Lost Soul

«Sakura-chan iba a matarlo».

No había duda, iba a estar TAN muerto en cuanto se enterara. 

Los golpes que ella le da cuando esta molesta iban a ser nada en comparación con lo que le haría cuando tanto ella como Kakashi-sensei regresarán. Y Oh Dios ¿Cómo iba a reaccionar su sensei a esto? ¿Se enojaria? Jamás han visto a su sensei enojado, al menos no de verdad  ¿Le daría una de sus extrañas expresiones con su ojo que ninguno de ellos entendía? Las señales mixtas eran confusas, ¿Qué significaba el ojo curvado hacia arriba? ¿Alegría, decepción, enojo, tristeza? ¡¿Qué, qué?!

¡Peor aún! ¡¿Y si ya no quería que formará parte del equipo siete?!

Un chillido angustiado salió de su garganta con ese pensamiento, no definitivamente no quería que pasara eso último. Le gustaba ser un ninja, aunque la mayoría de sus misiones apestara, aunque casi siempre terminarán peleando entre ellos y Kakashi-sensei tuviera que separarlos con amenazas. Se mordió las uñas, dándole una rápida mirada a el cuerpo en el suelo. Que tal y como en los últimos treinta minutos no había presentado ninguna señal de movimiento y si miraba de cerca su pecho casi parecía que ni siquiera estaba respirando.

Los gritos internos se intensificaron en su cabeza.

—O-Oe —intento hablarle una vez más, con la esperanza de que sólo se tratara de una muy elaborada broma. A él le encantaban las bromas, así que sabía reconocer una cuando la veía. Aunque estaba empezando a dudar si realmente estaban jugando—. Teme.

Con la punta del pie tocó su brazo, retrocediendo en un grito casi de inmediato incluso cuando no hubo ninguna reacción. Enserio, si alguien iba a salir a gritar ¡Caiste! Debía hacerlo ahora.

Por el bien de su salud.

Tal vez se enojaría un poco, unos cuantos golpes y gritos, tal vez un rasengan... bueno sí, se iba a enojar mucho por ser tan crueles. Pero al menos sería mejor que tener que seguir viendo el cuerpo inerte del Uchiha allí tirado, con esa insoportable expresión vacía que empezaba a odiar con cada segundo que pasaba. Casi quería gritarle que volviera a su vieja expresión de no me importa nada, quería que él se molestara, que le gritara, que hiciera algo. Cualquier cosa.

¿Cómo demonios habían acabado así?

Todo había sido igual que siempre, se despertó cerca del amanecer ya que Kakashi-sensei los había citado el dia anterior en uno de los campos de entrenamiento que acostumbraban a usar. Desayuno, se vistió y por poco no alcanza a lavarse los dientes para llegar a tiempo por regar la planta de su balcón. En el campo ya estaban Sakura-chan y el Uchiha teme esperando, llegó, saludo, obtuvo las respuestas de siempre y entonces se sentaron a esperar por al menos tres horas a que su maestro se le diera la gana de llegar.

Tres horas en las que se quejó mucho porque siempre debían esperarlo como tontos.

Luego fueron con la abuela que tenía algunas misiones para darles; cuidar bebés, regar jardines, sacar perros, buscar al gato del demonio o acompañar a un turista a un pueblo cerca de la frontera de la tierra del fuego. Lo que en realidad era una misión de clase C. Y como en el último examen ninguno de ellos logró convertirse en Chunin —seguía pensando que todo era culpa de Orochimaru— era casi imposible que les dieran esa última.

Casi.

La quinta Hokage, al parecer, decidió que tomar unos cuantos vasos de sake con el desayuno era la mejor manera de empezar el día y no es como si nadie fuera a cuestionarle, era la Hokage por Kami, y nadie estaba dispuesto a recibir uno de sus mortales golpes, —nadie además de Ero-sennin—. Así que el equipo siete salió volando de la oficina casi tan rápido como la silla que la Senju le arrojó a Kakashi por presentarse tarde justo después de recibir su misión de escolta.

Todo iba perfectamente bien.

Hasta que el bastardo Uchiha tuvo que hacer uno de sus desagradables comentarios insinuando que debería enfocarse en ser un mejor ninja y no en comer, cuando murmuró lamentándose que justo esa tarde pensaba salir con Shikamaru y Choji a Ichiraku Ramen. Y sucedió lo inevitable, comenzaron a pelear. Lo que últimamente estaba pasando muchas veces, Naruto diría algo y Sasuke abriría la boca sólo para burlarse o al revés, lo que llevaría a Sakura a entrometerse y por ende a Kakashi-Sensei, quien estaba seguro que solo intervenía para evitar que la de cabello rosa resultara herida por meterse en sus peleas. 

Desde los exámenes Chunin era como si ambos hubieran rebasado la barrera del "No me agradas pero te soporto" y hubieran pasado al "Me molesta tu existencia".

Y todo el equipo lo había notado. Tal vez fue por eso que su maestro harto de ellos, había decidió que él y la única Kunoichi del equipo harían esta misión solos. A cambio dejando a los dos integrantes problemáticos con el objetivo de intentar recuperar el compañerismo.

¡Y por supuesto que se pusieron a pelear! ¿Qué más se supone que hicieran?

Nuevamente todo iba bien, hasta que empezó a enojarse. No, a enfurecerse.

Naruto no podía recordar con claridad ese momento, como si algo hubiese nublado su visiòn y su capacidad de pensar por unos segundos. Hay pequeños flashes, la voz del teme burlándose de él, el calor que parece irradiar de su cuerpo, la voz de alguien riéndose en el fondo de su mente. El sharingan girando en los ojos del Uchiha, y luego él golpeando su cabeza con la fuerza suficiente para enviarlo hasta el otro lado del campo. Hasta chocar contra unos árboles.

Habían peleado en infinidad de ocasiones  y cada uno recibió golpes mucho mas fuertes que ese, sin embargo...

—¡Despierta! —le gritó sin aguantar más, sacudiendo sus hombros con fuerza. Su cabeza cayó hacia atrás, dejando que la cinta en su frente se deslizara hasta el suelo por haberse soltado en algún momento de su caída.

Sólo cuando la piel en su frente empieza mancharse de rojo es capaz de notar la sangre que cae de su cabello, sus ojos no se apartan de las gotas. Deslizándose por su cien hasta su oreja, y luego cayendo al suelo. Con lentitud empieza a soltar su cuerpo, dejándolo caer en el duro y sucio piso lleno de polvo, pero sus manos aun sujetan sus antebrazos cubiertos de vendas. Hay algo en el fondo de su mente que esta diciendo algo, pero no puede decir que es. Esta concentrado en el hecho de que incluso a través de la tela su piel está caliente, como inesperadamente caliente.

¿O es la suya?

El murmullo regresa, está vez es un poco más fuerte. Y si le prestará más atención estaba seguro de que se trataba de la voz de alguien.

«Todo iba bien, todo iba bien»

No es una ilusión ahora, está seguro de que alguien le esta hablando.

«¿Qué... qué dice?»

Sasuke no despierta, pero él puede sentir su Chakra. Es una sensación extraña a la que nunca va a acostumbrarse, la energía del Uchiha se siente diferente, está moviéndose. Retorcido en si mismo sería la definición más adecuada, como si todo estuviera girando alrededor de algo en el centro y él es capaz de sentir ese algo. Y sabe que hay algo extraño en eso cuando la sensación desaparece en un instante, Sasuke se levanta de golpe a tomar una bocanada de aire, mientras se atraganta con la nada su espalda se sacude como si estuviera llorando, pero el lo sabe mejor. El Uchiha no llora, ni siquiera esta seguro que se permita sentir algo mas que molestia u odio. 

Su respiración se regula, y hay maldiciones, muchas maldiciones que el Uchiha definitivamente no dice. Y Naruto siente que alguien debería estar sujetándolo a él ahora, ojos negros sin pupila fijos en los suyos, hay restos de lágrimas en las esquinas que se explican fácilmente por el esfuerzo al toser.

Entonces el rostro que a visto durante años se contrae, una de sus cejas se levanta y sus parpados bajan varias veces, durante un segundo parece desenfocado, perdido de verlo a él. 

—Umh... ¿Rubia? ¿Me devuelves mi espacio? Estás afectando mi juju.

«Descompuso a Sasuke. Sip, Sakura-chan definitivamente iba a matarlo»