responder pero las amargas lágrimas junto al nudo en la garganta le impidieron hacerlo, se dejó hacer cuando la mujer la envolvió en sus brazos, dejando que su dolor expresado mancharan las vestimentas de Chieko. Sollozo aun mas fuerte cuando sintió como una mano envolvía cálidamente su cuello, dándole pequeños masajes para confortarla.

 Sakura quería separarse, quería gritarle el porqué le quitó al amor de su vida, quería golpearla con todas sus fuerzas para liberar la frustración y decepción  que lleva cargando por años. Pero no puede. No puede al ver la preocupación genuina brillar en esos hipnotizantes ojos dorados; no puede al sentir el calor confortable que desprendía su abrazo; no podía al ser más que consciente de todas las virtudes y características que poseía la mujer, las cuales terminaron por enamorar a su compañero de equipo; no podía al saber que no tiene nada de culpa por su corazón roto. Ella sabía, ella sabe que la única culpable es ella misma por aferrarse a un amor que desde el principio no tenía lugar, no tenía como nacer.

-¡Sakura-chan!-

Lo que menos esperaba Naruto después de salir corriendo detrás de su compañera de equipo era encontrarse con sus tíos y madre en medio del pasillo, con su mamá abrazando de forma protectora a la pelirosa con una mirada preocupada ocupando sus rasgos.

-Que paso y quiero saberlo ahora-

Naruto trago pesadamente, sintiendo su cuerpo temblar ante el tono de voz que uso su madre. Negó internamente, lo peor que podía pasar pasó al encontrarse directamente las dos mujeres, ahora solo queda rezar para que su madre tenga piedad con su hermano una vez se entere lo que sucedió.

``Estas jodido teme´´.


La tensión era palpable en el hogar de los Ena, todos desayunando en silencio. La matriarca bebía en silencio su taza de café mientras leía unos informes, ignorando completamente al Uchiha menor que hacía de todo para llamar su atención.

Chieko le hizo un trato de silencio a Sasuke después de enterarse como trato a su compañera de equipo segundos antes de que llegaran, rompiendo cruelmente el frágil corazón de la muchacha. No está enfadada por el hecho en sí, sabía que su pupilo no tenia sentimiento alguno más que el compañerismo por Sakura; lo que le molesta es como lo hizo, usando palabras crueles y atacando el vulnerable autoestima de la pelirosa para alejarla de él de una vez por todas.

Tanto Kakashi como Naruto estaban de acuerdo con su enojo, mas su convicción disminuía día a día al ver lo desdichado que se veía Sasuke cada vez que la pelinegra le ignoraba, como una flor marchitándose al no recibir los rayos del sol.

Ena se levanto, despidiéndose de todos en general mientras desaparecía del lugar entre destellos dorados, dejando atrás una brisa helada con su fría indiferencia. Sasuke se hundió en su lugar, chocando ruidosamente su frente contra la mesa aguantando las ganas de llorar. Ya eran casi dos semanas de que empezó con esto, sintiendo su corazón encogerse aun mas cada vez que Chieko le ignoraba, llegando incluso a dar por terminado sus lecciones juntos.

No sabía qué hacer, era la primera vez que Chieko estaba tan enojada con alguno de ellos como para saber actuar para ganar su perdón. Después de los tres días seguidos en que siguió con su trato silencioso el Uchiha intento de todo para por lo menos hacer que los ojos dorados le miraran de nuevo. Gimió despacio, la frustración haciendo estragos con los días en que pasaba sin las atenciones y cariños de la mayor.

Los demás vieron con lastima al Uchiha, nadie era capaz de ayudarlo al no saber qué hacer. Itachi suspiro audiblemente, posando en modo de consuelo una mano en el hombro de su hermano menor, quien se estremeció un poco ante el contacto.

Naruto asintió para sí mismo al ver esto, devorando velozmente los restos de comida en su plato para levantarse apresurado y dejarlo en el lavabo, agradecido que hoy no era su turno de lavar. Salió a trompicones de su hogar, yendo directo a la única persona que podría ayudarlos con esto.

Freno en seco cuando llegó a su destino, golpeando apresurado la puerta impaciente. Su sonrisa creció cuando la persona que buscaba le abrió la puerta con una cara cubierta de ira para pasar en menos de un segundo a la confusión genuina al verlo parado allí. Pidió entrar, rogando a los dioses que su plan saliera como esperaba, Sasuke le debería una muy grande después de esto.


Unos toques vacilantes resonaron en la madera de la puerta, haciéndole levantar la vista de los tratados comerciales con Kumogakure. Se sorprendió un poco al identificar el chakra de la persona que esperaba su permiso, mas lo oculto con éxito plasmando una sonrisa amable en sus rasgos.

-Adelante-

Una tímida Sakura ingreso a la oficina, avanzando lentamente hasta el frente del escritorio que ocupaba actualmente.

-¿Paso algo Sakura-chan? Si buscas a Tsunade ella fue al hospital a realizar unas rondas, mañana es mi turno por lo que la encontraras más fácilmente-

-No busco a Tsunade-sama ahora- la muchacha frente suyo sentía como esos ojos dorados podían leer su alma – A quien busco es a usted Chieko-sama-.

No pudo evitar suspirar molesta por el estúpido sufijo, se rindió al trata de hacerle cambiar su forma de dirigirse a ella. Le indico con unos simples gestos que tomara asiento, dejando los papeles de lado y poniendo toda su atención en la chica, presintiendo que era una charla seria.

-¿En qué puedo servirte Sakura-chan?-

La pelirosa movía nerviosa sus manos, evitando adrede su mirada. No se molesto, sabía que de cierta manera provocaba eso en las personas por lo que fue paciente, sonriendo levemente para darle seguridad.

-Me dijeron que está enojada con Sasuke-ku – digo Sasuke-san-

Asintió en silencio, sabiendo que no debía interrumpir ahora que junto el coraje para hablarle, sabiendo de antemano que el único que le iría a contar eso es nada más que su hijo idiota y querido.

-Bueno, em, también me dijeron que fue por mi culpa…-

-No Sakura- le freno de inmediato, la pelirosa alzando su mirada sorprendida por primera vez en toda la interacción - No es tu culpa, Sasuke es lo suficientemente mayor para saber asumir sus errores, por lo que es plenamente consciente del porque estoy enojada con él-

-Pe-pero es por mi causa ¿Cierto? Porque me encontró llorando la otra vez-

-No Sakura, no cargues con culpas ajenas, solo te abrumara- la mayor poso su mano callosa sobre la de la muchacha, dándole un apretón cariñoso – Aunque si estoy enojada con Sasuke por ese hecho no significa que sea tu culpa; mira, estoy enojada con él por lo cruel y desconsiderado que fue contigo y tus sentimientos, sabiendo que pertenecen al mismo equipo busco dañarte con sus palabras y poner en peligro la dinámica de equipo entero; yo no lo crie para que fuera alguien arrogante y frio que solo busca dañar a los de su alrededor, menos que sea alguien que no le importa dañar a quienes le importan; si no correspondía tus sentimientos esta en todo su derecho, mas no puede ir a atacarte a conciencia y adrede, simplemente no está bien; no tuvo en cuenta tus sentimientos y ni siquiera respeto el vinculo que tienen como compañeros de equipo, y para mí eso es inaceptable-.

La joven kunoichi quedó totalmente conmovida ante la sinceridad abrumadora de la mayor, lagrimas cayendo de sus ojos jades sin su permiso, mirando con nueva luz a la mujer frente a ella. Rio entre lágrimas al ver el pánico que generó en Chieko al verla llorar, viendo como casi se tropieza al levantarse abruptamente para ir a su lado, arrodillándose sobre una pierna mientras tomaba sus manos entre las suyas.

-No Sakura, no llores; no es tu culpa ¿Si? Nada de esto es tu culpa, eres una muchacha hermosa y maravillosa, mereces alguien que te de los mayores tesoros del mundo, que te trate como si fueses una joya invaluable, que al mirarte solo sea capaz de verte a ti, como eres, y te siga amando a pesar de todo. Mereces el cielo y mas mi niña, así que no llores por este amor sin tiempo, allá fuera seguramente hay miles de personas soñando cada día a que los mires por lo menos un segundo; no dudes de eso pequeña flor, eres perfecta tal cual eres-

Las lagrimas siguieron cayendo, sin poder evitarlos se lanzo a los brazos de la pelinegra riendo sin parar, su corazón tranquilo por primera vez en lo que fue días sumidos en la depresión por el rechazo, dándose el lujo de aspirar la dulce y floral fragancia de la mujer.

Chieko quedo conmocionada unos segundos ante el ataque repentino de la menor, riendo suavemente cuando la sintió reír mientras la envolvía en sus brazos sobre la pequeña figura, relajándose al ver que su llanto paro.

Sakura se quedo toda la tarde haciéndole compañía a Chieko, riendo sinceramente como no lo hizo en días con las anécdotas divertidas y algunas hilarantes de la pelinegra con sus compañeros de equipo, un sentimiento cálido creciendo en su pecho por la mayor, sintiéndose tan ligera como no lo hizo en años.


En medio de iluminada noche un joven de suaves cabellos como alas de cuervo admiraba perdido en sus anhelos el cielo estrellado, sus ojos como obsidianas sin brillo, opacos y vacíos como su interior desde que su persona amada decidió ignorarlo, negándole sus dulces toques.

Una dulce fragancia inundo sus sentidos, girando apresurado sobre si para encontrarse de lleno con unos profundos pozos dorados que sintió como años que no los tenía sobre si. Su corazón palpitaba tan fuerte dentro de su pecho que temía que su visitante inesperado pudiera oírlo.

-¿Chieko…?-

-¿Podemos hablar?-

Asintió casi desesperado, seguramente cuando termine todo esto se reprochara toda la noche su actitud infantil y descarada, pero ahora no podía evitar estar emocionado de que le volviera a hablar después del martirio que fue su silencio.

Contrario al desastre en su interior su rostro no traiciono el caos que era, sus ojos los únicos delatores para quien sabía leerlos, y lastimosamente para él la mujer en frente era una de la que mejores lo descifraba. Chieko se acerco tranquila, tomando asiento con calma al lado del muchacho en el espacio sobrante del borde de la ventana. Se quedo admirando en silencio el perfil perfecto de su tutora, pudiendo admirar de cerca el rostro bañado por la luz lunar dándole un toque angelical.

-Sabes que estoy enojada contigo ¿No?-

Se negó a contestar, desviando su mirada al astro plateado. Para su suerte (o desgracia) Chieko fue capaz de interpretar su silencio, captando al instante su respuesta implícita.

-¿Peor sabes el porqué lo estoy?-

Quería negarse a responder, pero era muy consciente que si se hacia el difícil ahora es probable que Chieko se niegue a intentar resolver las cosas entre ellos.

-…Si- sus ojos volvieron a encontrarse con los dorados, un escalofrió imperceptible sacudiendo su columna – Aunque puedo entender el origen de tu disconformidad no veo donde fue que me equivoque-.

-Sasuke-

El aire se volvió hostil a su alrededor, los pozos dorados ardiendo levemente cuando le miraron, provocando una pequeña presión dolorosa en su pecho. Si ese tipo de mirada provoco dentro de él un calor placentero pues nadie más lo sabrá.

-Digo la verdad Chieko, solo fui sincero con ella sobre algo que ya todos sabían-

La vio fruncir la nariz, dicho gesto acaparando casi toda su atención si no fuera que la charla que estaban teniendo era sumamente seria.

-Lo sé Sasuke, y estas en todo tu derecho en rechazar sentimientos que no correspondes, pero eso no te da derecho de casi destrozarla emocionalmente para que te deje en paz-

-¿Y que mas debería haber hecho? Se lo deje claro la primera vez, no puede pensar que solo porque pasaron un par de años algo cambiaria-

-¿Primera vez?-

Se golpeo mentalmente, jamás le conto de este hecho porque se dio cuenta del pequeño cariño que la mayor le tenía a su compañera de equipo y temía que algo como esto ocurriera. Suspiro por dentro, si esto le ayudaba a recuperar la relación que tenían que más da.

-La noche anterior antes de que partiéramos, Sakura vio a tu compañera discípula por la aldea, por lo que se dio cuenta que partiríamos pronto. Me espero toda la tarde fuera del campo de entrenamiento y cuando me vio me confesó sus sentimientos – en un acto inconsciente se inclino cerca de Chieko, cuando se dio cuenta se paralizo por unos microsegundos pero se relajo completamente al ver que no se alejo del contacto, sino que también lo envolvió con un brazo, tomando más confianza  - Trate de rechazarla de forma sutil, pero se volvió demasiado insistente y me dejo entrever que quería viajar conmigo y mi hermano, cuando quise irme se aferro a mí y no me dejaba ir, no me quedo otra que noquearla y dejarla en su casa-.

La mano que posaba tranquila en su brazo empezó a moverse de de forma suave, calmándolo por completo. No protesto cuando Chieko lo acerco mas a ella, apoyando de forma natural el mentón en su espesa cabellera, dejando que inunde sus pulmones con la esencia a fresias y lavandas, el nudo en su pecho que carga desde el día en que decidió ignorarlo desapareciendo con cada segundo que seguía en sus brazos, tomando todo lo que puede como un hombre hambriento, hambriento de caricias y amor.

-No lo sabía my moon…-

-Lo sé, pensé que lo mejor era olvidarlo; pero cuando en la oficina del Hokage quiso hacerme una escena de celos por la misión que tuvimos no pude seguir aguantando y explote. Sé que estuvo mal como arremetí contra ella, se que puse en riesgo toda la dinámica de equipo pero no podía seguir ignorando sus constantes acosos siendo que ya fui muy claro con ella desde el principio-

La mano en su brazo escalo hasta su cabeza, rastrillando con cuidado las uñas desafiladas por su cuero cabelludo, calmándolo a tal punto que sentía su cuerpo lánguido, totalmente feliz de volver a donde pertenece: los brazos de Chieko. La otra mano tomo a la suya entrelazando sus dedos, el mismo afianzando su agarre como medida de seguridad para que no le deje.

-Entonces eres consciente de tu error-

-Mm-

-Entonces creo que ya todo está resuelto, pero le debes una disculpa a Sakura- cuando quiso protestar un beso en su frente lo desarmo por completo, paralizándolo con un sonrojo brillante en las mejillas –Escúchame my moon, Sakura fue a verme hoy a la oficina a pedirme que arreglara las cosas contigo; no te preocupes porque también trate de ayudarle haciéndole ver que no es el fin del mundo, que seguramente encontrara un nuevo amor si solo te deja ir-

Suspiro audiblemente, para que iba a protestar si ahora estaba donde siempre quiere estar.

-Está bien-

Se quedaron lo que queda de la noche así, acurrucados juntos con un Uchiha levemente sonrojado con una pequeña sonrisa impresa en su estoico rostro, aferrado fieramente a Chieko sin ninguna intención de dejarla ir, debía recompensar los días que lo dejo sediento de sus atenciones.


Tsunade estaba al borde de mandar todo a la mierda.

Chieko se fue a una misión en solitario para encontrarse con uno de sus cientos de espías lejos del país, este era quien le daba información exacta de los movimientos de Akatsuki; al mismo tiempo Jiraiya partió por lo mismo dejándole un amargo sabor de boca al recordar su despedida, como si fuera consciente de que sería la última vez que podría hacerlo.

Otro trago amargo que tuvo fue cuando Chieko se negó a mostrarle sus notas de los eventos de ahora, siendo al único que le mostro fue a su viejo compañero de equipo, ambos cargando desde ese día hasta cuando partieron un aura de sombría resignación; el no saber le tenia de un humor infumable junto al hecho que justo ahora que su consejera decide irse todos le ahogaran en papeleo. Shizune y Sakura trataban de hacer lo posible para aliviar su trabajo, pero el hecho de que la presión en su pecho no desaparece sino que va aumentando con los días empeoraba su situación.

Como deseaba tener ahora mismo una botella de sake para alivianar su inminente dolor de cabeza, pero con la mirada reprobatoria de sus discípulas tuvo que combatir sus impulsos. Siguió con lo suyo, esperando que sus amigos volvieran sanos y salvos a casa, rezando por lo que cree en años a los dioses que le fallaron tantas veces.

-¿Estás segura de esto Sakura?-

-Si Tsunade-sama-

Escaneo de arriba abajo a su discípula mas joven, buscando algún indicio de arrepentimiento ante lo que está por hacer, mas solo vio convicción pura en esos ojos verdes como hojas de cerezo. Suspiro, firmando el documento poniendo fin al tiempo de Sakura como miembro del Equipo Kakashi.

-Está hecho, pero con tu deserción del equipo alguien más debe ocupar tu lugar como ninja medico-

-Ya tengo el reemplazo perfecto Tsunade-sama-

-¿Ella sabe?-

El leve sonrojo que pinto las mejillas de la menor fue suficiente respuesta.

-Cuando quise informarle ya se había ido de la aldea…-

Se masaje la frente, seguramente la pelinegra se llevara una gran sorpresa cuando regrese.

-Bien, ahora Haruno Sakura pertenece al Equipo Yamato, conformado por Yamato como su líder, Jo Kenji y Sai-

-Arigatō Hokage-sama-

-Ahora mismo están entrenando en el campo 5, les dije que hoy conocerían al miembro faltante, lo mejor será que vayas -

-Hai Tsunade-sama-

-Puedes irte-

Antes de que la pelirosa abriera la puerta para irse la detuvo llamándola por su nombre, los orbes jade mirando con curiosidad su interrupción.

-Estoy orgullosa de ti Sakura y de la mujer en la que te estás convirtiendo-

La sonrisa que recibió fue suficiente para calmar aunque sea un poco el malestar en su pecho, feliz de que su más joven alumna busque la felicidad lejos del amargado Uchiha que no tiene ojos para nadie más que su tutora.


Después de evitar que Sakura mate a su nuevo compañero por su comentario fuera de lugar Yamato los puso a pelear contra sus clones de madera para ver sus habilidades y para ver si son capaces de convertirse en un equipo.

Quedo impresionado por la fuerza que demostró la muchacha, pero incluso los puños cubiertos de chakra de la pelirosa ni los dibujos que cobran vida de Sai fueron capaces de superar las patadas cargadas de electricidad del rubio ceniza, quien con solo dos técnicas destruyó por completo sus clones yendo directo en ayuda de sus nuevos compañeros, siendo tan claro como la luz del día quien será quien ocupe el lugar de líder dentro del trió.

Vio como Kenji era capaz de acoplarse perfectamente a los dos restantes, sabiendo cómo tratar con la asocialidad de Sai dejando pasar los comentarios ofensivos y centrándose en cómo le explica la funcionalidad de los dibujos y la tinta; como también manejando el temperamento de Sakura soltando halagos o distrayéndola lo suficiente para que olvide el agravio contra ella, volviéndose el mediador y, por ende, el puente de unión entre todos. También sus técnicas y formas de luchas eran impecables, sumándole el hecho que maneja el Hiraishin como si fuese respirar, mandando descargas eléctricas por todo lo que sea conductor dejando quemaduras casi invisibles donde deja pequeñas porciones de chakra como marcador para teletransportarse, algo que ideo junto con Chieko según lo que le comento Kakashi tomando la misma idea de los micro cristales de ella.

En un mal movimiento Sakura tropezó y perdió el equilibrio pero Kenji se dio cuenta y desapareció de su lugar con Sai para aparecer justo a tiempo entre destellos neones al lado de la muchacha tomándola en sus brazos evitando que se lastime. La pelirosa quedo unos segundos aturdida en los brazos del rubio, pudiendo admirar de cerca los rasgos afilados del muchacho, atrapada en los mares esmeraldas que le miraban fijamente comprobando si estaba herida. Salió de su trance cuando Kenji le sonrió amigablemente, enderezando sus posturas hasta estabilizarlos, sonrojándose levemente ante el pequeño hormigueo que persistía en las zonas de contacto entre ellos. Se alejo apresurada, metiendo un mechón rosado detrás de su oreja evitando la mirada del rubio que seguía sonriendo, acostumbrado a las reacciones tímidas de las damas.

Yamato no se perdió ni un segundo de la interacción, sonriendo por dentro al pensar las expresiones que haría la pelinegra cuando le cuente lo que sucedió. Siguieron con el entrenamiento, satisfecho con los resultados.


Su informante le dejo muchísima información, además de confirmarle la presencia del nuevo Akatsuki llamado ‘Tobi’, era cuestión de tiempo de que el asedio a Konoha se diera, aumentando sus nervios al saber que Jiraiya decidió viajar solo a pesar de la información que le dio del futuro. Por lo menos fue capaz de convencerlo de llevar uno de sus cristales, en el momento en que lo quiebre ella sabrá que necesita de su ayuda y se teletransportara directamente hacia él.

También esperaba que su carta le haya llegado a su maestro, en la que con palabras claves hizo su pedido de ayuda con sus presencias en la aldea, ya le dio un aviso antes de irse a Tsunade de que los esperara en cualquier caso de que no estuviera ella misma para recibirlos. Sabía que los únicos que podían ayudarle a que los daños y pérdidas humanas se redujeran eran su maestro y compañera discípula, muy consciente que ella junto a su equipo de genios no eran suficientes para los caminos del dolor.

Siguió su camino saltando entre rama y rama cuando lo sintió, esa sensación de molestia y presión detrás de sus ojos, indicio de que acaba de entrar en un genjutsu. Freno en seco, dejando salir una gran cantidad de chakra obligando a disolver la ilusión. Sin perder tiempo cientos de micro cristales se formaron en el lugar, sus ojos viendo fijamente una copa de árbol, distinguiendo claramente las vestiduras negras con nubes rojas, además de la icónica mascara naranja.

-Deja de esconderte, se que estas ahí Tobi-

El nombrado apareció en menos de un segundo frente a ella, mas ni siquiera parpadeo al ser más que consciente quien está detrás de la actitud infantil y la máscara de un solo ojo.

-¡La hermosa señorita sabe mi nombre! Ah, Tobi esta tan nervioso-

Sonrió minúsculamente, arqueando su ceja izquierda ante el intento de coqueteo del Uchiha disfrazado. Tobi se dio cuenta de esto e hizo la perform de estar avergonzado tratando de cubrir el sonrojo, para su gran sorpresa y deleita la máscara se tiño de rosa en la zona donde deberían estar las mejillas. Aplaudió mentalmente, si que era buen actor.

-¿Puedo saber porque el nuevo Akatsuki me está siguiendo? Y por favor, no pierdas energía tratando de ponerme en un genjutsu, soy inmune a ellos-

El muchacho frente a ella trato de parecer avergonzado por ser descubierto, era conocido por todo el mundo ninja que era imposible vencerle tratando de usar las ilusiones, si no pregúntenle a Danzō en el otro lado que tal le fue.

-Bueno, Tobi tenía curiosidad sobre la hermosa señorita de la que tenemos orden de aniquilar, según Hidan-senpai y Deidara-senpai además de ser tremendamente peligrosa es muy hermosa ¡Y no estaban equivocados!-

-Vaya, me halagas, y por lo que puedo sentir también eres muy guapo To~bi-

-¿¡Eh-eh!? ¡Qué cosas dice señorita! ¿¡Como esta tan segura si no puede verme!?-

-Instinto femenino cariño, y nunca me equivoco-

Otra vez vio con asombro como gotas de sudor recorrían cómicamente la máscara cuando le guiño el ojo de forma coqueta, quería preguntarle como hacia ese truco. Sus ojos automáticamente miraron por el rabillo derecho, desenvainando a Zangetsu en un movimiento fluido yendo inmediatamente a cortar las figuras de arcilla, desapareciendo entre destellos dorados de las inminentes explosiones. Apareció encima de su posición anterior, sus cabellos moviéndose ante las ondas de viento con sus tres espadas desenvainadas, sus ojos brillando expectantes.

Deidara sonrió sádicamente, el enfrentamiento que hace tiempo deseaba por fin siendo realidad.

-Tobi, no te entrometas, esto es entre ella y yo-

Tobi asintió obediente, alejándose de un salto del campo de batalla. Chieko sonrió con Zangetsu en la boca, yendo directo contra el rubio terrorista, la adrenalina corriendo por sus venas al recordar su enfrentamiento con Sasori y Hidan. Fue con todo, posicionando a Shūsui de forma horizontal, igual que la de la boca, por detrás del hombro y a Yubashiri también por detrás suyo pero en diagonal. A continuación se impulso hacia adelante impulsando también las espadas y lanzo tres proyectiles de aire y energía cortantes hacia Deidara, que con la fuerza se transformaron en grandes cortes de aire comprimido y energía natural.

-¡Santōryū: Hanahyakunijū Pondo Hō (Estilo de tres espadas: Fenghuang de 720 libras)!-

La explosión fue lo suficientemente fuerte para hacer temblar la tierra, dando inicio a una destrucción asegurada del lugar ante la pelea a muerte entre dos seres sin escrúpulos.

Tobi admirada todo desde su lugar asegurado, sintiendo su sangre hervir en expectación al ver el poder en vivo de la mujer, viendo como jugaba con Deidara dirigiendo la batalla a su gusto, saboteando todos los intentos del rubio de atacarle por la espalda, manejando la energía natural a su antojo. Pero algo paso que ninguno se esperaba.

Al explotar otra figura de arcilla Chieko se dio cuenta después en segundos esenciales de la sustancia que acompañaba al humo, cubriendo su boca y nariz de inmediato con su manga mientras desaparecía de la nube venenosa, apareciendo sobre ella mientras oía reír a Deidara.

-¡Esta es mi venganza por Sasori no Danna! Este era su veneno más potente hecho exclusivamente para ti, no sabes lo grande que fue mi euforia cuando encontré un frasco con el mismo entre sus pertenencias-

Chieko iba a responder con algún comentario sarcástico cuando lo sintió, un ardor como si hierro fundido corriera por sus venas, sintiendo como sus órganos colapsaban al mismo tiempo, escupiendo una gran cantidad de sangre coagulada. Su chakra no tardo un segundo en actuar, purgando el veneno dentro de sus pulmones facilitándole respirar, tomando grandes bocaradas de aire. Siseo ante el ardor en su cuerpo, el veneno actuó inmediato dentro de ella dañando su sistema, su chakra hacia lo que podía sanando todos sus órganos a la vez, llevando mas a los órganos importantes. Limpio si ceremonias su boca cubierta de sangre con su manga, si quería vivir debía liberar una de sus técnicas prohibidas.

Rápidamente tomo a Zangetsu cortando profundamente sus manos, dejando que su sangre bañara totalmente la hoja de la katana ante la mirada atónita de los Akatsuki al verla todavía en pie y con fuerza para moverse. Zangetsu reacciono ante su tributo y pedido, soltando grandes oleadas de energía demoniaca que puso los pelos de punta en los presentes, el instinto animal de cada uno instándoles a huir lejos del poder oscuro y asfixiante.

Solo existen historias de un solo hombre que fue capaz de manejar la espada demoniaca, sin sucumbir nunca ante el aura asesina de la katana que enloquecía a cualquiera que la portara para saciar su sed de sangre. Roronoa Zinan fue más que conocido en el mundo, siendo respetado por igual entre ninjas y samuráis, siendo una leyenda viviente al lograr domar la espada salvaje. Pero había algo que no todos sabían, la misma espada que le dio su fama fue la causante de su deceso, de su razón de aislarse lejos del mundo cuando la energía oscura era demasiado poderosa para suprimir, siendo consciente que los susurros dentro de su mente clamando destrucción eran más fuerte día a día, sabían que algún día lo dominarían por completo perdiéndose en sí mismo, volviéndose solo un recipiente para la espada maldita. Antes de perder la cordura por completo sello las espadas y acabo con su vida lejos de la cueva que llego a llamar hogar, su cuerpo descomponiéndose en medio de un bosque abandonado sin que nadie lo supiera, el último gran sacrifico del legendario espadachín.

Atsushi y Chieko lo descubrieron en unos de sus viajes, encontrando lo que serian restos humanos cerca de un arroyo, Zangetsu admitiéndoselo una vez tuvo contacto con los huesos. Fue la primera vez que vio a su maestro llorar cuando le mostro los recuerdos que la espada le transmitió, consolando al animado hombre que en ese momento lloraba a gritos la pérdida de su hermanito menor, de ver que al final no lo abandono como él creía, sino que decidió protegerlos a todos a costa suya.

Después de que el pelinegro se durmiera agotado por la marea de emociones Chieko lo dejo protegido con una barrera de cristal, alejándose del pobre hombre para hablar con su espada, con la única que decidió vincular su espíritu indomable con ella, uniendo sus existencias para siempre.

Zangetsu fue sincero, a pesar de su espíritu sádico, cruel y arrogante jamás le dio problemas a la mujer, porque según sus propias palabras: ‘Fuiste la única que nunca busco domarme o someterme, fuiste la única que busco mi aprobación antes de portarme y tu alma paso por los tres mundos volviéndote sabia, sin temor a mi origen forjado, consciente de que también portas oscuridad en tu interior y dejándome conectar con ella sin temerme ni pensar que te poseeré’.

Después de esa profunda charla con su espada esta misma le mostro el porqué su gran sed de sangre parecía insaciable y como eso le ayudaría a  sacar todo su potencial. Solo necesitaba la sangre de su portador para activarse, además de permitirle sacar a la luz la oscuridad de su portador*.

Eso mismo es lo que estaba haciendo Chieko, sintiendo como la energía densa y oscura entraba en su ser eliminando cualquier amenaza que atente contra su vida, el veneno sucumbiendo ante el poder demoniaco; la hoja se tiño de carmesí al mismo tiempo que sus manos se teñían completamente de negro hasta el antebrazo. Cuando las olas de poder disminuyeron, fueron visibles como sus ojos dorados brillaban como luceros en medio del imponente océano de obscuridad.

Deidara estaba pasmado, consternado a más no poder al sentir el inmenso poder maligno que rodeaba a la mujer, el miedo corriendo por sus venas al ver la sádica sonrisa que le dedico.

Sabía que iba a morir.

Era obvio, inminente ante la visión del destino, sintiendo su sangre helarse ante cada intento frustrado de alejarse o dañar a la pelinegra, viendo con terror fundado la imposible velocidad con la que se movía, como si todavía usara el Hiraishin; los cortes que realizaba con la espada dejaban salir halos de energía que destruían todo a su paso; además de la risa jodidamente tétrica* que resonaba por todo el lugar.

Sabía que iba a morir, pero maldito sea el destino si no va a tratar de llevarse a esta perra con él.

Se saco de encima sus ropas rasgadas, mostrando su cuerpo con las cicatrices de sus anteriores encuentros, revelando una cuarta boca en su pecho justo encima de su corazón. Tomo toda la arcilla que tenia, dándosela a la boca mientras activaba su Kyūkyoku Geijutsu (Arte definitivo), sonriendo maniaco al ver como se acercaba a su inminente muerte la pelinegra con cada escultura de arcilla que destruía para llegar a él. Su cuerpo empezó a traslucirse, venas negras siendo visibles mientras alimentaban la cuarta boca con todo su chakra.

-¡Este es mi último acto, donde mi arte recibirá la admiración que siempre ha merecido!

``La explosión será de un radio de diez kilómetros, no tiene escapatoria… Lo siento Tobi´´.

Fue en cuestión de segundos que la espadachín llego hasta él, sonriendo feliz al ver que ambos se irán al infierno juntos. Bramo feliz al ver el rostro sorprendido de la mujer, no tenia como escapar.

-¡Llora hasta la muerte! ¡Porque mi arte es una EXPLOSION! ¡KATSU!-

Una gran explosión se dio en el lugar, sacudiendo la tierra con absoluta violencia mientras se alzaba por los cielos una gigante figura de estrella de tres puntas, consumiendo todo a su alrededor, destruyendo todo el lugar. Nada sobreviviría a tal explosión, nadie podría salir de allí con vida.

O eso creíamos todos.

Después de unos largos y tortuosos minutos la explosión por fin ceso, dejando como única evidencia un cráter de diez kilómetros de radio y varios metros de profundidad, aun con pequeños hilos de vapor saliendo de la tierra quemada. En medio del apocalíptico escenario una cúpula de cristal dorado sobresalía como un pulgar adolorido, con algunos trozos cayendo ante los quiebres que recibió. En menos de un segundo la cúpula se quebró en mil pedazos, dejando ver a una Chieko sin aliento dentro, usando a Zangetsu como soporte.

Chieko cerró los ojos por unos instantes, dejando que la energía natural entrara a su cuerpo a grandes velocidades tratando de limpiar sus canales de chakra de la energía demoniaca, la fatiga que le venía después de usar este tipo de técnicas era tal que no podía moverse por días, dependiendo de cuánto tiempo lo mantuvo activo. Sabía que no podía desplomarse aquí mismo, por suerte esta técnica no afectaba sus niveles de chakra al usar la energía demoniaca para llevar al límite de lo sobrehumano sus habilidades físicas por lo que seguían intactas. Cuando fue capaz de sostenerse con sus propios pies envaino a Zangetsu, agradeciéndole a través del vínculo por su ayuda. Respiro hondo y escupió los restos de sangre envenenada, sus órganos principales ya estaban completamente curados por lo que no corría riesgos.

``Mierda Sasori, que suerte que no deje que ninguna de tus armas me lastimara esa vez. Deidara mostro ser más ingenioso al hacérmelo inhalar sin poder evitarlo, hijo de perra´´.

Cuando fue capaz de tragar sin sentir el sabor metálico de la sangre se preparo para partir, cuando sus huesos se helaron al sentir como el pequeño cristal que guardaba en su pecho se quebró, girando completamente en dirección al este, sus pupilas estrechadas a más no poder al darse cuenta del significado de esto.

 Desapareció entre destellos dorados, desplazándose como un rayo en dirección al chakra del maestro de su hijo, rezando a los dioses que le permitan llegar a tiempo.

A pesar de su peligroso estado no dejara que Jiraiya muera, sabia cuanto significaba el hombre para su hijo como para dejarle sentir tal dolor si lo pierde.

No dejara morir a Jiraiya, no dejara que se sacrifique como Hiruzen, no lo hará. No importa como termine ella, no volverá a fallar, nunca.

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