En las manos del Duque

Naruto (Anime & Manga) Fanfiction Nation (Podcast)
M/M
G
En las manos del Duque
author
Summary
A punto de cumplirse un año desde que la familia Uchiha llegó a su nuevo hogar, Itachi no lograba encajar entre todos aquellos habitantes. No lograba comunicarse con nadie al no saber su idioma y la insistencia de su madre por contraer matrimonio, lo hacían desesperar cada vez más.No tenía idea de quien era el segundo hombre que se había presentado a su hogar, pero por primera vez, intentó ser lo que su madre deseaba con tal de no arruinar aquella corta cita.*Si no es de tu agrado, por favor no leer.*No poner comentarios ofensivos.*Prohibida su copia.*La portada no es mía, solo la edité. Créditos a su respectivo autor.*Los personajes son creación de Masashi Kishimoto.*Historia 100% original.
All Chapters Forward

Chapter 12

Naruto llevó una de sus manos a su boca mientras mantenía su vista fija en las escaleras. A su lado, Minato observaba con aburrimiento los colores de las telas que habían escogido para la decoración de la boda.

No es que al omega no le emocionara que su hijo contrajera matrimonio, pero podía sentirse en el tenso ambiente que no era el momento y el hecho de encontrarse verificando los colores de las telas suaves y finas, no era su trabajo más importante. Se las habían entregado como si no fueran los mismos colores sosos y aburridos que estuvieron en su casamiento, o en el de sus padres e incluso, podía recordar que en el de sus abuelos también. Colores claros y reglamentarios para los duques.

—¿No crees que sería buena idea posponer la boda? —Preguntó el mayor, mirando con cautela a su hijo en cuanto puso sus ojos azules en su persona.

Naruto tensionó su mandíbula y se recostó contra el respaldo de su mullido sillón, restregando su rostro con sus manos como un gesto cansino.

No lo creo.—Respondió soltando un suspiro.— No quiero correr riesgo a que su madre lo aleje como si fuera un maldito objeto que puede entregar a cualquiera.—Minato lo miró por un instante y Naruto se obligó a sonreír en modo de disculpa ante su lenguaje.— Solo quiero asegurarme de que él permanecerá aquí y cuanto antes lo marque, mejor.

El omega retiró las telas con fastidio y acercó su sillón un poco más hacia el de su hijo. Naruto supo que estaba igual de preocupado que él. Podía leer el miedo en los ojos azules del mayor.

Me siento mal por no acompañarlo. No ha salido de su cuarto más que para tener sus clases con Kakashi, pero quiero darle tiempo.—Susurró su padre.— Solo no dejes que lo invada la tristeza, cariño.—Naruto asintió.

No quería que aquel chico caiga en la depresión a la que la mayoría de los omegas, si no es que todos, llegaban al verse obligados a alejarse de sus hijos.

Era la primera vez que podía presenciar un caso como el de su prometido, donde él se sentía un padre para su hermano.
No estaba seguro de que relación había tenido con su madre los últimos años, pero bien sabía que por la forma en la que lo trataba, no era nada buena.

¿Con Sasuke sería igual?

No iba a negar que aquella pregunta llegaba a aterrarlo. El pequeño tenía apenas siete años y no quería pensar en la vida de mierda que podría estar llevando.

Por otro lado, le entristecía la sola idea de pensar en que si Itachi se sentía como un padre para su hermanito, significaba que su madre no se encontraba haciendo un buen trabajo.
Demasiada responsabilidad recaía sobre los hombros de alguien que apenas comenzaba a ser un adulto o siquiera, se hacía idea de ello.

Minato se sobresaltó cuando su hijo se levantó de su asiento con brusquedad.

Iré a buscarlo ahora.—Dijo decidido.— Esa mujer no podrá negarse.

Alteza.—La sirvienta de cabellos rosados se presentó ante él con una reverencia.— El padre Yuto desea verlo para continuar con los preparativos de su unión.

La chica se vio obligada a esconder la sonrisa que quería asomar en sus labios cuando vio a padre e hijo girar sus ojos con hastío. Naruto era idéntico a Minato y ella no podía encontrar algo en el rostro del duque, que le indicara que rasgos había heredado de su madre más allá de su carácter.

Minato era un omega tranquilo y amable. Y a pesar de que su estatura era promedio a la de cualquier otro omega, se veía mucho más frágil y delicado. Quizás por su forma tan grácil de moverse dentro del castillo o los delicados gestos que hacía con sus manos e incluso, al momento de sostener las manos de su hijo, se podía notar la suavidad con las que las presionaba a menos que se encuentre emocionado. Iruka podía afirmar como había experimentado el fuerte dolor cuando Minato se había emocionado por lo ocurrido con su hijo e Itachi y de hecho, había imaginado su mano quebrada en distintos pedazos.

Kushina, su difunta esposa, era alta. Su carácter amable, pero algo temerario, hacía que hasta los guardias sintieran el deseo de ponerse a la defensiva por miedo a un inminente ataque. Era una alfa bastante impulsiva y gritona, demostrando siempre una efusividad que, se podría confirmar, era difícil de encontrar en el resto del ducado.

Naruto era como la combinación perfecta de ambos. Un alfa alto y musculoso, de cabello rubio al igual que su padre y sus mismos ojos azules.

Había demostrado siempre un carácter impulsivo y de pequeño, solía divertir a los sirvientes con los gritos emocionados durante sus juegos o contándoles historias cada vez que tenía un poco de tiempo libre. Se movía por todos lados como si fuera un pequeño cachorro que debía gastar energía para no romper todo a su paso de un solo mordisco.

Sin embargo, en cuanto tomó el ducado a la corta edad de dieciocho años, su carácter se vio obligado a mermar.
Un duque era serio cuando la situación lo requería y aunque no sea el caso, no podía continuar viviendo como si fuera un explorador, buscando cualquier cosa que le diera la excusa para salir del castillo sin ninguna tarea de por medio.

Naruto se había vuelto una persona seria, más temerario que su propia madre y más exigente con respecto a lo que quería en su ducado. Aún así, la amabilidad con la que ambos padres lo habían educado, aún permanecía arraigada a él sin la opción a desaparecer.

¿Puedes ir tú, padre? —Preguntó casi en un ruego.

Quería marcharse lo antes posible y ansiaba poder traer al chiquillo por el que su prometido tanto pedía.

—Lo siento, alteza, pero quiere hablar sobre los votos que dirá en el altar.—Habló la joven.

¿Votos? ¿Para qué? Apenas y conocía a Itachi lo suficiente. No es que no quería que fuera una ocasión especial para el omega. ¡Vamos! Solo se casarían una vez en la vida, pero no podía llegar al altar y decir "te amo" mientras lo sostenía de las manos.

¿Le gustaba? Por supuesto que si. Se sentía encantado por la belleza del joven azabache y hechizado por su manera de sentir. Sin embargo, no podía afirmar que se encontraba enamorado y es que, bien sabía, aquel sentimiento no llegaba de la noche a la mañana.

Se había ocupado junto a su padre de la mayoría de los preparativos, aún cuando a él no le correspondía. No quería molestar a Itachi con esas cosas cuando el chico no se encontraba en el mejor momento.

Aún así, intentaba que todo saliera lo mejor posible y que sea lo suficiente como para que al menos, Itachi y él quisieran contárselo a sus cachorros en algún punto de sus vidas.

No habrá votos.—Respondió, buscando la paciencia para no perder la compostura y lanzarse a correr por el castillo en busca de un caballo.

¡¿Cómo que no?!—Minato preguntó y por sus gestos, parecía igual de horrorizado que la joven frente a ellos.— No puedes no decir tus votos matrimoniales en tu boda.

¿Qué se supone que debo decir?—Se removió algo incómodo por la mirada incrédula de su padre.— No creo que haya un fuerte sentimiento entre nosotros por como ocurrió la situación y eso lo sabes bien, padre.

Un suspiro escapó de los labios de Minato a la vez que apretaba el puente de su nariz con dos dedos.

No es solo presentarte ante tu pareja y decirle tus sentimiento. Teniendo en cuenta que no se conocieron previamente, no puedes mentir frente a las deidades.—Minato sujetó uno de los brazos de su hijo y frotó su mano de arriba hacia abajo en muestra de apoyo.— Son promesas que realizarás tú para él.—Explicó.— Como prometer protegerlo o hacerlo feliz y esas cosas, pero debes estar seguro de hacerlo. El padre Yuto te ayudará con eso.

Naruto se contuvo de dar un fuerte pisotón al suelo como berrinche y sujetó la mano de su padre que rodeaba su brazo.

¿No puede ser en otra ocasión? —Preguntó con la esperanza de que Minato acceda.— Si voy primero a ver a Sasuke, podría ir con Itachi en busca del padre Yuto. ¿Qué te parece?

—Se supone que Itachi no puede saber tus votos antes de la boda, así que no.—Habló con firmeza.— Ve con el padre y soluciona esto. Cada vez falta menos para tu boda y luego no tendrás el tiempo necesario.—Palmeó con suavidad el hombro de su hijo cuando lo escuchó bufar con fastidio.— Cuando termines, puedes ir por el pequeño. Ahora, largo.

Naruto le dedicó una mirada molesta a su progenitor, quien miraba sus uñas ignorándolo, importándole poco el sentimiento negativo que desprendía hacia su persona.
Salió de la habitación murmurando sobre como era posible que un omega tan pequeño, pudiera mandarlo a hacer lo que le pedía con tanta facilidad.

Minato sonrió divertido escuchando como su unigénito seguía soltando un poco de veneno por verse obligado a cumplir con el padre que oficiaría la ceremonia.

Caminó hacia las escaleras y subió decidido con un destino en mente.

°

°

°

Los golpeteos en la gruesa madera sonaron lo suficientemente altos como para sacarlo de sus pensamientos.

Itachi se levantó de su cama y se acercó a la entrada, abriendo con tranquilidad hasta encontrarse con la figura de Minato que lo veía con una sonrisa de labios sellados.

Antes de que pudiera reverenciar, el rubio lo atrajo hacia él y envolvió sus brazos al rededor del cuerpo del contrario.

—Lamento no haber venido antes, pero creí que querrías estar solo.

Itachi giró su cabeza de un lado a otro, limpiando sus lágrimas sutilmente en el hombro del mayor.
Se alejó para permitirle el acceso y él se dirigió hacia el escritorio donde permanecía el jarrón con agua que le habían llevado las criadas.

—No he estado solo de todas formas.—Comentó sirviendo el líquido dentro de las copas.— Naruto ha estado acompañándome este tiempo y se lo agradezco.

Minato lo miró con pesar. No podría decir que comprendía lo que sentía, pues jamás había pasado por una situación similar.
Sin embargo, sabía lo que ellos sufrían al verse obligados a alejarse de un hijo. Aún cuando no lo sean realmente, bastaba con que el omega lo considerara como tal.

Podía verse la tristeza en aquellos profundos ojos negros y a pesar de que Itachi no había comentado nada al respecto, tenía conocimiento sobre el vacío en su pecho que crecía con cada minuto que pasaba sin el niño a su lado.

Tomó la copa que el menor le extendía antes de sentarse a su lado en el borde de la cama.

—Lamento haberme mantenido aquí. Prometo que tomaré mi responsabilidad.—Minato parpadeó confundido.— Se acerca la boda y ni siquiera estuve presente para ayudar en los preparativos.

Una suave caricia en su cabeza lo hizo voltear a ver al rubio.

—No tienes que preocuparte por eso, cariño.—Dijo con suavidad.— Todo será perfecto en ese momento. Solo quería acompañarte un momento, temo que la soledad comience a invadirte.

Itachi sonrió agradecido.

—En realidad, creo que he hecho una montaña de un grano de arena.—Habló queriendo restarle importancia a la situación.

En más de una ocasión, había atravesado por su mente la idea de que tan exagerado podría ser por lo que estaba pasando.
Aún así, a pesar de querer dejarlo atrás y convencerse de que podría buscar a su hermano en algún otro momento, la sensación de cumplir esa posibilidad, se hacía cada vez más lejana.

El dolor en su pecho aumentaba, como un vacío que lo envolvía por completo hasta llevarlo a la oscuridad en la que podría permanecer si le era posible.
Las ganas de llorar se apoderaban de él y solo quería permanecer debajo de aquellas mantas hasta que su prometido llegue para acompañarlo en su pesar.

—No creo que esa sea la situación.—Comentó Minato.— Tu hermano estará contigo pronto. Ni Naruto ni yo permitiremos que sea alejado de ti ¿Sí?

Itachi asintió con una temblorosa sonrisa antes de lanzarse a abrazar al rubio, quien acariciaba su espalda como un padre lo haría al momento de consolar a su hijo.

 

¡MUCHAS GRACIAS POR LEER!

Forward
Sign in to leave a review.