Un bonito recuerdo

Naruto
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Un bonito recuerdo
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Summary
Un portal que se abrió en medio de la batalla le dará a Naruto una de las peores y, a la vez, una de las mejores experiencias en su vida. Ella no puede dejar a sus amigos en medio de la guerra, pero también debe buscar la forma de volver. Tal vez un poco de ayuda de un Shinobi habilidoso sea la respuesta correcta. Puede haber un poco de riesgo, pero la diversión nunca falta.Créditos de los personajes a Masashi Kishimoto | Historia hecha por AYOF | De fans para fans.
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Al otro día estuvo en la sala de estar desde muy temprano para seguir con su trabajo sobre el pentagrama. Con la ayuda de Shisui, por fin pudo conseguir que su dibujo pareciera más legible que sus rayones iniciales. Jiraiya les había mandado un sapo para decirles que tampoco estaría con ellos ese día, por lo que los dos tuvieron que esperar a que todo saliera bien con el pentagrama.

Los nervios aumentaban con cada segundo que pasaba. Estaba extasiada, pero no quería echar todo a perder, por lo que hizo todo de forma lenta y muy meticulosa. Cada dibujo estaba hecho con la tinta justa y de una forma tan delicada como si estuviera acariciando el papel. También tuvo que vigilar que Shisui hiciera todo bien y como le dijo. Confiaba en él, pero no podía estar preocupada porque algo saliese como no estaba planeado.

—Llevamos ya la mitad del sello —declaró Naruto mientras dejaba el pincel en un pequeño platito con agua—. Supongo que podremos acabar antes del atardecer.

—¡Excelente! Ya me estoy cansando de hacer esto —murmuró Shisui mientras soltaba un suspiro.

—No te preocupes, cuando llegue Jiraiya, los dos lo obligaremos a dibujar el restante —dijo mientras se le escapaba una breve risa malvada—. No tenía derecho a dejarnos a los dos sin ninguna ayuda.

—Creo que me sentiré un poco mal por él, pero estoy de acuerdo contigo.

Se levantó del sofá y fue a la cocina por un poco de más agua para limpiar el pincel. Aún le quedaban varios frascos de tinta, por lo que su única preocupación debía ser que los pinceles no se hicieran duros. Volvió con Shisui, para verlo fruncir las cejas.

—¿Pasa algo? —le preguntó.

—No —contestó de inmediato—. Solo es que aún tengo la gran duda de cómo es que llegaste a esto.

Suspiró un poco. Le había dicho todo lo del sueño, pero él no le creyó por completo. Y es que sonaba absurdo, lo supo, pero era la verdad. Aquel tipo sin nombre le había mostrado el pentagrama y le había explicado de la quinta dimensión. No esperaba a que Shisui lo entendiera por completo, porque ni ella misma podía hacerlo.

—¿Ese tipo de tu sueño —comentó Shisui— no será una trampa? Un Genjutsu del Tipo Sombra. Sabemos que es habilidoso, no podemos descartarlo a la ligera.

—Lo sé —suspiró—, pero confío en ese sujeto. Era… diferente. Todo ese lugar se sentía como estar rodeada de paz, llena de energía y como si todos los problemas hubiesen desaparecido. Solo sé que debo confiar en él.

Shisui no pareció convencido de sus palabras, pero ya no continuó con su perorata. Los dos volvieron a trabajar en el sello sin decir ni una palabra por varias horas.

Su mente volvió a la conversación de Shisui. Supo que no debió molestarse con él, ya que su preocupación estaba fundamentada. Era solo que todo parecía ser demasiado ya para su mente. Y también tenía miedo de que hubiese sido engañada. Ese sello era su último hilo de esperanza al que aferrarse, si lo perdía, sabía que estaba perdida. No quería que todo su tiempo cayera, y si eso sucedía, ella lo haría también. Sus emociones habían estado tan descontroladas por tanto tiempo que en cualquier momento solo estallarían.

Sin más dilación, siguió con su propio trabajo. No iba a dejar que sus temores volvieran a ocupar toda su mente. «Confío en que todo es verdad y que todo saldrá bien. Volveré a casa y veré a mis amigos con vida. Todo será como antes», se dijo a sí misma.

Más horas después de eso por fin pudieron terminar con el pentagrama. El sello del Hiraishin estaba unido por la parte izquierda al gran pentagrama, haciendo que todo pareciera menos geométrico. Sonrió por el trabajo.

—Bien, ahora ¿cómo vamos a saber que funciona? —preguntó Shisui.

—Eso… no lo había pensado —respondió con completa sinceridad. No tenía ni idea de cómo hacer eso—. Tengo una idea, pero no te va a gustar.

—¿Cuál es? —dijo dudoso.

—Lo voy a activar.

—¡ESTÁS LOCA! Sabes los peligros que corres si algo está mal. ¡Podrías morir, Naruto!

Rió un poco debido a que sabía eso. Si moría, ya nada más iba a suceder, terminaría en ese lugar como una hoja.

—Es la única forma. Y si funciona, podremos enfocarnos en conseguir toda la energía posible.

Vio la cara enojada de Shisui, pero no le importó. Antes de que él pudiera seguir peleando o intentar detenerla, puso su mano en el centro del sello e insertó una buena cantidad de chacra. Después todo el departamento se disolvió en la oscuridad.

El nuevo lugar era completamente oscuro. Ni siquiera podía ver su cuerpo. El miedo comenzó a atormentarla, pero en eso escuchó una voz.

—Has logrado llegar hasta aquí. Me sorprendes mucho, mortal.

Se congeló. Sintió que todo su cuerpo perdía el calor mientras algo la envolvía en sus pies.

—Kurama, ¿estás allí? —preguntó en su mente. Nadie le contestó.

Comenzó a hiperventilar mientras giraba hacia todos lados buscando a esa persona que habló. Debía ser una persona, ¿no?

De repente estalló una luz que la dejó ciega por varios segundos. Después la oscuridad retrocedió para que todo se volviese más extraño todavía. Parecía estar en un lugar en donde la geometría no era igual a la de casa. Las figuras daban giros extraños, incapaces de hacerlos en su dimensión. Tubos que atravesaban y no a otros. Allí supo en dónde estaba. La quinta dimensión era algo en lo que su mente no estuvo preparada para analizar.

—Llegaste aquí, después de todo —escuchó la voz del sin nombre—. Estoy muy orgulloso de ti, Naruto. Solo queda ser capaz de comprender como moverte en este lugar y podrás volver a casa. Te será sencillo, solo necesitas la energía suficiente y una mente abierta a las atrocidades que acompañan esta dimensión.

—¿Dónde estás? —preguntó, y se maldijo cuando su voz salió quebrada por el miedo.

En todas partes. Aquí, allá, en el árbol. Mis ojos están en todos ustedes, así que puedo estar en cualquier lado. No te aferres a la idea de ver algo parecido a tu mundo, porque no lo hay. Vuelve a tu dimensión y cuando consigas lo necesario, podrás volver a entrar a las grietas.

Naruto no supo qué hacer en ese momento, pero después vio algo que la sorprendió. Un gran pentagrama estaba a su lado. En el centro de este, vio algo que la hizo sentir que sus esperanzas estaban bien, ya que del otro lado vio cuando Kaguya la lanzaba al pasado. Era igual a como recordaba, y sabía que no todo estaba perdido. Después, todo volvió a sumirse en la oscuridad y después de otro segundo pudo abrir los ojos para ver a Shisui con un rostro preocupado.

—¡¿Naruto, estás bien?! Te quedaste quieta y no supe si…

Antes de que Shisui pudiera continuar con su comentario, Naruto se abalanzó contra él y lo abrazó con demasiada fuerza. Estaba muy contenta de saber que todo tenía una solución. Sus manos temblaban mientras lo abrazaba. Se alejó un poco de él y lo besó. ¿Por qué? Emoción, alivio, muchas cosas en realidad. Puso una de sus manos sobre la mejilla de Shisui mientras él ponía una mano sobre su cintura. Después de un par de minutos se separó de él. Vio que su rostro estaba rojo y que parecía que se iba a caer en cualquier segundo.

—¡Funciona, Shisui! ¡El sello funciona, de verdad! —exclamó sin importarle si Shisui solo veía sus labios—. Al fin… creo que puedo volver en unos días si encuentro la energía suficiente.

—Eso es increíble —susurró Shisui después de unos segundos de completo silencio—. Entonces, esa visión era verdadera.

—¡Sí! No sé qué sea ese tipo, pero es lo más parecido a un ángel. Lo digo enserio, creo que sin él no podría haber resuelto este sello.

—Solo queda esperar a Jiraiya para que pueda observarlo y decirnos la mejor forma de obtener la energía suficiente para que pueda activarse bien —comentó Shisui.

Solo asintió mientras veía de nuevo el sello «completo». Estaba ansiosa de encontrar esa forma de volver a casa.

»—Vuelve a tu dimensión y cuando consigas lo necesario, podrás volver a entrar a las grietas.

Esa frase estaba bien grabada en su memoria. Conseguir lo necesario, era obvio para ella que hablaba sobre la energía para poder moverse. Experimentó de primera mano cómo era estar en cinco dimensiones, un lugar en donde ni siquiera pudo moverse. Planteó la idea de que, con la energía suficiente, podría dar el salto hacia el portal de la estrella.

—¿Por qué me besaste? —preguntó Shisui, haciéndola salir de sus vacilaciones.

Su mente se quedó en blanco por un segundo.

—Quise hacerlo. —respondió con toda sinceridad. No había otra respuesta que pudo darle.

Fue en ese momento que Shisui decidió volver a besarla. Naruto no hizo nada más que responderle con la misma intensidad. A pesar de que cuando ella lo besó, fue un beso bastante sencillo, este último iba subiendo de ritmo muy rápido. Se sostuvo de los hombros de Shisui, mientras él solo la acercaba más a su cuerpo.

Este beso la hizo sentir más cosas que los anteriores. No fue algo romántico, sino más bien algo carnal. El hambre en su interior iba incrementando mientras más lo besaba. Su lengua tocó el labio de Shisui, y este abrió un poco su boca para cederle el paso. No pudo contener el gemido que salió de su boca cuando una de las manos de Shisui comenzó a recorrerle la espalda. Después de lo que parecieron horas, los dos se separaron. Ambos estaban llenos de lujuria. No tenía sentido, pero ambos no cuestionaron lo que sucedió después.

—¿Quieres continuar? —preguntó Shisui, con un tono ronco.

—Sí —respondió, apenas en un susurro—. Pero aquí no.

Shisui soltó una pequeña risa. Y en un par de segundos ya estaban los dos en la habitación de Shisui. Volvieron a besarse con la misma intensidad que antes cuando estuvieron cerca de la cama. Durante un par de minutos solo eso hicieron, ambos temerosos de avanzar muy rápido. Eso fue hasta que el calor fue demasiado. Sus manos fueron al borde de la camisa de Shisui. Se separó un poco de él y le quitó su playera, dejándole el torso desnudo. Dio un vistazo rápido, notando varias cicatrices de cortes en su piel. Su dedo índice trazó algunas, a lo que Shisui solo se estremeció un poco.

Acarició con suavidad su piel, deleitándose bastante con esa acción. Era la primera vez que hacía eso. Siempre estuvo ocupada con la guerra en contra de Akatsuki o en su búsqueda por Sasuke, así que nunca estuvo cerca de estar en una situación así. Tuvo nervios de lo que podrían llegar a hacer, pero era más su deseo para opacar esos nervios.

Shisui no quiso ser el único sin camisa, así que con cuidado comenzó a quitarle su blusa. Los nervios aumentaron dentro de ella, pero se calmó diciéndose que era justo que ambos estuvieran en mismas condiciones. Sintió el frío en su piel cuando solo estuvo en sostén de la cintura para arriba. Las manos cálidas de Shisui comenzaron a explorar su abdomen, haciéndola reír un poco. Shisui sonrió un poco por eso hasta que su vista se topó con su pecho. Allí estaba la razón de su inseguridad, esa fea cicatriz. No era igual a las de Shisui, las cuales parecían hechas con kunais, esta era mucho más grande y de una forma irregular.

—¿Quién te hizo esto? —murmuró Shisui mientras su mirada se conectaba con la suya.

—Fue en una pelea hace varios años —respondió, un poco tímida. Pareció ser que Shisui se dio cuenta de su estado, porque solo asintió y no volvió a preguntar por ello.

A pesar de eso, aún sentía esa extraña emoción llena de lujuria cuando Shisui comenzó a darle algunos besos en sus hombros y su cuello. Soltó algunos suspiros mientras se aferraba a los brazos de Shisui. Cerró los ojos e intentó dejar todas las demás cosas para después. Algunas de las caricias de Shisui le hicieron cosquillas, pero también la hicieron sentir más excitada. Él comenzó a darle algunos besos a su abdomen y sus manos subían y bajaban por su cintura.

Entre suspiros, fue recostada en la cama y Shisui le tomó sus manos y las puso por encima de su cabeza. Estando en esa posición, se sintió un poco vulnerable. Pero eso fue dejado de lado cuando él la besó en la boca. Esta vez sintió más hambre, por lo que tomó el control del beso. Shisui puso una de sus manos en su espalda y buscó a tientas el broche de su sostén. Lo desabrochó en un segundo, para luego separarse del beso y quitárselo. Se levantó un poco para que pudiera quitárselo por completo. Cuando estuvo sin el sostén, no pudo evitar sentirse tímida.

—Vaya… —murmuró Shisui mientras le daba una enorme sonrisa— realmente eres muy hermosa.

No tuvo el tiempo de responderle o hacerle algo porque él se acercó a uno de sus senos y le besó la punta. Eso la congeló por un segundo.

De repente quiso hacer algo más, pero en esa posición no tenía muchas opciones. Movió un poco sus manos y Shisui entendió, así que la liberó. Una de sus manos fue a la cara de él y la alzó. Se inclinó un poco y lo besó con fervor. No supo cómo, pero los dos cambiaron de posiciones. Naruto, ahora encima de él, lo miró y volvió a deleitarse con la vista. Sus manos bajaron por su pecho hasta toparse con su abdomen. Se notaba el trabajo que le había puesto a su cuerpo. Se sentó sobre su cintura, y lo sintió. Se quedó por un segundo mortificada, pero salió de eso cuando vio que Shisui se mordía el labio para contener su gemido.

Con el paso de los minutos, las caricias aumentaron de ritmo y la ropa fue siendo desechada. Los dos estaban completamente desnudos mientras Shisui la tomaba de las caderas. Ella se aferraba a las sábanas.

—¿Quieres que siga? —preguntó Shisui, quien estaba sobre ella, listo para el siguiente paso.

Tragó saliva. Sería su primera vez. ¿Quería hacer eso? Sí, era la respuesta sencilla, pero aún tenía nervios. Después de lo que pareció una eternidad, solo asintió. Respiró hondo mientras sentía una de las manos de Shisui sobre su sexo, acariciándola y explorándola de forma suave. Contuvo algunos gemidos y jadeos. Se concentró por completo en esa zona. Su mente se quedó en blanco mientras su cuerpo estaba muy caliente. Dejó salir los jadeos cuando ya no pudo concentrarse en retenerlos en su garganta.

Llegó su orgasmo. Fue liberador, como si algo dentro de ella hubiese explotado y la hubiese dejado aturdida, de una forma buena. Respiró de forma agitada mientras abría de poco en poco sus ojos. Shisui la miraba, su mirada con un brillo que no supo reconocer. Todo su cuerpo se quedó flácido, pero reunió todas sus fuerzas

Él se puso en medio de sus piernas. Se inclinó a su boca y la besó. Le siguió y después sintió su erección.

—Solo… sé cuidadoso —murmuró, con un poco de miedo.

—Siempre.

Durante una o dos horas, lo único que se escuchó en esa habitación fueron murmullos, suspiros, jadeos, gemidos. Y sus cuerpos desnudos permanecieron juntos hasta el amanecer, justo cuando llamaron a la puerta.

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