![So Simp [Yandere! Uchiha Obito]](https://fanfictionbook.net/img/nofanfic.jpg)
xcviii. físico
Después de una ruidosa cena -en donde nuevamente intentaron decapitarlo y destrozarlo con palabras mordaces-, con el permiso de su querido suegro, pudo quedarse a pasar la noche a dormir.
Por supuesto, las quejas de cierto dúo de albinos no se hicieron esperar, pero ante las miradas que padre e hija les lanzaron, ambos simplemente bajaron la cabeza como cachorros regañados… y él pudo abrazar a Jin por detrás y sacarle infantilmente la lengua a padre e hijo, haciendo que esos dos casi empezaran a ladrar de rabia.
Obito se sonrojó ligeramente mientras miraba a Jin salir del baño con el cepillo de dientes aun en la boca, su preciosa novia estaba en unos cortos short de pijama rosados con fresas y un top rosita con fresas.
Y no llevaba brasier.
—Puedes entrar —habló Jin aun lavándose los dientes.
El Uchiha agachó la mirada sonrojado y tímidamente pasó a su lado, mirando las pantuflas de conejito que cubrían los lindos y delicados piececitos de su princesa -e intentando desesperadamente no ver sus bonitos pechos y el llamativo contorno de sus pequeños pezones presionando contra su camisa, después de todo, no quería ser tachado como pervertido por su novia-. Jin miró con un signo de interrogación a Obito, el cual estaba repentinamente tímido y parecía una colegiala enamorada incapaz de ver a su senpai.
Encogiéndose de hombros, Jin continuó lavándose los dientes mientras revisaba algunos sellos y ojeaba las páginas sueltas de sus ideas para próximos sellos. Cepillando sus dientes, Jin asintió de vez en cuando meditando la viabilidad de los posibles sellos a futuros y a veces negaba haciendo rápidos cálculos mentales.
Tenía tantos sellos que quería hacer, pero aparte de las ganas, necesitaría mucha experimentación y practica.
Mirando hacia el baño en donde estaba Obito, su mirada se volvió intensa.
Definitivamente quería la habilidad de teletransportarse, pero si pudiera hacer teletransportadores a gran escala, Konoha sería extremadamente famosa y… Jin, influenciada por las tendencias de adicto al dinero de su padre, podía oler el dinero en sus prepuestas -si Banri escuchara los pensamientos de su preciosa hijita, estaría tan orgulloso que lloraría lágrimas mientras intenta aprender sobre los sellos para ayudar a su preciosa hija a ganar dinero-.
Obito, que estaba meando, sintió un repentino escalofrío recorrer su espalda.
Ese dúo padre e hijo… ¿Realmente no estarían tratando de matarlo mientras mea, verdad? Negando con su cabeza, Obito sacudió un poco su polla y se secó antes de cerrar la tapa del inodoro y tirar de la cadena. Limpiándose las manos, Obito meditó si debería tener una ducha rápida o no.
Cerrando sus ojos pensativamente, Obito decidió que lo mejor sería bañarse rápidamente porque iba a dormir con su preciosa novia y no quería que ella se llevara una mala impresión de él, por lo que diez minutos después, Obito salió de la ducha con el pelo mojado y con una tolla rosa con corazones cubriendo sus caderas.
Mirándose frente al espejo, Obito se sintió un poco avergonzado.
No había pensado en esto…
—Obito-kun… escuché el sonido de la ducha —llamó Jin y Obito se sobresaltó ligeramente con las mejillas sonrojadas—. Te traje uno pijama de Kakashi, espero que no te moleste.
—U-uh… ¡Gracias! —Obito abrió ligeramente avergonzado la puerta, solo dejando a la vista su cabeza y recibió el pijama que Jin le entregó.
—De nada —Jin le sonrió y, antes de que Obito pudiera retraer su mano y esconderse de nuevo en el baño, Jin tomó su muñeca y besó sus labios antes de reír traviesamente y correr hacia la cama, haciendo que Obito se sonrojase ligeramente.
Su preciosa Jin era tan linda….
Bien, ¿Qué importa si es un pijama de Bakakashi? Es solo eso, ropa.
Secándose con la toalla rosa de corazones, Obito finalmente se puso los pantalones del pijama y finalmente la camisa. Un tic apareció en su ojo mientras miraba su ridícula apariencia frente al espejo, el pijama le quedaba algo ajustado en los pantalones, pero no era algo que incomodase mucho, por el contrario de la camisa, que realmente le quedaba ajustada y no podía abrocharse los botones del pecho.
Mirando como las costuras gemían en agonía, Obito negó con la cabeza y se sacó el pijama de Kakashi.
¿Estaba gordo o Kakashi era demasiado flaco?
Sus ojos se encontraron con el negro reflejado en el espejo y se escaneó de arriba hacia abajo. Claramente no estaba gordo, pero tenía bastante masa muscular, lo que le daba una apariencia mucho más robusta y fornida, sus músculos abdominales hinchados y sus pectorales abultados, Obito alzó sus brazos y ejerció ligeramente presión en sus bíceps, mirando como estos rápidamente se alzaban orgullosamente en una perfecta y redonda curva.
No estaba gordo… solo musculoso…
Una mirada de preocupación se posó en su rostro, ¿Qué tipo de cuerpo de gustaría a Jin? ¿Uno delgado y elegante con músculos más compactos como Kakashi o alguien como él, que era más grueso?
¿Qué pasa si Jin prefiere a los hombres más delgados?
Con una mirada de preocupación, Obito sale del baño sin camisa mientras camina hacia su preciosa mujercita, la cual estaba murmurando algo sobe sellos que Obito no está muy seguro de querer saber… ¿Qué pasa si de alguna manera ella abre un portal dimensional o alguna mierda extraña? Obito no quiere que más aliens vengan a la tierra, gracias, Kaguya fue suficiente.
—Oye Jin… —murmuró Obito y Jin continuó concentrándose en la viabilidad de sus sellos, mordiendo inconscientemente el cepillo dental -Jin tenía la mala costumbre de distraerse mientras se lavaba los dientes y terminaba mordiéndolos, por lo que tenía que cambiar habitualmente de cepillo dental-.
—¿Mmm? —preguntó Jin y, conociéndose, tenía dos vasos al lado suyo, uno con agua y el otro vacío.
Tomando un sorbo de agua sin despegar su mirada de los pergaminos, Jin tomó el vaso vacío y escupió la pasta dental, repitió el proceso una vez más y luego se limpió la boca con una toalla de mano que tenía por si acaso -muchas veces, en su torpeza, terminó derramando agua sobre sus pergaminos provocando que llore amargamente por todo el valioso material perdido-.
—¿Cómo te gustan los hombres? —preguntó Obito inclinándose detrás de Jin, la cual estaba sentada frente a su escritorio.
—Como Obito-kun —respondió Jin distraídamente mientras tachaba algunas palabras en español que Obito entendió vagamente como.
“Espacio” “Dimensión” “Mundo paralelo” y “Multiverso” o algo así.
—¿Y qué tipo de cuerpo prefieres? —preguntó Obito decidiendo no ver mucho de los sellos de Jin.
Prefiere vivir en la feliz ignorancia, gracias.
—Como Obito-kun —respondió Jin y anotó unas cosas más, sin darse cuenta de cómo Obito hizo un puchero.
Jin estaba bastante concentrada hasta que sintió unos fuertes y gruesos brazos rodear sus clavículas y costillas, atrapando sus senos entre el suave abrazo. Parpadeando ligeramente y sin poder seguir escribiendo, Jin miró los brazos desnudos de Obito y su cabeza lentamente empezó a ir a un ritmo de tortuga.
Espera, ¿No que el pijama que le entregó a Obito tenía mangas?
Su proceso de pensamiento yendo a la velocidad del pensamiento de un perezoso, Jin miró a la nada durante unos segundos antes de sentir el cálido aliento de Obito acariciar su oreja, haciéndola estremecerse ligeramente y voltear lenta y robóticamente hacia Obito con las mejillas sonrojadas y los dientes apretados.
Mirando el rostro guapo y preocupado de Obito, Jin sintió su rostro explotar en un sonrojo.
¿Por qué su Obito era tan guapo? Jin podría comérselo a besos y encerrarlo en su cama para que nadie más admirara su belleza.
—¿Y qué es un tipo de cuerpo como el mío, mm? —pregunto Obito y Jin fijó su mirada en sus labios, sintiendo que hacía calor mientras todo su cuerpo hormigueaba y se sentía nerviosa.
—¿C-cómo Obito-kun…? —tartamudeó débilmente Jin.
—¿Y cómo es mi cuerpo, mm? —preguntó Obito.
Honestamente, no sabía si su dulce Jin solo estaba intentando aplacar sus inseguridades o solo diciendo lo que él, como su novio, querría escuchar, así que solo para estar más seguro, presionó un poco más a su linda novia, la cual estaba temblando como un flan de fresa, con lo rojo que estaba su rostro.
—O-Obito-kun e-es… —Jin tragó en seco mirando con ojos grandes el torso desnudo de Obito y sintió todo su cuerpo desfallecer, ¿Así es como moriría ahora? Jin siente como su corazón quiere salir de su pecho.
—¿Soy…? —preguntó Obito insistentemente y Jin casi se desmaya, parecía una débil hoja apunto de desmoronarse y convertirse en polvo.
—E-es… —los ojos de Jin se volvieron espirales y hasta un chihuahua envidiaría profundamente los temblores de Jin.
Jin explotó en un sonrojo mientras su cerebro se derretía y se le escurría por la oreja, el humo salía de su cabeza mientras parecía como si toda señal de inteligencia en su cuerpo se hubiera sobrecalentado y derretido en un charco de Jin.
Obito suspiró ligeramente sintiendo sus inseguridades corroerlo… por supuesto que Jin no podría responder a sus preguntas, ¿Qué parte de él podría ser atractiva? Su rostro estaba completamente arruinado e incluso sin sus cicatrices, seguía teniendo un rostro demasiado común y estándar como para que alguien tan hermosa como Jin le prestase atención…
Y su cuerpo… Obito siente como una nube de negatividad lo invade, ¿Qué parte de él es siquiera atractivo? A la mayoría de las mujeres no les parece atractivo un físico muy cargado como el de él, por no decir que prácticamente es mitad vegetal mitad humano, si es que las células de Hashirama se pueden considerar vegetal o algo…
—Olvídalo… —Obito dejó escapar un pesado suspiro y Jin, siendo tan sensible a su Obito como lo era, rápidamente entendió que era uno de los bajones emocionales de Obito y ella la había cagado.
Mirando la espalda de su precioso e inseguro novio, Jin se armó de valor -y de fuerza, porque sus piernas le temblaban tanto que casi le era imposible dar un paso sin caer y desfallecer de la vergüenza- y abrazó a Obito por la espalda, apoyando su rostro en los omóplatos del Uchiha y presionando suavemente su cuerpo contra el del hombre, dejando que sus suaves senos se aplastaran un poco contra la espalda media del Uchiha y sus manos rodearan su torso desnudo.
—E-el cuerpo de Obito-kun e-es… es m-muy… —Jin tartamudea avergonzada y temblorosa, casi mortificada por lo que iba a decir—. El cuerpo de Obito-kun es… muy sexy… O-Obito-kun es t-tan grueso y grande… t-todo de O-Obito-kun es t-tan grande en comparación conmigo…
Jin siente sus piernas temblar débilmente, por lo que abraza más fuerte a Obito y su rostro arde de vergüenza.
—O-Obito-kun me puede cubrir fácilmente con su cuerpo… e-él tiene unos brazos t-tan fuertes y gruesos… llenos de músculos suaves y firmes… s-sus manos son grandes, c-cálidas y grandes, ocultan mis manos fácilmente y-y… —Jin siente que su mundo da vueltas.
¿Le dice o no como le encanta que sus grandes manos puedan sostener firmemente sus senos?
—Y-y me sostienen tan bien… —Jin decide ser más vaga—. O-Obito-kun también t-tiene pectorales t-tan suaves y cómodos… y-y su abdomen es f-firme y marcado y duro y… —Jin: ¿Dónde está el taxi para que las almas viajen a otro mundo? ¿Cómo? ¿Tengo que ir a pie? Para eso me quedo en este—. Y su espalda es t-tan ancha… y-y firme… tan musculosa… O-Obito-kun tiene una c-cintura estrecha y p-piernas largas y…
Jin ya no puede seguir, si lo hace, oficialmente morirá de vergüenza.
—¿E-es suficiente…? —preguntó apenada y avergonzada Jin.
Obito estaba rojo, a Jin… ¿Le gusta su…diferencia de tamaños tanto?
Nerviosamente, Obito se da la vuelta y Jin no levanta la mirada mientras tiembla como una pequeña Hoja indefensa.
Jin entonces se dio cuenta de que solo estaba hablando de su cuerpo físico, pero su rostro también es importante.
—Y… y tu rostro es tan guapo, tan afilado, lleno de líneas duras y… toscas… tu mirada es t-tan intensa y tus bellos ojos… tus gruesas cejas… tus labios f-finos y un p-poco duros… se sienten realmente bien contra mi piel suave… y… y tu bello rostro lleno de cicatrices e-es tan sexy y… y dominante… t-tienes una mirada q-que…
—Está bien, eso es suficiente —murmuró Obito con las mejillas sonrojadas y sostuvo firmemente a Jin contra su pecho, ella rápidamente oculto su rostro en sus pectorales mientras abrazaba débilmente su cintura.
Jin, como forma de castigo por avergonzarla de tal manera, rodeó sus brazos alrededor de Obito y se puso de puntillas mientras ocultaba su rostro en el hueco del cuello del Uchiha, haciendo que el hombre se tensara ligeramente, pero entendiera rápidamente lo que quería Jin y, con una sonrisa suave, Obito tomó sus suaves muslos y la cargó fácilmente entre sus brazos.
Jin rodeó firmemente las caderas de Obito con sus piernas en un agarre de hierro, el Uchiha intentó levantarla un poco, para que rodeara su cintura en vez de sus caderas, pero Jin se negó y Obito, torpe y nerviosamente llegó hasta la cama e intentó apartar a Jin de él, pero ella no se despegó.
Sentándose en el borde de la cama, Obito esperó pacientemente a que ella se despegara de él, pero al parecer esperó mucho, porque Jin simplemente parecía demasiado cómoda sentada en su regazo, rodeando con sus esbeltas piernas sus caderas y aferrándose a su pecho mientras lo abrazaba fuertemente como si soltarlo provocaría la extinción global.
Suspirando ligeramente Obito nuevamente se levantó y agarró firmemente a Jin contra él mientras intentaba abrir las colchas de la cama, pero se le dificultó al sostenerla de los mulos, por lo que agarró su trasero firmemente, presionándola más contra sus caderas y finalmente soltó uno de sus brazos para abrir las colchas y taparlos a ambos.
—¿No me vas a soltar? —preguntó Obito mirando a Jin con suavidad, la cual seguía pegada a él.
—Mm-mm… —Jin negó con su cabeza, acomodándose en el regazo de su novio.
—Mmm… —Obito acarició el cabello de Jin suavemente—. Pero si me acuesto, aplastaré tus bonitas piernas, ¿Por qué no las sueltas de mis caderas, mm?
Jin apretó más sus piernas contra sus caderas, provocando un suave gemido en Obito.
—No te quitaré de encima, puedes seguir encima de mí todo lo que quieras, ¿Pero no sería más cómodo para ti acostarte? —Obito sostuvo las caderas de Jin firmemente y ella meditó ligeramente, antes de separar sus piernas, dejando que Obito se acostase.
Cuando Jin estuvo cómodamente acostada encima de él, Obito suavemente la cubrió con las frazadas y le dio un dulce beso en la frente.
—Dulces sueños, mi precioso ángel —murmuró Obito abrazándola y cerrando sus ojos.