Prólogo
—¡Eres tan molesto!
Se escuchó el grito lleno de ira y frustración de un rubio platinado, un niño azabache se quedó congelado mientras temblaba lentamente.
—Till-.
—¡No! Cállate.
Till se aprieta el puente de la nariz con enfado mal contenido, el otro niño se quedó callado mientras bajaba la mirada al suelo
—por tu culpa perdí mi oportunidad ivan—el ácido en su voz no se disimulaba ni un poco, cosa que hizo encogerse en su sitio a ivan.
—till escucha-.
—No.
Ivan se estremece al escuchar la voz de alfa de till, tiembla a un más con la boca cerrada del miedo.
—no te atrevas a mostrar tu cara ante mi, Omega.
Decreto con su voz de mando sin notar el estado angustiado de Iván, sin más se da la vuelta y se va de ese lugar dejando al pequeño Omega tembloroso y sollozante atrás.
Ivan trata de limpiarse las lágrimas con desesperación pero no dejan de salir de sus ojitos hinchados
"Alfano quiere vernos..."
Su Omega interno llora desconsolado e Iván solo puede abrazarse a si mismo con fuerza, las palabras de su Alfa, no, de till resonaban en su cabeza una y otra vez torturandose.
Los temblores de su pequeño cuerpo no lo dejan en ningún momento y su aroma se volvía cada vez más amargo.
—till...
Ivan gimotea de tristeza al sentir aún el aroma agrio de till en el lugar, al sentir un ardor en sus manos las mira desorientado y con la vista borrosa por las lágrimas que no paran de salir.
El Omega empieza a recordar porque todo termino tan mal.
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Till se encontraba nervioso de darle su regalo que hizo con tanto afectó a mizi, otra alfa, sus mejillas se sonrojaron al imaginar varios escenarios de la reacción de la pelirosa.
A su lado se encontraba Iván, que se burlaba de las mejillas sonrojadas de till mientras hacía todo lo posible para ocultar la tristeza de sus facciones y olor.
—¿Porque tan nervioso t~i~l~l~?—susurra en su oreja roja cosa que hizo sobresaltar al alfa.
—¡Deja de hacer eso!—le grita con irritación.
Till sacude la cabeza, no dejara que Iván destruya su buen humor.
—oh vamos till~ déjame veeer—ivan trata de alcanzar el regalo de las manos de till.
—¡Alejate!.
Con eso empezó un forcejeo donde till Maldencia a todos los cielos lo fastidioso que es Iván mientras Iván se reía a carcajadas feliz de las reacciones de till.
En uno de esos forcejeos Iván cae de espalda llevándose a till con el al suelo, till le iba a reclamar hasta que noto que no tenía su regalo en sus manos.
Con pánico empezó a buscarlo pero no lo encontraba por ningún lado, ivan que se sobaba la cabeza por el golpe mira preocupado a till.
—¿till que pasa?—pregunta con suavidad al ver la ansiedad de till, till le lanza una mirada fría que lo hizo encogerse en su lugar.
—no lo encuentro...
Ivan lo mira confundido y antes de poder preguntar que no conseguía till se levanta abruptamente y mira a ivan con todo el odio del mundo.
—¡El regalo que le prepare a mizi se perdió por tu maldita culpa!.
Ivan abre con sorpresa los ojos y se siente horrible al ver todo el odio con el que till lo miraba, antes de poder disculparse till golpea un árbol cercano y se va furioso del lugar.
Ivan se quedó ahí, procesando lo que ocurrió y con desesperación empezó a buscar el regalo de till para mizi en todos los lugares cercanos, hasta cabo en la tierra magullandose las manos y raspandolas con piedras filosas.
Después de un tiempo pudo encontrar el regalo y lo limpio lo mejor que pudo aliviado, con determinación fue a buscar a mizi para entregarle el regalo.
Después iría a darle la noticia a till de que mizi recibió su regalo y pedirle disculpas por lo sucedido, no quería enojar de esa manera al alfa.
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Ivan aprieta sus adoloridas manos con fuerza y viendo que no podía calmarse empezó a levantarse del frio suelo aun temblando.
Al alejarse del lugar con lentitud miro una última vez con tristeza recordando las duras palabras de till, sonrió con amargura porque till uso su voz alfa, no podía negarse a la orden por más que quisiera, le daba tristeza que esa fuera la última vez que viera a till.
Con sus lágrimas aún corriendo por sus mejillas se alejo del lugar sin volver a mirar atrás, ya no podía cambiar nada.