Musubi

Naruto
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Musubi
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musubi.unir, enlazar, juntar.[Sakura recordaba lo antitético que significaba a la imagen de Uchiha Sasuke, el peso de su cuerpo en sus brazos, lo imposiblemente frágil que parecía su figura. Recordaba el alivio abrumador que la había inundado, la inmensa alegría que había nacido de su corazón, cuando Sasuke abrió los ojos. Recordaba la expresión de Naruto, la forma en la que había esquivado sus ojos en primer momento, la mirada de puro alivio que había florecido cuando supo que Sasuke estaba vivo. Los dos habían derramado lágrimas por Sasuke. Los dos habían llorado de alegría y pena. Era extraño. Quizá era el primer momento de completa solidaridad entre ellos dos.(Y, oh sorpresa, Sasuke era la razón ).]
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Sasuke

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Lo que Sasuke quería

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—Kakashi-sensei parece impaciente por marcharse ahora, ¿no les parece? —preguntó Sakura. 

Sasuke no se molestó en responderle y Naruto la ignoró con la misma terquedad con la que había estado ignorándolos a los dos desde la noche que Kakashi habló sobre el clan Uzumaki. Lo que, en realidad, era todo un logro para él, ya que siempre tenía algo que decir sobre las cosas. Sasuke sabía que Naruto era terco y obcecado, incapaz de renunciar incluso ante una batalla perdida —él había estado del otro lado de esa irritante cualidad durante gran parte de sus años en la Academia—, pero de igual modo no podía dejar de sorprenderse por la forma en la que Naruto se aferraba a las cosas más triviales. No debería mostrarles con tanta claridad lo mucho que las cosas le afectaban, lo mucho que le incomodaba lo que Kakashi les había dicho. Era demasiado blando para ser un shinobi. 

Tal vez lo había sobreestimado cuando lo juzgó más apto para el trabajo de un ninja que a Sakura.

Por otro lado, incluso Sasuke tenía que reconocer, la noticia habíasido impactante. Para Naruto, la revelación significaba que estaba absolutamente solo en el mundo, que no era algo menor, suponiendo que había albergado esperanzas de lo contrario.  Él no podía evitar preguntarse si Naruto era el último de su clan —un destino con el cual podía simpatizar sin ningún problema—, o si por el contrario, tenía más familia en algún otro sitio, oculta por el miedo a un destino similar. Él no recordaba haber leído nada sobre los Uzumaki, ni siquiera una mención a pie de página. Era muy probable que todos los Uzumaki en Konoha hubieran muerto ya que Sasuke no recordaba a ninguno con ese apellido en la Aldea. Había familias y clanes pequeñas que no eran conocidos por todos —Sakura era la primera ninja con el apellido Haruno que Sasuke conocía y no tenía idea quiénes eran sus padres o en qué rango se encontraban, debían ser una familia muy pequeña—, pero un clan que era reconocido por tener una aldea ninja no podía pasar desapercibido, no podía existir sin llamar la atención. Ni tampoco podía desaparecer sin razón. 

Y, a decir verdad, con la familia de Tazuna se comportaba como siempre. Para ellos tenía una sonrisa lista y, sin duda, para hacer reír al más pequeño siempre preparaba una broma estúpida cuando compartían la mesa y el espacio. Con Kakashi-sensei estaba… ambivalente, lo que no era sorprendente ni inesperado. Era obvio que Naruto quería saber sobre su clan pero, a la vez, que se estaba controlando para respetar las palabras de Kakashi. Su sensei se lo había tomado con el mismo aplomo y ligereza con la que se enfrentaba a las cosas. 

No tenía que caer en el error de pensar que Naruto era transparente, que lo conocía, porque ese error lo había llevado a creer que conocía a su hermano, que él había sabido todo lo que tenía que saber de su hermano mayor. Y Sasuke no había podido estar más equivocado sobre él. 

Nadie en el clan había mirado a su hermano con otra cosa que no fuera orgullo —el prodigio genio, graduado a los siete años, con un temple envidiable hasta para muchos de los adultos—, excepto por su padre. Nadie había visto venir su traición. Su padre había tenido una actitud extraña hacia Itachi pero Uchiha Fugaku había tenido una actitud extraña para con él también. Frío y cálido, intermitente. Sasuke se dio cuenta, a los nueve años, que sabía sólo una cosa de Uchiha Itachi y era lo más importante. Era el hombre que le había arrebatado todo, él hombre al que tenía que destruir

(Sigo vivo, Itachi, ¿por qué sigo vivo?).

Sasuke había considerado la idea de acercarse y hablar con Naruto una o dos veces en el transcurso de los días, pero simplemente no sabía qué decir y no quería tampoco seguir sumando razones para considerar a Naruto algo más que un compañero. Su presencia en el equipo 7 ya estaba causando muchos inconvenientes como para que Sasuke siguiera sumando motivos para acercarse amistosamente.

 —... Aunque supongo que tiene sentido —continuó Sakura, con tanta naturalidad que a Sasuke le sorprendió. Ella, que seguía empacando, no se había inmutado por no tener respuesta. Sasuke consideró que eso le sumaba puntos, pese a todo. Había algo interesante en su persistencia, en su fiera dedicación—, llevamos cinco semanas fuera de la aldea.

Eso llamó la atención de Naruto tanto que olvidó que la estaba ignorando. 

—¿Cinco semanas, dijiste, Sakura-chan?

Sasuke repasó los días mentalmente y, con una sacudida en el estómago, se percató que Sakura tenía razón. Les había tomado cinco días pasar más allá de la frontera en el primer trayecto del viaje —había sido un avance particularmente lento una vez que Kakashi se encontraba debilitado por la pelea contra Zabuza—, una semana de recuperación para su maestro, una con un entrenamiento intensivo para Naruto y para él, y dos semanas de reposo tras la batalla final contra el demonio de la niebla y su aliado.

Sakura pestañeó en dirección a Naruto, sorprendida, quizá por la pregunta, quizá por la repentina atención. Sasuke vio una esquina de su boca se levantaba.

—Uh, sí, sé que parece menos tiempo pero revisé y, de hecho, ayer se cumplieron cinco semanas desde que salimos. Es más tiempo del que pensábamos para la misión originalmente… Así que supongo que Kakashi-sensei se comunicó con el Hokage o con alguien de la aldea en algún momento.

Naruto ladeó la cabeza, la pregunta clara en sus ojos. 

—Porque, si no lo hubiese hecho, habrían enviado un equipo para buscarnos —apuntó Sakura, con el tono que siempre usaba para señalar algo obvio. Que, por supuesto, lo era— No te olvides que esta misión se suponía que no sería tan riesgosa como lo fue.

Naruto debió reconocer el tono porque  se ruborizó, sacudió la cabeza y se armó con su mejor sonrisa socarrona. —¡Ya lo sabía, Sakura-chan! 

Sakura puso los ojos en blanco, pero no dijo más. 

La risa de Naruto fue bajando el volumen hasta que se desvaneció. —Cinco semanas… 

—Nunca había salido tanto tiempo de la aldea —comentó Sakura, titubeando por primera vez desde que había empezado a guardar sus cosas—. ¿Y tú, Sasuke-kun? Recuerdo que Naruto dijo que este era su primer viaje lejos.

Naruto parpadeó, desprevenido. 

—No —Sasuke respondió, poco dispuesto a participar de una conversación. 

Él nunca había salido tanto tiempo de la aldea después de la muerte de sus padres. Rara vez había salido con ellos antes de perderlos— lo que era algo que lamentaba—, y jamás demasiado lejos de la villa principal. 

Los Uchiha, como la mayoría de los clanes de Konohagakure, habían tenido tierras aledañas a la  aldea pero Sasuke no tenía control sobre ellas —habían quedado para los Fuma, un clan que estaba emparentado con su familia y que se había hecho cargo de las fuerzas policiales de Konoha. Sasuke había dejado de pensar en esas tierras una vez que tomó la decisión de cederlas. Eran las tierras de su clan, él no podía hacerse cargo de ellas con eficiencia y aunque Sasuke había pensado vagamente en la noción de restablecer su clan, la idea que más pesaba en su mente era devolver el honor perdido. Itachi había traicionado a la aldea como Uchiha Madara había hecho antiguamente. Los Uchiha habían visto el amanecer de Konoha, sus primeros años, habían contribuido a crear sus cimientos. Uchiha Madara había empañado eso, en su momento, dejando a los Senju como la familia más influyente e importante de su aldea. Aún así, la deserción de Madara no había sido suficiente para forzarlos a sufrir vergüenza.

—¿Ya están listos, mis lindos Genin? —preguntó Kakashi-sensei, asomándose por la puerta—. Es hora de despedirnos de nuestros clientes. 

—Me habría gustado poder quedarme en la inauguración del puente —dijo Naruto. 

—Aún están debatiendo acerca del nombre que le darán —replicó su maestro—. Ya sabes que no podemos quedarnos más tiempo.

Pese a que sabía la respuestas de antemano—Kakashi ya les había confirmado que tenían que salir pronto— Naruto se desinfló. 

—Lo sé.

El ojo visible de su sensei se suavizó. —Además… Ya han venido por nosotros. 

—¿Qué? —preguntó Sasuke.

—Es como Sakura les estaba diciendo —comentó Kakashi, jocosamente—. Estuvimos mucho tiempo aquí, así que el Hokage envió a alguien para ver qué ocurría. Un ninja de ANBU, para ser más precisos.

—¿¡Estaba escuchando, Kakashi-sensei!? —preguntó ella. Sus mejillas se habían pintado de rosa y Sasuke no sabía por qué se avergonzaba tanto, no habían estado hablando de cosas importantes—. ¡Era una conversación entre nosotros!

—Ah, niños, niños ¿no les he dicho antes que siempre deben estar atentos a sus alrededores? —Kakashi estaba sonriendo, Sasuke estaba seguro, pese a que no podían verlo—. Oh, ¿es que ninguno de ustedes se dio cuenta que no estaban solos?

Naruto y Sakura le dieron una mirada acusadora a Sasuke, que arrugó el ceño en respuesta, pero no les contestó más que alzando los hombros. Era la segunda vez que no notaba que Kakashi estaba cerca, pensó con amargura. Incluso en eso él debía mejorar. ¿Cuánto tardaría en llegar al nivel que quería, al nivel que necesitaba?

 


 

Habían enviado a un ninja ANBU con una máscara de gato para buscarlos, lo que era un poco inquietante, considerando lo que Kakashi les había dicho sobre los ninjas cazadores. Si bien en Konoha no se enviaban a los ninjas para destruir los cuerpos—supuestamente, un shinobi era enviado para la recuperación—, no pudo evitar preguntarse cuál sería su destino final. ¿Lo llevaría Kakashi a la aldea para ser enterrado con su clan? ¿O ser el último Uchiha leal de Konoha ameritaba la destrucción de su cuerpo para preservar sus secretos para siempre? 

Sasuke sacudió la cabeza en un intento de alejar esos pensamientos tétricos del escenario principal. Notó, por el rabillo del ojo, que Naruto se quedaba quieto, con sus ojos fijos en la máscara del ninja por un largo momento, y la boca torcida en un gesto malhumorado. Sakura hizo un gesto a modo de saludo, inclinando la cabeza y portándose como una niña tímida. No sonrió ante el saludo. Sasuke, por su parte, asintió con la cabeza sin decir palabra y recibió el mismo gesto de respuesta.

—Creí que mi mensaje llegaría a tiempo para que no tengas que venir hasta aquí, Tenzo.  Podríamos habernos encontrado a mitad de camino.

Sasuke notó que los hombros del ninja se tensaban ligeramente. 

—Estaba a unos pocos kilómetros de aquí, Pakkun me ayudó a encontrar el lugar preciso —apuntó, sin perder más que un segundo. Sasuke frunció el ceño al notar que había una extraña pausa, casi como si estuvieran teniendo una conversación a medias—. Tenía que asegurarme que ustedes estuvieran en una pieza y recibiesen su nueva misión. 

—Mmm. Ya veo. Bueno, ¿te parece que estamos en una pieza?

El ninja no respondió y la máscara no dejaba ver cuál era su expresión. A Sasuke le dio la impresión que prefería no estar allí. Lo vio tomar un pergamino de uno de sus bolsillos y entregárselo a Kakashi sin decir palabra alguna.

—Ya, ya. No es necesario que te pongas así —dijo Kakashi, de buen humor—. Estábamos a punto de salir. Solo nos estábamos despidiendo. Tenemos una última parada para hacer.

—Muy bien.

—Nos veremos luego.

—¿Una última parada? —preguntó Sakura, incapaz de esconder su curiosidad, una vez que se quedaron solos. 

Naruto alzó la cabeza con interés.

—Sí —respondió Kakashi—. Lo ideal será que preparemos también unas ofrendas. 

 


 

«Un shinobi no debería perseguir sus propios intereses, no debería preocuparse por su propia existencia».

Sasuke mantuvo sus ojos en el suelo por un minuto, las palabras de Kakashi reverberando en el silencio que los envolvió. Si un shinobi no debería perseguir sus propios intereses, si no debería preocuparse por su propia existencia, ¿qué decía eso de él? ¿No estaba listo para ser un shinobi, en realidad? Sasuke no quería ser una herramienta, no quería ser usado por otros, no quería-

«Son... herramientas del destino»

Él tenía su propia misión, su propio destino. ¿Le pedirán abandonar su decisión, en Konoha? ¿Le prohibiría continuar con el camino elegido desde su aldea? ¿Su Hokage le negaría llevar a adelante la única razón por la que él todavía estaba vivo?

 


 

—¿Cuál es la nueva misión, Kakashi-sensei? —preguntó Sakura, casi temerosa, una vez que retomaron el camino principal de regreso. La casa de Tazuna era un punto en el horizonte a sus espaldas, un mundo paralelo al suyo. Posiblemente nunca volverían a cruzar sus caminos. 

Quizá por eso ninguno de los tres había comentado en las lágrimas que habían empapado las mejillas de Naruto tras la despedida con Inari.

Kakashi miró al cielo, que se aclaraba con la luz de la mañana. —Oh, nada arriesgado. Tenemos que ir a buscar unas cosas a una ciudad cercana y llevarlas a Konoha. 

—¿Qué? —se quejó Naruto, saltando en su sitio como si tuviera resortes en sus pies—. ¿¡Otra vez tenemos que hacer estas cosas!? ¿ Por qué ?

—Bueno —El tono de Kakashi era sardónico—. Supongo que el hecho de que hayamos tardado mucho tiempo con una misión clasificada como C amerita que cuestionen nuestra capacidad para llevar a cabo otras misiones del mismo rango. Y cuando hablo de nuestra capacidad, me refiero a la capacidad del equipo 7 en su totalidad. 

Sakura hizo una mueca. Sasuke levantó una ceja. 

—Pero, Kakashi-sensei, dijiste que la misión calificaba al menos dentro del rango B cuando Zabuza…

Kakashi tarareó.

—Ajá.

—Pero el Hokage no sabe eso —adivinó Sasuke. 

Si el Hokage supiera que habían tenido que enfrentar a un ninja como Zabuza no habría enviado a un solo ANBU una semana después del evento. Aunque Kakashi-sensei era un shinobi famoso, aunque fuese reconocido en el mundo de los Ninjas, estaba virtualmente solo en tierra enemiga. Tres Genin no suplían a un Jonin. Aunque, Naruto y él habían logrado sostener una pelea contra el compañero de Zabuza, Sasuke no podía contar esa pelea como una victoria. 

Sakura y Naruto se giraron para mirarlo al mismo tiempo, sus ojos llenos de preguntas. A veces le inquietaba lo similar que actuaban frente a algunas cosas, lo perdidos que parecían estar frente a ciertas nociones. 

—Ah —murmuró Sakura, su mirada nublada—. Ya veo… Tazuna-san pagó por una misión de rango C. 

Naruto parpadeó, todavía sin comprender.

Sasuke resistió la tentación de poner los ojos en blanco.

—¿Por qué no lo sabe el Hokage? —insistió Naruto, alternando su atención entre Sakura y Kakashi.

—Maa, Naruto, ya no importa… No se preocupen por eso —replicó—. Hablaré con el Hokage una vez que estemos en Konoha, le explicaré lo que ocurrió. Les prometo que ustedes podrán seguir con misiones de clase C, ya que parecen tan ansiosos por hacerlo, pero eso no quita que dejen de recibir de las más bajas también. Ya deberían saberlo.

—¡Pero son aburridas! —protestó Naruto.

—Quizá —respondió Kakashi, fácilmente—. Pero ustedes no tienen suficiente experiencia para rechazarlas. Esta fue su primera misión importante… y creo que han tenido un desempeño decente en general, pero todavía pueden mejorar.

Sasuke se tensó. —¿Qué significa eso?

Kakashi le lanzó una mirada fugaz. —De ti no tengo nada que decir, Sasuke.

Él trastabilló por un segundo, sorprendido por el peso de las palabras. 

—¡Dijiste que yo era el que más había mejorado, Kakashi-sensei! —protestó Naruto y, Sasuke tenía que admitirlo, era agradable verlo regresar a la normalidad. Incluso si era para actuar como fanfarrón insolente.

—Y es cierto —dijo Kakashi, sin perder un momento—. Lo hiciste.

Naruto abrió la boca para discutir pero Kakashi lo detuvo con un gesto.

—Has mostrado determinación y agallas. Has crecido mucho en tu control de Chakra y estoy muy interesado en ver cómo te manejas contra Sasuke y Sakura tras tus entrenamientos, ajá, conozco sobre tus escapadas nocturnas para entrenar —Sasuke parpadeó, él no sabía eso—. Pero sigues siendo imprudente y actuando sin pensar. Y eso podría haberte matado. Podría haber significado la muerte de un miembro de tu equipo. Eso es algo que no puedes ignorar... Naruto, la muerte de un compañero es algo con lo que tendrás que vivir toda la vida, ¿entiendes? Te pesará para siempre.

La cara de Naruto se ensombreció hacia el final de la declaración y le lanzó a Sasuke una mirada llena de remordimiento, antes de darse vuelta y agachar la cabeza. Parecía que estaba tratando de hundirse sobre sí mismo.

Sasuke fijó su mirada en el suelo. 

—Y todavía no sabes cómo tomar una crítica constructiva —apuntó Kakashi, no sin gentileza. Apoyó su mano en el cabello de Naruto, un gesto tan natural que parecía que lo llevara haciendo desde hacía mucho tiempo pese a que se conocían hacía menos de dos meses—. Todas esas cosas se pueden mejorar. ¿De acuerdo?

Naruto no respondió de inmediato, pero Sasuke vio la tensión desvanecerse de sus hombros. 

—Sí.

—Bien.

Kakashi asintió. Su ojo se dirigió hacia Sakura, que había permanecido en total silencio desde que había iniciado la conversación.  

—¿Sabes lo que voy a decirte, Sakura?

Sasuke vio que ella también agachaba la mirada, sus manos cerradas en puños a ambos lados de su cuerpo, casi como si estuviera esperando una condena.

—Fui la que menos contribuyó al equipo —dijo ella, con una certeza tan firme que hizo que Naruto y Sasuke la mirasen—. No participé activamente en la misión, tampoco. 

Kakashi hizo un gesto de acuerdo.

—¡Sa-Sakura me empujó fuera de un ataque! —intervino Naruto, volcándose en la conversación con el mismo arrebato con el que siempre actuaba, por lo que posiblemente las palabras de Kakashi todavía no se habían asentado. Tenía el ceño fruncido y gesticulaba violentamente para llamar la atención—. ¡Y también estuvo protegiendo a Tazuna! Y, y… ¡Y es mejor queSasuke con el control de chakra! Ella meayudó a a-

Los ojos de Sakura se abrieron como platos, fijos en la figura de Naruto. Algo en su expresión se descolocó. Su mirada, imposiblemente verde, sin embargo se movió hacia Sasuke.

¿Ella quería que él también la defendiera? ¿Por qué? Naruto ya había resaltado todos sus puntos buenos y, aunque Sasuke quisiera acentuar alguna cosa, Sakura merecía la crítica más que ellos. Ella se había quedado detrás de ellos, sin hacer más. Kakashi le había ordenado que protegiera a Tazuna, pero ella no había ideado ninguna estrategia para contribuir a la pelea, en una situación similar, Naruto al menos había tratado de trabajar en equipo. Él tenía también una buena técnica de apoyo, con sus clones.

¿Qué les aportaba Sakura?

Sasuke se encogió de hombros. 

Los ojos de Sakura se llenaron de lágrimas pero, para su crédito, no derramó ninguna.

—Eres valiente y mantienes la cabeza la mayor parte del tiempo —dijo Kakashi, suavizando el filo del silencio de Sasuke—. Eres buena en la teoría y sabes tratar con la gente. Tienes que aprender a encontrar tus virtudes y explotarlas. Es hora de que uses todo lo que aprendiste en la Academia.

Naruto frunció los labios, claramente insatisfecho con el rumbo de la conversación. 

—Ninguno de ustedes tiene que ser bueno en todas las artes ninjas —continuó Kakashi, sus manos levantadas en un gesto tranquilizador—. Nadie espera que los tres tengan las mismas aptitudes ni el mismo desempeño. Por eso son un equipo. Tienen que sacar provecho a las virtudes de sus compañeros y ayudarlos a fortalecer sus debilidades. Ahora, una vez que terminemos la misión y lleguemos a Konoha, ustedes tendrán algunas cosas que hacer.

—¿Qué cosas?

—Ya les comentaré cuando lleguemos.

Naruto hizo un ruido de protesta, nunca podía quedarse callado. —¡Eso no es justo, Kakashi-sensei! Dijo lo mismo sobre los Uzumaki, que una vez en Konoha-

Kakashi no se inmutó. —Con más razón deberías querer terminar esta misión y regresar a casa, ¿no te parece?

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