English Love Affair

All For The Game - Nora Sakavic
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English Love Affair
Summary
Andrew Minyard, baterista de la famosa banda “The Monsters” se queda varado en su escala en Inglaterra. Él, el hombre que estaba preparado para cualquier cosa se encuentra atrapado bajo la guardia por la presencia de Neil Hatford.O, donde después de la muerte de su madre, Nathaniel se pone en contacto con su tío. Incluso siete años después, no espera tener un amor de verano que puede durar o no más de un verano.
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01

Junio 2012.

 

-cancelados!.

Andrew Minyard no era creyente; ni de la suerte, destino o algún dios.

Andrew Minyard no es creyente, creer es tener fe y esperanza; dos cosas de las que estuvo muy desprovisto su infancia entera. A los cinco años de edad ya se había hecho la idea de que nadie lo vendría a salvar y de que en realidad, no merecía el infierno por el que estaba pasando.

Él no creía en nada más que en las promesas, he incluso así, ahora mismo se siente como un hombre poseedor de una muy mala suerte. Tal vez esa es la única suerte, la única real, pensó con sorna, mientras sacaba su celular. Hace tan sólo algunas semanas el Tour Unheard : Screaming había finalizado con un éxito rotundo para la banda The Monsters y la discografía les había dado un pequeño descanso para permitirse respirar luego de meses gritando y cantando en estadios.

››Cancelaron mi vuelo.

Era obvio que a la primera señal de descanso, Nicky volaría para ver a su querido Toyboy alemán; Andrew conocía a su primo, sabía cómo este actuaba. Es por eso que, a diferencia de Aaron, él no se sorprendió de que el resto de la banda fuera invitada a Alemania semanas después de la llegada del propio Nicky. Nicky era de las personas que haría todo por su familia, que llevaban el corazón en el puño de la manga y que amaban con ferocidad y lealtad; si le agregas el hecho de que conocieron al famoso Erik una sola vez, era lógico que la pareja quisiera una reunión familiar.

La respuesta de Nicky vino en forma de muchos emojis llorando y preocupación. Andrew, como siempre, lo ignoró hasta que se volvió un poco más racional.

 

Molestia 3

››Le dije a Erik

Y me dijo que parece que está pasando en varios lugares de Europa.

Algo de los vientos y temporadas riesgosas.

 

Que mierda, es verano, no se supone que haya un problema con el viento!!!

 

››Malditos Ingleses.

 

Andrew se soba las sienes, más no se permite suspirar. Las extremidades le pesan y su cerebro se siente medio frito; como guinda del pastel su piel está casi en carne viva luego de pasar tantas horas rodeado de gente que no conoce. Estaba fuera de su zona de confort y montado en un avión a miles de metros de altura. Lo único que quiere en este instante es comer algo y dormir.

El novio de su primo probablemente estaba en lo correcto. Andrew había escuchado la voz monótona de una mujer en el aeropuerto durante media hora, anunciando cada uno de los vuelos cancelados, que basta con decir no eran pocos. Si los rostros extranjeros a su alrededor indicaban algo, él no sería el único buscando dónde pasar la noche. Así que no solo tenía que buscar un hotel, sino que tendría que buscar uno que tuviera espacio.

 

Molestia 3

››Dónde planeas quedarte a dormir?

 

››Tendré que averiguarlo.

 

Molestia 3

››Kevin no fue de vacaciones allí hace un tiempo? podrías preguntar

 

Entonces eso fue lo que hizo, el chat con Kevin estaba casi vacío. El guitarrista respondió con un audio increíblemente largo y detallado del que Andrew no escuchó ni la mitad, solo registró los dos nombres de los hoteles en los que el hombre se había quedado, los googleo y vio el que quedaba más cercano. En este punto no registró ninguna de las reseñas.

El clima es ilegalmente frío para ser verano. La noche es tan oscura y el cielo tiene tantas nubes que por un segundo la idea de que llueva no parece inexistente. Se subió al primer taxi que vio. El nombre Eden's Twilight brotó de sus labios.

 

Molestia 2

››Es por eso que mantengo la superioridad del Daydrem Resort sobre el Eden’s Twilight

Te lo digo, fue una basura

Ni siquiera había un gimnasio

Y siempre estaba lleno de ruido

 

Andrew solo rueda los ojos y paga, agradecido de haber cambiado los dólares en una casa de cambio en Columbia. Luego de sacar la maleta del maletero mira la fachada del negocio; cree que ya sabe el porqué Kevin parecía odiar el lugar en el que se quedó tan solo una noche. A pesar de toda la situación y vida de mierda que alguna vez vivió el guitarrista, se había criado como un niño rico. No era de extrañar que se sintiera intimidado por el local ancho y algo bajo, de fachada negra y un letrero gigante neón.

Si tal vez tuviera un rato para relajarse, cree que podría sentirse a gusto en el lugar. El primer piso es casi un pub, hay una barra, varias mesas y un pequeño escenario, más no consta de ninguna pista de baile. El ambiente oscuro iluminado solo por luces cálidas, los posters colgados le dan a todo un ambiente vintage.

“¿Tienen habitaciones disponibles?”.

Y eso fue todo. El hombre uniformado asintió, habló de packs, ofertas y cosas a las que no prestó tanta atención. Se centró en pagar. Lo siguiente que supo es que fue llevado por unas escaleras de piedra casi escondidas en una esquina.

Es solo cuando se sienta en la cama y cierra con candado la puerta que se permite suspirar, bajar un poco (más nunca completamente, nunca) la guardia. Entonces se da cuenta.

Joder, tiene hambre.

 


 

Finales de Septiembre, 2012.

 

“¡No vas a comer eso, Nicholas!”.

“Mírame hacerlo, Day”.

No importa la cantidad de peleas que haya habido, cuantos gemidos acongojados y cuantas muecas feas de Aaron haya visto. El viaje desde Alemania a los Estados Unidos sólo puede describirse de una forma: aburrido. Andrew puede, perfectamente, separar su vida en  dos. La agonía y el sufrimiento seguido de la monotonía y el aburrimiento (él ignora conscientemente la voz dentro de sí que dice que la vida en realidad se divide en un antes de Neil Hatford y un después de Neil Hatford). La sensación de pesadez y molestia inundando su cuerpo es algo a lo que ya está acostumbrado y lo ha estado durante años.

Lo único que lo mantiene atado a la realidad, a parte de la constante vigilia a su alrededor, es el peso de la jaula de gatos tirando de su mano izquierda. Nicky había hecho un escándalo y rogó por ponerle nombre una vez que Andrew llegó a Dortmund; había hecho una cara de decepción cuando se enteró de que ya tenía un nombre que no era “gato”. Erik lo consoló, mientras que una sonrisa cómplice se pintó en su rostro cuando miró a Andrew. No le gustó.

Es su manager, Danielle Wilds, quien los recoge en el aeropuerto. Dan es una mujer feroz en todos los aspectos, feroz al defender sus ideales, ferozmente protectora con los que consideraba suyos. Eso último es algo que Andrew podía respetar, si tal vez la mujer no fuera tal moralmente justa.

“Juro que me casare con ese hombre” Dan por lo menos tiene la decencia de dejar divagar a los chicos sobre sus  vacaciones. No le pregunta a Andrew, pero ella sabe hace ya años que obtendrá información del baterista sólo si éste estaba dispuesto a compartirla primero. Se limita a enarcar una ceja ante la presencia del animal.

“Ahora chicos. Trabajo” dice cuando todos se sientan en la mesa de café en su sala de estar.

Nicky suelta un largo gemido de frustración y Aaron hace una mueca. “ Acabamos de llegar, Wilds”.

“Lo sé, pero los altos mandos presionan y Wymack no puede contenerlos para siempre. Tuvieron tres meses de vacaciones enteras”.

“Y todos saben lo mucho que dura el proceso de componer canciones y peor aún, organizar una gira, un videoclip y toda la campaña” agrega Kevin.

“Es por eso mismo que espero hayan escrito aunque sea algo estos meses” Comentó mientras miraba entre Kevin y Andrew, los dos compositores de la banda. Kevin hace una mueca.

Hay una libreta de papel amarillento, manchada con masa de crepes y earl grey, metida en los bolsillos de sus pantalones cargo. Se siente repentinamente pesada y su corazón se aprieta. Andrew no quiere que nadie vea a través de él; que vean las manos que escribieron sobre ojos azules como océanos enteros, que escribieron sobre un amor que se sentía como la luz del sol. Manos cayosas las cuales todos piensan sólo sirven para blandir cuchillos y golpear la batería pero que en solo dos meses aprendieron a tocar, a lavar hebras de cabello con  delicadeza, que estrecharon una cintura con reverencia y aprendieron braille sobre un cuerpo hecho de cicatrices.

Andrew, en pleno momento de debilidad, se permitió escribir tres canciones únicas. Nada más y nada menos;  porqué de alguna forma Andrew Minyard tendría que olvidar a Neil Hatford y todo lo que alguna vez rodeó su presencia.

No habían habido gritos ni peleas, no hubo discusiones y sólo un poco de llanto. Ambos sabían que todo terminaría cuando Andrew se fuera, lo supieron desde el principio. Ni siquiera lo llamaron una relación, jamás dijeron las palabras “novio” (aunque tampoco jamás la negaron, piensa amargamente). Esa noche se abrazaron en la cama tamaño king y Andrew besó cada una de las lágrimas que pudieron salir de los ojos de Neil. Ese nivel de vulnerabilidad era horrible, le removía el estómago. No entendía como la angustia de una sola persona podía tener tanto poder sobre él mismo Andrew.

“¿De qué tratará el nuevo álbum?” pregunta mientras se cruza de brazos. Dan suspira.

“Tenemos mucho trabajo por delante”.

Todos alrededor de la mesa se quejan.

 


 

Junio 2012.

 

Andrew saca la ropa más cómoda que puede encontrar en su maleta; este es uno de los raros     instantes en que no le molesta ni el desorden ni lo que va a usar. 

Una vez que termina todo el proceso es que finalmente siente un hambre que le hace rugir el estómago, la comida de aeropuerto es asquerosa. Baja al primer piso con un pantalón chándal y camiseta negra, botines de batalla; los cigarrillos y el celular bien metidos en los bolsillos.

Baja las escaleras de piedra que casi le parecen una mala imitación a las escaleras de la sala común de Gryffindor en Harry Potter. Revisa muy de reojo su celular mientras espera su sopa, no tiene idea de porqué un local como aquel vendería sopa de tomate, pero Andrew no le miraría los dientes a caballo regalado; le informa a Nicky que ya tiene una habitación, le dice a Kevin que se joda y deja en visto a Aaron.

Se lleva el café sin crema pero con una cantidad obscena de azúcar a los labios, observa los posters de Led Zeppellin y David Bowie con un interés superficial. Kevin tenía razón, este lugar parecía nunca estar en silencio; no importa quién estuviera haciendo que, pareciera que cada acción venía acompañada del murmullo y rodó de fondo de otras personas manteniendo conversaciones en otras mesas.

Andrew se sorprende a sí mismo sobresaltandose cuando la multitud dentro del lugar aplaude, desaterrándolo repentinamente de sus propios pensamientos. Entonces los primeros acordes de You Know I’m No Good suenan.

 

“Meet you downstairs in the bar and hurt
Your rolled up sleeves and your skull t-shirt
You say: What did you do with him today?
And sniffed me out like I was Tanqueray”

 

La voz que canta no es, como él esperaba, femenina. En cambio el tono de un hombre resuena cantando por el lugar. Había algo en toda la experiencia que hacía que le picara la piel en algo totalmente diferente, le hace recordar estados llenos de gente gritando y cajeros desentonados de cientos de personas juntas.

Andrew Minyard levanta la vista y sus ojos se encuentran con un infierno frío. Azul. Azul. Sólo puede pensar. Brillantes con una pasión enloquecedora. Azul.

El hombre sonríe. Libre y salvaje.

Oh

 

 

 

 

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