
Enfrentándose a algo del pasado que ignoró durante años
Kakashi no tenía ni idea de por dónde empezar.
Ya, ya. Ya se sabía todo eso de 'empieza por el principio'. Pero era difícil y él nunca fue bueno con las palabras en cuanto a cuestiones personales. Porque era algo personal, ¿sabéis?
Y os preguntaréis, ¿qué tiene de personal haber viajado a otra dimensión como para no saber explicarlo? Pues que Kakashi ya había estado ahí antes y pasaron... cosas. Sí, eso. Cosas, llamémoslo así por ahora.
Cuando tenía alrededor de unos veinte años, a unos siete meses y medio de tener veintiuno, Kakashi había estado en uno de esos extraños descansos que tuvo en su época como ANBU. Vale, bien, no era un descanso en toda regla, solamente tenía unos tres días para descansar unas pequeñas heridas que había conseguido en la última misión. Y, como Kakashi era Kakashi, aprovechó ese tiempo para hacer lo contrario a descansar. Sí, lo habéis adivinado, se puso a entrenar.
Tenía que reconocer que a lo mejor no fue muy buena idea meterse en la antigua casa de Minato-sensei, pero como tenía prohibidísimo usar Chakra, había pensado simplemente estudiar algo de Fuinjutsu. Fue una decisión sorprendente teniendo en cuenta que Kakashi era... bueno, Kakashi. Y el trauma seguía muy vivamente ahí, pero por puro azar, tuvo un repentino volunto de visitar esa casa por primera vez en bastantes años. Sabía que lo de estudiar Fuinjutsu era solamente una excusa y que era en ese momento o nunca, porque Kakashi tendía a huir del trauma y de sus problemas personalmente emocionales y ya te decía él que era una probabilidad entre el infinito que decidiera enfrentarlos por sí mismo aunque fuera solamente por un momento, era muchísimo menos probable que pasara una segunda vez. Aunque también podrías tomar en cuenta que Kakashi era un tipo de masoquista muy raro y que estuviera haciendo eso como alguna especie de castigo autoimpuesto, lo cual era mucho más probable y razonable, la verdad.
El caso era que las notas y todo lo demás de Minato-sensei seguían ahí ya que nadie sin permiso podía entrar. Como era la casa de dos terroríficos maestros de Fuinjutsu, era literalmente imposible. Teniendo en cuenta que las únicas personas con permiso eran Kakashi y Jiraiya-sama, nadie había tocado esa casa por años desde que sus propietarios murieron. Jiraiya-sama ahí fuera en el mundo haciendo quién sabe qué, y Kakashi sin poder pisar ni un pie en el patio por el simple hecho de ser Kakashi y tener un trauma tan grande como las cinco grandes aldeas Shinobi juntas.
La casa tenía bastante polvo pero a parte de eso, estaba intacta, lo cual significaba que era un jaleo total al menos en el estudio de Minato-sensei y donde quiera que pusiera sus notas. Kushina-san nunca fue de las personas más organizadas y Minato-sensei, como él mismo decía, 'tenía un orden especial para cuando estaba en sus proyectos personales'. Al final, el deber de limpiar siempre recayó en Kakashi cuando esos dos prácticamente le obligaban a vivir allí con ellos. Sin Kakashi ahí por años, no le extrañaba que estuviera así.
Se dispuso a rebuscar entre las muchas notas (y tenía que buscarlas por todas partes. Minato-sensei siempre dejaba por ahí en su casa notas por todos lados. Había uno en la encimera de la cocina, otro debajo del sillón, uno en la caja de cereales vacía de comida... El único que encontró pero que no cogió fue el que estaba entre las hojas del primer libro de Jiraiya-sama, el único de dicho autor que no era erótico. Como era de esperar, Kakashi huyó de ese libro, cuyo protagonista se llamaba igual que Naruto, a quien Kakashi había defraudado más de una vez cuando ni siquiera le dejaban interactuar con él, solamente alguna que otra guardia como ANBU y de vuelta a misiones más normales para un ANBU), y se encerró en el estudio de Minato-sensei.
No tenía planeado quedarse ahí, pero el resto de papeles estaban ahí y Kakashi primero tenía que trasladar todo lo que le interesara después de coger los que le llamaran la atención.
Estuvo un buen rato ahí teniendo en cuenta que había más papeles que personas en Konoha, incluyendo las notas de Kushina-san.
Hasta que un sello desconocido que no reconocía de nada empezó a brillar como si empezara a activarse. Conociendo tan bien a esas dos mentes locas como Kakashi lo hacía, se puso en pánico inmediatamente. Incluso dejó al descubierto su Sharingan (el de Obito) por si las cosas necesitaban una percepción mejor. Y puede que ese fuera justamente su error. En ese momento no lo supo, no hasta años después cuando se enteró del Kamui y sus propiedades espacio-temporales, pero a pesar de no saber que estaba ahí, el Kamui reaccionó de manera instintiva y se juntó con lo que quiera que hiciera el sello brillando en esos momentos (a día de hoy, seguía sin saber para qué era exactamente y por qué estaban creando algo con esos efectos).
En un abrir y cerrar de ojo(s), juego de palabras o no, apareció en algún otro lado que no reconocía.
Se notaba y se sentía diferente. El Sharingan parecía más amable con sus pobres reservas de Chakra aunque no se desactivaba. Tenía Chakra y otra energía que parecía como más espesa y menos fluida. Y a sus alrededores no había ni una pizca de Chakra, aunque sí esa otra energía, lo podía ver con el Sharingan. Y aunque estaba en un bosque cualquiera, Kakashi sabía que estaba muy lejos de casa y no se refería exactamente a estar en algún bosque lejos de Konoha. Podía sentirlo en el aire, más contaminado y menos fácil de respirar de lo que estaba acostumbrado. Podía sentirlo en la piel, puesta de gallina con todos sus instintos gritándole que ese no era su mundo.
Y es que esa fue la primera vez que Kakashi estuvo en esa dimensión. O en alguna otra dimensión para empezar.
No tardó en darse cuenta de su situación y decidió investigar un poco. Todo era muy diferente, más tecnológico, menos naturaleza, ropa distinta, más idiomas, más países, más historia que no reconocía, estudios que no le sonaban ni el nombre... Un mundo completamente distinto al suyo pero a la vez tan parecido. Después de todo, allí había también humanos y los humanos tendían a ser todos iguales. Había más gobiernos y formas de gobernar pero había igual corrupción que Kakashi podía ver a simple vista. Había más formas de transmitir información mucho más rápido (¿y no era eso terrorífico? Siendo un Shinobi, Kakashi sabía de sobra el valor de la información), pero también había esos mismos engaños entre palabras y omisión para mantener a la población general a raya. Sinceramente, por alguna razón, no le extrañaba.
No tenía ni idea de cómo volver o si podía siquiera regresar. Tuvo que aceptar que estaría ahí al menos por un buen tiempo. Ignorando todos sus problemas emocionales, se dispuso a informarse lo máximo posible sobre este mundo y pasar desapercibido hasta volver a casa (o hasta morir, se temía. No sabía si volvería a casa).
Fue más fácil de lo que predijo. Aunque claro, Kakashi llevaba siendo un Shinobi por demasiado tiempo y era muy bueno en lo que hacía (aunque no muy bueno para los que le rodeaban, ¿no?). Además que los de ahí no eran muy avispados. No había ni un Shinobi a la vista.
Y una cosa llevó a la otra y pasó allí poco más de un año. En el último mes allí, podía sentir cómo alguna conexión le intentaba tirar devuelta a su mundo original.
Y cuando volvió, apareció devuelta en el estudio en donde había estado antes. Salió inmediatamente de ahí y se dio cuenta de que solamente habían pasado casi los tres días que tenía de descanso. Nadie le echó de menos porque estaban acostumbrados a que Kakashi se enterrara en cualquier entrenamiento siempre que no estaba en una misión. Hizo como si no hubiera pasado nada, como si no hubiera pasado más de un años para él pero que había vuelto a su cuerpo tal y como había estado antes del viaje. Se le daba bien disimular e ignorar sus problemas y podría hacerlo una vez más. De todas formas, era un mundo que estaba completamente desconectado a este, nada de lo que pasó ahí afectaría a su mundo original. Y la extraña energía que había tenido antes era como si ya no lo tuviera y su Sharingan había vuelto a gastar tanto Chakra como antes.
El único que podría haber sospechado algo era Gai pero él, contra todo pronóstico, sabía cuándo callarse y observar en los momentos más inesperados. Kakashi le agradecía por ello.
Pasaron los años y Kakashi no volvió a pensar en ello (excepto que sí lo hizo, ¿no? Igual que siempre evitaba pensar en Rin o en Obito pero siempre acababa entrando en depresión al cabo de algún tiempo).
Hasta que por fin terminó la Cuarta Gran Guerra Shinobi y el Sabio de los Seis Caminos (estando conectado de alguna manera con dos de sus estudiantes, lo más problemáticos la verdad. Algo sobre almas y transmigración que Kakashi decidió ignorar lo máximo posible para no tener ningún dolor de cabeza) les comunicó vía Naruto y Sasuke que su tiempo en esa dimensión se estaba acabando. En algún momento, alguna combinación de Jutsu espacio-temporales les alcanzó a Kakashi, al resto del Equipo Siete original, y a Sai y a Tenzou. Pensaron que eso acabó sin efectos pero parecía ser que no tenían tanta suerte (sinceramente, no sabía ni por qué pensaron que podían tener tan buena suerte teniendo en cuenta que ellos eran ellos).
Al parecer, esa combinación tenía un efecto algo atrasado e hizo que ellos no pudieran permanecer mucho más en esa dimensión, como si les estuviera rechazando o algo. Tenían alrededor de una hora para que les 'tirara' del todo y acabaran en alguna otra dimensión. Como habían ayudado a volver a sellar a su madre (eran extraterrestres... Ya ni siquiera debería sorprenderse), el Sabio de los Seis Caminos utilizaría la última de sus fuerzas de no-vivo (o algo así, entendía Kakashi) para enviarles a la que parecía tener más conexión con esta por alguna razón (porque, al parecer, a veces se formaban y se deshacía conexiones temporales entre dimensiones) para asegurar que el viaje fuera más seguro y todos acabaran en el mismo lado, muy cerca los unos de los otros. Además de que dicha dimensión, a pesar de que el Sabio no podía 'revisarla' en toda regla, parecía adecuada para que vivieran y tuvieran oportunidad para rehacer sus vidas. Aunque no podrían volver a menos que estuvieran muertos, lo cual Kakashi prefería que fuera muchísimo después (al menos, en cuanto a sus estudiantes y a Tenzou. Él mismo ya era otra cuestión en sí misma. ¿Qué? ¡No! No era suicida. Pero tampoco le importaba mucho su muerte. Había sido un Shinobi por mucho tiempo y era algo muy raro que siguiera vivo, ya había hecho las paces con una muerte temprana.
Eso de que 'parecía adecuada' le daba mala espina. Sabía que no debía tentar al karma, pero no pudo evitar pensar que por favor, por una vez, fuera lo que parecía. Y, bueno, por una vez, el mundo (o los mundos, más bien) le hizo caso. Solamente que tenían todavía que fastidiarle y obligarle a enfrentarse a sus problemas por el simple hecho de joderle, como todo en su vida, la verdad.
Pudieron al menos despedirse en esa última hora. Gai lloró, en camilla pero vivo; el resto de la generación de sus estudiantes lloró, aunque algunos no lo admitieran; y todos los que les guardaran algo de cariño les desearon buena suerte.
Kakashi sabía que tuvieron mucha suerte. No todos tenían la oportunidad de poder despedirse de sus seres queridos.
Al final, acabaron desapareciendo y apareciendo en otro lado completamente diferente. A Kakashi le pareció un déjà vu. En un abrir y cerrar de ojos, justo como...
Fue en ese momento que se dio cuenta de dónde estaban exactamente. Kakashi tuvo que quedarse unos minutos paralizado, mientras que los demás a su alrededor parecían estar un poco en pánico al no poder ni siquiera sentir Chakra que no viniera de ellos mismos. Al menos, Kurama parecía haber viajado con ellos porque Naruto se estaba quejando de que Kurama estaba hablando demasiado y siendo muy pesado al maldecir todo y a todos (le pareció muy irónico. Maldecir... A todo esto, a lo mejor debería decirle que no debería maldecir tanto aquí a menos que tuviera el control necesario para no... ya sabéis).
Kakashi acabó tomando la decisión de pasar de estar de pie a tumbarse en el suelo lleno de hierba. Estaba otra vez en un bosque pero era un lugar diferente en el que apareció la última vez. Se quedó mirando al cielo tras levantarse su Hitai-ate y simplemente se paró un momento a contemplar el cielo azul del día, con algunas nubes aquí y allá, el cual le recordaba (dolorosamente pero con esperanza) a algo.
Todos se callaron a su alrededor, sorprendidos por la acción de Kakashi y su aparente incapacidad de seguir moviéndose o estando de pie. No le extrañaba, estaba tumbado boca arriba con los brazos extendidos como una cruz y con el Sharingan a la luz como si no le cansara. Para escusarse, había echado de menos no tener que esconder un ojo, además de disfrutar de lo que era un Sharingan que no le cansara tanto.
"... ¿Kakashi-sensei?" Preguntó Naruto con una abundancia de preocupación en su voz. Podía incluso ver de reojo hasta a Sasuke con preocupación en sus ojos.
Kakashi no respondió, optando por simplemente yacer ahí como si fuera lo más normal del mundo. Se preguntaba hasta cuándo podría aguantar sin enfrentarse a la realidad. La respuesta era: no mucho tiempo. Naruto volvió a hablarle.
"¡Kakashi-sensei! No te estás muriendo, ¿no? ¡Sakura! Haz algo, Kakashi-sensei va a morir. ¡Tapadle el ojo!" Por alguna razón, Sakura se lo tomó en serio como si ella también creyera que se estaba muriendo. Aunque la verdad era que Kakashi no parecía responder a nada. La gota que colmó el vaso fue Sai midiéndole el pulso y Tenzou tapando su Sharingan.
Suspiró mientras cerraba los ojos. Mierda, tenía que enfrentarse a la realidad.
"... Ma. Tranquilos, no me estoy muriendo." Sonaba más cansado que de costumbre. "..." Suspiró otra vez mientras que el resto le prestaba atención, sorprendidos de que pareciera estar bien. Se incorporó hasta ponerse de pie. "Ahora vuelvo, no os vayáis de aquí."
Para cuando volvió, Sakura estaba rompiendo unos árboles al lanzar a sus compañeros de equipo hacia estos porque seguramente la hartaron con sus peleas. Sai parecía estar divertido mientras pintaba algo sentado en el suelo y Tenzou parecía decidido a ignorarlo todo.
"Ma... He vuelto. Poneos esto. Esto para Naruto, esto para Sasuke..." Repartió la ropa que había traído de su viaje a la ciudad más cercana. La había cogido de las cuerdas en las que habían sido tendidas. No sentía ni una pizca de remordimiento, necesitarían mezclarse lo máximo posible.
Entre los gritos de '¡Qué zapatos más raros!' y las preguntas como 'Kakashi-senpai... mejor no pregunto, no quiero saber de dónde has sacado esto' que no acababan siendo preguntas, tras quince minutos, todos estaban vestidos de manera normal según esta dimensión... Más o menos.
"Vale, ahora seguidme y no hagáis nada de lo que haría un Shinobi, eso incluye saltar de tejado en tejado, andar por superficies sobre las que no se podría sin Chakra, hacer parkour, realizar Jutsu o Genjutsu o cualquier otra cosa con Chakra, y entrar y salir por las ventanas. Como si fuerais civiles. Y no os quedéis mirando las cosas, tampoco os metáis en las partes de la calle donde pasan una especie de carruajes de metal sin animales tirando de estos a menos que yo lo haga. Estad pegados a mí en todo momento e intentar no hacer comentarios raros tales como cualquier cosa relacionada con los Shinobi o viajes interdimensionales, ¿vale? No os despistéis y tomadlo como una misión de infiltración. Tenzou, Sai, Sakura, cuento con vosotros para que los otros dos no se pasen o lleguen a pelearse. Esto va a ser raro pero las preguntas serán para después." Acto seguido, Kakashi se giró mientras que el resto le seguían. Le bombardearon con preguntas pero Kakashi las ignoró todas con la práctica y la experiencia que solamente se podía conseguir con el paso de los años.
Sorprendentemente, consiguieron llegar a la ciudad sin ningún problema y Kakashi pudo pedir prestado el móvil de una joven mujer de poco más de veinte años usando su 'encanto de un joven guapo y misterioso' como lo diría... esa persona. También se había dado cuenta de que había vuelto a tener unos veintiocho o veintisiete años y que los demás también parecían tener unos pocos años menos.
La joven se alejó un poco para darles privacidad, lo suficiente como para no escuchar nada. El resto se arremolinaron a su alrededor con preguntas en sus ojos sobre lo que era eso (aunque Naruto tenía la boca cubierta por la mano de Sakura porque él sí que iba a preguntarlo en voz alta).
Kakashi llamó a ese número que se sabía de memoria incluso después de tantos años. Pitó unas cuantas veces y Kakashi temió que esa persona hubiera cambiado de número o algo. Pero acabó cogiéndolo.
"¿Quién eres y cómo tienes este número?" Esa voz era tan familiar y la había echado tanto de menos. Estaba acostumbrado a escucharla en otro tono, uno no tan amenazante y serio, pero la reconocía a pesar de parecer tener unos pocos años más. No lloraría, tenía demasiada experiencia como para llorar en mitad de la calle y delante de su equipo, pero tardó en contestar, lo suficiente como para que la persona al otro lado estuviera a punto de seguir hablando.
"... Ey." Acabó respondiendo. Porque, por supuesto, Kakashi tenía que responder algo tan patético como 'ey' después de tanto tiempo.
"... Mejor que esto no sea una broma." Y sí, Kakashi podía reconocer lo que muchos otros no podían. Había ahí un hilo de vulnerabilidad en su voz.
"... Va a ser que no. Y esta vez me quedo aquí, no volveré a ser arrastrado por otro agujero." Y, vale, Kakashi reconocía que había puesto ese mismo tono de voz y que su equipo le conocía lo suficiente como para reconocerlo, así que le miraron raro.
"... ¿Dónde estás?" Sabía que era él porque esa broma del agujero era un chiste interno que solamente ellos conocían.
"¿Sabes esa tienda de dulces a la que me arrastraste la primera vez? Justo en la acera de enfrente. Y tengo a unos amigos conmigo que también se quedan."
"Ve al callejón que hay al lado. ESE callejón." Porque igual que había esa primera tienda de dulces, también estaba ESE callejón. "Estaré ahí en medio minuto."
Colgó y Kakashi arrastró a su equipo a unos metros en la otra dirección. El callejón era muy poco transitado y no había salida. De hecho, nadie solía pasar por ahí a menos que fueran los de los pisos de al lado para tirar la basura a altas horas de la noche o los camiones de la basura que pasaban temprano por la mañana, así que no había nadie ahí.
"Kakashi-sensei, ¿qué está-?" Sakura fue interrumpida por una repentina presencia que apareció al lado. Aunque no pudieron reaccionar antes de que dicha presencia les cogiera a todos cerca con algo de contacto físico y aparecieron acto seguido en algún otro lado. Kakashi reconocía la casa. "¿Pero qué-?"
Estaban alarmados y estaban ya con sus Kunai afuera (la ropa que originalmente tenían sellada, pero las armas seguían ahí con ellos a máxima disponibilidad), pero no les dio tiempo a reaccionar cuando esa persona le besó.
En todos los labios. Profundamente.
Kakashi respondió al beso poco después al salir del shock y estuvo muy confundido cuando acabó. Había pasado demasiado tiempo y él, sabiendo que esa persona seguía siendo la misma, debería haberlo visto venir. Por eso, Kakashi debió haber pasado unos segundos en su cabeza intentando procesar todo antes de que alguien dijera 'tomad asientos y hablemos del tema' con un tono alegre pero serio (y cuánto lo había echado de menos, joder). Kakashi se fue a sentar torpemente a la silla más cercana, incluso medio tropezando un poco (su equipo le miraba raro, procesó su subconsciente) pero esa persona le cogió de la cintura y tiró de él hasta que le tuvo sentado en su regazo con dos brazos rodeándole, uno a cada lado.
No tenía ni que mirar por encima de su hombro para sentir la sonrisa que esa persona tenía en ese mismo momento en su cara.
"... Kakashi-senpai..." Hasta Tenzou se había quedado sin palabras. Bueno ya no podía huir más.
"... Este es Toru. Digo Satoru. Quiero decir..." Suspiró ante su tartamudeo. De verdad que tenía que tranquilizarse y hacer esto ya. Cuanto más rápido, antes se alejaría de esa situación (o eso quería creer él). Cerró los ojos y esperó unos segundos antes de volver a hablar. Podía sentir cómo los ojos de esa persona brillaban con diversión y preocupación a la vez a pesar de que estaba detrás suya y con los ojos cubiertos. "Este de aquí es Gojo Satoru.
No sé exactamente por dónde empezar pero ya estuve aquí en esta dimensión antes. Fue un accidente entre Fuinjutsu y, ahora que lo pienso mejor, el Kamui. Estuve aldedor de un año aquí pero fue solamemte temporal. Volví a nuestro mundo original de manera natural acabado ese tiempo pero no habían pasado más de tres días allí, así que nadie lo notó. Nunca pensé que volvería a esta dimensión pero pasó lo que pasó y ahora estamos aquí..." Fue interrumpido.
"Pero Kakashi-sensei, ¿de qué conoces exactamente a este... tipo?" Y, wow. Qué tono tan despectivo por parte de Sakura. Pero suponía que debía responder a esa pregunta, por más incómodo que fuera.
"... Bueno, le conocí durante ese año y una cosa llevó a la otra y..." Fue interrumpido otra vez. Ya se estaba hartando un poco, la verdad.
"Hmmm. Supongo que ya no somos novios..." Y el corazón de Kakashi se rompió con solamente unas pocas palabras. Esa vez sí que estuvo a punto de llorar si hubiera pasado un segundo más sin que Satoru siguiera hablando. "... Porque estamos prometidos." Kakashi se puso rojo y enterró su cara en el hombro de Satoru, girando el cuerpo para hacerlo y dándole golpes en el hombro más fuerte de lo que debería. Con su Infinidad sin cubrirle, Satoru pudo sentir esos merecidos golpes.
No dándole más rodeos, Satoru cogió la cuerda que tenía escondida alrededor de su cuello y sacó su anillo, sin dudar en hacer lo mismo con el anillo que tenía Kakashi colgado en otro collar en su propio cuello. No debería sorprenderle que Satoru sabía exactamente en dónde había guardado eso Kakashi.
"Ouch." Reaccionó por fin a sus golpes. "No hacen falta tantos golpes. La propuesta sigue en pie, ¿sabes? ¿Sigues negándote a una tarta gigante de bodas? No tienes por qué comértela, comeré por ti si hace falta." Kakashi levantó la cara para mirarle con la expresión más inexpresiva que pudo, incluso con sus orejas todavía notablemente rojas.
"Te la vas a comer tú toda de todos modos." Respondió sin darse cuenta de que había hablado como si la boda de verdad fuera a pasar. Se dio cuenta como dos segundos demasiado tarde y volvió a su posición de avergonzado. Podía escuchar a su equipo cogiendo aire en sorpresa después de procesar ellos también lo que acababan de escuchar.
A Satoru no parecían importarle los ataques de corazón que le estaban dando al equipo de Kakashi y sonrió lleno de felicidad. Kakashi seguía sin poder ver su cara pero seguía sintiendo sus reacciones. Eran tan obvias.
Después de unos momentos de silencio (Satoru teniendo el suficiente tacto como para dejar a su equipo algo de tiempo para procesar esas revelaciones), Satoru volvió a hablar porque por supuesto que era él el que seguía hablando como si nada.
"Entonces, ¿estos son algunos de tus seres queridos de los que tanto hablabas?" Se giró a mirar a su equipo con una sonrisa traviesa y caos en los ojos. "Kashi-chan estaba todo el rato hablando sobre- Aarrghhh." Kakashi le había tirado al suelo sin ningún remordimiento. Se lo merecía. Y mientras que Satoru estaba en el suelo, él se puso de pie. "No seas tan malo conmigo, Kashi-chan. A menos que sea en privado... Aunque si te apetece probar cosas nuevas a mí no me importa, siempre quise probar el exhi-." Satoru no consiguió acabar esa frase.
Mientras que Kakashi le estaba dando a Satoru la paliza de su vida (de broma pero con furia en sus venas. Y, bien. Satoru no estaba usando su Infinito, sabía que se había pasado de la raya con ese último comentario), el resto se quedó en silencio. Parecía ser que eso lo hacían mucho últimamente.
"Puff." Se rió Naruto menos silenciosamente que los otros. Aunque el resto también se estaba riendo por dentro. "Kashi-chan." La mirada que les devolvió Kakashi fue más que suficiente como para que se callaran, aunque explotaron en risas cuando Kakashi volvió a dirigir su atención hacia Satoru cuando este intentó hablar otra vez, no había acabado con él todavía.
Aún así, Kalashi no pudo evitar sentirse un poco más relajado, con un peso menos de encima y con algo demasiado emocional latiendo en su pecho. Ya estaba muy cansado de tratar con cosas personalmente emocionales, había alcanzado su ración del mes. Qué pena que tendría que soportar eso un poco más como mínimo. Y, por una vez, eso no se sentía tan malo como de costumbre.