Treinta días

Naruto
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Treinta días
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Summary
Treinta días.Treinta días de One Shots de Sasori y Deidara en distintos AU.Ni muy cortos ni muy largos.
Note
Hola!!!! Esta obra esta terminada en mi cuenta de Wattpad, salgo igual de como salgo aquí en Ao3, esta vez decidí ponerlo en Ao3 para que los demás lo lean.
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Día 3 - Vela

Salí a las 11:35p.m del restaurante de playa de La Manga, Cartagena, básicamente pasé toda la tarde cocinando para después limpiar el lugar y cerrarlo al final, a esta hora suele salir muchas personas del trabajo, es muy normal y más en los restaurantes de playa. 

Por dicha vivo a unos 20 minutos del trabajo así que siempre elijo la opción de caminar, muy pocas veces me voy con Kakashi que él tiene su carro, pero siempre va con su estúpido novio que no para de manosearlo cada que tiene oportunidad.

Pero esta vez él se fué mucho antes que yo, así que me toca caminar.

Como dije, hay mucha gente caminando a estas horas de la noche, muchos por relajarse y también otros por salir del trabajo.

Pasé por un pequeño parque de niños para descansar un poco, también porque los cordones de mis zapatos se desataron, solo fué cuestión de segundos para terminar de atarlos y seguir con mi camino.

Pero me detuvo algo.

En realidad no, me detuvo una hermosa melodía de un violín siendo tocado. Volteé hacia todos los lugares y en la esquina de una parada de autobús había un hombre tocando el violín.

Lo que me llamó la atención fueron las velas que hay a su alrededor formando un círculo y él en medio, las conté con la mirada y en total son 16. Si embargo no fué eso lo que me atrajo a él.

Si no la sonata que ese violín estaba tocando «El trino del diablo» de Giuseppe Tartini, uno de los violinistas más famosos hasta el día de hoy, y no sólo eso, si no también la historia tras esa sonata; según dice él, esa sonata y que casualmente es la más famosa, la tocó el mismísimo diablo para él.

También el compositor de tal obra dijo antes de morir que su obra comparada a la que compuso el diablo era un asco.

Siempre dije que exageraba, su obra es la mejor y la más difícil de tocar, pero esta vez le doy la razón, el peli-rojo que está tocando el violín y transmitiendo esta sonata, lo está haciendo tres mil veces mejor que él.

Aquel chico que le calculo unos veinte años está muy concentrado en lo que hace, totalmente vestido de negro y se nota que su vestimenta es la más cara de todo España. Aún así me parece imposible que toque tan bien esa pieza, me siento como en un sueño y las emociones que estoy sintiendo en este momento son únicas.

Las personas pasan e ignoran a ese extraño violinista, pero aún así yo estoy apreciando su obra, pues creo que nadie podría tocar esa pieza de la forma en que el peli-rojo lo hace.

Pasaron 10 minutos y ahora quedan 6 restantes para que termine la obra, ese chico está tan concentrado que sus ojos están cerrados, ni siquiera ve al violín y eso hace que mi piel se ponga como una gallina, conoce tan bien su propio violín que no tiene la necesidad de verlo.

Me causa escalofríos que lo haga tan bien, su belleza puede calcinarme los ojos y su tocar explotarme los oídos, es encantador, abrumador e incluso tenebroso, se que se me hace tarde pero quiero seguir escuchando hasta el final y darle algo de dinero por lo que hizo tocar.

No sé si ese chico sabe que nadie le escucha, pero parece disfrutar de ese momento tanto como estoy yo, me acerqué más a él sin razón alguna. Ese violín me llama y el chico de cabellos rojos también lo hace con su música para que yo siga acercándome más a él.

Sin embargo las velas me lo impidieron, que al parecer están casi todas apagadas, solo hay tres encendidas, creo que el viento de la noche las está haciendo apagar poco a poco.

Parezco un idiota embobado viendo a ese violinista, me sorprendió que después de minutos una sonrisa ladina invadió su rostro de porcelana, un chico con características de ser un ángel caído del cielo.

No me deja de sorprender, nunca nadie había tocado una sonata tan maravillosa y tan hermosa, nadie podría interpretarla con tanto arte como lo hace este hombre tan perfecto.

No sé cómo hizo pero volteó sin abrir los ojos hacia donde yo me encontraba, sonrió enseñando sus dientes y se arrodilló, los últimos tres minutos de la sonata sentí como si me la hubiera dedicado, jamás imaginé que un violinista me hiciera estremecer de tal manera.

La última vela se apagó.

Cerré mis ojos con paz, nunca me he sentido en las nubes tanto como hoy, aún después de todas aquellas horas de trabajo.

Sin embargo sentí que alguien me tocó el hombro, volteé rápidamente al contrario del lugar de donde miraba. Es un policía.

—Joven, ¿Se encuentra bien? —preguntó el hombre con cierta desconfianza.

—Eh, sí, ¿Por qué?

Le miré extraño, soltó mi hombro.

—Te quedaste quieto en el mismo lugar por 16 minutos viendo a la nada. —mencionó el hombre.

—Disculpe pero, ¿Usted no vió al...? —miré para atrás para confirmarle al policía del violinista, pero no estaba, las velas tampoco estaban.

—¿Le pasó algo?

—Estoy cansado, gracias.

El policía asintió desconfiado y me dejó ir, yo solo veía hacia esa parada y el lugar donde hace unos minutos estaba ese violinista angelical.

Comencé a caminar esta vez para mi casa, esta vez ninguna distracción. Pero me tensa una situación.

No entiendo como el violinista se fué tan rápido. Tal vez pensó que yo era un acosador por verlo atentamente. O se puso muy nervioso porque yo le vi, seguramente sus ojos estaban cerrados por eso, pero, será el mejor violinista de todos los tiempos si él se lo propone.

Me cuesta mucho creer que jamás volveré a ver a ese tipo, me hubiera gustado hablarle y al menos saber su nombre para después saber de él y presumir que conocí al mejor violinista del mundo antes de que se hiciera famoso por todo el mundo.

Pero algo me perturbó; la declaración de aquel policía... Dijo que yo estaba viendo a la nada por 16 minutos, lo que dura aquella sonata en total, me da cosa que esté alucinando por tanto trabajo.

Pero aquella melodía, los movimientos de aquel hombre al tocar el violín, su vestimenta, su color de cabello tan extraño, me hubiera gustado verle a los ojos.

Su forma de arrodillarse y dedicar esa última parte... Me fascinó, su rostro angelical es lo que me hizo estar seguro que ese tipo me enamoraría si le vuelvo a ver.

Sin embargo no pensé que lo haría tan rápido.

Mire cera amarilla derretida por todo el camino que lleva a mi departamento, seguí ese camino hasta que llegué, subí las escaleras y me dí cuenta de que la puerta de mi departamento se encuentra abierta.

No tengo nada para defenderme pero da igual, la cera termina en la puerta de mi casa y eso es lo que me inquieta más que nada.

Debo calmarme.

Debo calmarme.

—Deidara...

Escuché el sonido de un violín, proviene de los adentros de mi departamento, los pelos de mi piel se erizaron y sentí como la presión se bajó de un golpe. Mi corazón se aceleró y mi cuerpo comenzó a temblar.

Esa melodía suena cada vez más adictiva.

Ya nada me controla, entré y cerré la puerta. Todo huele a esas velas aromáticas que venden en el supermercado, pero me inquieta saber que ese sonido está en todo mi hogar y no hay un lugar fijo, simplemente se escucha como si se tratase de un parlante.

—Deidara...

Miré hacia atrás.

Ahí estaba el chico del violín.

Me fasciné. Me aterré. Tuve muchas emociones en ese momento tanto encantadoras como de temor, su perfección me inquietaba a un nivel inimaginable.

Es un ángel caído del cielo.

Sus ojos color miel me hicieron ver la perfección total, no hay nada más perfecto.

Me acerqué, o en realidad sentí que me acercó con el sonido del violín.

Sonrió, sentí su respiración cerca de la mía y besó mis labios, quemando cada parte de mí solo con un beso y hechizando mi lengua al juntarse con la suya.

Se separó unos cuantos centímetros, no sé en qué mundo estoy pero prefiero disfrutarlo. Levantó mi mentón con sus dedos flamantes y me susurró en los labios:

—Lograste cautivar al diablo, Deidara—mordió mis labios y se separó un poco de mí—. Ahora te atendrás a las consecuencias.

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