
Chapter 38
El tiempo pasó con rapidez, ocupando casi por completo el tiempo del duque.
Los documentos firmados permanecían sobre el escritorio y ya todo se encontraba preparado para el final de Danzo. Naruto quería deshacerse con rapidez del mayor de los males, aún cuando sabía las consecuencias que vendrían en poco tiempo.
Apenas lograba pasar su tiempo con su esposo. Se había encargado de pedirle a sus sirvientes que lo mantengan informado de todo.
Y es que el hecho de tener que estar acomodando el futuro de aquellas tierras que quedarían sin dueño, los documentos con el pedido de los préstamos para las instalaciones públicas y los encuentros con los hombres del rey para el momento de la ejecución, solo conseguían que salga de su cama ante el primer rayo del sol y vuelva a ella cuando su esposo esté en un profundo sueño.
El duque no se encontraba del todo bien. Suficiente tiempo había permanecido alejado de su omega como para tener que volver a pasar por ello e independientemente de que pueda abrazarlo por las noches, extrañaba pasar un poco de tiempo libre con él.
Naruto no recuerda haberse arrepentido de tomar el trono desde que cumplió sus dieciocho años. No obstante, dicen que siempre hay una primera vez para todo.
Porque el alfa se arrepentía al verse invadido de un momento a otro por su propio cargo. No podía disfrutar del tiempo con su pareja y le molestaba el hecho de tener que pedirle a los demás que lo mantuvieran informado con respecto a él, porque Naruto debía estar a su lado en todo momento.
No es como si no estuviera acostumbrado a dirigir su ducado, después de todo lo ha hecho durante años. Sin embargo, había quitado incluso el poco tiempo que tenía de descanso, viéndose encerrado entre las paredes de su oficina y las pocas veces que salía, solo era para continuar con su trabajo.
—El último préstamos ya ha sido enviado.—La voz de su padre lo trajo nuevamente al mundo real.— Y el consejo decidió que la junta será mañana. ¿Tienes todo listo?
El menor asintió en silencio, releyendo nuevamente el mismo párrafo donde se había atascado desde hace un buen rato.
—No creo que su Alteza lo haya escuchado.—Habló Kakashi.
Ambos omegas lo miraban con semblante agotado y es que el duque no era el único que debía lidiar con su trabajo. Su propio padre se ocupaba de ayudarlo en lo que necesite, solo para conseguir que su carga de trabajo sea menor y Kakashi organizaba las reuniones correspondientes, siendo él quien en más de una ocasión, tuvo que salir del castillo para hablar con el rey.
La situación estaba acabando con todos y no era para menos. Después de todo, con el final de Danzo tenían suficiente por un tiempo y es que el hecho de ejecutar a un noble por sus crímenes, no iba ser tan sencillo como creían.
—Serán los hombres del rey quien terminen con Danzo.—Comentó el duque.— Se lo ejecutará en la plaza central.
Claro que Naruto no estaba de acuerdo con ello, pero su Majestad había dado la orden y él no tenía el poder para dejarla estar. Porque el rey necesitaba demostrar tanto su poder, como el de la familia del duque que había sido elegida desde hace años.
Porque solo el supremo tenía la oportunidad de dar y quitar a su antojo, otorgando sus tierras a personas que consideraba las indicadas para dirigir allí donde él no podía.
Porque el soberano tenía que mantener el respeto hacia su puesto y dejar en claro que sus órdenes eran sagradas.
—Supongo que es lo mejor si no queremos un maldito levantamiento.—Habló Minato.— Por otro lado, es un hecho que tendremos problemas con Sarutobi, pero supongo que no hará nada en tu contra.
Naruto asintió con el ceño fruncido. Su padre ya le había dado su punto de vista con respecto a la situación y el duque no pudo estar más de acuerdo. Lo último que quería era que las tierras que antes pertenecían a Danzo, sean otorgadas a ese anciano que se creía con un poder superior al suyo.
La puerta de la oficina sonó dos veces y el cabello de Sasuke fue lo primero que los adultos vieron en cuanto Naruto dio el permiso de acceso.
—¿Quieren almorzar conmigo?—Preguntó el pequeño mientras se acercaba hacia el escritorio, escudriñando los documentos que se encontraban esparcidos sobre la madera.— Ita está durmiendo y no quiero molestarlo.
Sus manos alisaron las arrugas invisibles de su kimono y Naruto no pudo evitar sonreír al verlo.
Tan parecido a su hermano mayor y tan distinto al mismo tiempo. Ambos manteniendo sus costumbres tan arraigadas como el primer día en que los vio.
—Lo siento, pequeño, no puedo salir ahora.—Respondió el alfa con pesar.— Pero mi padre y Kakashi pueden acompañarte.
Ambos tomaron las manos del infante y salieron de la oficina, indicándole al duque que volverían a su lado en cuanto finalizaran.
—¿Sucede algo?—Preguntó Minato al notar al niño más callado y serio que de costumbre.
Sasuke solo hizo una mueca con su boca antes de negar a la pregunta. Su hermano le había pedido no comentar nada al respecto de su situación para no preocupar al duque, por lo que tampoco debía decirle a sus personas de confianza.
Ante la última visita al cuarto de Itachi, había sido su criada Izumi quien lo atendió. Se preocupaba por su hermano y desde hacía días que lo había visto más cansado de lo normal.
Sasuke sabía que todo aquello se debía a las posibles responsabilidades que los adultos tenían, tal como se lo había dicho Obito en una ocasión en la que le preguntó al no encontrar a Kakashi.
Sin embargo, se sentía solo y extrañaba que Itachi pasara su tiempo con él, siendo que las últimas veces que estuvo a su lado, su hermano permanecía en la cama con sus ojos cansados.
Lo había visto pálido y las marcas debajo de sus ojos parecían haberse oscurecido. No estaba seguro de lo que ocurría con él, pero esperaba que todo termine rápido para poder pasar su tiempo junto al omega.
—¿Naruto está bien?—La pregunta descolocó a los mayores por un par de segundos.
—Algo cansado por su trabajo.—Respondió Kakashi, haciendo ademanes con sus manos en cuanto vio a su hijo para que los acompañara.— Pero pronto terminará y podrá descansar.
Shisui llegó junto a ellos, tomando la mano de su amigo y adelantándose unos pasos de los adultos, quienes solo los observaban dirigirse al salón delante de ellos.
La mirada de Sasuke se mantenía baja, pensativa. Porque de acuerdo a lo que le había dicho su padre, los alfas y omegas podían tener una conexión a través de su lazo. A través de su marca.
Su cabeza no comprendía el porqué Naruto no se hallaba junto a su hermano o siquiera sentía algo malo cuando él mantenía una conexión con Itachi.
Porque había visto su marca, porque Naruto era su esposo y en su cabeza, aquello era suficiente para que el duque experimentara lo que su hermano sentía.
Sintió el tirón en su brazo cuando Shisui apresuró su paso, llegando junto a Kurama, quien se erguía en toda su altura con sus patas delanteras apoyadas sobre la mesa y olfateando el almuerzo que se encontraba alejado de su hocico.
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Poco y nada le importaba al duque la mirada molesta de Sarutobi. El anciano parecía querer abrir su boca y arremeter verbalmente contra su superior, aún cuando sabía que aquello iba a ser una falta de respeto hacia su título.
Arrugaba con sus manos el documento que su soberano le había entregado. Aquel donde confirmaba que las tierras sin dueño, ahora las dirigirían los Nara y Sabaku No.
—Es un honor saber que nos ha elegido, Alteza.—Gaara habló con respeto y una pequeña sonrisa se asomaba en sus labios ante la atenta y molesta mirada del anciano.
—Es un hecho que los tres estamos disfrutando esto.—Susurró Shikamaru hacia el duque, quien solo apretó sus labios sin querer dejar escapar una divertida sonrisa.
Sarutobi releía una y otra vez el papel en sus manos. Las letras se seguían distinguiendo aún cuando sus manos arrugaron el documento en diferentes lados y la ira tomaba lugar en su cuerpo con demasiada rapidez.
—No puede entregarles las tierras de Shimura.—Habló el anciano con voz gastada.— Danzo ha sido un buen conde, no puede quitarle sus tierras.
Naruto elevó una ceja y sus ojos azules se cruzaron con los del mayor.
—Es mi decisión, tanto como la de nuestro rey.—Dijo con calma.— No voy a permitirme tener a un hombre que usó sus influencias para secuestrar a un integrante de mi familia.
El anciano golpeó la mesa con fuerza, levantándose de su lugar y recostándose hacia adelante como si estuviera listo para atacar en cualquier momento.
—¡Usted está tomando represalias contra el conde por sus problemas personales!—La mesa quedó en silencio.— No soportó que el conde buscara casarse con quien ahora es nuestra duquesa, aún cuando su matrimonio no había sido acordado. Danzo no tuvo la culpa de que la madre de ese niño lo haya llevado a su palacio para darle una mejor vida. Toma represalias en contra de un buen conde cuando ese omega ni siquiera pertenece a su familia.
—¡Silencio!—Todos hubieran jurado que aquel rugido había hecho temblar las paredes de la sala.— Cuida tus palabras cuando te dirijas a mi o cuando hables de mi familia. Soy tu duque y eso ni tú ni nadie que no sea el rey puede cambiarlo.—Se recostó contra su silla y clavó su mirada una vez más en el anciano, notando como apretaba su mandíbula con fuerza.— No tienes idea sobre lo ocurrió realmente o como fue que encontramos a Sasuke. Hablas de él cuando es el hermano de mi esposo. Hablas del mismo niño al que veo como a un hijo y no voy a permitir que una maldita palabra más salga de tu boca si van a ser faltas de respeto directas hacia mi.
Sarutobi se mantuvo de pie sin querer dejarse amedrentar. Gaara sintió la presencia de Shira detrás de él, similar a como había ocurrido en una de las últimas reuniones que habían tenido con el consejo y Shikamaru enderezó su espalda, preparado para detener al duque si llegaba a arremeter en contra del anciano.
A ninguno de los dos le molestaría que Naruto ponga en su lugar a Sarutobi. Después de todo, era un hecho que debía aprender a controlarse cuando se dirigía a su superior.
Sin embargo, también sabían los problemas que podría tener el alfa si se descubría que había atacado al anciano sin una orden directa del supremo.
>>Si no tienes nada bueno que decir, te recomiendo guardar silencio.—Continuó el rubio.— Mis órdenes ya fueron dictadas y el rey ya decidió el destino de Shimura. Me importa poco y nada si tú o cualquiera que se encuentre en esta mesa, están de acuerdo o no. No tienes el poder para imponerte ante mi y espero que eso te quede claro.
—Alteza.—La voz agitada de Neji lo había hecho voltear. Sabía que el omega no interrumpiría la reunión aún si se encontraba junto a su esposo. Por otro lado, se había dirigido hacia el interior del castillo en busca de Itachi en cuanto llegó.— Su esposo no se encuentra bien.—Habló antes de volver por donde llegó.
Naruto se levantó de su asiento y dirigiéndole una mirada hacia su guardia, quien entendió que la reunión finalizó, corrió detrás de Neji en busca de su marido.
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