Treinta días

Naruto
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Treinta días
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Summary
Treinta días.Treinta días de One Shots de Sasori y Deidara en distintos AU.Ni muy cortos ni muy largos.
Note
Hola!!!! Esta obra esta terminada en mi cuenta de Wattpad, salgo igual de como salgo aquí en Ao3, esta vez decidí ponerlo en Ao3 para que los demás lo lean.
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Día 9 - Mascota

Lo dejé fuera de casa.

¿Cómo puede olvidar nuestro cuarto aniversario? Lo peor de todo, es que estaba charlando muy coqueto con una chica.

No, es algo que simplemente no puedo soportar, esa chica le ha estado coqueteando desde que tengo memoria, y Sasori ni siquiera se aleja de ella, no me gusta que le siga la corriente.

No, no soy celoso ni nada de eso, simplemente esa secretaria que tiene no tiene el descaro de hacerlo en frente mío, habla con sus amigas de él y de lo guapo que se ve todos los días.

Me dejó como un idiota cuando le dije que si se le había olvidado que día es hoy, solamente me respondió con: —¿Fin de semana?

Detesté la burla de esa chica cuando Sasori se equivocó, hasta ella lo sabe y yo quedé como un completo imbécil.

Por eso me fuí antes del trabajo y claro, llegué a nuestro hogar, él no anda las llaves así que salado, que se quede afuera, nunca le he hecho esto desde que inició nuestra relación, se que se enojará mucho y no me hable por dos días, pero simplemente le tengo un regalo y el saber que se le olvidó... Me hace sentir olvidado.

Al pasar las horas escuché el terrible aguacero que cayó de la nada, solo pude fruncir el ceño aún más y querer que en verdad Sasori me venga a pedir perdón.

En verdad me molesta que sea de esa manera conmigo, quizá soy muy tonto, yo solo quiero que me haga sentir amado, estos últimos días en realidad ha estado raro, no me extraña que me dijera que ya no quiere estar conmigo para irse con esa mujer, detestable.

Ahí escuché como tocó la puerta muchas veces sin parar, yo me asistes en el sillón y le abriría cuando me dé la gana poniendo una excusa tonta, me quedé dormido, quizá.

—¡Abre la maldita puerta! —gritó—¡Te estoy viendo en el maldito sillón acostado como si nada!

Le saqué el dedo del medio, seguramente me ve por la esquina de la ventana, él único lugar donde se ve toda la casa por dentro.

—Pídeme perdón —dije, relajado de estar en el sillón.

—Entonces abre la puerta —dijo, más calmado.

La lluvia aumentó, unos cuantos estruendos sonaron.

Me moví de la comodidad del sillón y abrí la puerta de la casa, ahí estaba mi chico medio empapado, su traje negro  lo lleva alzado y como si tuviese algo dentro de su abrigo.

Cerré la puerta y dejé que él se adentrara más a la casa, sabe muy bien la razón por la que no quiero hablar con él, lo peor de todo es que llega una hora tarde.

De igual forma, tengo que preparar comida y esa es una de las cuantas reglas de la casa, quien llega primero del trabajo tiene que preparar primero la comida, y en el caso de que salgamos al mismo tiempo se verá quien la hace por medio de piedra, papel o tijera.

Sí, así de infantiles somos.

De igual forma, estoy muy enojado con él, no le he podido dirigir la palabra y no lo haré hasta que me pida perdón por haber olvidado nuestro aniversario, no puedo simplemente dejarle perdonar una fecha tan importante...

Un maullido proveniente de la sala me hizo pegar un brinco y casi asustarme, en serio.

Llegué ahí rápidamente, Sasori se encuentra ahí, jugando con un gato de unos tres meses, un color gris oscuro y sus ojos son miel, como los de mi amado.

No pude evitar en admirar la belleza del gato, causa mucha felicidad verlo.

—Que lindo —murmuré bajo—¿Tienes que cuidarlo?

—Quiero que se quede —dijo con gentileza, mientras lo baja al suelo de la misma forma como en la que habla—. Un gato no está mal, ellos son muy aseados.

Le ignoré, ¡Claro que me quedaré con el gato con mucho gusto! Pero sigo enojado, ni siquiera tiene la decencia que hablar sobre el día de nuestro aniversario.

Me quedé arrodillado en el suelo viendo como el pequeño gatito me mirada confuso y después desaparecía investigando aquella gran casa, y lo entiendo, se parece tanto a mí cuando por primera vez llegué a esta hermosa casa.

Solo siento como Sasori apoya su mano en mi hombro y también hace la misma posición que la mía para quedar a la misma par, observando como el pequeño gato se mueve por parte de la casa.

—Lo encontré en una caja, se de lo mucho que quieres una mascota, así que por nuestro aniversario decidí traerlo —dijo.

Mi corazón aceleró... No se olvidó de la fecha. Miré de reojo su rostro, totalmente hermoso, me encanta más que nadie, mi hermoso chico. Lo amo y claro que lo amo más que nada.

No puedo evitar enamorarme de él todos los días de mi vida, desde que lo conocí hasta el día de hoy.

—Pensé que... —quedé en silencio por un momento algo avergonzado.

No debí comportarme así, pero igual, esa mujer me molesta.

—Se que te molesta esa mujer, pero más bien me ofende que creas que andaría con ella en algún momento, ¿Sabes? —reprochó con una risilla.

—Siempre pasa coqueteando contigo, obvio que me molestaré —respondí, algo molesto, con ganas de llorar y a su vez quererlo besar.

—Y claro, le haré caso, me casaré con ella y tendré muchos hijos, es lo que más deseo.

Sasori sigue sarcástico, sin embargo abrió sus ojos con sorpresa cuando sintió las garras del pequeño gato en sus muñecas. Solté una pequeña risa y él me miró con ganas de querer matarme, sí, me ama.

—Soy muy orgulloso, ¿Lo sabes muy bien? —insinúo, tocando su muñeca algo herida por el pequeño demonio.

—Sí, lo sé.

Desprevenidamente siento sus labios posarse en los míos, sabiendo que le puedo empujar y dejarle de hablar por actuar tan atrevido cuando estoy enojado con él, pero aún así, le correspondo, porque está vez en serio que necesito sus besos, un día como hoy, ya que es nuestro aniversario y es él día más importante para mí.

—Te amo demasiado, Dei —musitó bajo, dejando otro beso en mis labios.

—Estúpido —besé su mejilla, avergonzado como siempre.

Adora tanto ponerme de esa forma, adoro tanto cada cosa de él, en serio.

—El gato se llamará Miel —dije.

—Como sea —abrazó todo mi ser, como lo suele hacer siempre con sus simples abrazos, esta vez los dos sentados en el suelo como si nada estuviese pasando—. Me enamoras cada día más, hermoso rubio —besó también mis mejillas y después continuó con mi rostro—. Feliz aniversario, ahora tendremos un hijo y se llamará Miel, nuestra mascota.

Sonreí, me quitó el enojo de una forma rápida, solo él sabe como puede quitármelo y él tiene sus técnicas.

—En serio te amo.

Me quedé abrazado a él, quiero seguir teniendo la fortuna de abrazarlo todos los días de mi vida.

Y ahora alguien más se nos une a esta familia, cada vez seremos más grandes, nuestro lazo seguirá uniéndose de la misma forma que el primer día.

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