Musubi

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De todas las cosas que había vivido en ese viaje, de todas las cosas que él quería contarle a Iruka-sensei, la única que le aterraba decir en voz alta era la que Kakashi-sensei le pedía que explicara frente al Hokage. Naruto tenía que informar no solo lo que había ocurrido con Zabuza y Haku sino que también tenía que hablar del episodio del Zorro de Nueve Colas.

Él no solía pensar en el Kyūbi más allá de lo que representaba —la fuente del odio de la gente de la aldea, la fuente de todo lo malo que Naruto había vivido— ni tampoco pretendía cambiar eso: Kyūbi no lo había molestado en doce años, después de todo. No personalmente, al menos. Quizá el Zorro de Nueve Colas vivía dentro de su cuerpo, pero Naruto nunca había sido consciente de ello, de su entero significado. Incluso después de saber la verdad, incluso después de que Mizuki le dijese la causa del odio de la gente, Naruto no era consciente de Kyūbi. 

( Quizá ese había sido el error en Nami no Kuni, que Naruto jamás pensaba en el Kyūbi ).

Él no recordaba exactamente los detalles, no podía precisar ningún evento, pero sabía que algo había pasado. Había sido más fuerte que el episodio con Iruka-sensei y Mizuki. Lo único que recordaba era lo que había sentido cuando vio a Sasuke lleno de filosas espinas — furia, una furia incalculable, una furia que ensombrecía todo el enojo que él jamás había sentido — y que todo había terminado súbitamente. Había recuperado la consciencia frente a Haku…

( La cara de Haku, la amabilidad en la cara de Haku lo había dejado tambaleándose, confuso ).

Kakashi-sensei había hablado con él, le había preguntado si estaba bien. Le había dicho lo que había sentido, la energía que había percibido. En ese tono. El mismo tono con el que Iruka-sensei le hablaba cuando verdaderamente estaba preocupado. El mismo tono que usaba cuando estaba preocupado y asustado, a la vez. Kakashi-sensei tenía una versión menos obvia, pero Naruto podía reconocerla igualmente. 

Él siempre podía reconocer el miedo cuando lo escuchaba.

( Él no me tiene miedo, no me odia, no me tiene-)  

Su sensei no le temía, pero claramente no se sentía cómodo ante la idea de que Naruto pudiese… explotar ese poder.

Naruto no se sentía cómodo con la idea, tampoco, si era honesto.

(—¿Eso significa que dejaré de ser parte del Equipo 7? —le había preguntado a Kakashi-sensei, aterrado ante la perspectiva.

—¿Quién dijo que esa era una opción?)

—¿Kakashi-sensei?

La única indicación de que el Jōnin había escuchado su pregunta fue la inclinación de su cabeza. A Naruto eso siempre le molestaba —siempre, le hacía sentir que no importaba su opinión, que sólo era escuchado porque gritaba— pero no pudo empujar la misma reacción que usualmente.

—¿Usted puede derrotar al Kyūbi?

Fuese lo que fuese que Kakashi-sensei estuviese esperando que dijera, no había contemplado ese tema. 

—¿No sabes que ese tema está prohibido en la aldea?

—¿Incluso para mí? —preguntó, más cansado de lo que le gustaría admitir. Más incómodo de lo que siempre se sentía—. Todos ustedes saben sobre eso…, sobre mí. Todos han hablado de eso. Todo el mundo- ¿por qué no puedo hacerlo?

Kakashi-sensei soltó un largo suspiro. Por unos momentos, Naruto no supo qué más decir. 

—Quiero creer que nunca tendré que enfrentarlo —respondió, sonando más honesto de lo que nunca había sonado—. Quiero creer que Yondaime sabía lo que hacía y que, cuando hizo el ritual, había contemplado todos los ángulos posibles de la situación. Eso es lo que él hacía siempre… Pero incluso las personas como él se equivocan. Y se equivocan muchísimo.

Naruto sintió el impulso de defender al Cuarto Hokage, un impulso más alineado con la imagen del ídolo que había admirado toda su vida que la del hombre que lo había condenado a una existencia miserable.

—Yondaime estaba tan seguro de lo que hacía que murió por eso —dijo Naruto. Alejó su mirada del rostro de su sensei y clavó los ojos en el suelo mientras recordaba un rostro amable y una firmeza desesperada—. Igual que Haku.

No estaba seguro si eso era una defensa o una acusación. Él no tenía idea de lo que había ocurrido con los personajes involucrados, salvo lo que había aprendido en la Academia; el Yondaime Hokage había derrotado y sellado al Kyūbi tras su repentina aparición, salvando a la aldea. En octubre, la noche de su cumpleaños, siempre había algún acto en memoria de los caídos en el Ataque del Zorro…

( Octubre era el mes que Naruto más odiaba ).

—Eso hicieron ambos —dijo Kakashi-sensei con un suspiro, su expresión indescifrable. El silencio se extendió durante un prolongado intervalo del tiempo—. Oye, Naruto.

—¿Qué?

—Hay una persona que ayudó mucho al Yondaime esa noche, alguien que nadie menciona a menudo en esa historia. Creo que te interesará conocer sobre esa persona.

—Alguien que ayudó… ¿De verdad? ¿El Hokage no hizo todo él solo? 

—Él era muy bueno en Fūinjutsu, pero él lo aprendió de alguien más… ¿Sabes lo que es Fūinjutsu?

Naruto había escuchado eso antes. En sus clases de teoría sobre las artes ninjas, en la historia del Yondaime, en…

—Es una de las artes de los ninjas y… tiene algo que ver con… —Resistió el impulso de golpearse la frente mientras buscaba la respuesta—... ¿con la escritura?

Kakashi-sensei no se veía impresionado en absoluto. —Hmm. Estás cerca. 

Naruto esperaba algo mejor que eso. —¿Muy cerca?

—Solo cerca. 

Naruto esperó. —¿Una pista?

—Te graduaste de la Academia Ninja hace cuatro meses —Fue la respuesta que obtuvo, en un tono más afilado. Naruto se enderezó instintivamente frente a la amonestación indirecta—. No tienes muchas excusas para no saber lo básico sobre las artes ninjas. Tendrás que esforzarte un poco más. 

No le gustaba que le hablasen en ese tono, en general. Naruto se tensó, pero trató de parecer indiferente cuando se encogió de hombros. La gente siempre encontraba cosas para criticar, faltas para señalar, errores para remarcar.

Su sensei no era como esas personas.

—Odiaba sus clases.

Kakashi-sensei alzó una ceja. —¿Todas las clases?

No todas. Naruto estaba bien con las prácticas y con la historia de la Aldea —él no tenía buena memoria pero le gustaba conocer la vida de los Hokages— pero la mayoría de las clases eran aburridas. Sus maestros lo trataban diferente, sus compañeros eran muy molestos… La única razón por la que se presentó a la Academia Ninja era porque era mejor que estar solo. 

—Estabas hasta el fondo de la lista de graduados —señaló—. Por lo que leí en tus informes, no solo eras el peor alumno de tu clase, sino que tampoco tenías interés alguno en mejorar. No había señales de motivación para aprender ni para trabajar en equipo… No tenías un buen manejo del Ninjutsu. Tu Taijutsu es promedio, solo es notable en el resto de tus notas. ¿Quieres saber lo que realmente pienso? Creo que fue un milagro que te graduases este año. 

Naruto se sonrojó furiosamente, mitad de vergüenza, mitad de furia. 

—Y creo que tu maestro vio que tenías potencial para superar todo eso —continuó Kakashi-sensei, suavemente, ignorando la expresión de Naruto con el aplomo acostumbrado—. Y yo veo eso también. Tienes mucho potencial, Naruto. Más de lo que creía al principio. Más del que te imaginas-

Algo dentro de su pecho se retorció ante el sonido, algo muy parecido a la esperanza. —¿Más…?

Kakashi-sensei alejó la mirada, casi como si le doliera mirarlo. 

Naruto pestañeó, confundido. 

—Tu historial académico no es lo único que vale. No todos los buenos ninjas fueron buenos alumnos —añadió—.  Pero el potencial solo no sirve. Necesitas hacer algo con eso. 

—¡Yo trabajo duro! —argumentó, gritó. Naruto realmente no podía decir qué hizo. 

—Lo haces —concedió Kakashi-sensei, su tono más sereno, más contenido—. Lo he visto estas semanas. Trabajas duro . Pero no tienes una meta que vaya de acuerdo con tu forma de trabajar. Solo… ¿Qué estás buscando? 

¿Es que Kakashi-sensei nunca lo escuchaba? —¡Quiero ser un Hokage y que todos me reconozcan, ’ttebayo! ¡Quiero vencer a Sasuke! ¡Quiero ser más fuerte-

Kakashi-sensei se giró para mirarlo de nuevo. —No me expresé bien —dijo—. Me refiero a algo más concreto. 

—¿Más concreto?

—Ser Hokage, ser más fuerte, vencer a Sasuke… Son metas a largo plazo. Esas cosas no existen en el vacío. Para ser Hokage tienes que ascender primero a Chūnin y luego a Jōnin. Entrenar hace que seas más fuerte con el tiempo, en la mayoría de los casos y que, en consecuencia, asciendas en la línea. Vencer a Sasuke depende mucho de la batalla y la motivación. ¿Por qué no piensas en algo más a corto plazo? Comer algo más que ramen te ayudará a una dieta más variada, comer una dieta más variada ayudará a tu entrenamiento…

Naruto suspiró. —Realmente no entiendo lo que quiere decir, Kakashi-sensei. 

—No importa ahora, creo que me adelanté —dijo él.

¿Por qué Kakashi-sensei no podía ser más claro para decirle las cosas? No tenía idea por qué habían perdido el tiempo hablando de sus clases y sus notas si aún así no les importaría en el futuro. ¿Por qué siempre quería que Naruto comiera más que ramen? ¿Por qué tenía que interesarse él por las otras artes ninjas? 

Kakashi-sensei debería saber que él no era tan inteligente como Sasuke o Sakura- -

Kakashi-sensei se detuvo.

—Estamos aquí, ¿Listo para darle tu informe al Hokage?

Naruto levantó la mirada y observó la torre donde siempre estaba Sandaime. Tragó saliva.

—¿Tengo que decirle todo?

—Lo necesario —respondió Kakashi-sensei, más severo de lo que había sonado en toda la conversación—. Lo que pasó no puede repetirse, Naruto. Tenemos que buscar garantías para ello. No te olvides que no solo eres tú… Sakura y Sasuke son mi responsabilidad. Son nuestra responsabilidad. Imagino que no quieres que ellos-

—¡ No ! 

La respuesta brotó de su boca aún antes de que Kakashi-sensei terminase con la idea. Apretó las uñas contra la palma de su mano mientras que imaginaba cómo reaccionaría Sakura si lo supiera. Naruto podía ver el horror en sus ojos verdes. La aprehensión y la desconfianza de Sasuke eran nítidas imágenes en sus pensamientos. ¿Era una traición guardar ese secreto? Era su secreto, después de todo—. No quiero que me traten… que me vean como- no soy el monstruo… no-

(No, no, no, no. Soy Uzumaki Naruto, Uzumaki Naruto-)

Por un largo momento, lo único que Naruto pudo escuchar fue el sonido de su respiración trabajosa.

El ojo visible de su sensei se amplió visiblemente, luego su expresión entera se suavizó. 

—Naruto…

—Le diré al Hokage todo lo que tenga que saber. —Estaba balbuceando, odiaba hacerlo—, le diré a Iruka-sensei también si eso ayuda, le diré- haré todo lo posible para evitar que pase de nuevo. Haré lo que sea -

—Naruto —Kakashi-sensei podía ser inclemente. Sus manos se alzaron, buscando aplacar la marea de palabras, pero fue su tono el que provocó que se detuviera en medio de la frase—. No estoy diciendo que se los digas. No es imprescindible que ellos lo sepan.

—¿No es…?

—No lo es —insistió, sorprendentemente firme. Naruto nunca tenía idea de qué hacer con su sensei la mayoría del tiempo, era un ser incomprensible—. No lo es. No estoy diciendo que vayas ahora y se los digas. Solo te digo esto: La seguridad del equipo depende de todos sus miembros. Sasuke y Sakura nos confían sus vidas.  ¿Confías en ellos con eso?

Pensó en Sakura, que decía odiarlo más que a nada en el mundo, y en cómo ella lo había empujado al suelo para protegerlo de un ataque. Recordó que le había preguntado cómo estaba, más de una vez. Ella se había acercado, esperando ayudar. Era algo que la Sakura que había conocido en la Academia jamás habría hecho. 

Y Sasuke. 

…Sasuke, que se creía mejor que todo el mundo, que era alabado por todos en la aldea, que era mucho mejor shinobi que lo que Naruto jamás sería, se había lanzado a lo que parecía una muerte segura para salvarlo.

(Naruto estaba en deuda con Uchiha Sasuke y lo odiaba con todo su ser)

Tragó. Asintió con la cabeza.

—Por eso debemos hacer lo mejor posible para que el equipo funcione. Cada uno tiene que hacer lo mejor posible. —Kakashi-sensei hizo una pausa—. ¿Necesitas unos minutos?

—No. —Sacudió la cabeza—. Estoy listo.

El Hokage suspiró profundamente, luciendo mucho más viejo de lo que acostumbraba. Naruto presionó los labios mientras lo veía inclinarse en su silla, exhalando un hilo de humo para acompañar el movimiento. 

—Temía que algo así ocurriera —dijo Sandaime, con una suavidad que a Naruto no le gustó. Sus ojos se pasearon por la habitación hasta encontrarse con los del más joven—. Me alegra que hayas podido controlarlo por tu cuenta, Naruto. 

Naruto no entendía de dónde había sacado esa conclusión, él no había hecho absolutamente nada para controlar al Kyūbi. Había sido gracias a Haku, a la sorpresa de ver a Haku. Naruto había perdido el control y…

Uh. 

Frunció el ceño. 

—No lo entiendo —reconoció a regañadientes—. No fui yo el que controló al- al zorro.

—De hecho, sí —Kakashi-sensei intervino—. Tú fuiste el que salió de ese estado por tu cuenta. Quizá no lo hiciste de forma consciente, pero nadie más intervino. 

—Haku me sorprendió —le recordó.

—La sorpresa fue un factor —Sandaime estuvo de acuerdo, sus ojos estaban buscando algo en la cara de Naruto—. Pero no es la primera vez que tu controlas el impulso, ¿no es así? Ya lo has hecho antes, quizá lo llevas haciendo toda la vida… Creo, sí, creo que él tenía razón después de todo.

Seguía sin entender a lo que se referían ni de quién estaban hablando, pero no quería reconocerlo en voz alta de nuevo. Soltó un suspiro.

Le dio la sensación que Kakashi-sensei estaba sonriendo. —Ya entenderás más adelante.

Naruto se sintió tentado de tirarse al suelo y cruzarse de brazos, pero no lo hizo. Esa era la primera vez que el Hokage no lo trataba como… como a un niño. No, eso no era así. Era la primera vez, desde que tenía memoria, que Naruto no se sentía como un fantasma dentro de una conversación con el Hokage, no sentía que tenía que gritar para que lo escuchasen… 

Iruka-sensei era la primera persona que lo había hecho sentirse escuchado. Visto. Apreciado . 

Y ahora Kakashi-sensei y el Hokage… estaban escuchándolo. Se sentía… muy bien.

Naruto no quería quedarse al margen nunca más. 

—Están diciendo que piensan que el Kyūbi ha querido salir antes y que yo lo detuve… sin darme cuenta, ¿es eso?

—Es una teoría que Iruka me comentó —contestó el Hokage, con un tono infinitamente diferente al que estaba acostumbrado. Naruto contuvo el aliento—. No estamos seguros del todo, pero hay maneras de probarlos.

Naruto entornó los ojos. —¿Qué maneras?

—Naruto.

Sandaime hizo caso omiso de su tono, eso era algo más familiar. Naruto sabía que Sandaime tenía paciencia pero, aún así, era propenso a perderla con facilidad cuando él estaba involucrado.

—Ya sabrás más sobre eso con el tiempo. 

Odiaba que solo le dieran esa respuesta. ( ¿Por qué siempre tenía que esperar? Aún seguía esperando que su sensei le hablase de los Uzumaki. ¡No quería seguir esperando!).

—Me temo que no saldrás de la Aldea por el momento, Naruto.

—¿Qué? ¿Por qué?

—No podemos correr riesgos innecesarios. Además espero la visita de uno de mis alumnos, creo que eso ayudará —replicó.

—¿Uno de sus alumnos me ayudará…?

—Creo que así podremos echar más luz sobre todo el asunto y ver si podemos evitar que se repita. Lo siento, Kakashi, pero tu equipo-

—Entiendo, Sandaime-sama.

Naruto le lanzó una mirada llena de resentimiento a Kakashi-sensei. Se suponía que él debía defenderlos. Ellos habían trabajado bien, después de todo…

( Sasuke iba a odiarlo cuando se enterase que no podían salir de la Aldea por su culpa. Tampoco iba a ganar puntos con Sakura…)

—Creo que si el Equipo 7 no va a salir de la Aldea por el momento, me gustaría hacer algunas sugerencias…

Sandaime se enderezó. —No creo que tu equipo esté listo para los exámenes Chūnin.

—No lo están —concedió Kakashi-sensei. 

Naruto no tenía idea de a qué exámenes se refería el Hokage y, aún así, tuvo el impulso de protestar contra la negativa. Quizá él no estaba listo, pero estaba seguro que Sasuke sí lo estaba. O podría estarlo. Su maestro le lanzó una mirada furtiva. Parecía haber adivinado su intención porque no le dejó espacio para hablar. 

—Lo que pasa… Ellos deberían estarlo. Usted lo sabe. Sasuke, especialmente, con sus antecedentes. Y Naruto, bueno…, él también. 

Sandaime hizo una larga pausa después de eso. Su expresión no cambió, no frunció el ceño ni sonrió, pero a Naruto le dio la impresión que las palabras de Kakashi-sensei lo habían molestado. 

—¿Cuál es la sugerencia?

—Me gustaría aprovechar que hay tres equipos de Genin recien salidos de la Academia Ninja-