
Chapter 37
—¿Qué tanto viste?
Minato estaba seguro de no haber visto nunca aquella sonrisa burlona. Al menos, no dirigida hacia su persona.
Ambos omegas se encontraban de pie, frente a frente. Uno con la clara intención de querer burlarse sin ser capaz de hacerlo y el otro, esperando una respuesta que deseaba no oír.
—Lo suficiente para saber que ya lo ha aceptado.—Minato palideció.— Puede estar tranquilo, Alteza, no pienso abrir mi boca.
El recién llegado elevó uno de sus brazos y esperó pacientemente a que el rubio lo tomara para comenzar a caminar hacia el gran salón.
—Confío en ti, Kakashi.—Habló con vergüenza.
Claro que confiaba, pero aquello no quitaba su pena. Porque no era normal que las personas se estén besando delante del resto. Bien sabía que a su hijo no le importaba. Entrara quien entrara, poco le molestaba estar aferrado a su esposo devorándole la boca en medio de la servidumbre.
Sin embargo, Naruto no era quien intentaba armar nuevamente su vida y el hecho de saber que aquel que había estado aún cuando Kushina vagaba por el castillo, lo había visto besarse con otro alfa, lo avergonzaba.
—Es bueno saber que se está dando otra oportunidad.—Kakashi acarició con cuidado la marca casi invisible en el cuello de su soberano.— Tiene la oportunidad y el tiempo. Estoy seguro de que el duque lo comprenderá.
Una sonrisa temblorosa se asomó en los labios del mayor, porque no podía asegurar que eso sea del todo cierto.
No sabía que reacción podría tener su unigénito, pero le imploraba a los dioses porque ambos sean aceptados por él.
Minato sabía que no debía importarle mucho ello. Después de todo, él sería quien se empareje con alguien más.
No obstante, Naruto era su único hijo y lo único que aún le quedaba de su antigua alfa. Ya había perdido a uno de sus más grandes amores, no quería perder al otro.
—Temo como vaya a reaccionar en cuanto se lo comente.—Habló con suavidad.— Supongo que también debo hablar con Itachi, después de todo es su sobrino.—El joven asintió.— Aún así, nada es seguro. Apenas hemos tenido nuestra primera cita y yo...
El antiguo monarca se quedó en silencio sin saber como continuar.
Claro que esperaba que los sentimientos sean correspondidos de la mejor forma. Una sola cita no significaba nada realmente, más allá de conocerse. Porque si bien habían tenido encuentros para beber el té y demás, nunca hubo algo en las acciones del contrario que le indicaran que Madara estaba dispuesto a ir un paso más allá.
Madara había sido claro cuando le preguntó y aún así, apenas comenzaban a verse de otra forma que no sea una amistad entre un alfa y un omega.
—Sus ojos brillan.—Comentó Kakashi ganándose una mirada de parte del mayor.— Creí que se había percatado. Los ojos del señor Madara brillan cuando lo ven.—Una suave palmada fue a parar en el dorso de la mano del soberano.— Las sonrisas que le dedica, las miradas fugaces, la intención de mantenerlo cerca de él. Todo fue notorio para mi.—Un suspiro escapó de sus labios y sus ojos miraron el techo por un momento.— Me recuerda mucho a Obito.
Minato mordió su labio inferior. Ciertamente, a pesar de haber notado las miradas que el alfa le dirigía, los pequeños detalles de los que su subordinado hablaba no habían sido notados por él.
Los nervios volvían a aparecer al pensar en el alfa y sus mejillas se incendiaron un vez más.
—Me siento un adolescente.—Rio el mayor.
Kakashi asintió.
—Es lo más bonito de ese camino.
Tanto tiempo sin experimentar esa sensación de felicidad o la adrenalina ante un beso secreto. Tanto tiempo sin experimentar los nervios vividos al verse reflejado en aquellos ojos negros, que por un momento creyó haber olvidado como se sentía.
—¿Me buscabas o solo nos encontraste accidentalmente?
—De hecho si, lo buscaba.—Respondió.— El rey aceptó la ejecución del conde Danzo, así que nuestro duque puede estar tranquilo.—Minato asintió.— Su majestad busca que no queden rastros de todo lo que sucedió con él. Después de todo, fue también quien aceptó la propuesta de su título y no está contento con todo lo que ha hecho.
Minato se limitó a escucharlo. Era momento de volver a la realidad y no caer nuevamente en su pensamiento de enamorado.
Necesitaban acabar con Danzo, terminar con su título y continuar con su soberanía sobre las tierras que serían liberadas una vez que el conde caiga.
—Se que luego tendrán la reunión, pero es muy probable que Naruto le entregue esas tierras a los Nara o Sabaku No.—Comentó el mayor.— Quizás puedan poner gente de ambos, eso nos dejaría más tranquilos.
Kakashi confirmó. Bien sabía el caos que se desataría luego de la muerte del conde e incluso el consejo podría ir en contra del duque.
A pesar de que el rey haya aceptado su ejecución, todos en el castillo aseguraban que la persona que se levante en contra del soberano de Luxemburgo no iba a ser alguien de Danzo, sino el mismo Sarutobi junto al consejo.
Ese anciano iba a pedir por las tierras de quien en su juventud fue su amigo y poco le importará lo que Naruto tenga para decir. Ya había demostrado que lo que menos respetaba eran los títulos de los nobles.
Aún así, Naruto debía preparar los documentos para que sean entregados, al menos en el momento de la reunión, donde aseguraría que Shikamaru y Gaara obtendría esas tierras que quedarían vacías.
Necesitaban ojos en todas partes y el duque debía colocar a sus mejores hombres para poder dirigir y arreglar la mierda de Danzo.
°
La risa de los infantes interrumpían la calma del ambiente junto al sonido del chapoteo en el agua.
Itachi y Naruto se encontraban sentados debajo de un árbol que les otorgaba una fresca sombra. Los rayos del sol traspasaban los pequeños huecos que se formaban entres las hojas e iluminaban el suelo con suaves destellos.
—No he visto a mi madre desde que Sasuke a vuelto a casa.—Naruto apretujó a su esposo contra su cuerpo y restregó su nariz contra el blanco cuello del menor.— ¿Crees que deba ir a verla?
No, el duque no quería que aquello sucediera, porque sabía que su omega no saldría bien de esa visita.
Quería que se recupere tanto como pudiera y dejara todo lo malo que había ocurrido, olvidado en los más recóndito de su mente.
Sin embargo, también sabía que no podía prohibirle nada, aún cuando tenía el poder y derecho como su esposo. No lo obligaría a nada y en caso de que Itachi le exija visitarla, el simplemente se mantendría a su lado dándole todo su apoyo.
—No creo que sea la mejor idea, pero sabes que puedes ir cuando gustes.—Comentó el rubio.— Se que debe haber muchas cosas que quieres preguntarle, pero no quiero que algo vuelva a afectarte.
El omega bajó el rostro, pensativo. Claro que había cosas que quería preguntarle.
¿Por qué? ¿Qué fue lo que él hizo para que Mikoto haya cambiado su trato con él? ¿Qué culpa tuvo Sasuke para pasar lo que pasó? ¿Por qué sintió tanto odio hacia su propia familia?
Tantas preguntas sin respuestas en su cabeza, porque por más que intentara justificar su accionar, nada llegaba a su cabeza que le indicara la verdadera razón de todo.
Se suponía que una madre amaba y protegía. Se suponía que una madre haría todo lo posible porque sus hijos no pasaran tristezas en su vida, aún cuando ello no fuera del todo posible.
—Supongo que tienes razón.—Respondió.
O quizás Itachi solo pensaba en lo que él haría al tener un hijo. Porque él amaba y protegía a Sasuke. Porque Itachi haría todo lo que estuviera a su alcance porque su hermano, su hijo, no pasara un solo momento de tristeza en su vida.
Elevó su mirada para enfocarla en el par de niños que previamente se encontraban jugando.
Sasuke contaba las pequeñas piedras de colores entre sus manos, mientras que Shisui lo aferraba a su cuerpo como si su vida dependiera de ello.
El ceño de Itachi se frunció antes de relajarse y sonreír, contrario a lo que ocurría con el duque.
—¿Le está impregnando su olor?—La molestia era notoria en la voz del alfa e Itachi solo negó, elevando su mano para acariciar la mejilla del mayor.
—En primer lugar, actúas como un padre celoso.—Rio el menor, ganándose un resoplido de parte del rubio.— En segundo lugar, creo que solo está intentando protegerle del frío. Sasuke está temblando.
Itachi se levantó, tomó la manta de piel que había quedado aun lado y caminó hacia la orilla, llamando a ambos pequeños para que se aproximen a él.
Claro que el infante tenía frío. El clima estaba agradable, pero no caluroso como para que estuvieran jugando en el pequeño lago detrás del castillo.
Sasuke temblaba. Su cuerpo se encontraba tenso por el temblequeo que agitaba sus extremidades en un intento de recuperar el calor. Sus dientes castañeaban y sus labios se encontraban azulados.
Por otro lado, Shisui permanecía tan relajado y sonriente como siempre. Como si el clima y el agua fría no hubieran entumecido sus extremidades.
Elevó la manta y tapó a ambos pequeños con ella. Acto seguido, acarició el cabello húmedo y ondulado del pequeño alfa antes de besar la cabeza de su propio hermano, girando apenas en su lugar para ver a su esposo recostado justo donde lo había dejado. No quería aceptar que Naruto había tenido razón, porque pudo oler con claridad como el aroma de su hermanito se mezclaba con el del alfa a su lado.
—Quédense en el sol hasta secarse.—Habló Itachi.— Si vuelven al lago, solo se enfermarán.
Ambos asintieron y se sentaron en la orilla, buscando con sus miradas más de las pequeñas y coloridas piedras que Sasuke tenía en sus manos.
Itachi volvió a su lugar, besando los labios de su marido. Una nueva faceta nunca antes presenciada por él, pudo encontrar ese día.
Si bien había hablado con Naruto respecto a Sasuke, era la primera vez que demostraba aquella faceta de padre celoso con su hermano menor.
Aún así, no podía evitar sentirse feliz en cierto modo. Porque Itachi casi había caído en la locura al no tener a su hermano, aquel a quien había visto como un hijo desde hace tiempo, cerca de él. Por otro lado, Naruto comenzaba a experimentar ese sentimiento que invadía a su esposo cada vez que veía al infante.
Claro está que eran sentimientos más intensos que los del omega, porque el duque solo podía apreciar a un pequeño que necesitaba de su protección en todo momento y al que haría lo que fuera por mantenerlo junto a su familia.
—Espero no tener que ejecutar a Shisui en un futuro.—Habló el mayor con seriedad.
Itachi golpeó uno de sus brazos a modo de reprimenda.
—Solo son niños.—Murmuró.— Y si en un futuro se aceptan, tú lo aceptarás también.
Y antes de que el mayor pudiera refutar, el omega besó los labios de su esposo para mantenerlo en silencio. Naruto ya no pensaba en nada más que no sean las manos de su marido jugueteando con su cabello.
Ansiaba poder hacer un momento familiar <3
¡MUCHAS GRACIAS POR LEER!