En las manos del Duque

Naruto (Anime & Manga) Fanfiction Nation (Podcast)
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En las manos del Duque
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Summary
A punto de cumplirse un año desde que la familia Uchiha llegó a su nuevo hogar, Itachi no lograba encajar entre todos aquellos habitantes. No lograba comunicarse con nadie al no saber su idioma y la insistencia de su madre por contraer matrimonio, lo hacían desesperar cada vez más.No tenía idea de quien era el segundo hombre que se había presentado a su hogar, pero por primera vez, intentó ser lo que su madre deseaba con tal de no arruinar aquella corta cita.*Si no es de tu agrado, por favor no leer.*No poner comentarios ofensivos.*Prohibida su copia.*La portada no es mía, solo la edité. Créditos a su respectivo autor.*Los personajes son creación de Masashi Kishimoto.*Historia 100% original.
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Chapter 28

Sus brazos se movían con delicadeza. Sus caderas sobresalían con el ritmo de la música, logrando que su cintura se marque aún más.
Se arrodilló sin dejar de mover sus caderas de manera circular mientras que la suave tela que llegaba justo a sus tobillos, se movía con delicadeza de un lado al otro.

El duque se recostó sobre su sillón, sintiendo las manos contrarias recorrer su torso, desde el cuello hasta su abdomen.

Naruto mordió su labio inferior, completamente concentrado en la belleza que danzaba frente a él en la privacidad de su habitación, mientras oía la música que los omegas que servían en su castillo, tocaban detrás de una larga cortina.

Itachi giró sobre su lugar y de pie, dobló su cuerpo hacia atrás con un delicado y elegante movimiento de hombros, hasta lograr tener al duque en su oscura mirada.
Se enderezó y una vez más volvió hacia su esposo, oyendo como la música iba parando poco a poco, hasta quedar de rodillas frente al rubio cuando el golpeteo del derbake se detuvo.

—Pueden irse.—Habló el duque. Su voz resonando sin fuerza en la amplia habitación.

Los omegas salieron del sitio con sus instrumentos en mano sin siquiera dirigirles una mirada a la pareja. Bien sabían que no debían hablar de absolutamente nada que tenga que ver con la privacidad de su monarca y su esposo.

—¿Te ha gustado?—Preguntó con una sonrisa.

Naruto llevó una de sus manos hacia el mentón del omega e inclinó su cuerpo hacia él.

—Oh, cariño, ni siquiera me creo merecedor de poder apreciar tu belleza.—Susurró con sus labios rozando la boca contraria.— Aún así, nuestras deidades me han beneficiado al ser un alfa con la suerte de poder hacerlo.

Itachi rio antes de que Naruto capturara sus labios en un beso hambriento.
Se inclinó un poco más y sujetó las piernas de su esposo para impulsarlo hacia arriba.

—Solo exageras.—Murmuró mientras se acomodaba mejor sobre las piernas de su alfa.

Naruto besó su cuello sin premura, olfateando el exquisito aroma de su marido mientras lo sentía estremecerse entre sus brazos.

—¿Eso crees?—Sus dientes mordieron con suavidad el lóbulo de la oreja del menor.— Eres hermoso, elegante, delicado.—Un nuevo beso fue depositado en su cuello.— Eres perfecto y eres completamente mío.

El duque se levantó con el omega en brazos. Podía sentir su cuerpo temblar ante su suave toque y los suspiros que llegaban a su oído, solo lo hacían excitarse aún más.

Aquel baile fue una verdadera sorpresa. ¿Quizás como una forma de desestresarse luego de toda la situación? ¿Quizás la emoción por volver a estar en su hogar?
Naruto no tenía idea, pero su esposo había ideado aquel maravilloso momento y lo había esperado en su habitación con los omegas preparados para comenzar con la hermosa melodía.

Ni siquiera había terminado su trabajo correctamente, pero no pensaba negarse a las peticiones de su marido. Mucho menos, cuando lo pedía en su cuarto.

Era la primera vez que lo veía vestido de esa manera e incluso, dudaba de haberle preguntado en algún momento si sabía bailar.
Aún así, su esposo lo maravilló con un hermoso atuendo casi traslúcido de tela fina y ligera, moviendo su cuerpo con gracia y elegancia.

Su cabello suelto danzaba en el aire cada vez que daba un giro y no se cree capaz de admitir lo mucho que le gustó el tenerlo de rodillas entre sus piernas.

—Podrías ser considerado un verdadero pecado ¿Sabías?—Naruto ayudó a su esposo a quitarse la parte superior de su atuendo antes de recostarlo en la cama.— Pero no me creo un santo, así que...

Itachi lo hizo girar hacia un lado y subió sobre él sosteniendo sus manos por encima de su cabeza.

—Bien, porque no lo soy tampoco.

Naruto jadeó cuando sintió la succión en su cuello. Su marido podía mostrarse tan amable y tierno como siempre, pero le encantaba poder experimentar aquellos momentos íntimos donde Itachi parecía ser consciente de lo feroz y ardiente que podía ser.

—¿No me dejarás tocar?—Preguntó el duque intentando soportar las ganas de lanzarlo al otro lado de la cama para poder hacer con él lo que quisiera.

—¿Te molesta si decido dominar al alfa?

Naruto negó al observar aquella sonrisa altanera. No podía pensar en algún tipo de escena donde pudiera continuar con la conversación sin tener la intención de poder hacer el amor con su esposo.
Necesitaba de él. Poder tenerlo debajo o encima suyo, eso poco le importaba mientras pudiera hundirse profundamente en su omega a la vez que sus manos pasean libremente por la suave piel desnuda del contrario.

—Solo te pido que seas rápido.—Soltó en un jadeo cuando el azabache se movió sobre su cadera.— Voy a pedirte que bailes para mi cada noche. Es más, supongo que...—Su voz se perdió por un momento al sentir una de las manos del omega meterse en sus pantalones.— Lo haré una ley ¿Te agrada la idea?—La madera de la puerta fue golpeada con algo de prisa interrumpiendo abruptamente el momento. Naruto liberó sus manos y sostuvo con firmeza las caderas de su marido— Si te detienes, arrancaré la cabeza del maldito con mis dientes.—Bufó.

Itachi palmeó su pecho antes de levantarse, dejando al alfa recostado con el ceño fruncido y su malhumor comenzando a aumentar poco a poco. Su omega no había tomado en serio la amenaza.

—Tenemos un problema.—La voz de Obito lo hizo volver a su realidad, notando que el azabache se encontraba de pie en la puerta cerrada, comunicándose con su guardia a través de ella.— La omega que trajo el conde Danzo ha vuelto.

Sus ojos negros se enfocaron en el duque. Su mirada pareció oscurecerse antes de aproximarse hasta su armario para buscar un kimono digno de una duquesa.

—¿Qué piensas hacer?—Preguntó con hostilidad.— Digamos que la razón de la interrupción fue ella ¿Le arrancarás la cabeza con tus dientes?

Naruto tragó pesado porque podía sentir la molestia en su tono de voz.
Ganas no le faltaban si con eso podía tener contento a su esposo, pero bien sabía que había cosas en las que era mejor que Itachi intervenga. Justo como ese momento.

—Te lo dejo a ti.—Dijo aproximándose al chico y atando correctamente la cinta de su atuendo.— Sé rápido, quiero hacerte el amor.

Uchiha golpeó su hombro con la mano abierta y lo hizo a un lado para caminar hacia la puerta.

A medida que bajaba las escaleras, el recuerdo de todo lo que había pasado con esa joven y el consejo se repetía en bucle en su cabeza.
El enojo se hacía cada vez mayor y a pesar de querer hacerlo, no podía culparla de nada. No si estaba bajo las órdenes de un ser tan repugnante como Danzo.

—¿Qué se le ofrece?

La chica se volteó con una sonrisa encantadora que se fue borrando poco a poco en cuanto lo vio posicionarse frente a ella.

—Lo siento, estoy buscando a Naruto.

El menor elevó una ceja.

—¿Naruto? ¿Desde cuándo tienes esa confianza con tu monarca?—Preguntó con burla.— Es duque Uzumaki para ti y todos los que no pertenecen a su familia.

Shion sonrió con verdadero esfuerzo. Su ojos lilas recorrieron el cuerpo del contrario y negó con desaprobación momentos después.

—Mira, no quiero ser irrespetuosa y tienes que saber que no te veo como a un rival.—Habló con suavidad.— Pero has dejado en claro que soy la persona ideal para poder cumplir con tus obligaciones y entre nosotros, te digo, no creo que seas la clase de omega que puede dirigir un ducado. Claro que esto lo comento por tus raíces.

Un suspiro escapó de los labios del azabache.
¿Qué no podía culparla? Una mierda. Esa muchachita no tenía porqué estar diciéndole esas estupideces y él no tenía porqué estarlas escuchando.

Sabía que debía darse su lugar y de acuerdo a Kakashi, lo que menos tenía que hacer era mostrarse como una persona mal educada. Sin embargo, tampoco se creía alguien comedido y no pensaba ser hipócrita con alguien que iba a decirle en la cara que quería tomar su puesto.
No después de que su alfa haya asegurado y demostrado lo mucho que lo amaba.

—Oh, recuerdo lo que dije, pero como verás me encuentro aquí y estoy casado con el duque. Eso significa, que soy la persona ideal para poder dirigir el ducado a su lado.—Una sonrisa arrogante apareció en su rostro.— En caso contrario tú estarías en mi lugar, pero... Como verás no es así.—Comentó mirando sus uñas con despreocupación.— Ahora dime ¿Te ha enviado el conde Danzo?

La rubia negó con su cabeza.

—No lo ha hecho, simplemente recordé que tampoco puedes darle un heredero al duque.

Itachi agitó sus manos restándole importancia al asunto.

—No te preocupes, eso lo resolveremos mi esposo y yo. Ni siquiera vives aquí como para querer considerar tu opinión y si eso es todo, puedes retirarte.—Habló con claridad.— Llegas aquí y te crees con el derecho a hablarme con confianza, a hablar de mi alfa como si fueran amigos de toda la vida.—Su voz se fue haciendo cada vez más amenazante y su aroma se liberó en una clara advertencia.— Lárgate ya, no quiero volver a verte ni que mi castillo huela a ti.

Shion apretó sus manos en un puño.
Bien le había dicho el conde que veía difícil el que ella pudiera ingresar al castillo con esa intención, pero estaba segura de que podría hacer cambiar de opinión al duque de Luxemburgo si se presentaba y hablaban en privado.

Sin embargo, no se esperó que el omega se presentara ante ella cuando había pedido exclusivamente ver al alfa.

—Quiero hablar con el duque.—Sentenció e Itachi no pudo evitar poner sus ojos en blanco con hartazgo.

El menor elevó una de sus manos confundiendo a la fémina y pocos segundos después, Naruto se presentó colocándose detrás de su marido. Había sentido su aroma lo suficientemente cerca como para saber que estaría allí escuchando la conversación.

—¿No he dicho que no quería que volvieras? Se lo dejé en claro al consejo.—Uchiha sonrió.

—Lo se, alteza, pero quería hablar con usted.—El azabache arrugó su nariz con asco al oír como su voz se había vuelto más dulce de lo normal.— Yo... He abandonado el palacio del conde y esperaba que me diera un lugar aquí.

Itachi no pudo evitar que su cuerpo se tensara. Sabía, o al menos esperaba, que su marido se negara. Sin embargo, no era un secreto la amabilidad que el duque tenía y no quería pensar en que pudiera aceptar una segunda oportunidad. Naruto no perdonaría algo como lo que sucedió.

La mano de su marido acarició con suavidad su cuello, justo por encima de la marca que le había hecho y que se encontraba perfectamente sana y bien cuidada.

—Es una lástima que haya abandonado aquel lugar.—Comentó el rubio acercando su rostro un poco más hacia el cuello del azabache en un intento porque el aroma de la omega se opacara por el de su marido.— Sin embargo y teniendo en cuenta lo ocurrido con el consejo, no tengo intenciones de darte un lugar para quedarte.—Shion abrió su boca dispuesta a rogar, aún así, se vio interrumpida por la mano en alto del monarca.— Te exijo que no te acerques a mi castillo y mucho menos a mi esposo. No te quiero ver rondando por los alrededores.—Dijo con firmeza.— Lárgate.

La mujer apretó sus manos en un fuerte puño y asintió antes para marcharse.

—La reverencia...—Itachi la detuvo al hablar.— Es una forma de demostrar respeto a su alteza y no lo has hecho.

Con el orgullo pisoteado, la omega se volteó a observarlos con molestia. Se podía notar a simple vista su mandíbula tensa y con lo que parecía ser un esfuerzo sobrehumano, se inclinó ante ambos antes de marcharse.

—Bien, una molestia menos.—Itachi jadeó con sorpresa cuando su marido lo alzó con facilidad.— Ahora continuemos en lo que estábamos.—Comentó el duque caminando hacia las escaleras.

Minato los observaba desde lejos mientras sentía las lamidas de Kurama en sus manos.
Una sonrisa iluminaba su rostro porque había estado esperando el momento en que ese tierno y tranquilo omega mostrara su personalidad fuerte.

Fue verdaderamente molesto verse interrumpido por Kakashi, quien le pidió amablemente que dejara que la pareja lo resolviera. Las ganas de sacar a la chica arrastrándola del cabello hasta la salida no le habían faltado, pero el hombre tenía razón, debía dejarle eso a la duquesa del castillo.
Después de todo, fue él quien la puso en su lugar.

—Aunque me hubiera gustado un golpe.—Susurró hacia el can mientras pellizcaba con suavidad sus mejillas colgantes.— Pero no me quejo porque estuvo buena esa humillación ¿Verdad que si, Kurama?—El animal ladró y continuó comiendo el alimento que el omega le daba de su mano.

 

¡MUCHAS GRACIAS POR LEER!

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