En las manos del Duque

Naruto (Anime & Manga) Fanfiction Nation (Podcast)
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En las manos del Duque
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Summary
A punto de cumplirse un año desde que la familia Uchiha llegó a su nuevo hogar, Itachi no lograba encajar entre todos aquellos habitantes. No lograba comunicarse con nadie al no saber su idioma y la insistencia de su madre por contraer matrimonio, lo hacían desesperar cada vez más.No tenía idea de quien era el segundo hombre que se había presentado a su hogar, pero por primera vez, intentó ser lo que su madre deseaba con tal de no arruinar aquella corta cita.*Si no es de tu agrado, por favor no leer.*No poner comentarios ofensivos.*Prohibida su copia.*La portada no es mía, solo la edité. Créditos a su respectivo autor.*Los personajes son creación de Masashi Kishimoto.*Historia 100% original.
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Chapter 42

La tranquilidad invadió el castillo tal como el tiempo lo hacía. Los días que pasaban en familia eran tan importantes para el duque como su propio trabajo, y siguiendo las indicaciones de la doctora que llevaba el embarazo de Itachi, pasaba todo el tiempo posible a su lado.

El vientre de su esposo había crecido conforme el tiempo avanzaba. Naruto había sentido los movimientos de su hijo cada vez que una de sus manos se posaba sobre el cuerpo del contrario y le encantaba la sensación que experimentaba cuando las suaves patadas iban a dar directo contra sus manos.

La sonrisa del duque no desaparecía de su rostro, creciendo mucho más cuando encontraba a su pequeño cuñado hablándole al vientre de su hermano de vez en cuando, comentándole lo emocionado que estaba por su llegada.

La situación con su padre se había calmado luego de haber hablado con calma y finalmente, aceptó la relación en la que Minato y Madara estarían. Tal como lo hicieron Itachi y Sasuke con respecto a la situación de su padre.

¿Había sido difícil para el niño? Naruto hubiera deseado poder decir que no, pero sabían que el infante merecía una explicación y quedaba en él si aceptaba o no esa nueva relación. Sasuke se sentía algo confundido y nadie podía culparlo. Saber que Fugaku se había enamorado del hermano menor de su madre, su propio tío, y siendo que ambos eran alfas no era una situación que ocurriera a menudo.
Sin embargo, su hermano mayor estuvo junto al pequeño en todo momento, consiguiendo que comprendiera un poco más de todo lo que estaba ocurriendo.

Para Sasuke era realmente extraño. No por que ambos fueran alfas, sino porque había visto miles de veces la interacción entre ambos y nunca podría decir que vio o siquiera notó, alguna mirada entre los adultos. Tampoco era como si pusiera mucha atención a su alrededor cuando su cabeza estaba inundada de la felicidad de tener un nuevo hermano.

No obstante, apenas ahora era consciente de la manera en la que se trataban, como se hablaban y las sonrisas que se dedicaban. Algo que le hubiera gustado que ocurriera con su propia madre, estaba sucediendo con su tío y él no podía negar que le agradaba y le preocupaba en partes iguales.

Le preocupaba porque no había vuelto a ver a Mikoto y no estaba seguro de que tan lastimada podría estar al conocer el final de su relación.
Le agradaba porque Izuna siempre había estado para el par de hermanos al igual que su tío Madara. Ambos habían hecho todo lo posible para encontrarlos y lo que menos deseaba era que la sonrisa del menor de sus tíos desapareciera de su rostro.

Izuna siempre supo como tratar con ambos. Siempre había sido un hombre amable, tranquilo y simpático que había apoyado a su padre al saber del casamiento de Itachi y al descubrir que su propia madre lo había llevado hacia el palacio del antiguo conde.

—¿Sucede algo?—Sasuke parpadeó un par de veces antes de detener sus manos. Su tío lo miraba de reojo y había notado como Fugaku había elevado su mirada para verlo.

El ambiente se mantuvo en silencio por unos minutos, siendo interrumpido por el suave choque entre las hojas al ser movidas por la brisa.

Sus manos se alejaron suavemente del cabello de Izuna, al que había estado trenzando como lo hacía con su hermano mayor y al instante, sus brazos envolvieron el cuello de su tío en un apretado abrazo.

Sasuke nunca lo dijo, pero le preocupaba que Izuna se alejara de ellos ahora que había conocido lo que era estar en una relación con su padre. Y no es porque creyera que el problema era Fugaku, sino que no quería que se repitiera lo que había ocurrido con Mikoto desde el primer momento.

No quería que su personalidad cambie, mucho menos que lo obliguen a desposar a alguien tal como su progenitora lo hizo con su hermano mayor y pensaba hacerlo con él en un futuro. No quería que lo tratara de la misma forma en la que Itachi fue tratado por la dama cuando se había negado a hacer lo que quería.

—¿Amas a mi papá?

La pregunta descolocó a ambos alfas e Izuna pudo sentir como su rostro comenzaba a tomar color cuando la oscura mirada de Fugaku se posó en su persona.

—Si, lo hago.—Respondió en voz baja apretando el cuerpo del menor contra el suyo.

Sasuke asintió y se quedó en silencio un momento más.

No, Izuna no era como Mikoto.

A Izuna le gustaba pasar el tiempo con él, le gustaba acompañarlo en sus juegos, incluso cuando se encontraba con su padre y compartir con él las horas del té a las que se había acostumbrado por Minato.
Izuna le leía sus cuentos en la noche cuando se quedaba con el par de alfas en la casa de sus tíos y su hermano no estaba presente para leerle. Su tío le demostraba cuanto lo quería con abrazos casi asfixiantes, ayudándolo con sus baños donde se dedicaba a tallar su cabello como lo hacía Itachi cuando aún vivían juntos y contándole historias mientras el niño jugaba con las burbujas que se creaban en la tina. Muy diferente a su madre que solía enjabonar su oscura cabellera con rapidez y fuerza.

A Izuna le gustaba besar y apretar sus mejillas porque decía que eran adorables, le gustaba regalarle dulces aún cuando su padre decía que no era la oportunidad de comerlos, aunque luego desistía. Izuna había demostrado cuán importante eran ambos chicos para él, incluso cuando aún no era la pareja de Fugaku.

Por esas razones no quería perderlo. Sasuke no quería que su tío se convirtiera en Mikoto y aunque su hermano le había repetido hasta el cansancio que Izuna no sustituiría ni tomaría la personalidad de su progenitora, al niño aún le costaba aceptarlo.
Porque Sasuke no podía borrar de su memoria las miradas que su madre le dedicaba cuando se encontraba encerrado en el palacio. Aquella mirada de desprecio y asco que le hacían sentir la inseguridad que se suponía, no debía experimentar al encontrarse con aquella mujer que le dio la vida.

—Yo... Te quiero mucho.—Su voz salió en un suave y quebrado susurro. Su cuerpo apenas tembló cuando su tío reaccionó al instante y lo posicionó sobre sus piernas para poder sostenerlo con mayor comodidad.

—Y yo a ti, mi cielo.—Respondió Izuna.— ¿Pero por qué lloras? Esas lindas palabras no las tienes que decir mientras dejas que las lágrimas mojen tus mejillas.—Habló con suavidad, limpiando aquel líquido cristalino que escapaban de los ojos oscuros de su sobrino.— Te amo, mi niño.—Susurró manteniendo su vista fija en el infante para que note la verdad en sus palabras.— Te amamos.

Sasuke sintió un suave beso en su cabeza, encontrándose con la mirada preocupada de su padre.

No, Izuna no era como Mikoto y si llegaba a tomar su personalidad, ahora se encontraba su padre con ellos para obligarlo a mantener la distancia.

Cada vez más convencido, Sasuke intentaba recordar un momento en el que su madre le haya dicho siquiera que era importante para ella. No recuerda un abrazo, no recuerda que secara sus lágrimas cuando lloraba al lastimarse, no recuerda que Mikoto haya curado sus heridas o lo acompañe en sus sueños cuando tenía una pesadilla. Ante esas situaciones siempre estuvo acompañado y siempre fue su hermano o su padre quienes estuvieron con él.

Izuna prometía ser mucho mejor de lo que fue su progenitora y le rezaba a los dioses porque eso continuara tal y como estaba.

—Tu hermano necesita tomar un poco de aire.—La voz de su padre lo trajo de vuelta a la realidad.— ¿Por qué no vas por él? Puedes aprovechar y sacar al duque de su oficina también. Les gustará pasar la tarde aquí.

Sasuke sonrió a la vez que limpiaba sus lágrimas y con ayuda de Izuna, se puso de pie para salir corriendo en dirección al castillo.

—¿Crees que todo esto lo esté afectando?—Preguntó el menor con semblante preocupado.

—De hecho, creo que ya lo aceptó completamente.—Contestó Fugaku sentándose a su lado.— Ha pasado demasiado con Mikoto y eso si lo ha afectado. Se ha negado a saber de ella y supongo que todo esto solo puede causar más inseguridad en él.—El mayor rodeó con sus brazos a Izuna antes de depositar un suave beso en su mejilla.— Aún así, estoy seguro de que comprende que no eres como ella y no lo lastimarías de ninguna forma.

 

¡MUCHAS GRACIAS POR LEER!

 

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