
COMIENZA EL PLAN
Kaguya estaba frente a ella. Sus ojos blancos como el Byakugan y su piel muy clara. A decir verdad, no entendía cómo volvió a estar allí. Miró a sus lados para ver a Sasuke listo para ir en contra de Kaguya. Miró un poco detrás para ver a Sakura y a Kakashi sensei con un Óbito inconsciente en su hombro. Estaba en aquel volcán, la lava cocinándola de forma lenta. El sudor le recorría todo el cuerpo y la estaba molestando.
Tomó un largo respiro y salió en contra de Kaguya. Lanzó un buen golpe a la cara de ella, pero esta ni se movió. De repente apareció Sasuke dando un golpe en el pecho de Kaguya, pero esta solo le tomó la muñeca y lo sacó a volar hasta que chocó con una pared de roca. Naruto observó un poco asustada cuando notó que las venas del rostro de la mujer se acentuaban más que nunca. Su Byakugan se activó y comenzó a acercarse a ella lentamente. No supo el por qué su cuerpo se congeló en ese momento. Solo se quedó viendo como ella se acercaba, centímetro a centímetro. Su pulso y respiración la podía escuchar. Todo era tan estresante y agobiante.
—¿Por qué no haces nada? —preguntó Kaguya, su voz tan suave que podía engañar a cualquiera.
No pudo responder nada. Y de repente ella le tomó el rostro con una mano. Su toque era tan suave como uno esperaría de solo verla. Su pulgar le dio una caricia en la mejilla, como si estuviera limpiando una lágrima. La otra mano de Kaguya le quitó un mechón de pelo de la cara. No sabía el por qué, pero se sentía muy tranquila allí, como si no hubiera guerra alguna, o si solo fuera una niña pequeña viendo a su madre después de la Academia. Y de repente fue jalada hacia su derecha tan rápido que no supo qué estaba pasando hasta que apareció en otro lado. A su lado estaba Sasuke muy enojado.
—¡¿Qué mierda te ocurre?! ¡Ya te enamoraste de esa mujer! —escupió, su tono no ocultaba su desagrado e ira. En un segundo no respondió nada, se quedó recordando la sensación de la mano de Kaguya. Después reaccionó.
—Yo… no lo sé. Solo me sentí en paz —murmuró.
—Pues no es el momento de sentir paz, Naruto. ¡ESTÁS EN EL MEDIO DE UNA BATALLA, NO TE PUEDES CONGELAR ASÍ! Si no fuera porque te saqué de allí, ella te hubiera extraído el chacra.
Eso era verdad. Ella se había congelado y eso casi pudo haber sido su fin. Rápido soltó un hondo suspiro y volvió a ponerse en pose de batalla.
Y todo sucedió tan rápido que no pudo reaccionar. Kaguya se lanzó al ataque, pero no contra ellos, sino fue en contra de Kakashi y Sakura. Ella tomó a Sakura del cuello y pareció absorberle la vida. Sakura se retorció dos segundos, y Kakashi intentó hacer algo, pero fue mandado lejos por una técnica de Kaguya. Sakura cayó después en la lava provocando un siseo horrible. Después se movió hacia Kakashi y lo tomó del rostro. Su cuerpo quedó flácido al instante. También lo tiró, pero este quedó en algunas rocas. Ni siquiera miró a Óbito, quien lo tiró a unas rocas y dejó que muriera debido a que una roca se le insertó en el cuello, desangrándose de poco en poco.
Sasuke salió en contra de Kaguya. Ella no pudo ni mover un músculo. Observó como Sasuke intentaba usar su Amaterasu en contra de Kaguya, pero no surtió efecto. Sasuke le lanzaba ataque tras ataque, pero ella los esquivaba o solo no le hacían nada. No tardó mucho para que Kaguya golpeara a Sasuke con una de las barras negras. Y para sus ojos fue horrible lo que vio, pues el cuerpo de Sasuke comenzó a deshacerse como si fuera de arena. Al otro segundo, Kaguya ya estaba a su lado. Se giró un poco cuando notó que ella volvió a poner una mano en su rostro. Pero hubo un gran cambio, ya no estaba el rostro delicado de Kaguya, se había transformado en algo horrible. Sus ojos ahora eran de un color negro como carbón, todo el ojo. Su piel ahora era de un color gris y sus manos era muy largas y callosas. Kaguya abrió la boca y de repente sintió que todo su cuerpo comenzaba a arder.
Despertó de inmediato. Necesitaba aire. Rápido se destapó y se dio cuenta de que estaba sudando demasiado. Su cabello estaba pegado a su frente mientras sentía que su cuerpo ardía. Intentó estabilizar su respiración, y tardó un poco en hacerlo. Miró al mueble de a lado, en específico, al reloj que marcaba las seis de la mañana. Soltó un suspiro y se levantó de la cama. se estremeció cuando sus pies tocaron el suelo frío. Tomó varios respiros antes de ir directo al baño.
Cerró la puerta de forma brusca. Después de unos cuantos segundos, entró en la ducha y abrió el agua fría. Soltó un jadeo por el cambio brusco de temperatura. A pesar de ello, decidió que era lo mejor. Quería despejar su mente de lo que había visto. Pero las lágrimas comenzaron a salir y no pudo sofocar los sollozos que salieron de su garganta. Se sentía igual que en el sueño. Solo estaba quieta en ese mundo mientras sus amigos fueron asesinados. Su frente tocó la pared del baño y sintió que sus piernas flaqueaban. No quería admitir que su mundo estaba destruido. Sus amigos debían seguir vivos, ella debía estar allí para ellos y ellos para ella. Siempre había sido así.
Cerró la llave del agua y se quedó parada allí por varios minutos. Soltó varios suspiros mientras intentaba relajarse. Salió de la ducha y fue al espejo del lavabo. Su reflejo no era nada bonito. Sus ojos estaban rojos e hinchados por el llanto. Se dio cuenta también de que sus labios estaban muy resecos y que su piel se veía algo pálida. Soltó un suspiro y se secó el cabello y el cuerpo. Su cabello terminó muy esponjado y enredado. Lo cepilló por varios minutos. Después se puso un cambio de ropa. Shisui le había comprado tres cambios de ropa. Fue muy amable y no supo cómo pagarle. Ahora se sentía obligada a hacer las comidas por un par de días.
Cuando salió del baño, miró de nuevo la cama. En su mente estuvo el recuerdo de su antigua habitación, y también de la foto del equipo siete. Sacudió un poco la cabeza y volvió a ver la habitación vacía en la que ahora vivía. Un poco lenta, se sentó en la cama y miró por algunos minutos sus manos. Aún no se recuperaba por completo de sus heridas, por lo que aún usaba algunas vendas debajo del pecho. Los moretones ya se desvanecieron. Kurama dijo que su sangre Uzumaki la curaba un poco más rápido que a los demás. Era una pequeña ventaja, pero extrañaba el poder de Kurama.
Salió de su habitación y prendió la luz de la cocina. Fue directo a la alacena para tomar un vaso. Lo llenó de agua y lo bebió de un solo trago. Supuso que se deshidrató ante el sudor y las lágrimas. Dejó el vaso y comenzó a ver la alacena para encontrar algo para desayunar. No había mucho, más que cereales y algunas latas de comida. Era más fácil para ella ir por dos vasos de ramen instantáneo y darle uno a Shisui para que comiera. Ese era su desayuno desde que regresó del viaje de entrenamiento, pero sospechaba que era la única que veía eso como desayuno.
Dejó de lado eso. No tenía idea de a qué hora se despertaba Shisui, pero sospechaba que eran en un par de horas. Miró a la entrada, allí estaba el bastón. Ya se sentía mejor para poder caminar sola, pero las escaleras seguirían siendo su martirio. Era increíble que su recuperación fuera mejor que la de todos los demás ninjas, algo que tuvo que ver su sangre Uzumaki.
—Veo que eres muy madrugadora —escuchó la voz de Shisui detrás de ella. Eso le erizó los bellos de la nuca. Se giró para verlo en la sala de estar, su cabello húmedo y ya vestido con su uniforme Jounin.
—Ya somos dos —respondió mientras se le formaba una sonrisa en su rostro.
Era raro tener que vivir con alguien. A penas llevaba un día viviendo con Shisui, pero era raro tener a alguien más en el departamento. Por supuesto, vivió con Jiraiya durante dos años y medio, pero era muy diferente de estar acampando a la intemperie a compartir la misma casa.
—¿Vas a ir a la biblioteca hoy? —preguntó Shisui.
—Sí. No quiero perder más tiempo. Creo que será bueno tener un poco más de información, aunque no sé mucho sobre sellos —comentó, la vergüenza haciendo que sus mejillas se calentaran.
—¿No tienes idea de lo que buscas?
—La verdad es que no.
Se sintió chiquita cuando notó la mirada de Shisui. Los sellos eran un arte complejo, y aunque mucha gente tuviera el estereotipo de que cualquier Uzumaki podía usar los sellos, no era así. ¡Ella no pudo entender la mayoría de los sellos que tenía tatuados en su abdomen! Tenía conocimientos básicos, eso era algo que Jiraiya pudo enseñarle antes de su muerte, pero no logró mucho avance después de eso. La reconstrucción de la aldea y la guerra no le dejaron mucho tiempo para hacer más que ayudar.
—Intentaré ayudarte un poco —murmuró Shisui—. No sé mucho de sellos, pero puedo hacer el intento. Él único que podría ayudarte mucho sería Jiraiya, pero él no ha venido desde… hace unos años.
Asintió un poco mientras las lágrimas comenzaban a nublar su vista. Aquí todavía vivía Jiraiya. Su padrino seguía vivo y siendo un completo pervertido. Odiaba esa parte de él. También entendió el por qué Jiraiya no estaba en la aldea, pues seguía investigando amenazas para la aldea y su red de espías no podía estar descuidada ni un segundo. También estaba el dolor y la tristeza que le invadía a Jiraiya cuando estaba en la aldea, saber que su alumno, a quien vio como un hijo, estaba muerto. Cuando se había enterado de eso después de la invasión de Pain, había estado furiosa. Se sentía como un remplazo, pero después entendió que él veía a su alumno en ella, y eso era doloroso.
—¿Estás bien?
—¿Eh?
—Es que estás llorando. ¿Te sientes mal?
Rápido se limpió las lágrimas que habían escapado de sus ojos con su mano y negó con la cabeza. Parecía que sus hormonas estaban muy locas, a cada rato estaba llorando. Nunca lloraba demasiado, aprendió a no hacerlo desde niña. Las lágrimas nunca solucionaron nada. Tal vez eso le estaba pasando factura. O, tal vez, estaba cerca de esa época del mes.
—Te creeré —murmuró Shisui, pero por su tono supo que eso no era verdad. No le importó mucho. Se estremeció un poco cuando sintió una mano sobre su hombro. Alzó la vista y lo vio—. Sabes, es bueno sacar todo lo que tenemos dentro. A veces las cosas son más grandes que uno, y el estrés puede ser una peor arma que un kunai. No sé qué viviste en tu época, pero quiero que sepas que todo va a estar bien. Encontrarás la forma de regresar y todo será igual, ¿no?
Soltó una risa un poco amarga, pero las palabras de Shisui ayudaron un poco. Sin pensarlo mucho, lo abrazó. Pudo notar la vacilación en él, pero después de unos segundos le devolvió el abrazo. Fue incómodo. Se separaron pocos segundos después. Los dos no mencionaron nada y mejor cada uno se puso a pensar en lo propio. Vino el pensamiento del desayuno, de nuevo. Al final decidió que estaría bien un poco de fruta y yogurt. Al final, cada uno hizo su propio desayuno.
Los dos comieron en la cocina de poco en poco. Se podía notar un poco la incomodidad en la ambiente, pero supieron sobrellevarla. Y después de unos minutos el tema volvió a salir.
—¿Quieres ir a la biblioteca después de esto? —le preguntó Shisui, un poco de yogur en sus labios.
—Sí. Quiero avanzar algo hoy y no creo que la biblioteca esté abierta todo el día —hizo una pausa mientras fruncia el entrecejo—. Creo que cierra a las ocho de la noche, ¿no?
Miró a Shisui, quien tenía una sonrisa burlona dibujada en su rostro. No entendió el porqué de esa sonrisa, lo que la hizo sentir un poco molesta. Un segundo después, Shisui soltó una carcajada y casi tiró su plato.
—No vamos a ir a la biblioteca pública, Naruto —afirmó Shisui mientras intentaba controlar su risa—. Vamos a ir a la biblioteca Shinobi. Allí no hay horario y está mucho más escondida que la pública.
—No sabía que había una biblioteca Shinobi.
—¿Enserio? Se les da el permiso de entrar a todos cuando son ascendidos a Chunin, según para el estudio de más artes ninjas y así puedan subir a Jounin.
—Oh… es que todavía soy un Genin —murmuró mientras la vergüenza crecía. No quiso admitir eso nunca en este mundo, pero ahora su secreto estaba revelado.
Fue bueno y agradeció mucho que Shisui no comentara nada. Era molesto y muy vergonzoso que todos sus amigos fueran Chunin menos ella. Volvieron a quedar en silencio mientras terminaban de desayunar. Su mente estaba un poco ocupada en buscar algo para usar de base. El Hiraishin de su padre podría ser la clave, ya que era la única técnica (sin uso de algún Límite de Sangre) que jugaba con el espacio-tiempo. Si pudiera descubrir el cómo funcionaba y en cómo se conectan los sellos entre sí, podría ampliar su rango a no solo el terreno, sino al tiempo. Era un idea loca, pero la mejor que tenía.
Escuchó que llamaron a la puerta de entrada. No tuvo que hacer nada, pues Shisui ya estaba en camino para ver quién era. No preguntó, lo cual era raro, solo miró por la mirilla de la puerta y abrió de inmediato. Se asomó un poco por la encimera para ver de quién se trataba, pero el cuerpo de Shisui no dejó nada a la vista. Lo bueno fue que no tuvo que esperar mucho, pues él entró con una caja como de zapatos.
—Es para ti, lo manda Lord Hokage —dijo Shisui mientras se acercaba a ella—. Creo que es lo que pediste ayer y, tal vez, el permiso que necesitarás para entrar a la biblioteca.
—¿Permiso?
—Ya sabes, algún tipo de credencial que permita tu paso. Como tal, no eres considerada una Kunoichi aquí, solo una civil. Sería raro que una civil intentara entrar, por lo que se te da un permiso para observar, aunque solo tendrás acceso a un área en específico.
Comprendió eso. La información era vital para la aldea, por lo que no podían permitir que algo saliera de la aldea por manos de un civil que podría ser manipulado. A pesar de ello, se sintió un poco mal al saber que solo tendría un lugar en el que investigar, por lo que no podría moverse por toda la biblioteca en busca de algún otro tema que le interesase.
Se acercó al lavabo y lavó su plato de forma rápida. Después fue de regreso a la encimera, en donde Shisui había dejado el paquete, y lo abrió. Como había dicho Shisui, allí estaba un pergamino con la letra de su padre. Era pequeño, como un estuche de lentes. Eso le pareció raro, pues una técnica tan complicada debía ser bastante larga y con muchas explicaciones. Y sobre todo porque era de su papá, quien parecía tener un grave problema con explicar las cosas de forma rápida y sencilla, siempre pensando demasiado en todo, incluso en la batalla.
Abajo del pergamino, estaba la credencial de la que hablaba Shisui. Era blanca y plastificada con una foto suya. El día de ayer le habían tomado una foto para que tuvieran un registro de ella en los archivos. No preguntó mucho el por qué era eso necesario, pero tenía esa gran duda. La miró de cerca notando varios sellos reflejantes y algunos códigos que no entendió.
UZUMAKI NARUTO
Rango: Civil del Estado
Edad: 17 años
Clave de Registro: UZNKN651010M01
Se le autoriza la entrada a la Biblioteca Shinobi en el área de Física y Matemáticas, al igual que en el arte del Fuinjutsu y del estudio sobre el espacio-tiempo.
Se sorprendió un poco ante lo específico que era en la última parte. Nunca imaginó que había un área sobre el espacio-tiempo, y después recordó que su padre debió haber pasado mucho tiempo allí en su juventud. También su curiosidad fue a su clave de registro, pues fue cambiada un poco en el año, ya que ella nació en el setenta y seis. Ahora era más vieja.
—Terminé —suspiró Shisui mientras dejaba su plato limpio en la alacena—. Creo que es buen momento para irnos, si es que no quieres que cierren la biblioteca.
—¡Cállate! —gruñó. La risa de Shisui se volvió un poco molesta, pero también era muy contagiosa, por lo que no tardó en unirse a él.
Después de eso, los dos fueron directo a la puerta para ponerse sus sandalias. Estaba por salir cuando notó por el rabillo del ojo que Shisui tomaba su bastón.
—No creo necesitarlo, Shisui —comentó mientras abría la puerta.
—Yo creo que sí. No sabes qué puede ocurrir allí fuera —hizo una pausa mientras sonreía—. Podría funcionar como un arma —eso la confundió, así que esperó a que continuara—. Ya sabes, si viene un ladrón a robarte tu bolso, podrías darle con el bastón.
Lo miró con una ceja arqueada. Después también sonrió.
—No creo que sea necesario, tengo a un Jounin capaz de defender a una chica en apuros.
—¡Por supuesto! Soy tu héroe en este momento —dijo mientras cerraba la puerta tras de sí—. Y ahora tendré que ayudarte a derrotar a tu peor enemigo. ¡Las escaleras!
Naruto gimió por eso.
—Creo que ya puedo bajarlas. Solo ayer estaba muy cansada, no será necesario tu ayuda, Shisui.
—Estoy encargado de ti por Lord Hokage. Debo asegurarme de que tu salud no peligre y que estés muy sana para que puedas completar tu plan.
Shisui volvió a darle la espalda para que se subiera. Soltó un suspiro y se colgó. Tal vez ya se sintiera bien, pero era bueno poder ser cargada como una niña, aunque seguía la vergüenza.
—Creo que solo te gusta tenerme en tu espalda —murmuró Naruto.
—Tal vez sí, tal vez no —respondió Shisui mientras comenzaba a bajar las escaleras, aunque más lento que ayer, lo que la confundió un poco.
Miró un poco encima del hombro de Shisui y se le vino a la memoria la vez que había regresado a la aldea después de hablar con Nagato. Así estuvo con Kakashi sensei, quien la cargó debido a que estaba agotada de haber usado todo su chacra y haber lidiado con Kurama. Se preguntó cómo sería Kakashi sensei en este tiempo. Debía ser más joven, pero ¿sería igual de perezoso que cuando era su sensei? Sabía muy poco del pasado de Kakashi, solo sobre la muerte de su equipo, o que había estado un buen tiempo en ANBU. Se limitó a pensar que en ese momento debía estar en ANBU haciendo varias misiones. Le hubiese gustado verlo o conocerlo.
Llegaron a la planta baja. Naruto bajó de la espalda de Shisui, y este le dio su bastón. Naruto lo tomó, pero no se apoyó en este. Solo lo usaría si se sintiera muy agotada. Salieron del edificio y comenzaron a caminar en dirección del pueblo. Estaba ansiosa de saber en dónde estaba la biblioteca, por lo que intentó caminar más rápido, pero aún no estaba curada al cien.
La gran montaña que tenía tallado los rostros de los Hokages estaba frente a ella, a solo unos metros. Detrás de ella estaba el edificio Hokage, un poco pequeño, pero aún muy imponente. Esa área estaba destinada a muchos de los asuntos políticos y militares de la aldea. Ese lugar tenía la base más grande de Chunin y una de las dos de Jounin. También estaba el edificio donde se concentraban los lideres de clanes para reuniones mensuales con el Hokage.
Caminó al lado de Shisui. Hacía tiempo que ninguno de los dos hablaba, solo se mantuvieron en un tenso silencio con cada paso al que se acercaban a la biblioteca. Ningún civil estaba allí. Todos en el lugar iban uniformados o con sus bandas ninjas visibles para identificarse como ninjas. Naruto era la única que no encajaba. Al menos tenía a Shisui para que nadie sospechara mucho de ella. Eso la llevó a pensar en otra cosa: la actitud tan estoica de Shisui. No tenía idea de cómo era que cambiaba de actitud cuando estaban en un entorno de ninjas a cuando estaban solos en el departamento. Parecía otra persona, y eso solo la hacía dudar en si él solo estaba engañándola con una actitud despreocupada para ganar su confianza. No sería la primera vez, Sai había intentado lo mismo cuando lo asignaron al equipo siete. Pero no quería creer lo mismo de Shisui, quien parecía ser lo más cercano a un amigo que tenía en este tiempo.
Los árboles enorme se adueñaron del paisaje. Dejaron atrás el área de poder de la aldea para comenzar a caminar entre algunas ruinas y varias rocas. Podía ver a su izquierda el edificio de control Jounin. No fueron allí.
—Es por aquí —susurró Shisui mientras la guiaba hacia la izquierda.
Caminaron unos treinta metros hasta toparse con otro edificio. Era enorme y Naruto no tenía idea de cuál era la función de este. No había nombre, pero estaba abarrotado de ninjas. No creyó que fuera la biblioteca, pues no era muy segura. Entraron y varios ANBU estaban escondidos y algunos a la luz. Antes de poder entrar al lobby, fueron detenidos por uno de ellos y les pidieron identificación. Shisui mostró el dorso de su mano y le hizo un ademán que no entendió. Luego se fijaron en ella, mostró la credencial que Hiruzen le había dado y el ANBU solo asintió en reconocimiento. Siguieron caminando por un pasillo con escasas puertas, pero con varios tipos caminando de un lado a otro. Parecían funcionarios, pero eso era muy raro. Nunca entendió muy bien la política dentro de la Hoja, pero parecía ser más complicada de lo que imaginó.
En cinco minutos llegaron a una puerta muy normal. Shisui metió una llave en el picaporte y la abrió. Dentro había otra sala de estar, con varios sillones y algunas computadoras. Había un hombre alto sentado al fondo. Los miró de arriba abajo, aunque demoró un poco más en ella, lo que la puso nerviosa.
—¿Qué se les ofrece? —pronunció el hombre, su tono gangoso y escupía mientras hablaba.
—Tenemos permiso para entrar al ala Sudeste, sección trece, catorce, dieciséis y veintitrés —respondió Shisui, su tono uniforme y que parecía al del ANBU del lobby.
—Identificación.
Pasaron casi por el mismo proceso, solo que esta vez fue mucho más minucioso. Después de que vieron que sus identificaciones eran reales, el hombre los guio a una puerta sellada. La abrió, así pudiendo ver unas enormes escaleras que iban al subsuelo. Ni siquiera tuvo tiempo para decirle a Shisui que podía bajar sola cuando este ya estaba de espaldas. Rodó los ojos y se subió. Era un poco divertido, tuvo que admitirse a regañadientes. Fue un buen tramo de escaleras, por lo que intuyó que era una caverna que fue moldeada para ser el lugar de la biblioteca. No supo cuántos metros debían estar debajo, pero sospechó que eran más de setenta.
—¿Qué fue eso de ala sudeste y sección trece, y algo más? —preguntó mientras veía un poco las paredes de roca y las antorchas que iluminaba muy poco las escaleras.
—Es en la parte en la que nos ubicaremos. Las secciones son los temas en los que tenemos permitido buscar.
—Y ¿qué pasa si buscamos en otra sección?
—Nos llevan a los calabozos con Ibiki. Están al otro lado del edificio. En la parte de arriba se encuentran las salas de interrogatorio.
Su mente entro en shock. Este era el edificio de Tortura e Interrogación (T. I). Aquí había estado cuando despertó por primera vez en este tiempo, lo que solo le provocó que la bilis se le subiera a la garganta. Respiró hondo un par de veces para estabilizarse y comenzó a meditar un poco. Ya no estaba en esa sala de interrogatorios, tampoco estaban aquí para juzgarla de nuevo. Tenía la ayuda de Hiruzen y de Shisui, podría encontrar un camino a casa y olvidarse de todo esto.
—Bueno, llegamos —dijo Shisui, sacándola de sus pensamientos.
La bajó al suelo y Naruto vio fascinada el lugar. Su miedo de estar en el edificio de T. I. yendo al fondo de su mente de poco en poco.
El lugar tenía un techo bastante alto para poder albergar en la habitación estanterías enormes de, al menos, seis metros de altura. Había una excelente iluminación por algunas iluminarias colgantes. Era un lugar enorme, tanto que no podía ver en dónde terminaba. Los estantes estaban repletos de libros con lomos de cuero, algunos viéndose muy viejos y otros bastante nuevos. Algunas estanterías tenían en la parte inferior cientos de pergaminos enrollados junto a unas placas que traían una breve descripción de lo que contenían. También había letreros colgados con el número de cada sección de la biblioteca, al igual que unos cuantos que indicaban zonas de lectura y estudio.
—Ven, es por aquí —le comentó Shisui a voz baja. Le puso una mano en el hombro y comenzó a empujarla hacia la izquierda.
Naruto observó con fascinación cada rincón. Y, a pesar de que lucía igual todo el lugar, se sintió muy en paz. No había ningún ruido y el aire era cálido. Vio entre los pasillos a varios ninjas caminando de un lado a otro, al igual que notaba el patrullaje que hacían varios miembros de ANBU.
—¿Cuánto control tiene ANBU sobre la aldea? —preguntó, pues nunca había esperado ver a tantos. Conocía bien esa rama, asesinos silenciosos y caza recompensas, así los había llamado Kakashi sensei.
Miró el rostro decaído de Shisui. Eso lo desconcertó un poco. Notó que soltaba un suspiro y fruncía las cejas. Parecía estar tenso por el tema, lo que le era extraño.
—Mucho. La aldea siempre es monitoreada por varios miembros de ANBU, día y noche. Todos los edificios de gobierno, de ninjas, la academia. Todo lugar debe tener un ANBU. Son las sombras que protegen, como suele llamarlos… él.
—Oh, vaya —murmuró. No sabía el porqué de la actitud tan oscura de Shisui, pero no quiso meter las narices en ese hoyo—. ¿Dónde estará todo lo que necesito? —Quiso cambiar de tema rápido.
—Debería estar en esos dos pasillos de allí —señaló un lugar a unos seis metros. Vio al techo y encontró el número de sección trece y catorce, también el dieciséis. Miró un poco más al fondo y vio el veintitrés.
—¿Por dónde empiezo? —preguntó.
—La sección trece y catorce son libros de física y matemáticas. Para poder crear algo como el Hiraishin, uno debe saber que leyes no se pueden romper, o que limitaciones van a haber. La sección dieciséis es el área de Jutsus de espacio-tiempo, bueno, mejor decir el estudio de este. No hay algún Jutsu semejante al del Cuarto. Y la sección veintitrés tiene que ver con los sellos. Son los pocos pergaminos que se pudieron rescatar de la Aldea del Remolino.
Asintió mientras memorizaba cada sección. Ambos se separaron para buscar algunos libros. Establecieron una mesita en la sección de estudio más cercana al pasillo trece y los dos fueron por distintos pasillos. Naruto fue a la sección que más le llamó la atención, la veintitrés. Cuando estuvo allí, vio varios pergaminos, algunos arrugados y sucios, otros más nuevos y con la firma de su padre y su madre. Sintió que las lágrimas volvían a nublarle la vista. Se las limpió lo más rápido, otra vez, y comenzó a tomar un par de pergaminos. También tomó dos libros básicos con distintos tipos de sellos llamado El Nuevo Idioma de los Sellos. Un nombre bastante raro, pero que le llamó mucho la atención.
Después de tomar todo lo que creyó necesario, fue a la zona de estudio. Shisui aún no había llegado, por lo que apartó una mesa para ambos. Abrió el primer libro básico sobre el Fuinjutsu que parecía tener algunas cosas muy útiles sobre el uso correcto de algunos sellos, pero lo que le encantó fue ver la firma de su padre en el lomo, haciendo saber que él lo había escrito o había ayudado a hacerlo. En el índice leyó los distintos capítulos que se dividían en tres partes: Sellos Básicos, Conjuntos y Aplicaciones. Echó una hojeada a la primera parte, sintiéndose fascinada al saber que había demasiadas figuras dibujadas.
—Allí dice que las figuras tienen un único propósito a la hora de sellar, pero hay más oculto —escuchó la voz de Kurama en su mente—. Cuando mezclas este sello de medialuna con el que parece un ala, formas una pequeña explosión. Es el principio básico de los sellos explosivos.
—¿Cómo sabes tanto de sellos? —preguntó, un poco impresionada por el conocimiento de Kurama.
—Fui sellado en dos personas que les encantaban estas cosas —dijo, en un tono molesto—. Y está en el pie de página que te saltaste.
En ese momento se acercó Shisui con varios libros en sus manos. Casi no se le veía la cabeza por la pila de libros, lo que solo la hizo sentir insegura si pudiera estudiar tanto. ¡Ni siquiera en todos los años de la Academia leyó tantos libros! Este dejó los libros sobre la mesa y soltó un suspiro cansado.
—Bien, creo que con esto podemos empezar a formular algo —comentó mientras tomaba asiento frente a ella—. Ya sabes, hay algunos libros sobre la física del tiempo y sobre el espacio. También traje algunos libros que tenían cosas relacionadas a portales y teletransportación, pero la mayoría son solo hipótesis.
—Creo que me quedaré aquí si tengo que estudiar tanto —susurró para sí misma.
—Vamos, no es tan malo —le dijo Shisui—. No es cómo si leyéramos todo el libro completo para entender algo. La mayoría de estos libros solo cuentan con algunos capítulos sobre el espacio-tiempo, lo demás son otras leyes físicas. Necesitamos tener en cuenta tantas variables para no cometer ningún error a la hora de crear ese nuevo Jutsu.
—Pero el tiempo es un problema. Tal vez mis amigos ya están muertos por todo el tiempo perdido aquí —suspiró mientras se le empezaba a formar un nudo en la garganta—. Si pasó el mismo tiempo que aquí, cuando llegue, todo lo que encontraré será una tierra sin vida.
Se quedaron en silencio. Naruto no quiso ver a los ojos a Shisui, por lo que su vista quedó fija en la misma página del libro de Fuinjutsu. Todo el tiempo en el que su mente no había estado ocupada con su dolor físico, pensaba en la opción de que su mundo estuviera destruido.
—Bueno, ¿y sí no fueras a tu tiempo? —murmuró Shisui mientras se acercaba un poco a su rostro.
—¿Qué quieres decir?
—Tienes un punto cuando dices que, tal vez, en tu tiempo también ya hayan pasado los mismos días que aquí. Pero hay una opción, no ir a tu tiempo —hizo una pausa mientras tamborileaba con los dedos sobre la mesa—. Usaremos el Jutsu para hacerte aparecer en el momento en el que fuiste enviada aquí, lo que solo quedará como un segundo o dos sin ti. No será tu tiempo, pero podrás llegar a tiempo y todos estarán bien.
Era un buen plan. Naruto tuvo que admitir que no se le había ocurrido antes, pero necesitaban primero saber cómo llegar a ese momento justo. Miró un poco los libros que trajo Shisui y tomó el de hasta arriba. Tenía un objetivo, llegar al tiempo justo en donde ella había desaparecido, pero aún faltaba la parte más difícil e importante, saber cómo hacerlo.
Buscó en el índice el capítulo o sección en donde viniera algo sobre el viaje en el tiempo, y lo encontró casi hasta el final del libro. Abrió la página y no pudo evitar gemir por todo lo que tendría que leer. Eran demasiadas fórmulas con letras que no entendía el por qué estaban allí. Cerró los ojos un poco y trató de imaginarse como si esto fuera lo más divertido. Comenzó a leer todo el capítulo mientras intentaba memorizar todo lo que pudiera. Pero su concentración se rompió cuando escuchó un PUF y el humo llenó la mesa. Miró hacia Shisui, quien ahora tenía más cosas en la mesa.
—Traje algunas libretas y plumas para anotaciones. Así no tendremos que memorizar todo lo que hay en los libros. Creo que sería bueno sacar algunos mapas conceptuales o ese tipo de cuadros. Intentemos no sacar mucha información basura, por lo que necesitamos organizarnos en qué buscar.
—Podríamos empezar con buscar qué es el tiempo. Digo, tenemos que romperlo para poder llegar al futuro —comentó Naruto. Se mordió el labio inferior mientras pensaba bien sus palabras—. No creo que pueda ser fácil crear una técnica parecida a la de… esa mujer. Solo conocí a alguien que tenía un Jutsu parecido, y era un Límite de Sangre.
—¿Hay un Límite de Sangre que te permita viajar en el tiempo? —preguntó, muy emocionado, Shisui.
—No, pero podía hacerse desaparecer y aparecer en cualquier lugar que quisiera —contestó mientras se le venía a la memoria el Kamui de Óbito—. También podía aparecerse en una dimensión propia, no sé si esté conectada a alguna realidad, pero era muy raro ese lugar.
Shisui se quedó pensando en algo.
—Te dieron el Hiraishin del cuarto, ¿no? —asintió—. Bien, creo que podríamos manipularlo para que funcione como esa técnica de esa persona —hizo una pausa—. ¿Ya nació esa persona? Tal vez podamos preguntarle cómo es que funciona.
—No creo que nos ayude —respondió de inmediato, y se maldijo en su mente cuando notó las cejas fruncidas de Shisui—. Él es de una aldea enemiga, por lo que no creo que podamos establecer algún tipo de contacto.
—Oh, eso es muy malo —murmuró Shisui, y Naruto soltó un suspiro de alivio. No quería decir que aquel tipo había sido quien atacó la aldea con el Kyubi cuando nació.
Volvió a su libro y comenzó a leer de nuevo. Intentó comprender un poco lo que quería decir el texto, pero era un poco complicado cuando se distraía por todo. Necesitaba estar un poco más al pendiente sobre todo el libro, por lo que se hizo un pequeño fuertecito con los demás libros y libretas. Eso le tomó más tiempo de lo que creyó.
Se detuvo mientras leía un poco sobre las dimensiones que había. Tres físicas, las que todos conocen y una cuarta, la que muchos nunca habían considerado: el tiempo. Naruto no pudo evitar pensar en eso como algo físico, aunque no era algo como tal. Se imaginó como si fuera una gran flecha, como una línea del tiempo que dejaban en la Academia. Siguió leyendo hasta que en la otra página apareció una frase que no le gustó.
El tiempo solo se mueve en una sola dirección, del presente al futuro. Al considerarse otra dimensión a parte de las tres físicas, solo presenta un sentido. Imaginemos que nos encontramos en una sola dimensión física, suena difícil debido a que nuestro cerebro está acostumbrado a nuestras tres dimensiones, pero si lo planteamos bien, solo habría un sentido de dirección. Un largo. Así es el tiempo, solo se mueve en una dirección y es imposible poder retroceder a través de este.
Todo en el universo es relativo. Desde nuestra vista, nuestro espacio, incluso el movimiento, pero hay una excepción, la luz. Siempre habrá una velocidad para la luz que nunca puede romperse, ni siquiera se podría acercar a ella sin que tuviéramos que llegar a una masa infinita, lo que es imposible. Entonces, eso cómo afecta al tiempo. Pues, de forma sencilla, este lo podemos expandir o encoger dependiendo de nuestra velocidad, por lo que, si pudiéramos, podríamos viajar al futuro mucho más rápido sin que nos afecte demasiado la vejez. También esto es conocido como “La paradoja de los gemelos”…
Terminó de leer eso y rápido sintió que toda su mente daba vueltas. No podían regresar al pasado, pero eso no tenía sentido. ¡Ella era la prueba de que eso era posible! Y luego pensó en otra cosa, ¿por qué Kaguya no usó esa técnica para aparecer en otro tiempo para llevar a cabo su plan? Había algo mucho más oculto detrás de su viaje al pasado.