Senshi no Fukkatsu

Naruto
F/M
Gen
G
Senshi no Fukkatsu
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Summary
Samantha Rodríguez fue declarada muerta el día de su cumpleaños numero 40, consagrándose heroína mundial. Ahora los ángeles necesitan un favor, jurando que una vez terminado podrá descansar en paz.
Note
¡Hola! Esta historia ya esta publicada en fanfiction.net a través de mi usuario Sonrisas Rotas, no hay plagio ni robo de contenido porque soy la misma autora en distintas plataformas.
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Planificación

La tensión era tan palpable que podías cortarla con un kunai. El silencio los envolvía, dejando que las últimas palabras dichas por cierta kunoichi quedaran suspendidas en el aire, esperando que alguien se atreviese a contradecirlas.

Hiruzen miraba indiferente la escena frente suyo, mas por dentro no controlaba las carcajadas que, con años de experiencia, logro reprimir sin problemas en su exterior al ver a sus antiguos compañeros de equipo acorralados (de nuevo) por la pelinegra. Chieko miraba impasible a los ancianos frente suyo, como si hubiera comentando del clima en vez de poner en jaque al consejo, de nuevo.

Homura, Koharu y Danzō hervían de indignación al verse nuevamente acorralados por la joven frente suyo pero como el Hokage siempre les decía cuando expresaban sus reclamos, no era considerada un prodigio por nada. Si las miradas dañaran Chieko tendría su cuerpo mutilado en estos momento. Se miraron entre ellos, asintiendo con lentitud al verse sin opciones ante lo que les pedía la mujer.

Los tres miraron al Hiruzen, Homura asintiendo por todos al verse incapaz de hablar, conociéndose seguirá buscando pelea contra la pelinegra para ser refutado sin piedad de nuevo.

Hiruzen se abstuvo de sonreír, sabiendo que eso ofendería aun más a los consejeros. Miro a la joven mujer frente suyo, parada orgullosamente delante de sus nuevos protegidos, desafiando con la mirada a que le dijeran algo.

-Ena Chieko, a partir de hoy tu misión será custodiar a Momochi Zabuza y Haku desde el momento en que salgan de esta habitación, serán tu responsabilidad hasta que se compruebe que sus intenciones son benéficas para Konoha. Se les pondrá sellos restrictivos que les imposibilitara utilizar chakra hasta que pasen su periodo de prueba de dos meses, una vez acabado serán asignados al rango más bajo para luego ascender según la evaluaciones que se crean necesarias en el momento-

-Entendido, Hokage-sama-

Dos anbus se acercaron a los ex ninjas renegados, dibujando sellos restrictivos en sus cuerpos para luego activarlos. Ambos sintieron como sus canales de chakra se cerraban en ciertos puntos, imposibilitando de un futuro uso. Zabuza estuvo tentando a protestar pero con la suave mirada de Haku y el resplandor molesto que envió Chieko fueron suficientes para hacerlo obedecer.

-Si no hay más que discutir, son libres de retirarse-

Los tres se inclinaron ante los ancianos, retirándose calmados del lugar. Una vez afuera la sonrisa arrogante de la mujer se hizo notar, un brillo de diversión iluminando sus ojos. Sus acompañantes lo notaron, el mayor dejando salir unas cuantas carcajadas.

-No mentías cuando dijiste que te encantan pelear con ellos- comento divertido el moreno, esta jovencita cada vez más le caía mejor.

-Es uno de mis pasatiempos favoritos, ya extrañaba ver sus caras coléricas al no poder responderme- su sonrisa zorruna se hizo más grande, ahora si provocándole un ataque de risa a su nuevo inquilino, con el menor del grupo mirándolos con una sonrisa suave en su rostro, feliz como hace tiempo no se sentía.

Los tres caminaron por las calles de Konoha con tranquilidad, por sugerencia de la pelinegra habían abandonado sus hitae-tae de Kumogakure bien salieron de la reunión por lo que podían pasear sin llamar tanto la atención, porque un hombre que carga una espada de casi su mismo tamaño junto a un chico que resaltaba entre todos por su belleza siendo escoltados por la Princesa de Cristal no era algo que podías ignorar fácilmente.

Chieko bailo en su mente, feliz de haber cumplido uno de sus primeros objetivos, dejando que su felicidad se viera en sus radiantes sonrisas y sus ojos brillantes como el sol.

Hoy era un buen día.


Un mes y medio había pasado y las cosas en el hogar de nuestra protagonista eran de los más interesantes

Después de su ‘charla’ , masacre, con el consejo Chieko los llevo inmediatamente de compras, alegando que necesitaban más ropa y objetos personales de los que llevaban. Por primera vez en sus vidas los ex mercenarios sintieron el verdadero cansancio al estar casi cinco horas completas yendo de tienda en tienda comprando lo que según su nueva guardiana les hacía falta. 

Los llevo a una tienda de una mujer anciana que estaba extasiada con la belleza andrógina de Haku, casi ahogando al pobre muchacho sobre montañas de ropa que le decía le iban a quedar de maravilla. Después fueron a comprar materiales para redecorar sus habitaciones y algunas cosas de uso personal. Cuando vieron las monstruosas cantidades de compras que hicieron se preocuparon por el dinero, la pelinegra descartando sus preocupaciones diciendo:

‘¿Para qué quiero ahorrar dinero si nunca pienso gastarlo?’.

Pasando el mediodía terminaron con todo, con una sonriente Chieko y dos exhaustos ninjas.

Los niños bajo su cargo estuvieron un poco recelosos por unas semanas con las nuevas presencias en su hogar, entrando poco a poco en confianza al ver como su tutora los trataba, aunque erizándose un poco ante los apodos que le ponía el mayor junto a la confianza descarada que mostraba con la pelinegra.

También se hizo regular las visitas sorpresas de Kakashi, argumentando que venía en búsqueda de sus alumnos para entrenar pero siempre llegando entre tres a cuatro horas antes. Chieko sabía que lo hacía para ver si sus nuevos inquilinos no le causaban problemas, dejando siempre que entre y holgazanee en su salón mientras lee sus novelas eróticas sin pudor alguno.

Con el tiempo Kakashi se fue tranquilizando, pero se dio cuenta que disfrutaba de su nueva rutina de ir a molestar a su amiga por lo que siguió con sus visitas diarias para el malestar de los muchachos, que ya tenían que soportar ver a Zabuza coqueteando descaradamente con la pelinegra como para ahora agregarle a su maestro siendo mimado por la misma.

Podríamos decir que todos estaban sorprendidos al ver como los pupilos de la usuaria de cristal no habían hecho de las suyas en tratar de alejar a los dos hombres de la mujer, pero a ciencia cierta los chicos se dieron cuenta que la amistad entre ellos era sincera. Su maestro fue claro desde el principio, dándose cuenta con las interacciones diarias entre los dos viejos amigos que su relación era una hermandad, siempre molestándose entre sí pero a la hora de defenderse el uno al otro no dudaban un segundo. Con el espadachín fue más difícil por su carácter descarado, pero en la convivencia del día a día fueron descubriendo que a pesar del coqueteo diario entre ellos todo era en broma, como si disfrutaran el ver quien sería capaz de hacer sonrojar al otro con sus halagos. Su relación era de amigos que rápidamente estaba evolucionando en otra hermandad al ver como entre los dos llevaban al día el funcionamiento de la casa además de entrenar diariamente, teniendo profundas charlas al finalizar los días cuando los menores descansaban.

Con Haku la situación no era diferente, la diferencia estaba en que Chieko lo trataba con demasiado cariño, disfrutando internamente los tiernos sonrojos que le generaba al muchacho cada vez que le abrazaba de improvisto. Los tres adolescentes se llevaron bien después de aclarar sus diferencias; la naturaleza amable del de ojos marrón le ayudó a acercarse a Naruto mientras que su personalidad tranquila le hicieron caerle bien a Sasuke. Todo termino de aclararse entre ellos cuando un día sin querer Haku llamo a Chieko ‘Onēsan’ frente a todos, volviéndose un tomate andante y sin posibilidades de escapar de la vergüenza al ser aprisionado con fuerza en los brazos de la mujer mientras chillaba que él era su nuevo y lindo Otōto.

Ahora la familia de tres se agrando a cinco, siendo más probable que con el tiempo sean seis, Chieko ya tenía listo los planos para ampliar su casa, teniendo el presentimiento que lo va a necesitar en un futuro.


Hiruzen leía atentamente los papeles frente suyo, su ceño arrugado siendo la única muestra de concentración.

Chieko estaba sentada frente a él, analizando cada uno de sus gestos. Había decidido que hoy sería un buen día para mostrarle sus anotaciones al no estar ninguno del consejo cerca del Hokage, dejando un clon de cristal en su hogar en caso de que esos malditos vejetes se les ocurra mandar otros ninjas a espiar como lo vienen haciendo. La desconfianza que mostraban a su palabra le producía unas enormes ganas de quebrarles los huesos uno por uno ¿Acaso no había demostrado ya que su palabra valía? Había criado a dos niños volviéndolos los mejores de su generación sin ayuda de nadie y aun así se atreven a poner en duda su credibilidad. Oh Dios, cuanto deseaba que llegue el día en que hará que sus lenguas se corten solas al exponer a la escoria que tienen al lado como camarada.

Siguieron en silencio un buen rato, después de memorizar todo el contenido de las notas se las paso a su autora, esta inmediatamente después de recibirlas las quemo con su chakra, dejando que las cenizas se esparzan por el suelo.

-¿Qué sugieres?-

-La invasión no será hasta dentro de un mes más, por lo que tendríamos tiempo de redoblar la seguridad de la aldea y convocar a todos los que viven viajando para tener más abasto- el hombre asintió, de acuerdo con lo dicho -Lo que me preocupa en lo que pasara dentro del Bosque de la Muerte, no permitiré que Orochimaru ponga un solo dedo encima de Sasuke-.

El aire se enfrió un poco en la habitación, el aura asesina que despedía la mujer era suficiente para bajar unos grados la temperatura del lugar.

-¿Y si entras con ellos?-

La cara desconcertada de la ex-soldado le causo un poco de gracia, era raro ver esa expresión en ella al ser la única persona en este mundo con los conocimientos del futuro.

-¿Cómo? Ya escuchaste de parte del consejo que no quieren que este cerca del evento más que de espectadora, temen que haga algo para beneficiar al equipo de mis pupilos-

-Pero no deben saberlo, no es la primera vez que actúas desde las sombras-

La mujer se enderezo, apoyando los codos en la mesa y usando sus manos como soporte para su cara, en una clara muestra de que estaba interesada en lo que dijo.

-Entraras con ellos, los custodiaras desde lejos sin intervenir hasta que haga aparición Orochimaru, ahí podrás salir y ayudarlos a que escapen mientras lo retienes hasta que lleguen los refuerzos-

Chieko no era tonta ni arrogante, aunque se había vuelto poderosa con el pasar del tiempo era consciente de la brecha de poder entre ella y los sannin, en especifico con el que estaba obsesionado con la inmortalidad; sería una sentencia de muerte el creer que sería capaz de hacerle frente sola y salir victoriosa e ilesa del enfrentamiento.

-Es una buena idea, deja que mi equipo sea los que me respalden, son con los únicos que puedo soltar todo mi potencial sin temor a lastimarlos-

-Hecho, revisare que ninguno del equipo Kenshin sea mandado a una misión en estos días-

El silencio los envolvió, cada uno perdiéndose en sus pensamientos sobre el futuro. Minutos antes de que la pelinegra llegara una reunión se estaba dando por terminado, los jōnin-sensei yéndose con los papeles de inscripción para los próximos Exámenes Chūnin que se celebraran en Konoha como hace ocho años.

Hiruzen podía ver a través de la mirada nebulosa de la mujer que estaba debatiendo internamente sobre algo, y por como sus ojos de vez en cuando vagaban en su dirección, pudo deducir que estaba involucrado. Sonrió cansadamente, sospechando un poco la razón por la que la ex-soldado estaba tan enfrascada en su mente.

-¿Harás algo para cambiarlo?-

El silencio fue roto por la de ojos dorados, aquellos que lo miraban impasible como su rostro, pero si te tomabas el tiempo podrías ver la preocupación y angustia que estos ocultaban.

-Tuve mucho tiempo para pensar desde el momento en que llegaste Chieko- prendió su pipa, inhalando aquel humo adictivo y exhalando los restos -Tuve mucho tiempo y llegue a una conclusión conforme a lo que me has contado sobre el futuro- le paso la pipa a la pelinegra, viendo como esta realizaba las mismas acciones, relajándose un poco -Aun si logro huir de la muerte en esa batalla esta vendrá a cobrar mi alma en cualquier momento, así que si no puedo cambiar el desenlace que todos los humanos tendremos en algún momento entonces puedo darme el lujo de decidir cómo y cuando quiero que esto ocurra, y no se me ocurre mejor momento del que ya ha sido escrito en el destino-.

Chieko cerró sus ojos, no confiaba en sí misma para ocultar su dolor al oír tal decisión. Suspiro, buscando consolarse en el hecho de que él era consciente de su deceso y estaba bien con ello, aceptándolo. Aun así, dolía. Dolía ver la misma expresión en aquellos rasgos envejecidos, la misma expresión que tuvo cuando supo que era su hora, que después de esa misión ninguna otra vendría; la expresión de alguien que sabe que va a morir y aun así sale a cumplir con su deber, con las manos de la muerte acariciando su alma próxima a ser suya.

Inhalo el humo adictivo , exhalando los restos. En silencio le devolvió la pipa a su dueño, desviando la mirada, todavía desconfiando de su habilidad para ocultar sus emociones. Se quedaron en silencio por un momento, cada uno mirando las formas invisibles en el humo, buscando encontrar una dirección a sus pensamientos.

-Ya veo- sin mirar la pelinegra respondió, no creía necesario mas palabras. La frase que le dijo a Zabuza cuando buscaba convencerlo resonando por su memoria; no eran palabras vacías, eran sus sinceros pensamientos.

‘No soy de las personas que obligan a los demás hacer su voluntad, menos de pensar que tengo derecho a elegir en su necesidad de seguir viviendo o descansar eternamente’.

-¿Dejaras escrito que Tsunade sea tu sucesora o dejaras que ocurra como lo conté?-

La mejor manera de digerir esto era seguir adelante, nunca fue de las que se rendían primero, yendo hasta las últimas consecuencias. Paso por mucho para saber que lo mejor era seguir con el plan, por lo menos ahora tendría tiempo de realizar un duelo* en honor a su amigo.

-Lo más conveniente es que no lo deje explayado de forma explícita, sino sabrán que de alguna forma yo ya sabía sobre mi final y podrían encontrar la manera de involucrarte negativamente al ser mi consejera extraoficial- sus miradas se encontraron, el entendimiento mutuo reflejándose en sus ojos -Dejare escrito en papel los nombres de algunos ninjas que a mi parecer son buenos candidatos, ahí tendrás que intervenir para que sea elegida Tsunade entre todos los candidatos que dejare-

-¿Sabes que el consejo no me ve de buena forma, verdad?- una de sus cejas azabaches se arquearon con indiferencia, cuestionando al hombre frente suyo sobre su cordura.

-Pero todos saben que eres mi consejera personal, ninguno se atrevería a elegir sin tu presencia, menos Homura, Koharu y los jōnin de la aldea al ser un hecho verídico que muchas cosas mejoraron desde que asumiste tu papel de mi mano derecha-

-¿Quiénes serán los demás que estarán en la lista? Si quieres mi opinión uno podría ser Kakashi…- dejo la propuesta en el aire, a pesar de saber que su amigo peliplata si será elegido como Hokage en un futuro eso no impedía que dijera abiertamente su opinión, para ella él era uno de los mejores capacitados para el puesto (además de Itachi).

-Tu-

El silencio los envolvió de nuevo, la mirada incrédula de la mujer le resultaba un poco divertida al hombre mayor, sonriendo suavemente.

-… ¿Yo? ¿Por qué?-

Hiruzen se levanto de su lugar, rodeando el escritorio y parándose frente a una sorprendida Chieko, golpeándola levemente en la frente con su pipa, logrando su objetivo de quitar esa expresión de su rostro. Chieko masajeo suavemente la zona agredida, con una mirada de confusión en sus ojos.

-Deja de pensar tan poco de ti, Chieko. A mi opinión eres la mejor para nombrarte mi sucesora porque sé que no quieres y no anhelas el poder. Es más, se que ves esto como una tediosa carga que deseas evitar como la peste, pero aunque tú no lo creas eres un líder innato, eres capaz de guiar a los demás a la gloria dejando atrás tu bienestar y deseos; eres capaz de hacer escuchar tu voz sin llegar a pelear y tu opinión es tomada como palabra sagrada para algunos, lograste forjar un nombre en el mundo ninja y eres respetada y admirada por muchos. Si ahora mismo saliera y dijera a toda la aldea que te declaro como mi sucesora soy capaz de apostar que la mayoría estará de acuerdo-

El asombro dominaba su expresión, aquellos ojos dorados lo miraban escépticos de sus palabras. Suspiro audiblemente ¿Por qué dudaba tanto de sí misma siendo que en su vida pasada fue capitana de un escuadrón? Y no cualquier escuadrón, de acuerdo con sus palabras eran el más letal y reconocido en el mundo.

-Aunque todo lo que dijeras fuera verdad también es verdad que mi relación con la mayoría de civiles, por no decir todos, es una reverenda mierda y lo sabes Hiruzen- frunció un poco su ceño al oírla maldecir -No me hagas esa cara, es la verdad. Sabes que apenas y tolero sus presencias y ellos la mía, siempre empeoran todo al hablar pestes de mis pupilos, todos saben que más de una vez tuve que contenerme de matar algún que otro civil con mis espadas-.

Eso también era cierto, pero lo que la joven mujer no sabía era que su constante presencia y amistad con los dos civiles comerciantes ayudo en cierta manera a su reputación, disminuyendo con el tiempo las malas impresiones de ella en los habitantes de Konoha al ver la dedicación que tenía con los dos ahora adolescentes a su cargo. También su amistad con el personal médico de la ciudad ayudo a que los mismos médicos y enfermeros salieran en su defensa algunas veces. Tal vez su relación no era la mejor con los civiles pero tanto las comunidades ninjas y medicas de la aldea estarían de su lado y eso le daba un gran respaldo.

-Tal vez eso sea un inconveniente para ti, pero lo que yo veo es que aun con todas las enemistades que dices tener con los civiles aun así estas planeando junto a mi estrategias y planes para evitar la menor perdidas de ellos, mejorando incluso con tus cristales los refugios para evacuación- Hiruzen dejo que su mano posara sobre aquel mar negro, dando pequeñas palmaditas, disfrutando de la suavidad de estos -Entiendo tus preocupaciones e inseguridades, por eso no te obligare nombrándote mi sucesora y dejare que sigas con lo destinado, pero dejare en evidencia que es mi deseo hacerlo porque sé que en algún momento serás lo único que pueda respaldar y guiar a toda la aldea-.

Dejo aquella suavidad para volver a su lugar, dejando que sus palabras cavaran dentro de la mente de la kunoichi, dando por finalizado el tema. Cada uno en silencio volvió a sus actividades, Hiruzen leyendo los informes de misiones y Chieko realizando esquemas y estrategias para la próxima invasión.

No volvieron a tocar el tema en lo que restaba la reunión.


Chieko estaba recostada sobre su cama, mirando hacia el infinito,  buscando un poco de orden en el caos de su mente. Su mano derecha jugaba con las dog tags en un acto inconsciente, delineando los nombres tallados en el metal.

Su conversación con Hiruzen seguía dando vueltas en su mente, aun sin poder creer de todo en sus palabras.

``¿Por qué yo?´´.

Sentía que nunca encontraría una respuesta de su parte; oculto debajo de su top aquellas placas al sentir el conocido chakra rozando sus sentidos, avisando de su presencia. Un peso extra se sintió en la cama y una mano enguantada tomo uno de los tantos mechones desordenados esparcidos por toda la cama, jugando con él.

-Deberías dejártelo suelto más seguido, te queda bien-

-Mmm-

Kakashi siguió con lo suyo, podía darse cuenta cuando su mejor amiga estaba perdida en su mente. Inhalo profundamente, el aroma a lavanda y fresias inundando sus sentidos, relajando su cuerpo. Estuvieron en silencio un par de minutos, cada uno metido en lo suyo.

-Se vienen los exámenes Chūnin-

La pelinegra rompió el silencio, dándole su mano derecha al peliplata para que juegue con ella, si seguía con su cabello se dormiría en cualquier momento. El peliplata no objeto con el cambio, tomando aquella mano más pequeña que la suya, sintiendo la suavidad de esta; debido a la constante regeneración involuntaria por parte de su chakra la kunoichi podía obtener horribles callos en sus manos producto de sus constantes entrenamientos para que en cuestión de horas estos desaparecieran por completo, dejando otra vez su piel tersa y suave.

-Le di a mi equipo las inscripciones hace rato-

-Puedo presentir que no dijiste todo-

-Digamos que omití el hecho de que los tres deben aceptar para entrar-

-Lo sabia-

Chieko sonrió levemente, incluso en estos momentos su amigo le sigue poniendo pruebas para ver su trabajo en equipo.

-Tienes dudas-

-Confió en que tus pupilos aceptaran inmediatamente-

-Pero no confías en Sakura-

El silencio que siguió fue toda la respuesta que necesito.

-Naruto y Sasuke son los mejores de su generación, mientras Sasuke es metódico y analítico, Naruto es instinto e improvisación, los dos se complementan entre sí; no dudo en que ambos podrán pasar todas las pruebas sin mucho inconvenientes…-

-Si fueran ellos dos, pero deben cargar con lo que consideras un peso muerto para el equipo. Sakura podrá ser muy inteligente y tener un control de chakra natural pero es mediocre en todo los sentidos, sientes que lo mejor para ellos seria en dejarla atrás pero también te decepcionarías un poco si lo hacen-

-¿Debería preocuparme por tu capacidad de leer mis pensamientos? No me digas que eres telépata a esta altura de nuestra relación-

-Oh cállate- riendo entre dientes respondió, dándole un tirón amistoso a un mecho plateado -No soy capaz de leer mentes Kakashi, solo los dioses saben el trauma con el que saldría si leyera la tuya mientras estas leyendo tus libros- ahora ella sintió un tirón leve en su cabeza, riendo por la leve reprimenda -Te conozco Kakashi, así que se por donde pueden circular tus pensamientos. Por lo que vi en el País de las Olas, Sakura es muy dependiente y cómoda, lo que quiero decir es que confía demasiado en la fuerza de sus compañeros por lo que no ve la necesidad de mejorar al sentirse protegida por ellos, además que no vi mucho interés de su parte por entrenar, aun recuerdo su mirada cuando me vio levantarme a las seis de la mañana para hacer mi rutina diaria. Creo que lo que ella necesita es madurar, tanto tú, los chicos y yo hemos vivido hechos traumáticos que nos obligaron a madurar y ver el mundo sin el halo de inocencia que uno posee en la infancia, que para nuestra desgracias nos quitaron a muy pronta edad-

-En cambio Sakura vivió una infancia protegida, viniendo de una familia de civiles. Estoy convencido que ella eligió seguir el camino ninja por la rivalidad con la heredera Yamanaka y su enamoramiento con Sasuke, motivaciones que a la larga son inútiles a la hora de fortalecerse- sin problemas el peliplata siguió con la línea de pensamientos de la mujer a su lado -Sin embargo, pude ver algo interesante en ella, de a poco se está dando cuenta de la brecha de poder que le separa de los muchachos, esto se vio alimentado mas cuando te vio pelear en el puente- la mujer arqueo una ceja, esperando una explicación -Peleaste a la par conmigo y Zabuza, lograste traer de las puertas de la muerte a Haku y eliminaste a la mitad de los mercenarios de un solo ataque, cualquiera podría sentirse asombrado pero también intimidado contigo, como ella se siente. Pero al ver como Sasuke y Naruto no temen de ti le da cierto vistazo de la realidad, solo necesita un breve empujón para verla por completo y decidir cuál es su camino-

-Por lo que si se llegara a dar una situación en donde los muchachos no sean capaces de protegerla y en cambio ellos dependan de ella podría ocurrir dos cosas: madura y de alguna u otra manera es capaz de protegerlos, o la situación la supera con creces, les pasa algo grave a los tres y pediré su cabeza como premio para mi pared-

A pesar de los años el peliplata aun no es capaz de acostumbrarse al aura oscura que rodea a su amiga exudando intenciones asesinas, un escalofrió recorriendo su espalda con solo imaginar la escena, sus palabras no eran promesas vacías.

-Al final todo depende de ella-

-Solo queda en tener fe a tu alumna Kakashi, y cuando todo esto pase si decidió seguir con este camino entrenarla para sacar todo su potencial-

-¿Podría tomarme la libertad de recomendarte?-

Una carcajada salió de sus labios.

``Buen intento perro perezoso´´.

-Sabes muy bien que si quisiera tenerla como su discípula ya la hubiera tomado, hasta ahora no ha mostrado tener algo por lo que interesarme como Haku-kun-

-Tuve que intentarlo-

Entre pequeñas risas dieron por terminada la conversación, disfrutando de sus cálidas presencias en un agradable silencio.


-¿Esta listo?-

-Si, los refugios fueron remodelados y los cubrí con mi técnica de Shōton: Kurenai no Kajitsu (Elemento Cristal: Carmesí de Frutas) por lo que son capaces de soportar ataques directos-

-Excelente-

Prendió su pipa, ofreciéndole la primera bocanada a la mujer que gustosa la tomo.

-Hay algo que quiero darte-

-¿Mmm? Tengo entendido que no es mi cumpleaños todavía…-

Riendo por el pequeño chiste Hiruzen le paso un rollo a la mujer, esta curiosa lo recibió  mientras le entregaba su pipa. Ahora con las dos manos disponibles abrió el rollo para leer su contenido, abriendo sus ojos con el pasar de las palabras. Miro boquiabierta al hombre frente suyo, sin poder creer lo que estaba en sus manos.

-Yo…Acaso… mierda ¿Estas seguro de esto?-

-Hasta ahora nunca me dijiste que ocurrió con mi viejo amigo por lo que sospecho que no lo sabes- aquellos ojos dorados lo miraban fijamente, no podían creer lo que le era dado -Confió en ti para cuidarlo cuando me haya ido, además que eres una de las pocas personas que le caen bien al Rey Mono-

-Yo… no puedo aceptarlo, deberías dárselo a tus hijos, a Konohamaru en un futuro; yo no soy nadie para quitárselos a tu sangre-

Bufo divertido, que mujer terca por los dioses.

-Mi último deseo es que tu lo mantengas, ¿Acaso rechazaras la última voluntad de tu Hokage?-

Entre murmullos resignados un leve ‘No…’ se pudo distinguir para deleite del hombre.

-Entonces firma el contrato, así podre irme sin ninguna preocupación al saber que quedaras a cargo de lo restante-

Chieko suspiro, cediendo ante su líder. Mordió su dedo índice hiriéndose y escribiendo con sangre su nombre en el pergamino al lado de la firma del Sandaime. Espero que su sangre se secara, su herida curada en segundos. Se paró de su lugar y se posiciono en el medio de la oficina, dejando el rollo abierto en el medio. Mordió su dedo pulgar y velozmente hizo una secuencia de sellos, apoyando su mano derecha en el suelo y recitando con voz templada la técnica.

-Kuchiyose no Jutsu-

Una gran nube de humo se formo frente a ella, anunciando la presencia de su nueva invocación: Enma, el Rey Mono. Ante los ojos de los dos espectadores un mono de gran altura se postro ante ellos, un mono con tonalidad de piel oscura, de largos cabellos y bigotes, ambos de color blanco y con la banda ninja de Konoha en la frente. Vestía un saco atigrado sobre un atuendo básico de un Shinobi que le cubre los brazos y las piernas. Tiene pelos en las manos, formando una especie de guantes y llevaba los pies descalzos. los ojos claros del animal parpadearon en su dirección, un brillo de entendimiento cruzando su mirar.

-Así que al fin lo hiciste Hiruzen-

-¿Eh? ¿Estas de acuerdo con esto Enma?-

El mono rio altaneramente ante la confusión e incredulidad de su nueva invocadora.

-Claro que si Heishi(Soldado)*, fui yo quien le pidió que te diera mi pergamino, ningún mediocre firmara un contrato conmigo-

``La humildad que posees es igual a la de Tony Stark, ósea: nada´´.

-Espero no decepcionarte entonces, Enma-

-Más te vale Heishi-

-¿Algún día me llamaras por mi nombre y no por ese apodo?-

-Tal vez, depende de mí humor cuando me llames-

-Parece que deberé acostumbrarme entonces-

Sarutobi miro con cariño el intercambio entre la mujer y su invocación, sintiendo como un peso le era levantado de su pecho al ver a su viejo amigo en buenas manos; aunque su forma de tratarse era áspero para los ajenos, si los conocías te darías cuenta que mientras más se burlen entre si mejor se llevan.

Con una vaga despedida de parte del Rey Mono este desapareció en una nube de humo, dejando a sus dos únicos invocadores de nuevo en lo suyo. Los dos siguieron con la planeación, las cartas a los ninjas viajeros ya fueron enviadas, los refugios estaban en condiciones óptimas y el nivel de seguridad está en su apogeo. Solo les queda esperar.


-¿Ya tienen todo listo?-

-Si Okāchan-

-¿Ya se fijaron en la comida? Puedo hacerles más hasta que sea la hora y ponerla dentro de un rollo, esperen ya voy a ver qué puedo hacerles…-

-Chieko-

La mujer detuvo su nervioso andar, dejando de lado su obsesión de acomodar todo lo necesario para las próximas pruebas que pasaran sus pupilos. Tanto Sasuke y Naruto se acercaron a ella, pidiéndoles con la mirada que agachara su postura. La pelinegra confundida obedeció, sus orbes dorados tratando de grabar a fuego en su mente las siluetas sanas y salvas de los niños. Cuando estuvo cerca del alcance de los muchachos la encerraron en un abrazo, congelándola ante su repentino actuar. Su objetivo se cumplió cuando sintieron como la figura tensa de la mujer poco a poco se relajaba en el abrazo, posando sus manos en sus cabelleras y devolviendo el gesto con fervor. Estuvieron un rato así, solo los tres, trayendo a sus mentes el recuerdo ya lejano de cuando la pelinegra iba a buscarlos en la Academia en su niñez, fundiéndose siempre los tres en un abrazo al encontrarse.

Fue la de ojos dorados la que rompió primero el contacto, solo para que en un movimiento desatar los hitae tae de las cabezas de los chicos, besando sus frentes desnudas con sus cálidos labios, una demostración de amor puro hacia ellos. El corazón de cierto azabache latía sin control ante el gesto, usando todo el autocontrol que tenia para evitar el profundo sonrojo que ardía en sus mejillas.

Finalmente los dejo libres, cada uno arreglando sus bandas ninjas con tranquilidad. Chieko tomo sus manos, atrayendo sus miradas. Ojos celestes parecidos al cielo más despejado y ojos negros como una noche sin luna miraron fijamente aquellos ojos que encapsularon al sol, calentándose con el brillo que desprendían.

-Cuídense ¿Si? Vuelvan a casa, yo siempre los esperare-

Los dos asintieron seriamente, la determinación brillando en sus orbes, devolviendo el apretón en sus manos.

-Lo prometemos Okāchan-

-Volveremos-

Así la mujer con el corazón en la mano vio partir a las razones de su existencia, rezando por que su plan vaya a la perfección.

No fallara, se lo prometió a Itachi.

Ella protegerá a Sasuke. Ella protegerá a su hijo. Ella protegerá a su familia aun si eso significa perder la vida. No fallara, no de nuevo.

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