Musubi

Naruto
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Musubi
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musubi.unir, enlazar, juntar.[Sakura recordaba lo antitético que significaba a la imagen de Uchiha Sasuke, el peso de su cuerpo en sus brazos, lo imposiblemente frágil que parecía su figura. Recordaba el alivio abrumador que la había inundado, la inmensa alegría que había nacido de su corazón, cuando Sasuke abrió los ojos. Recordaba la expresión de Naruto, la forma en la que había esquivado sus ojos en primer momento, la mirada de puro alivio que había florecido cuando supo que Sasuke estaba vivo. Los dos habían derramado lágrimas por Sasuke. Los dos habían llorado de alegría y pena. Era extraño. Quizá era el primer momento de completa solidaridad entre ellos dos.(Y, oh sorpresa, Sasuke era la razón ).]
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Sakura

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Yo, tú, él

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Haruno Sakura tenía ganas de gritarle a Naruto con más frecuencia de la que le gustaría admitir. Y no sólo de gritarle. No era un sentimiento novedoso, desconocido, sino que había aparecido constantemente a lo largo de los años de conocerlo. No creía que nadie que lo conociera pudiera culparla, francamente. Naruto era egocéntrico, inmaduro, berrinchudo y molesto. No entendía lo que pasaba a su alrededor. Y era ruidoso y fanfarrón, terco e impulsivo. Sakura podía vivir con eso —muchos de los chicos de la Academia Ninja calificaban dentro de alguna de esas categorías, varios entraban en varias de ellas y Sakura había convivido con ellos durante años , después de todo—, siempre y cuando no estuviera en su camino ni entorpeciera todo lo demás. Pero, en cambió, él siempre estaba en su camino. Y lo entorpecía todo

(Ese Naruto. Siempre, siempre, siempre queriendo llamar la atención de… la gente. ¡De todos! ¡Es tan… fastidioso!) 

Naruto era todo lo que un ninja no debería ser. 

El por qué lo habían dejado graduarse era un misterio para ella. De hecho… era un misterio. Naruto había fallado en el examen final —había sido el único de la clase— pero había aparecido en la orientación con una sonrisa de triunfo y un hitai—ate en su cabeza.

—¡Bajen la voz! —ordenó. Fue un exabrupto inesperado, incluso para ella misma. Sakura procuraba mostrarse menos explosiva, menos volátil frente a las personas. Se forzó a mantener un tono más sereno frente a las miradas exaltadas de sus dos acompañantes—. Sasuke-kun y Kakashi-sensei realmente necesitan descansar, Naruto. No hagas tanto escándalo.

Inari se cubrió la boca con las manos en un gesto violento, ahogando los últimos vestigios de la risa que había salpicado el silencio en la casa y se retiró tras una breve disculpa. Con los ojos bien abiertos y la expresión contrita, parecía que había tomado la reprimenda como si hubiese sido el destinatario original y no un mero participante. 

No se permitió sentirse culpable. Inari también estaba haciendo escándalo, a fin de cuentas. Salvo que no era el mayor perpetrador. 

Sakura entornó los ojos.

Naruto, por su parte, pestañeó. Sus hombros se tensaron por un momento, casi como si se preparase para algo más, para una discusión, pero no dijo nada. Fue la expresión en su cara, un relámpago lleno de culpa y vergüenza, lo que la hizo suavizar su mirada. 

Naruto era molesto y distraído más allá de lo razonable, pero no era deliberadamente cruel. Un poco insensible, tal vez, pero no malicioso. Eso se lo tenía que conceder. (Y ya nos habíamos prometido ser más agradables con él, ¿no es así?) . La irritación de Sakura, como una ola que regresa al océano después de acariciar la costa, retrocedió.

—Descuida…, no quería gritar así. Es… está bien, ellos siguen durmiendo . Solo… No te olvides que tienen que reponer energías después de lo que pasó con Zabuza y que Sasuke especialmente-

Sakura no podía forzarse a decir las palabras. Por la mirada en los ojos de Naruto, supuso que él tampoco necesitaba darle entidad a la idea.

Tragó pesado, sintiendo un nudo en la garganta, ante el feroz recordatorio. No podía procesar lo impotente que se había sentido al encontrar a Sasuke inconsciente, pálido y ensangrentado. ( Había estado… tan frío… ) Sakura recordaba lo antitético que significaba a la imagen de Uchiha Sasuke, el peso de su cuerpo en sus brazos, lo imposiblemente frágil que parecía su figura. Recordaba el alivio abrumador que la había inundado, la inmensa alegría que había nacido de su corazón, cuando Sasuke abrió los ojos. Recordaba la expresión de Naruto, la forma en la que había esquivado sus ojos en primer momento, la mirada de puro alivio que había florecido cuando supo que Sasuke estaba vivo. Los dos habían derramado lágrimas por Sasuke. Los dos habían llorado de alivio y pena. 

Era extraño. Quizá era el primer momento de completa solidaridad entre ellos dos.

(Y, oh sorpresa, Sasuke era la razón ).

Sakura suspiró. Se sentía un poco inestable sobre sus pies todavía. Necesitaba alejar las imágenes, los recuerdos. 

La realidad —lo que realmente significaba ser un shinobi en ese mundo, una kunoichi— había sido un golpe duro. Más duro de lo que anticipaba. Claro, sabía que no podía compararse la vida real con lo que ocurría en un aula pero Sakura había tomado las enseñanzas de corazón y se había aferrado a ellas, a su valor y las había visto marchitarse bajo el peso de la experiencia. Las lecciones en la Academia Ninja no la habían preparado para lo que había pasado con Sasuke, para la magnitud de sus sentimientos. Ni las lecciones ni su memoria ni sus estudios… 

Las cosas que había hecho hasta entonces, en la Academia Ninja y en sus primeras semanas con Kakashi-sensei, eran un paseo por el parque en comparación. Era su primera misión verdaderamente importante. Por supuesto que no estaba preparada. 

—Por cierto… ¿Tú te sientes bien? 

Naruto ladeó la cabeza, sus ojos entornados. El gesto de genuina confusión era mejor respuesta que cualquier cosa que pudiera decir en voz alta. 

Él estaba bien.

Naruto estaba bien. Preocuparse por él… era poco productivo.

Y aún así…

Aún así, era un alivio poder comprobarlo.

(Je, Sakura. Parece que esto de ser compañeros de equipo sí afecta a la percepción de las cosas, ¿ne?).

—¿Por qué no me sentiría…?

—Bueno, estuviste luchando con Haku también —Sakura sintió una oleada de vergüenza sobre su falta de participación en la pelea. Ella solo había estado allí, con Tazuna. Kakashi-sensei y Sasuke-kun eran los que más habían actuado y ella había obedecido una orden pero… Naruto, cuando llegó, también hizo cosas— Tsunami -san dijo que la ayudaste con unos hombres que quisieron secuestrarla. Y venías de entrenar sin descanso…

Al repasar los eventos en voz alta, Sakura no pudo evitar una punzada de inquietud. Naruto no estaba cansado, pese a que lógicamente no podría haber renovado todas sus reservas en una noche de descanso después de seis días de entrenamiento exhaustivo y tantas batallas consecutivas. Tampoco parecía tener ninguna herida, lo que era más que un poco desconcertante. Sakura tenía raspones, por lo menos. Naruto… no. Se veía perfectamente bien. Sin una lastimadura ni rasguño, completamente sano, pese a que la situación en la que se había visto involucrado indicaba lo contrario… Al verlo, no pensarían que participó en una pelea con otros ninjas experimentados.

Sakura juraba que había percibido ataques constantes dentro de las paredes de hielo, pero la espesa niebla había sido una barrera bastante efectiva para ser testigo fehaciente de lo que ocurría. Quizá Haku había centrado todos sus ataques en Sasuke —lo que tenía sentido porque Sasuke era el mejor ninja entre los dos de ellos y quien más posibilidades tenía de atacar— y, quizá, Naruto no había podido hacer otra cosa que ver…

Sakura hizo una mueca de simpatía para sus adentros ante la idea de ser testigo en primera fila de las heridas de Sasuke.

Por otro lado, que Naruto estuviera bien solo probaba que tenía suerte.

Había tenido suerte de graduarse de la Academia Ninja. Tenía suerte de tener a Sasuke en su equipo, cuidando su espalda. Y también había tenido suerte de haber sobrevivido a su primera misión de alto rango. Tenía suerte , simplemente. 

Sakura lo envidiaba un poco por ello. 

—Ustedes me dejaron aquí para descansar, pero ya estaba bien antes —dijo él, un poco ofendido, un poco resentido. Como si Kakashi no lo hubiese dejado atrás para que se cuidase. Sakura contuvo las ganas de poner los ojos en blanco—. Y no estuve peleando tanto como los demás. Estoy bien.

Sakura hizo un gesto de aquiescencia. Al menos Naruto no era del todo ignorante sobre lo que pasaba a sus alrededores.

—Muy bien —replicó ella, un poco sorprendida por la ferocidad de su voz. Naruto solía ser vehemente en sus declaraciones, pero Sakura estaba empezando a notar que había graduaciones en su intensidad—. Entonces, más razón para que tengas consideración con Sasuke-kun y Kakashi-sensei, ¿no crees?

Naruto hizo una pausa. Rara vez las cosas lo hacían detenerse, por lo que lo tomó como una victoria.

—Lo siento —respondió, tras unos momentos. Y sonaba genuinamente contrito, avergonzado. Sus ojos eran muy brillantes gracias a la luz del atardecer y la sonrisa ufana de siempre brillaba por su ausencia. Lo que era, posiblemente , otra buena señal. Kakashi-sensei había hecho una descripción adecuada cuando lo tituló “El Ninja Número Uno Hiperactivo, Cabeza Hueca” porque nunca se sabía lo que pensaba—. Sakura-chan… Solo quería ver si podía ver-

—¿Querías verlos? ¿Por eso estabas…?

Naruto asintió con la cabeza, sus ojos fijos en el suelo. 

(Por Kami, este niño…)

—¡De verás! Estuviste con ellos desde temprano, quería ver si podía hacer algo- 

—Si puedes quedarte tranquilo…

—¡Lo haré, lo haré, 'dattebayo!

Naruto.

 


 

—¡Kakashi-sensei! 

Sakura se dijo a sí misma que no debía sorprenderse de lo repentino que podían ser los movimientos de su maestro. No era la primera vez. Kakashi había estado durmiendo, aparentemente , pero eso no quería decir que no hubiese estado fingiendo que dormía en algún momento. Era impredecible en varios aspectos.

A veces no sabía hasta qué punto tomarlo en serio.

—Sakura —saludó, sin perder el ritmo. 

—¿Se siente mejor? —preguntó ella.  Dejó el pergamino que estaba leyendo junto al resto de sus cosas—. ¿Quiere que le ayude con…?

Kakashi sacudió la cabeza, sentándose sobre el futón. Probablemente no se sentía recuperado por completo —Sakura estimaba que le tomaría al menos los mismos días de descanso que la vez pasada para poder reponer su fuerza—, pero el descanso había sido mucho más provechoso sabiendo que no tenían urgentes enemigos y que la misión había concluido. Esperaba que Sasuke descansara mejor sabiendo también eso.

—Me siento bien, no te molestes —comentó Kakashi, finalmente. Era una respuesta, al menos. Su ojo se posó en ella. Sakura suponía que estaba sonriendo—. Solo necesito un poco más de tiempo para que lo demás llegue. ¿Y tú, cómo estás, Sasuke? 

Sakura parpadeó. 

Oh.

Él también… Quizá no debería haberse abstraído tanto en la lectura. 

Debía estar más atenta a los alrededores. ¿No era lo que siempre decía…?

Sus ojos buscaron la mirada de Sasuke.

Al joven Uchiha le costó más tiempo —y más esfuerzo— erguirse en su lugar. Sakura se alejó un poco ante el movimiento, ella había estado sentada junto a la ventana mientras leía y el futón de Sasuke estaba muy cerca también. Sabía lo que Sasuke pretendía y que quería hacerlo solo por lo que se quedó orbitando a su alrededor, los ojos y las manos atentas, dispuesta a ayudarle. 

—Estoy bien —musitó, sobrio.

No era una sorpresa. Lo rígido en sus movimientos, no obstante, lo contradecía.

—No te fuerces demasiado. 

Sasuke movió la cabeza, pero Sakura no podía estar segura si era una aceptación o una mera indicación que la había escuchado hablar. 

—Una vez que tu cuerpo se acostumbre al Sharingan será mucho más fácil el cambio y menos agotador para ti —señaló Kakashi, con facilidad. Posiblemente, estaba refiriéndose a una conversación previa, quizá a la última charla que habían tenido. Y tenía muchísimo sentido. Sasuke era un Uchiha, después de todo, su cuerpo estaba diseñado para llevar el sharingan. Sakura sabía que Sasuke había despertado el Sharingan durante la batalla. El mismo Sasuke les había narrado la facilidad que había logrado para seguir los movimientos de Haku en principio y cómo, repentinamente, todo se había aclarado. 

El Sharingan.

 (Es Impresionante. Sasuke-kun, eres… increíble).

—También estás sanando muy bien —apuntó Sakura, con una sonrisa gentil—. tengo lo que les preparó Tsunami-san para que coman. 

—Maa, gracias, Sakura.

Sasuke se quedó en silencio, sin responder a ninguna de las declaraciones. —¿Dónde está Naruto? —preguntó.

—Naruto estuvo aquí un rato —comentó Sakura. Las palabras dejaron un regusto amargo en su lengua—. Se aburrió y se fue con Inari… Creo que iban al pueblo con Tazuna-san. 

Kakashi hizo un sonido suave, muy parecido a una risa. 

—No creo que los veamos separados por un tiempo a esos dos —murmuró. Sonaba casi… satisfecho.

El ceño de Sasuke se relajó. Él no sonreía mucho, pero había algo inusitadamente suave en sus ojos.

—¿Y él está bien? 

Sakura parpadeó, confundida. —Sí. 

—Naruto tiene mucha energía —dijo Kakashi, casualmente. Sakura no estaba segura si lo decía únicamente en sentido literal—. Mucha más energía que nosotros tres juntos, posiblemente.

Sasuke resopló.  

(Él no está aquí, Sasuke. Yo sí. ¿Por qué tú…? ).

Algo pesado, doloroso, le apretó el pecho repentinamente.

No era la primera vez que esa misma secuencia ocurría. Ni siquiera era la primera vez que ella notaba la diferencia en el trato que Sasuke ofrecía. 

Sakura ya lo había visto, en la Academia. Mucho antes de que se graduasen, incluso. En primera persona. Estaba empezando a pensar que había malinterpretado todo.

Sasuke hacía excepciones por Naruto.

(¿Por qué, Sasuke? ¿¡Por qué siempre Naruto!?).

No había un trato cordial entre ellos dos. Por supuesto que no, Naruto podía exasperar hasta el más paciente de los santos y parecía estar obsesionado en buscar peleas con todo el mundo. No, Naruto nunca dejaba de meterse en problemas. Él era predecible, en cierto punto... Pero Sasuke, que no respondía a los otros niños jamás , le respondía a Naruto. Lo odia, Sakura se había dicho una y otra vez. Había estado segura que Sasuke odiaba a Naruto y, de hecho, se lo había comentado el día que les dijeron que estaban en el mismo equipo. La respuesta no había sido la que esperaba entonces. Eres fastidiosa , le había dicho. Fastidiosa. Eso era lo que Sasuke pensaba de ella. De ella, no de Naruto.

Sasuke le había dicho, durante la prueba de las campanillas, que él no dejaría que nada se interpusiera en su camino y, aún así, había arriesgado la posibilidad de pasar el examen… por Naruto. Después de lo que había ocurrido, el día anterior, cuando ella le había preguntado cómo estaba… 

Oh.

(Oh.)

(Así que... es eso...).

¿No explicaba eso muchas cosas?

 

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