
Chapter 2
Las miradas se posaban sobre el joven polvoriento que caminaba en dirección a la torre Hokage.
Apenas había llegado de misión, luego de pasar días fuera de la aldea. Algo común teniendo en cuenta el lugar al que pertenecía.
Su máscara de porcelana se encontraba fracturada y parecía que en cualquier momento, caería en pedazos permitiendo ver, aunque sea, alguna parte de su rostro.
Sin embargo, la tela que se extendía en el interior del objeto, lograba mantener cada trozo en su lugar.
Cuatro pares de ojos los observaban desde el puesto de ramen. Una joven que había sido compañera de academia del azabache que caminaba con calma por la calle principal de la aldea y otros que lo conocieron con el pasar de los años.
—Muero de curiosidad por saber...—Mencionó una joven castaña con marcas triangulares en sus mejillas. Miró al masculino a su lado antes de hablar.— Tu debes saber como luce, Kakashi.
El nombrado elevó sus hombros restándole importancia al asunto, aún cuando sentía la curiosidad picar en su interior al igual que su compañera.
—Sinceramente no lo se, Hana.—Dijo el ninja, colocando sus manos dentro de su chaleco verde.— Ni siquiera recuerdo como era su rostro cuando era niño y hace años que porta la máscara de ANBU.
Y no era el único. Ninguno de las personas que lo acompañaban en aquel almuerzo, recordaban con claridad el rostro de Itachi.
Habían pasado los años y no eran capaces de traer a su memoria, la última vez en que lo vieron previamente a finalizar la academia.
Itachi se había aislado de un día para el otro y solo supieron de él cuando Hatake comentó que había finalizado la academia desde su hogar, teniendo que recibir a los superiores para demostrar su talento en las artes ninjas. Sabía muchas cosas de él, incluso, quien era su pareja, pero cuando se hablaba de los rasgos, el jounin no podía describirlo.
—¿Tú sigues sus reglas o algo parecido? —Una mujer de cabello violáceo, preguntó mirando a su compañero de cabellera gris.— Después de todo, tampoco conocemos tu rostro.—Sus puños se apretaron, deteniendo la intención de elevar su mano y quitar el cubrebocas de su amigo.— Desde niño lo llevas puesto, no lo entiendo.
Una vez más, los hombros del muchacho se elevaron despreocupadamente.
—Es algo personal, me gusta mi privacidad.—Respondió con una sonrisa que solo se notaba por como se entrecerraban sus ojos.
Hana mordió su labio antes de volver a su comida.
Recordaba unos grandes ojos negros de mirada inocente y su cabello azabache corto. Sus ojos se desviaron con duda antes de sacudir su cabeza.
No, no estaba segura de si así era. Solo le había dado aquellas características porque sabía que la gran mayoría de los miembros del clan Uchiha, las tenían y lo único que todos en la aldea podían asegurar, era que aquel joven poseía cabello tan negro como la noche.
—De todas formas...—Comentó Hana observando sus palillos.— ¿Cómo estamos seguros de que realmente es nuestro compañero?
—¿Por su porte? —Preguntó Anko, la dama de cabellos violáceos.— Es decir, no creo que haya cambiado con el paso del tiempo ¿Verdad? Siempre fue exageradamente elegante en cuanto a su presencia.
Kakashi se mantuvo en silencio, queriendo recordar el rostro de aquel jovencito que era unos cuantos años menor que él.
Se sobresaltó en cuanto una mano enguantada tocó su hombro, haciéndolo girar su cabeza para observar a la quinta persona que se mantenía a su lado.
—Por Kami, Oso, no sentí tu llegada.—El ninja solo se mantuvo en silencio y Kakashi estaba seguro de que lo estaba observando con una ceja alzada.— Al menos anúnciate cuando te pares a mi lado, hemos discutido eso.
Los otros tres presentes mantenían atención a la plática, hasta el momento unilateral, que su compañero estaba teniendo con el ANBU.
—Acabo de salir de misión y esperaba verte en casa.—Respondió el contrario. Su voz saliendo casi ronca y segura.
—Si, queríamos almorzar con nuestros compañeros.
Anko y Hana se observaron de lado, ambas apretando sus mandíbulas ante la intriga de quien sería aquel sujeto.
Bien sabían que hacía tiempo, su compañero había comenzado una relación con un miembro de la organización y por más que habían intentado todo, incluso se habían arrodillado frente a su compañero jounin suplicando por que les diga de quien se trataba, no pudieron obtener nada.
Sus miradas subían y bajaban por el cuerpo del hombre que portaba aquella máscara de porcelana blanca. Al igual que todos sus compañeros ANBU, portaba su obligatorio uniforme.
Sus fuertes brazos estaban tapados por los guantes negros que llegaban hasta sus bíceps y su cabello azabache sobresalía rebelde por detrás de la máscara.
Dos años. Dos años pasaron desde que Kakashi, aquel compañero que decía que nunca se enamoraría, había caído rendido a los pies del hombre frente a ellos.
La curiosidad los invadía a los tres, siendo el tercer ninja de mayas verdes, quien se paró de su lugar y caminó al rededor del shinobi uniformado.
A el más que a nadie le llamaba la atención el desconocido sujeto.
¿Quién era ese hombre que había logrado enamorar a su, ahora, despreocupado mejor amigo y rival?
Ciertamente, había sido toda una sorpresa que haya sido el mismo Kakashi quien los había citado hacía dos años atrás, para comentarles que había comenzado a salir con una persona.
Una persona que era nada más y nada menos que un hombre.
¡Aquel! Mismo ninja que desde su infancia había estado rodeado de damas, atrayéndolas como abejas a la miel, había resultado ser homosexual. Toda una sorpresa.
—Quisiera conocer a la pareja de mi rival.—Dijo el hombre de mayas verdes.— No nos hemos presentado formalmente, creo.
El ANBU giró su mirada desde su novio, hasta el sujeto que parecía acecharlo como lo haría con un enemigo.
Kakashi solo se limitó a sonreír, sabiendo que de una u otra forma, no le quitarían más información de la necesaria.
—De hecho, nos conocemos desde niños, Guy.—Respondió con tranquilidad, ganándose solo una mirada molesta de parte del contrario.— Siendo ninjas, se que comprendes la posición en la cual me encuentro, así que me disculpo.
El hombre de cabellos grises sonrió antes de tomar su mano.
—Bien, me marcho.—Anunció.— Nos vemos luego.
Salió del restaurante luego de dejar su dinero y tomando la mano enguantada de su pareja, se alejó dejando atrás a sus compañeros shinobis.
—Siento que muero de curiosidad.—Dijo Hana, mordiendo su labio inferior y estirándolo un poco con suavidad antes de dejarlo libre.— Kakashi me parece atractivo, así que no dudo de que su novio también lo sea. Es decir, no me lo podría imaginar cayendo a los pies de alguien...
—¿Feo? —Finalizó Anko con una sonrisa.— Mi querida Hana, si pudiera arrancarles las máscaras esos dos, créeme que ya lo hubiera hecho.
La castaña con marcas en sus mejillas, bajó el rostro resignada.
—¿Anko, recuerdas cuantos de nuestros compañeros de academia tenían cabello negro? —Preguntó Guy.
La mujer frunció el ceño antes de suspirar.
—No lo se... ¿Más de la mitad? —Dijo dudosa.— Admítelo, Guy, es demasiado común al igual que el cabello castaño.
El varón no se quedaría atrás. Sentía la necesidad de saber quien demonios era aquel desconocido que actualmente convivía con su mejor amigo y rival.
¡MUCHAS GRACIAS POR LEER!