Un bonito recuerdo

Naruto
F/M
G
Un bonito recuerdo
author
Summary
Un portal que se abrió en medio de la batalla le dará a Naruto una de las peores y, a la vez, una de las mejores experiencias en su vida. Ella no puede dejar a sus amigos en medio de la guerra, pero también debe buscar la forma de volver. Tal vez un poco de ayuda de un Shinobi habilidoso sea la respuesta correcta. Puede haber un poco de riesgo, pero la diversión nunca falta.Créditos de los personajes a Masashi Kishimoto | Historia hecha por AYOF | De fans para fans.
All Chapters Forward

EL MAESTRO DE SELLOS

Varios días pasaron desde que llegó a este tiempo. No cambiaron muchas cosas en sí. Todos los días iba a la biblioteca, aunque ya tenía un horario para salir a comer y para irse a dormir, buscando información que le pudiese ayudar con su problema, lo que no resultó en nada gratificante. Muchos libros decían sobre encoger el tiempo en base a la velocidad, pero no entendió bien eso. Por supuesto, ella era rápida, un poco menos que su padre, pero seguía siendo un gran logro. La velocidad a la que uno viajaba y la gravedad afectaba al tiempo como uno no podía imaginar en un principio. Por ello, comenzó a pensar en el sello de su padre, el cual, para su decepción, solo era un pergamino con el sello que había grabado en sus kunais.

Junto a Shisui intentaron avanzar más en cuanto al hombre de negro. Como tal, lo habían apodado el Tipo Sombra. Lo malo fue que tampoco lograron mucho con eso. A pesar de que Hiruzen les había prometido que ya tenían una carpeta de investigación abierta en contra de ese hombre, nada parecía apuntar a aquel extraño hombre. No encontraron nada sobre algún visitante con esas características, por lo que las cosas se volvieron más tensas entre ellos y los ANBU, quienes buscaban entre toda la aldea.

—Quiero decir, mañana será fin de semana, supongo que, si alguien quisiera conseguir información, sería muy válido buscar entre el viernes y sábado en la noche en algunos bares —comentó Shisui—. Muchos ninjas van a tomar esos días, por lo que algún tipo podría buscar esa forma de sacarles información cuando estén ebrios.

—Lo sé. Pero ¿para qué quiere información? —preguntó Naruto—. Creo que planea algo en contra de nosotros, o quiere aprovechar estar en este tiempo para algo más.

—Tal vez sea así. Aquel tipo debe buscar algo en ti para traerte a este tiempo y no haberte matado.

Naruto se quedó pensando mucho en eso. Era una buena posibilidad, ya que se había presentado una vez, tal vez buscando la manera de encontrarla sola. Sintió miedo ante la idea de volver a toparse con ese tipo, esta vez sola. No tenía idea si solo se trataba de un mal juego para ella o era parte de un plan más oscuro, como lo había sido para Akatsuki. Ella tenía al Kyubi, aún, por lo que podrían querer robárselo. Cuando nació, su padre lo dividió en dos partes, la parte Yin, sellada en su padre, y la parte Yang, sellada en ella en un principio. Durante la guerra, le arrebataron su mitad, por lo que le dieron la parte Yin, aunque los dos compartían recuerdos (algo que no pudo entender bien).

Sus ojos se abrieron por la sorpresa. Pudo encontrar algo con qué relacionar al Kyubi con el tipo. Tal vez necesitaba el poder de Kurama por completo, y al tener su parte Yin y su yo pequeña la parte Yang, podría tener el poder completo y puro de Kurama. ¿Por qué? Tuvo una muy buena suposición. Al leer todos esos libros de viajes en el tiempo, siempre había algo necesario para hacer esos saltos, mucha energía. El chacra era energía, pero un humano no podía tener demasiado, ni siquiera ella, por lo que necesitaba el poder de Kurama para hacer esos saltos. Eso explicaría también por qué Kurama era tan pequeño, no sacrificó su chacra en salvarla, fue utilizado por aquel tipo para dar ese salto del presente al pasado.

Se sintió aterrada por su yo pequeña. Ella era una niña pequeña y no tenía idea sobre este tipo. Debía impedir que el Tipo Sombra no pudiera encontrarla. Naruto era muy diferente a cuando era una niña. Su cabello era mucho más corto cuando niña, por lo que muchas veces la llegaron a confundir con un niño. Era pequeña y escuálida, al igual que siempre se llenaba de tierra por correr por todos lados. Naruto ya no era tan así, su cabello ahora largo y atado en una trenza que le caía por un hombro, y también tuvo que maquillarse para esconder sus marcas de bigotes que tenía en las mejillas. Su imagen había cambiado mucho desde que abandonó la aldea con Jiraiya, su padrino, para ir a entrenar. Durante su etapa Genin estuvo siempre vestida con su tan querido mono naranja, su cabello igual de corto, y muchos rasguños. Con Jiraiya, este le ayudó a encontrar más ropa de su agrado, también se dejó crecer el cabello y dio un cambio radical en su apariencia. Eso provocó que ciertos chicos se le acercaran, pero Jiraiya los ahuyentó.

Llamaron a la puerta, haciendo que ella y Shisui se tensaran en un segundo y girasen la cabeza a la puerta. Los dos se dieron una mirada y avanzaron juntos. Shisui fue quien abrió la puerta. Se asomó por encima de su hombro y vio a un ANBU, su postura rígida y ojos vacíos detrás de la máscara.

—Lord Hokage los espera en su oficina dentro de una hora. Es importante que vengan, según sus propias palabras —dijo el ANBU, con voz monótona y grave. No esperó ninguna respuesta, pues se fue de inmediato.

Ambos se quedaron confundidos por unos cuantos segundos. Ninguno dijo nada por un par de segundos. Como tal, supuso que Hiruzen debía tener un mensaje importante, pero demasiado debido a que no los citó de inmediato.

—Deberíamos desayunar algo antes de ir con Lord Hokage —dijo Shisui—. Luego caminaremos hasta su oficina. Ya no te cargaré hasta la planta baja, chica independiente.

—Eso es un alivio, no creo que fuera bueno para mi estar como un koala pegada a su madre —respondió Naruto. Shisui soltó una carcajada.

Ambos fueron a la cocina de nuevo, un poco más relajados que antes y comenzaron a cocinar algo para desayunar. Hicieron panqueques, los cuales untaron con un poco de mermelada de frambuesa, y una taza de café. No le gustaba mucho el café, era más preferible para Naruto tomar un poco de té o chocolate caliente, pero Shisui era fanático de su cafetera. Ambos comieron en tranquilidad por veinte minutos. Cuando terminaron, Naruto fue a su cuarto para buscar su mochilita con una libreta para sus apuntes, aunque la mayor parte de la libreta estaba llena de rayones sin sentido, estos dibujados en momentos de desesperación.

Salieron del departamento poco después rumbo a la oficina de Hiruzen. Las cosas eran muy tranquilas esa mañana, por lo que llegaron muy rápido a su destino. Durante su camino, comenzó a pensar en lo que quería hablar el Hokage con ellos. No podía ser algo tan bueno como que habían atrapado al Tipo Sombra, pero tampoco podía ser de peligro mortal. Tal vez fuera un descubrimiento sobre la técnica usada en ella para llegar aquí. O quizá fuera solo una advertencia para que se mantuvieran lejos de una zona de investigación. Era raro predecir cómo pensaba Hiruzen. Cuando era niña nunca se cuestionó nada sobre él, siempre le vio como un hombre sabio y que sabía la mayoría de las cosas en todo el mundo. Ahora se daba cuenta de que su liderazgo era un poco más tenaz y tenía una mente de soldado. Era como ver una parte de Danzo en él.

Se estremeció un poco al pensar en eso, pero no podía dejar de pensar en ello. Hiruzen Sarutobi debía tener algo oscuro dentro de sí. Sabía un poco de que él estaba enterado de la verdad de la masacre del Clan Uchiha, y también sobre la inocencia de Itachi, pero nunca hizo nada porque le convenía a la aldea tenerle miedo a alguien. Ella por un buen tiempo también estuvo asustada de aquel ninja que podía matar a tantas personas, un verdadero monstruo, como muchas personas lo llamaron.

Shisui tocó la puerta y después los dejaron entrar. Abrió la puerta, pero no pudo pasar. Se quedó congelada cuando vio quién estaba en la oficina junto a Hiruzen. Se le formaron lágrimas mientras veía a Jiraiya al frente. Este aún no la veía, ya que estaba de espaldas a ella. Tuvo que contener el sollozo que se le iba a escapar. Él estaba vivo. ¡Jiraiya aún vivía y no estaba en el mar de la Aldea de la Lluvia! Quería ir y abrazarlo, gritarle, pero algo en su mente la detuvo de hacerlo. Él no era el Jiraiya que conoció y al que tanto quiso. Se limpió las lágrimas tan rápido y esperó que nadie la hubiese visto, pero eso fue imposible.

—Buenos días, Lord Hokage —saludó Shisui—. ¿A qué se nos debe la cita con usted?

—Por supuesto, siempre al grano, mocoso —gruñó Jiraiya, por fin dándose la vuelta para verlos.

Por un segundo, los dos se observaron. Jiraiya parecía asustado y confundido al mismo tiempo. Supo que era debido a su apariencia, ya que nadie más tenía el cabello de Minato, y también sabía por el poco tiempo que vio a su madre que tenía un gran parecido con ella.

—Creo que no hace falta presentar a mi invitado —les dijo Hiruzen mientras señalaba con la mano a Jiraiya, luego se giró hacia ellos y los señaló con una mirada—. Ya conoces a Shisui —le dijo a Jiraiya—, y ella es Naruto, de quien te hablé.

—Sí, puedo verlo con facilidad —murmuró.

A decir verdad, Naruto no supo que pensar. Todo parecía un sueño, otra vez. Por supuesto siempre supo que aquí debió estar vivo Jiraiya, pero nunca esperó volver a verlo. Era duro para ella que él estuviera allí, sus ojos brillando y con algunos años más de vida, si es que ella ya no había dañado la línea del tiempo con su mera presencia.

—He llamado a Jiraiya para que pueda ayudarlos con el Hiraishin de Minato, ya que es el único que puede tener un mayor dominio en los sellos que todos nosotros —hizo una pausa mientras soltaba un poco de humo de tabaco—. Solo puede quedarse una semana aquí, por lo que deberán aprovechar cada instante que puedan.

»Como recomendación, eviten perderlo de vista. No quiero encontrarlo borracho el primer día.

La mirada irritada que le dio Jiraiya a Hiruzen hizo sonreír a Naruto. Hiruzen fue el maestro de Jiraiya cuando este era un Genin, pero nunca los vio interactuar. El Hokage había muerto poco después de que conoció a Jiraiya cuando tenía doce años.

—Bien, si ya terminaron de molestarme, podemos hablar un poco de lo que estamos haciendo. Solo me hicieron un resumen sencillo, pero necesito más detalles —murmuró Jiraiya—. Digo, no puedo quedarme mucho tiempo aquí y ustedes —les señaló a Shisui y a ella— tienen que encontrar una buena forma de usar ese Jutsu si es que no quieren terminar en pedazos.

—¿Pedazos? —preguntó Naruto—. ¿Qué quieres decir con eso?

—El sello está hecho para que solo pueda usarse con el chacra de Minato, por lo que, en un principio, era un buen instrumento para la seguridad del secreto de su técnica. Pero hubo una ocasión en la que intentaron robárselo, por lo que creó otra protección. Cuando se usara con otro tipo de chacra, haría que cada parte de su cuerpo comenzara a arder, como si te quemases por dentro hasta morir. Muchas de las muertes provocadas en la Tercera Gran Guerra fueron por eso mismo.

Eso fue mucha información de golpe para ella. Por supuesto que sabía que su padre fue temido por numerosos asesinatos durante la guerra, pero nunca quiso indagar en eso. Nunca fue partidaria del asesinato, no desde que vio la muerte de Haku y Zabuza a los doce. Aún tenía pesadillas sobre ellos dos de vez en cuando. Fue por ello por lo que siempre intentó convencer a sus enemigos de rendirse, era un camino más fácil para ella. Nunca asesinaría consciente.

—¿Cuándo podemos iniciar? —preguntó Shisui.

—Desde ahora —respondió Jiraiya, aunque después negó con la cabeza para mirar a Naruto a los ojos—. No, primero debo hablar con Naruto antes de esto.

Eso la dejó un poco atontada. Se fijó en la mirada dura de Jiraiya, algo que le dijo que tendrían una larga conversación. No se imaginó sobre qué quería hablar Jiraiya, pero solo asintió a su petición.

—Bien, pueden ustedes hablar en lo que yo me pongo al día con Shisui —habló Hiruzen.

Después de un minuto, salió junto a Jiraiya a quién sabe dónde. Salieron del edificio Hokage en completo silencio. Sentía sus nervios crecer con cada segundo, pero los ocultó lo mejor que pudo.

La aldea ya estaba repleta de gente para ese momento. Como era viernes, todos parecían tener un aire más tranquilo, muchos ansiando el fin de semana. Fueron al mercado de la aldea solo a caminar, todavía en silencio. Muchos niños corrieron hacia la Academia, y se preguntó si su yo pequeña ya estaba allí o se había quedado dormida. Apostó por la segunda.

—Así que eres Naruto del futuro —murmuró Jiraiya, por fin iniciando la conversación. Se tensó y asintió—. Vaya, eso fue difícil de creer cuando Hiruzen me lo dijo, pero viéndote, eres la viva imagen de ellos.

—¿Qué tanto te dijo el Hokage? —preguntó, intentando desviar un poco el tema de sus padres. No quería estar más triste al recordar a su familia arrebatada.

—Lo suficiente para entender tu situación. Me dijo que tu futuro es incierto y que debes regresar lo más pronto posible, por lo que estabas intentando buscar una forma de modificar el sello de tu padre para avanzar unos años —hizo una pausa—. ¿Cuántos años tienes?

—Diecisiete… creo. Cuando estaba peleando era mi cumpleaños, por lo que no sé si ya los cumplí o estos días seguí teniendo dieciséis —dijo, un poco burlesca.

—Bueno, diremos que ya tienes diecisiete.

Los dos continuaron caminando por la aldea, dieron varias vueltas por el mercado, solo hablando en pequeños intervalos. Ninguno de los dos estaba muy cómodo con el otro, y no era culpa de alguno. Naruto se sentía extraña de ver a un Jiraiya que no la conocía, y sospechaba que él no podía ver más allá de Minato y Kushina. No dijeron mucho sobre la vida del otro, solo entrenamientos y cosas por ese estilo. Llegaron hasta un parque algo vacío. Como la mayoría de los niños estaban en la escuela, solo estaba lleno por algunos adultos que querían un poco de tranquilidad. Los dos se sentaron en una banca que dejaba a la vista el Monumento Hokage.

—¿Sabes Fuinjutsu, mocosa? —preguntó Jiraiya.

—No. Intentaste enseñármelo, pero no era buena y me desesperaba mucho con los trazos —murmuró en respuesta—. Ahora me siento mal por eso. Digo, soy una Uzumaki, deberían ser los sellos como una biblia para mí, pero no puedo hacerlos sin que ocurra algo malo.

—No por ser Uzumaki debes ser buena en los sellos.

—Tal vez, pero papá también era bueno en eso.

Escuchó el resoplido de Jiraiya a su lado y se giró para verlo.

—Naruto, no eres como tu padre o como tu madre, ¡eres tú! Puede que seas muy parecida a ellos, pero no te debes encasillar en lograr lo mismo que ellos. Minato era hábil con los sellos y muy rápido, pero en una pelea a puños, Kushina podría noquearlo en dos minutos con pura fuerza. Tu madre era muy fuerte, pero era torpe en el sigilo. Y tú, por lo que han dicho de tu yo pequeña, bueno… eres escurridiza. Tantas bromas han hecho que seas capaz de esconderte bien de los ANBU, incluso con tu cabello rubio.

»Tampoco por ser Uzumaki debes nacer sabiendo hacer sellos. Ellos eran buenos porque así los criaron. El País del Remolino tenía otro tipo de educación muy diferente a Konoha, como todas las aldeas, por lo que a ellos se les enseñaba desde pequeños a hacer sellos. Aquí nos enfocamos más en la parte del Ninjutsu y el Taijutsu. ¿Recuerdas alguna vez que les enseñaran algo de Fuinjutsu en la Academia?

—No —respondió de inmediato—. Pero papá sabía mucho de eso. ¿Le enseñaste?

—En parte. Tenía algunos libros que robé en misiones, muchos de ellos eran escritos por algún Uzumaki. Cuando su pueblo fue destruido, se robaron lo poco que no se hundió o destruyó. Esos libros fueron a la Nube y a la Roca. Le entregué varios a Minato para que aprendiera, y no tardó en fijarse en quienes los escribieron. En ese entonces Kushina ya había llegado a la Hoja, por lo que Minato la comenzó a acosar para que le enseñara todo sobre sellos, pero él nunca fue bueno con tratar a las mujeres. Pobrecito, siempre terminaba golpeado porque Kushina creía que era un pervertido. Creo que de allí nació su relación, pero no sé muchos detalles —hizo una pausa. Naruto vio un poco asombrada como Jiraiya parecía limpiarse algunas lágrimas—. Al final, los dos aprendieron más sobre Fuinjutsu con los libros de Kushina y los míos.

No se dijo más después de eso. Asimiló lo mejor que pudo el relato de Jiraiya. Era bueno saber más cosas sobre sus padres, y le hubiese encantado verlos otra vez, pero no podía ser posible. Luego recordó que su padre había sido revivido por el Edo Tensei en su línea temporal, por lo que, si lograba modificar con éxito su Jutsu, podría verlo una vez más.

Recordó otra cosa más que quiso preguntarle a su Jiraiya después de enterarse que era su padrino, pero que nunca pudo hacer debido a que este estaba muerto.

—¿Por qué nunca estuviste cuando era pequeña? Bueno, supongo que sería mejor: ¿Por qué no estás con la pequeña Naruto en este momento?

Sabía a medias la respuesta. Debió ser doloroso verla, pues era igual a sus padres. Escuchó la risa sin humor de Jiraiya mientras este parecía ver el vacío.

—No puedo —murmuró—. Suena ridículo, pero no puedo verte. En parte por tu parecido, otro es por el asunto entre la aldea y tú. Cuando regresé aquí después del ataque del Kyubi, intenté llevarte conmigo, pero no puedes salir de la aldea por ser un Jinchuriki, y yo no pude quedarme en la aldea por mi red de información. Debo estar en constante movimiento, y también es peligroso para una niña, mucho más para una bebé.

»Solo pude hacer una cosa por ti. Pago tus colegiaturas de la Academia, al igual que todos tus libros y gastos que tienes. Supongo que algunos regalos también llegan a tu departamento en cada cumpleaños, como el que acaba de pasar, te regalé un sapito como monedero.

Recordó a Gama-chan. Su monedero se había quedado en la Isla Tortuga cuando estuvo entrenando con Killer Bee. No lo había tomado cuando se dio cuenta de la guerra, pero iría por él tan pronto como fuese posible.

El parque se vació durante la plática. Vio por el rabillo del ojo que Jiraiya se ponía de pie y soltaba un largo suspiro mientras se estiraba. Cerró los ojos por un minuto imaginándose que estaba en casa y que este era el Jiraiya que conoció y quiso, pero en eso se quedó, en su imaginación.

—Supongo que aquí acabó lo que quería hablar contigo —le dijo a Naruto, su voz tranquila mientras una leve sonrisa se dibujó en su rostro—. Iré a la biblioteca para conseguir algunos libros y pergaminos que puedan ayudarnos. También llevaré algunas herramientas para los sellos. ¿Puedes decirme en dónde te estás quedando con Shisui?

Le dijo la dirección y el número de departamento. Él solo asintió y se marchó hacia la biblioteca. Por otra parte, Naruto no supo qué hacer en ese momento. No sabía si Shisui aún estaba con Hiruzen. Se quedó sentada en el parque unos minutos más. No veía nada en particular, solo meditaba un poco e intentaba encontrar algún sentido a sus emociones. La idea de cambiar el futuro se le vino a la mente, pero no quería arriesgar mucho.

«Puedo decirles todo lo que va a pasar dentro de diez años —pensó mientras se mordía las uñas—, pero con el primer evento evitado, todo el futuro que les conté cambiaría. No puedo arriesgarme a provocar más muertes por mi deseo»

Se levantó de allí y fue al edificio Hokage, aunque no tuvo que entrar debido a que se topó con Shisui en la salida. Él le dio una sonrisa tensa. Pareció estar más estresado y asustado que cuando lo dejó a solas con el Hokage, por lo que sospechó que la plática no fue nada buena. Esperó que no hubiese sido algo relacionado con ella, pero no podía mentirse. Shisui se había convertido en un buen amigo en un par de días, y le molestaba un poco verlo tan tenso. Le recordó un poco a cuando el Hokage le preguntó sobre si lo habían burlado con el Genjutsu, pero multiplicado por dos.

Intentó iniciar una plática con él, pero no logró nada. Él parecía estar en su propio mundo, y Naruto no quería interrumpir sus pensamientos. Era seguro decir que Shisui tuvo sus propios problemas, incluso antes de que ella llegara, por lo que también pensó en la posibilidad de un regaño tardío por parte de Hiruzen hacia él. Llegaron al departamento pocos minutos después. Cuando entraron, Naruto frunció un poco las cejas cuando se dio cuenta de que había algo extraño. Sus instintos le avisaron sobre que algo estaba mal, como si alguien estuviese allí antes que ellos. A su mente se le vino la imagen del Tipo Sombra, y no pudo evitar el escalofrío que le recorrió la espalda.

A su lado, Shisui también se tensó y sacó un kunai. Los dos avanzaron con cautela mientras iban buscando algo o a alguien. Su pulso se aceleró mientras sus oídos intentaban captar algún sonido, pero no se oyó nada hasta después de un minuto. El ruido vino del baño de la habitación de Shisui. Los dos avanzaron hasta allí. Shisui le dio un kunai a Naruto, quien lo empuñó con fuerza. Sus pasos no se escuchaban, pero no podían estar seguros de que el sujeto no los hubiese escuchado cuando abrieron la puerta. En cuestión de segundos estuvieron allí. Abrieron la puerta solo para encontrar a un gato.

A pesar de ello, Naruto miró por todos lados en el baño, y solo encontró la ventana un poco abierta, un buen lugar por donde pudo entrar el gato. Soltó un suspiro y miró más de cerca al animal. Era un gato negro, algo grande y un poco gordo. Era muy bonito, pero le llamó mucho la atención sus ojos amarillos, los cuales eran tan grandes y brillosos como si estuviera por llorar. Soltó un maullido y comenzó a pasearse por todo el baño como si fuese su casa.

—Creo que este pequeñín puede ser un grandioso ninja —gruñó Shisui—. Si que puede asustar a su enemigo.

—Sí. Creo que podemos bajar el kunai, a menos que quieras cenar gato esta noche.

Ambos soltaron una carcajada y observaron un minuto al gato. No supo qué hacer con él, así que, con cautela, lo tomó. El gato no hizo mucho para resistirse al agarre de Naruto, más bien parecía disfrutarlo, si su ronroneo era un mensaje. Era un poco pesado el gato.

—Ahora también tengo que lidiar con una mascota —gruñó Shisui a tono de broma.

—Es más agradable y bonito que tú, así que me lo quedo —respondió, luego bajó al gato y este salió del baño para comenzar a pasear por todo el departamento—. Y es tu culpa que él esté aquí. ¿No sabes que tienes que cerrar las ventanas en caso de un ataque?

—Lo haré de hoy en adelante —dijo, luego sonrió un poco pícaro—. ¿Así que crees que soy bonito?

—Tal vez escuchaste mal. Pero tampoco eres feo, supongo que alguna mujer ebria podría verte atractivo.

Quiso continuar molestando a Shisui, pero alguien llamó a la puerta. Recordó que Jiraiya iba a pasar, por lo que no vaciló y fue a abrir. Antes de ello, se asomó por la mirilla y vio a Jiraiya con cuatro pergaminos en sus manos. Abrió la puerta y Jiraiya le dio una sonrisa algo cansada y tensa. Él entró y dio un breve vistazo al departamento.

—Supongo que viven como una pareja recién juntada —murmuró más para sí mismo que para ellos.

—Entonces ¿vamos a comenzar con todo el asunto del Hiraishin? —preguntó Naruto. Estaba ansiosa por iniciar y avanzar demasiado en poco tiempo. No tenía mucha tolerancia cuando se trataba de Jutsus.

—Sí, así que trae el pergamino que tienes sobre el Jutsu. El maestro me dijo que te lo dio cuando llegaste.

Asintió y fue a su habitación para buscar el pequeño pergamino. No tardó mucho en encontrarlo y fue de regreso a la sala de estar, donde Shisui estaba sentado de frente a Jiraiya. Los dos parecían tensos, lo que la confundió un poco, pero cuando ambos la vieron solo asintieron y le dijeron que se sentase.

—Bien, aquí está el pergamino —dijo Naruto mientras extendía el pergamino sobre la mesa. Al abrirlo, nada había cambiado. Seguía siendo solo el mismo sello que tenían grabados los kunais de su padre—. No sé cómo hacerle para que podamos modificarlo. Solo se ve como un rayón muy grande.

—En esta forma es un rayón muy grande, Naruto —dijo Jiraiya mientras se le escapaba una risa—. Pero podemos expandir el sello para ver todos sus componentes.

Tanto Naruto como Shisui lo miraron con confusión.

—Les explicaré un poco. Los sellos se pueden encoger para que no sean tan estorbosos cuando se pasan al papel. Un sello explosivo no sería muy útil si fuese del tamaño de un cartel. Es como si los sellos fueran un gas por el aire, si juntas todo ese gas y lo metes a mucha presión en una botellita, puedes hacer que se vuelva un líquido, o sea, encogerlo. Solo necesitamos una llave para liberar ese gas. En este caso, sería el chacra de Minato, pero no creo que sea fácil conseguir eso.

—Entonces ¿qué hacemos con el sello? —preguntó Shisui.

—Aquí entras tú, Naruto —respondió mientras le daba una mirada a ella—. Eres su hija. El chacra es como la sangre, puedes compartir algunas semejanzas con el de Minato. Tal vez no sea igual, pero será mejor intentarlo contigo que conmigo o Shisui. No quiero morir aún.

Por un instante recordó la noticia de su muerte. Nunca vio su cuerpo, pero tampoco quiso verlo. Por lo que supo, su muerte no fue tranquila e indolora, todo lo contrario. Era mejor así para ella.

—¿Qué tengo que hacer? —preguntó Naruto, su voz vacilando un poco.

—Pondrás tu mano sobre el sello de Minato e insertarás tu chacra en él. Inserta tanto chacra como te sea posible. No sé si te vaya a hacer algún daño o solo sucederá, pero mentalízate para el dolor, de cualquier forma.

Naruto asintió y se preparó. Jiraiya puso un pergamino mucho más grande debajo de el del sello. Se preparó mentalmente y puso su mano sobre el sello del Hiraishin. Cerró los ojos y contó hasta tres para insertar su chacra. Cuando lo hizo, primero sintió una calidez en la palma de su mano, pero después se intensificó. Era como si su sangre comenzara a hervir o se transformara en lava. Su brazo comenzó a adormecerse, pero no podía quitar la mano del sello. Dio un grito y sintió que las lágrimas comenzaban a bajar por sus mejillas. Después de unos segundos, por fin pudo soltar el sello. Abrió los ojos y miró horrorizada su piel quemada. Antes de que pudiera decir algo, Jiraiya le tomó el brazo y comenzó a ponerle una pomada verde que se sentía muy bien. Soltó un pequeño suspiro al sentir frío en su piel. Luego le pusieron una venda por toda su mano hasta el codo. No le gustaba la venda.

—Bueno, fue mejor que nada —murmuró Jiraiya—. El sello salió a la perfección, así que podemos ponernos a trabajar con esto.

Miró el gran sello dibujado en el pergamino. Era enorme, tanto que llegaba al borde de la hoja. Eran dibujos que daban curvas, tenía una especie de laberintos y muchas figuras que solo podían asemejarse al caos. Se mareó de tan solo pensar en el trabajo que debía hacer para poder manipular el sello sin salir más dañada.

—Bien, supongo que ninguno de los dos comprende muy bien todo el sello —dijo Jiraiya, a lo que los dos negaron con la cabeza—. Pues bien, este sello ha sido modificado en base al de Tobirama Senju, quien fue el que inventó el Hiraishin. No conozco bien la historia de cómo es que Minato se robó el Jutsu, pero lo modificó tanto que ha sido mejorado con creces y es mucho más seguro que el de Tobirama.

Recordó por un instante una parte de la guerra. Allí estaban su padre y Tobirama (el Segundo) discutiendo sobre el plan de acción. Luego su padre había usado el Hiraishin y Tobirama lo había felicitado por ser más rápido que él. Miró más de cerca el sello y vio como Jiraiya señalaba la parte del centro del pergamino, una gran sección de unos 20 por 40 centímetros, lo que fue el primer Hiraishin de la historia.

—Bien, a partir de aquí fue modificado por Minato a sus necesidades —explicó Jiraiya—. Por esta parte pueden ver un poco sobre el gasto de chacra. Minato llegó a tener una gran cantidad de chacra, y esto consume demasiado. Dependiendo de que tan lejos está una marca de otra, gastarás más chacra. Así que… mientras más adelante en el tiempo te quieras mover, más chacra necesitas.

—Sí —murmuró Naruto, luego alzó la vista y sintió un escalofrío—. Incluso la técnica que usaron para traerme me vació en chacra. También lo hizo con Kurama.

—¿Quién es Kurama? —preguntó Shisui.

—Oh, es el Kyubi.

Ver los rostros de Shisui y Jiraiya la dejó perpleja. Notó que los dos tuvieron miedo por un instante, lo que le recordó por un segundo a su infancia, donde todas esas miradas de miedo y odio la rodeaban a toda hora. Jiraiya pareció darse cuenta de ello, por lo que le dio una sonrisa y habló:

—Puede ser, pero para poder viajar al pasado sería necesario una energía muy grande, como el Kyubi, pero para movernos al futuro sería solo necesidad de avanzar muy rápido. Igual consumiría energía, pero un poco menos.

—Entonces eso va a ser un gran problema —dijo Naruto—. No tengo mucho chacra del Kyubi desde que llegué, y no se ha podido recuperar. No creo que baste mi chacra para poder volver.

—Nos encargaremos de eso después. Primero busquemos una forma de que el sello pueda lograr su trabajo —comentó Shisui.

Volvieron a prestar toda la atención en el sello. Comenzó a explicar muchos detalles y especulaciones sobre el sello. Cada parte se entretejía con otra, como si fueran celdas que, todo junto, formaban un panal. Ninguna parte podía funcionar bien sin otra, por lo que el trabajo de modificar el sello se dificultó mucho más de lo que habían previsto. A pesar de todo el conocimiento que tenía Jiraiya, hubo varios puntos que desconocía.

Se quedaron gran parte del día allí, los tres discutiendo sobre qué hacer con el sello y como poder modificarlo. A penas comieron un poco de ramen instantáneo. No fue hasta el anochecer que Jiraiya se marchó, dejándolos con más dudas que respuestas.

—Vendré mañana para continuar con todo esto —afirmó Jiraiya—. solo tenemos seis días más para encontrar una forma de que regreses al futuro —le informó a Naruto—, así que espero que los dos cooperen todo lo que puedan.

—Adiós, Lord Jiraiya —se despidió Shisui.

—Adiós. —Fue lo único que pudo decir Naruto para después cerrar la puerta.

Ambos volvieron a sentarse en la sala de estar. Recogieron todos los pergaminos, libros y libretas y los guardaron en pergaminos de almacenamiento. Los dos se quedaron en silencio, hasta que un maullido los hizo saltar un poco.

—Me había olvidado del gato —gruñó Shisui.

—Debe tener hambre —comentó Naruto mientras se levantaba de su lugar e iba a la cocina. Vio en su camino al gato, el cual seguía maullando.

En la cocina buscó una lata de atún y se la dio después de quitarle el agua. El gato corrió y comenzó a comer feliz. Buscó un tóper y le puso un poco de agua. Adoptaron al gato.

Forward
Sign in to leave a review.