So Simp [Yandere! Uchiha Obito]

Naruto (Anime & Manga)
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So Simp [Yandere! Uchiha Obito]
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Summary
[Serie So or Mine]Obito, víctima de sus errores y pesadillas, termina retrocediendo en el tiempo debido a que fue presa de un destino que nunca fue suyo en primer lugar.El sabio de Seis caminos sabe que sus hijos torcieron el mundo y lo destruyeron por culpa de sus acciones, decide que es hora de que las víctimas reciban su justa compensación.Jin reencarna en el mundo de Naruto, como Simp dedicada del trágico Obito y su horrible destino de mierda, Jin decididamente decide que va a seducir a Obito a como de lugar, ¡A la mierda Rin! ella será el crush de Obito.Porque en su mente, Jin sabe que Rin es una persona muy amable y no le debía nada Obito por su afecto incondicional, pero igual siente que Rin fue un poco mierdas al ignorar arbitrariamente a Obito y dejarlo de lado ante la primera oportunidad en pos de Kakashi, que ni siquiera le dirigía la mirada.
Note
ACLARACIONESHace años que no me veo Naruto, pueden haber incongruencias y meteré algunos headcanons a mi gustoPuede que no te guste mi contenido, así que, si no quieres leer mi historia, está bien, pero no critiques mi trabajo porque no es de tu gusto Esta historia contiene:ObsesiónDependencia emocionalMuerte de personajesViolencia canónica del universo de narutoAmenazasNormalización de comportamientos no saludablesMachismo y MisoginiaEtc.
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xcv. ratones

La primera vez que vieron a Jin, sintieron miedo.

Ya tenían bastante en su saco al correr de un lado a otro para asegurar su supervivencia, buscar entre la basura y desperdicios para tener algo con lo que llenar sus estómagos vacíos y estar alerta para cuidarse de depredadores gigantes, los cuales eran pequeñas cosas sádicas que jugarían con su comida, dándole falsas esperanzas de escapar, solo para empezar a comerlos lenta y despiadadamente, parte por parte, miembro por miembro, hasta que finalmente darles una muerte miserable.

Ellos eran simples ratones, no eran cosas elegantes y fuertes como los halcones capaces de surcar los cielos, flexibles como las serpientes que morderían con veneno, fuertes como las ranas que te convertirían en piedra o tan capaces como la gran babosa capaz de sanar cualquier herida. Los ratones, siempre han sido -y que siempre creyeron- que la única razón de sus miserables existencias, era ser devorados por los depredadores y servir como fuente de energía para las invocaciones.

Nunca habían tenido un invocador antes -incluso si vivían con el resto de invocaciones-, ni siquiera sabían que eran animales de invocación antes de que esa mujer estableciera, de alguna manera, un pacto de invocación con ellos. Humildes y pequeños, siempre creyeron que no eran dignos de ser considerados como una invocación en primer lugar.

Bajo chakra, baja esperanza de vida… lo único bueno que tenían ellos eran su pequeño tamaño, su velocidad y su impresionante capacidad para reproducirse en un corto periodo de tiempo con grandes camadas para asegurar la supervivencia de su especie.

Considerados como plagas por los humanos, su única razón de existir era estar en lo bajo de la cadena alimenticia esperando ser devorados.

Al principio, temerosos, cautelosos al ser conscientes de su lugar y posición en el mundo, ellos creían que ella los iba a comer o los iba a matar, después de todo, era un depredador capaz de someter a otros depredadores, un superdepredador que sería capaz de enviar animales a la extinción por su miedo, rabia, diversión o codicia.

Contrario a sus expectativas, ella utilizó el chakra de alguna forma rara -que luego conocerían como ninjutsu de sellado o ninjutsu de sellado de barreras- para establecer un área segura en la cual ellos, no fueran cazados y comidos como las meras presas que eran.

Entonces ella intentó ganarse su lado bueno, realmente hizo muchas cosas para intentar seducirlos con promesas y comida, pero ellos no entendían realmente su lenguaje, pero sabían que un depredador gigante siempre sería un depredador, por lo que ellos siempre fueron demasiado desconfiados para creerle, demasiado traumatizados con el estilo de vida en el cual nunca estarían seguros si podrían vivir, aunque sea un segundo más.

Jin estuvo durante semanas intentando llevarse bien con ellos para que bajasen la guardia con ella, no solo les mostró amabilidad y paciencia casi infinitas, sino que ella también les regaló comida -¡Y milagrosamente no estaba envenenada ni caducada! ¡Y sabía cómo si lo hubiera preparado un dios! ¡Nunca habían probado algo tan bueno!-, mejoró sus nidos, creo estructuras para que pudieran tener, según ella, “sus propias casas”, creó un pequeño lago -a sus estándares, porque para el de ellos, eso era casi un mar-, hizo ríos para que bebieran agua limpia y fresca, adornó el lugar con diversas plantas y flores, ¡También hizo crecer, de alguna manera, un árbol!

-Más tarde sabrían que Jin solo utilizó la misma técnica de la palma mística, pero para emplearla de una manera diferente. En vez de apurar a las células a crecer y morir para regenerar la parte dañada, ella aceleró el proceso de crecimiento del árbol directamente sin que llegase a morir-.

Los primeros en acercase fueron los niños, ingenuos, ajenos a todo el horror que han vivido por generaciones, ignorantes al dolor que sus padres han soportado para sobrevivir, corrieron con sus pequeñas figuras hacia la enorme mujer y empezaron a rodearla y escalarla. Ellos estaban alarmados, llenos de pánicos por sus hijos, pero si eran idiotas que no sabía cómo sobrevivir, entonces simplemente los dejarían morir.

No existía moral ni honor cuando se trataba de la supervivencia -tampoco es como si entendieran o se rigieran por estos conceptos humanos-, ellos podrían tener más hijos en el futuro.

La supervivencia del más apto, del más fuerte, del más astuto.

Pero para su completa sorpresa, la chica humana en vez de aplastarlos mientras chilla fuertemente de desagrado -porque los humanos suelen tenerle tanto asco a su especie, ¿Por qué eran tan diferentes a los gatos o los perros? También eran peludos, también tenían cola y corrían a cuatro patas, ¿Entonces porque eran significado de asco y repugnancia mientras los felinos y canes eran símbolo de adoración?-, se rio mientras miraba las diminutas figuras de sus hijos y jugaba con ellos.

Aun no bajaron la guardia con ella -demasiadas malas experiencias. Si un depredador es bueno contigo, es porque quiere comerte lentamente entre terrible agonía o que eres su comida de emergencia-, pero al paso de las semanas, ella logró lentamente ir bajando sus barreras y, sin la presión constante de tener que buscar comida o refugio seguro, pudieron relajarse un poco y concentrarse en otras cosas.

Jin empezó a enseñarle a los pequeños como leer y escribir, de alguna manera, esa mujer humana pudo discernir entre sus chillidos y lenguaje corporal para comprender aproximadamente lo que estaban diciendo.

Ella les enseñó lentamente a todos, tuvo paciencia y recompensó a quienes entendían, por lo que rápidamente todos los pequeños se volvieron aplicados a estudiar lo que la mujer les decía hasta que finalmente dijeron su primera palabra. Ellos juran que esa mujer humana era muy rara, ella casi se puso a llorar de la emoción y sostuvo en lo alto al pequeño que habló, solo para darle una bolsa de semillas -¡Era enorme! ¡Era una casa de semillas! ¡Incluso los hijos de sus hijos podrían comer con tanta comida! Por supuesto, eso los hizo empezar a salivar-.

Con el incentivo adecuado, Jin logró en poco más de dos años que ellos aprendieran, lo que según ella denominó como “español”, el japonés les costó más porque era muchísimo más difícil de escribir y leer correctamente, ¡Incluso algunas palabras sonaban y se escribían iguales, pero sus significados eran completamente distintos!

Pero no importó mucho, porque la mujer humana, Habibi Jin, les hizo la vida muchísimo más fácil. Ya no tenían que temer a las nevadas, ni a que se los fueran a comer, la falta de comida del invierno o tener que huir constantemente por sus vidas.

Al ver su corta esperanza de vida, Jin parecía decepcionada y apenada por este hecho, pero ellos no encontraban nada de malo en ello, de hecho ¡12 o 18 meses de vida era demasiado largo para ellos! Pero ella los veía como lamentables, e incluso, de alguna manera extraña, Jin logró extender su vida de los 12 a 18 meses de vida natural correspondientes a cuatro años y medio.

Y cuando creyeron que iban a volver a ser intimidados por esas crueles serpientes, Jin invocó a un extraño hombre muy similar a las serpientes -¡Y ellos temían! ¿Acaso Jin los estaba traicionando? ¿Los estaba engordando para ser comida de esas viles serpientes?-, solo para que el hombre hablara, muy molestamente -Jin, molestamente interrumpió uno de sus experimentos y Orochimaru estaba muy, muy cabreado-, con algunas serpientes.

Entonces, esa mujer habló con el hombre serpiente y este se encogió de hombros -todo con tal de irse y continuar su experimento-.

Fue entonces, cuando la barrera hizo algo mágico, si tenían intenciones hostiles hacia ellos, cualquiera que estuviera en su área segura, sería expulsado el instante y, si era demasiado tercos en intentar cazar específicamente a estos ratones, serían descuartizados al instante por la barrera.

Por supuesto, esto solo era dentro de la zona segura, si ellos salieran de esta zona, no serían más que una gran y abundante comida con patas.

Jin se hizo cargo de casi todo por ellos, pero no los hizo inútiles como para que no pudieran valerse por sí mismos, sino que al contrario, ella los hizo más fuertes e independientes que nunca, poniendo sellos de gravedad por dos dentro de su espacio seguro, también les diseñó un método de entrenamiento físico para desarrollar su rapidez y flexibilidad, les dijo como ser más sigilosos, como confundirse entre sus enemigos y les enseñó como utilizar chakra.

Y desde ahí, todo fue cuesta arriba.

Esa mujer humana les enseñó el lenguaje de los dioses, algo que podía alterar las propias reglas del mundo y desafiar la existencia misma; Fuinjutsu.

Desinteresadamente, Jin les enseñó todos los Jutsus que sabía, los dejó escritos con anotaciones y cosas para guiarlos y que aprendieran a utilizarlos, ellos no eran muy buenos en esas cosas -los Jutsus eran tan difíciles-, pero el Fuinjutsu fue otra cosa. Acompañados con su nuevo físico más fuerte, pudieron agarrar pinceles y tintas, hacer sus propias creaciones y, aunque explotaron más de una vez -ese ángel de cabello azul los curó con sus manos mágicas y les consoló contando cada vez que explotaba ella misma-, ellos aprendieron lo básico del sellado.

Y ella no se detuvo al enseñarles solo lo básico, sino que también empezó a enseñarle las cosas más complejas y avanzadas, lo cual les extrañó, porque según lo que habían observado los ratones de la humanidad, es que todos eran muy recelosos y desconfiados con entregar su conocimiento a otros, incluso de su misma especie, en especial aquello que puede cambiar mareas a su favor.

Pero Jin fue desinteresada, demasiado bondadosa y amable, dando todo de sí misma en educarlos, enseñarles y mejorarlos hasta el punto en que sus antiguos estilos de vida habían cambiado a uno que nunca podrían reconocer -y ahora incluso podían burlarse de esas tontas serpientes tendiéndoles trampas y haciéndole bromas a otras invocaciones-.

Ellos estaban agradecidos, cuando nadie les había mostrado una pisca de simpatía o cuidado, ella vertió generosamente esfuerzos, dedicación, compasión, cariño y conocimiento sin límites para que ellos progresaran y se elevaran de la nada al cielo.

Ahora ellos ya no eran las presas indefensas que solo podían correr, no, ahora ellos podrían jugar con sus depredadores si es que estos se ponían muy pesados -había que admitirlo, había algo divertido en burlarse de tu oponente-.

Jin también les enseñó cosas sobre el honor, la moral y muchas cosas que los humanos se autoimponen para limitarse en su agresividad y maldad.

Ellos no lo entendían, pero aceptaron las enseñanzas de todas formas y las adoptaron como suyas.

Todos estaban muy agradecidos con Jin.

—¿Jin-sama realmente hizo todo eso? —preguntó una pequeña mirándolo con gran admiración.

—Si, con sus Jutsus construyó todas nuestras casas y con su gran control del agua, creó los ríos que vemos por toda nuestra tierra santa —habló suavemente el ratón mayor.

—¡No puede ser! ¡Los Jutsus no pueden ser tan mágicos! —negó otro niño incrédulo.

—Eso es porque no la has visto ir a sus misiones —intervino Yuto mientras iba hacia donde su padre, el cual estaba hablando sobre las hazañas de Jin-sama hacia su especie.

—¡Ciertamente estos ninjas son aterradores! Pero Jin-sama es mucho mejor y capaz que ellos, sigo sin entender porque se pone tantos sellos limitadores, ¡Es ilógico! —exclamó Ren dejándose caer sobre el cojín que estaban utilizando para que los niños estuvieran cómodos mientras escuchan las historias de los ancianos.

—Es porque Jin-sama es demasiado amable con esos humanos, a ella realmente le gustan mucho —habló Kurobu mientras hacía sellos tranquilamente a un lado.

—Veo que han regresado de la misión sagrada de Jin-sama —habla alegre el viejo ratón mirando a su hijo, el cual le sonrió tímidamente mientras se rascaba la nuca.

—Sí, esta vez no fue muy difícil, al menos no explotamos nada ni tuvimos que ocultar el chakra del Bijuu que Nohara-sama —habló Yuta mientras agarraba una uva y se la empezaba a comer—. Jin-sama nos regaló unos cuantos mochis por ayudarle, ¡Fueron preparados especialmente por ella!

—¡Oh! ¡Nuestra diosa nos ha dado comida sagrada…! —exclamó el viejo ratón conmovido y al borde de las lágrimas.

Estaba tan orgulloso de su hijo, ser elegido para acompañar a Jin a sus peligrosas misiones shinobi es todo un honor y que ella les confiese su espalda era algo por lo que estar agradecidos, que Jin les diese una recompensa tan buena significaba que hicieron un gran trabajo esta vez.

—¡Rápido, rápido, llama a todos los niños! Haz que prueben la comida santa de nuestra Diosa —habló el viejo ratón a uno de los ratones más jóvenes que los acompañaba, un adolescente que no era muy bueno con los sellos, pero era bastante rápido.

—¡Si, jefe! —asintió el ratón y corrió rápidamente como si fuese uno con el viento a pesar de que hace unas semanas, para fortalecer a los de su especie, aumentaron la gravedad en tierra santa tres veces.

—Padre, ya sabes que a Jin-sama no le gusta que la llamen diosa —habló avergonzado Yuto, Jin les había terminado gastando bromas cuando la llamaban diosa, fue horrible intentar quitarse toda la pintura naranja neón de su pelaje.

—¡Niño tonto! Nuestra diosa es demasiado humilde y amable, pero eso no significa que debamos ser negligentes en nuestro respeto y dedicación hacia ella, ¡En los tiempos de mis padres…! —Yuta suspiró resinado cuando empezó a recibir un gran sermón de parte de su padre nuevamente.

Sus amigos se rieron de su desgracia y sacaron los diminutos pergaminos y de ellos salieron mochis gigantes, haciendo que la baba escapara de las bocas de todos los pequeños ratones y sus ojos brillaran al sentir el suave y delicioso olor endulzado del mochi con crema y frambuesa de relleno.

—Io… no puedo creer que Jin-sama realmente esté saliendo con ese perdedor —habló Ren suspirando y Kurobu detuvo sus pinceladas—, ¿Qué ve en él? Ciertamente hay personas mucho más guapas a su alrededor, bueno, según los estándares de belleza humanos, sin duda ese hombre tiene la puntación más baja, sino negativa.

Hum… ciertamente es confuso —Kurobu ladeó su cabeza y dejó el pincel de lado—. Jin-sama tiene tantos pretendientes, ¿Por qué favorece al más desdichado?

—Chicos, no deberían de cuestionar las elecciones de Jin-sama… —habló suave e impotentemente Yuta.

Se había comido unos cuarenta minutos de regaño y seguiría siendo regañado, si no fuese porque otro concejal le pidió consejos a su padre sobre la estatua que iban a hacer de Jin-sama y los nuevos ventanales que harían.

—Pero, ¿No te da curiosidad Yuta? Ese Uchihwa es el más feo y no hay algo en los que sea igual o superior a Jin-sama. Su rostro no es lo que los humanos consideran atractivo, incluso antes de que tuviera esas cicatrices, sería un humano muy común y ni siquiera la darías una segunda mirada. En lo único en que es superior, sería en la altura, pero Hatake Kakashi-sama tiene la misma altura y es mucho más atractivo. No tiene la misma cantidad de recursos que Jin-sama, de hecho, ¿No sería mucho más pobre que ella? Y el prestigio por ser una de los mejores ninjas de Konohagakure en Fuinjutsu, sino la mejor, es mucho más superior que venir de un clan de ojos rojos, que se rumorea que está maldito, ¿Verdad?

—Aunque odie admitir estar de acuerdo con este idiota… —Kurobu ladeó su cabeza apuntando a Ren—. Tengo que admitir que Uchiwa-san es muy inferior a todos los demás pretendientes de Jin-sama, ya sea Shiranui-sama, Shizune-sama, Nohara-sama, Kakashi-sama, Ebisu-sama, Anko-sama y los demás. Ese Uchiwa no es ni guapo ni tiene habilidades lo suficientemente impresionantes, ¿Verdad? Incluso si alaban sus ojos rojos, todo su clan tiene ojos rojos y si es el estilo madera del primer Hokage, ¿No hay otro hombre que domina el Mokuton? Como era… ¿Yamao? ¿Yamata? ¿Yamada?

—… —Yuta miera complicado a sus amigos, entonces una ancianita se les acerca y los mira suavemente.

—No pude evitar escuchar vuestra conversación —habló Harumi, la ancianita que se acercó a su grupo.

Harumi había vivido muchos años, mucho más de lo que debería ser posible, ella estuvo cuando su raza solo podía vivir 12 meses y ahora ella ya estaba casi en los 5 años, había experimentado su precaria supervivencia y también había perdido a innumerables de sus hijos en las fauces de los depredadores. Ella observó desde su lamentable situación antes de conocer a Jin-sama, hasta como su raza se elevó desde los subsuelos del infierno hasta donde estaban ahora.

—No quiero sonar entrometida, pero supongo que están hablando del hombre humano con cicatrices en su cara, cabello negro y ojos negros, ¿Verdad? —Ren y Kurobu asintieron—. Jin-sama puede incluso sellar a la peor de las bestias con sus sellos, eso todos lo saben, ¿Verdad?

—¡Por supuesto, anciana! ¡Algún día tendré esa habilidad también! —alardeó con confianza Ren.

—Bueno, yo he estado desde la época en donde nuestra pequeña raza no era más que un puñado, donde sobrevivíamos a duras penas y ni siquiera teníamos el concepto de estar tristes por los nuestros o las pérdidas de nuestros cercanos —Harumi miró a los jóvenes los cuales claramente se estaban preparando para un largo discurso tedioso sobre las épocas pasadas, pero ella no quería aburrirlos con viejos cuentos—. Es por eso que conozco mejor que nadie lo peligroso que son los depredadores y sé cuándo identificarlos, incluso con mis años de experiencia y los años de tranquilidad, mis instintos saben cuándo se acerca el peligro.

—Bueno, ¿Y eso qué tiene que ver con ese hombre? —preguntó impaciente Ren.

—Lo que quiero decir… —Harumi ni se molestó en la actitud de Ren, en su época, los más precipitados solían ser los primeros en morir—. Es que ese hombre es una bestia, una de las peores —Harumi miró el suelo ligeramente borroso, su vista deteriorándose por la edad—. Tiene un espeso olor a sangre más que cualquier otro ser que haya visto, escuchado u olido antes en todos mis años de vida. Lo más probable es que Jin-sama, en su inmensa amabilidad y compasión, esté controlando a esa bestia para que otros no salgan heridos.

—¿Peligroso? ¿Ese hombre? —preguntó incrédulo Ren.

—… —Kurobu frunció el ceño y empezó a meditar las palabras de esta anciana.

—¿Está segura de que está en lo correcto, señora Harumi? —preguntó Yuto inseguro, no encontraba a Óbito una amenaza en absoluto.

—Mmm… “Mientras más amor sienta un Uchiwa, peor será su odio” —tarareó Kurobu—. Eso es lo que escuché de Orochimaru-sama cuando él y Jin-sama estaban hablando sobre cierta investigación…

—¿Uchiwa? —Harumi frunció el ceño ligeramente—. Oh, Uchiha, ya veo, ya veo. Los hombres de ojos rojos que han tenido mayoritariamente de invocaciones a depredadores especialmente peligrosos… si eso es así, quizás ese hombre realmente sea peligroso, deberían de vigilarlo atentamente.

—Yo… haremos lo posible —habló Yuta sin comprometerse y observó a Harumi marcharse.

Mientras tanto, Jin estaba en una cita con Obito, ambos sentados en el cine mirando una película de acción mientras Obito rodeaba los hombros de Jin con sus brazos, acercándola a él a la vez que Jin apoyaba su cabeza en su pecho mirando la pantalla.

Ambos compartían las palomitas y bebidas mientras miraban la película, sus manos rozando de vez en cuando, lo que provocaría miradas entre ambos a la vez que surge un sonrojo en sus mejillas y sueltan risitas como si fueran niños traviesos haciendo algo malo -eran asquerosamente dulces, cualquiera que los mirara sentiría como se les pudren los dientes-

Obito aprovechó una escena no muy emocionante de la película para observar fijamente a su querida mujer, sus ojos brillaron de rojo mientras gravaba la expresión de Jin en su mente. Su mano bajó de los hombros de Jin hacia su cintura mientras ella seguía pegada con la película

Tan linda…

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