So Simp [Yandere! Uchiha Obito]

Naruto (Anime & Manga)
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So Simp [Yandere! Uchiha Obito]
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Summary
[Serie So or Mine]Obito, víctima de sus errores y pesadillas, termina retrocediendo en el tiempo debido a que fue presa de un destino que nunca fue suyo en primer lugar.El sabio de Seis caminos sabe que sus hijos torcieron el mundo y lo destruyeron por culpa de sus acciones, decide que es hora de que las víctimas reciban su justa compensación.Jin reencarna en el mundo de Naruto, como Simp dedicada del trágico Obito y su horrible destino de mierda, Jin decididamente decide que va a seducir a Obito a como de lugar, ¡A la mierda Rin! ella será el crush de Obito.Porque en su mente, Jin sabe que Rin es una persona muy amable y no le debía nada Obito por su afecto incondicional, pero igual siente que Rin fue un poco mierdas al ignorar arbitrariamente a Obito y dejarlo de lado ante la primera oportunidad en pos de Kakashi, que ni siquiera le dirigía la mirada.
Note
ACLARACIONESHace años que no me veo Naruto, pueden haber incongruencias y meteré algunos headcanons a mi gustoPuede que no te guste mi contenido, así que, si no quieres leer mi historia, está bien, pero no critiques mi trabajo porque no es de tu gusto Esta historia contiene:ObsesiónDependencia emocionalMuerte de personajesViolencia canónica del universo de narutoAmenazasNormalización de comportamientos no saludablesMachismo y MisoginiaEtc.
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xcvi. escolta

Jin tomó suavemente la mano de Obito mientras ambos saltaban de árbol en árbol, sus mejillas se sonrojaron ligeramente ante la sensación de sus dedos entrelazados y, aunque no era practico ir tomados de las manos a una misión, Obito insistió en ello, diciendo que no importaba mucho porque, de todas formas, si el ataque era demasiado fuerte, al estar en contacto con ella, podría hacerlos intangibles con su kamui.

Entonces, la razón de porqué están tomados de la mano mientras están en camino a una misión, es porque Obito es demasiado terco y poderoso -Jin tiene que aceptar que no tiene una columna vertebral para negarle algo a Obito, él solo insistió un poco y Jin ya tenía sus dedos entrelazados-.

Aparte, Jin no tendría que preocuparse porque la lastimaran en un ataque sorpresa o algo, ya que incluso si le lanzaran un kunai con papeles bombas o algo por el estilo, su ropa la protegería como un todoterreno por la gran cantidad de sellos defensivos que tiene almacenados en toda su ropa.

Incluso en su ropa interior.

De hecho, su ropa interior es la que más sellos tiene.

Mirando sus manos juntas, Jin no pudo evitar sonrojarse nuevamente y desviar un poco la mirada.

Sorprendentemente, esta era la primera misión que les tocaba en conjunto, incluso si Jin y Obito ya habían tenido misiones con personas fuera de su grupo genin -sobre todo Jin, después de que se despertara de su pequeño coma y se sometiera una rehabilitación, su equipo prácticamente se había evaporado, contacto cero con todos- nunca les había tocado una misión juntos con anterioridad, por lo que sería la primera vez que probarían si son o no un buen dúo para las misiones posteriores, quizás si son un dúo muy bueno, incluso les asignen más misiones en conjunto en el futuro.

Pero honestamente, Jin lo encuentra poco probable -para su inmensa tristeza y depleción, ¿Qué no daría para tener misiones con Obito de por vida?-, sus puntos fuertes son demasiado diferentes como para juntarlos en una misión común. El punto fuerte de Obito es que es casi un todo terreno que puedes destruir todo a su paso, arrasando con todo indiscriminadamente, mientras que ella es más del tipo sigilo que se escabulle y roba o protege con sus sellos.

Muchas de sus misiones se han tratado directamente de sellar amenazas que tienen los pueblos, lo cual es bastante sorprendente para ella, porque en Naruto no es muy común que aparezcan monstruos que necesiten ser sellados aparte de algunas películas o rellenos, por lo que Jin estaba un poco incrédula acerca de la cantidad de monstruos mitológicos de la cultura japonesa a los cuales tiene que sellar porque son un dolor de culo para los pueblos.

En especial los espíritus.

El Shinigami parece favorecerla o algo, porque siempre que va a misiones, la hace un blanco fácil de cientos de espíritus que tiene que sellar. Kushina-san le explicó que usualmente el sellado de espíritus lo hacía el clan Uzumaki y, una gran razón para que ellos se dispersaran por las 5 grandes naciones ninjas ante la caída de Uzushiogakure, fue que la mayoría de los estudiantes de la academia, como examen de graduación, deberían de lidiar con espíritus, sellos y matrices, por lo que los adultos tendrían misiones de contención para atrapar a los espíritus y hacer que cada niño se enfrente a estos espíritus o monstruos.

Lastimosamente, el clan Uzumaki fue destruido y ahora hay pocos o casi ningún Uzumaki que esté dispuesto a recorrer el mundo sellando espíritus e incluso si lo hiciera, hay demasiados como para que una sola persona pudiera sellarlos a todos.

Ho… incluso quienes tienen demasiada mala suerte suelen estar amarrados a algún espíritu maligno o cosas así, Jin debería empezar a cobrar por ser una espiritista más que una shinobi al paso que iba. En este punto cree que ganaría bastante con estas cosas.

Y, para su sorpresa, su malvada madre no era como era por algún espíritu malvado que la poseyera o algo, sino que ella era así solo porque les salía de los ovarios, por lo que probablemente al morir se convertiría en un espíritu maligno, quizás uno poderoso en ello.

Claro, a menos de que Shinigami-kun decida tomar su muerte con sus propias manos y llevarla al vacío, por lo que ella no tendría oportunidad de reencarnar ni de convertirse en algo más, simplemente desapareciendo su existencia totalmente.

—Jin, pronto llegaremos —habló Obito suavemente y miró a su precioso angelito perdido en sus pensamientos.

Cielos, su preciosa Jincita es tan distraída, menos mal que se tomaron de las manos o ella probablemente tropezaría con algo y se caería de los árboles o iría muchísimo más lento, llegando tarde a su misión.

No es que le importara mucho que fueran a llegar tarde, en realidad, podría bobear y tontear con Jin hasta casi el día en que deberían llegar y luego transportarlos a ambos con su kamui, pero… ¿No era acaso muy romántico ir a una misión tomados de la mano? Ambos, yendo a completar su tarea, pero sin olvidarse cuanto se aman el uno al otro, demostrando su afecto activamente.

—¿Mmm…? —preguntó Jin saliendo de sus pensamientos y miró la suave sonrisa de Obito, por lo que se sonrojo ligeramente.

—Te ves tan bonita perdida en tus pensamientos… —habló dulcemente Obito y Jin se sonrojó hasta las orejas mientras humo salía de su cabeza—. Aww… tan sonrojada así me dan ganas de comerte a besos —Jin se sonrojó aún más y Obito rio entre dientes, tirando de sus manos entrelazadas más fuerte, haciéndola desbalancearse y caer directa hacia sus brazos, solo para que Obito la abrazara firmemente y besara su frente con inmensa ternura.

Jin se avergonzó ligeramente mientras su mano libre estaba sobre el pecho de Obito y, para intentar recomponerse, aunque sea un poco, besó la barbilla de Obito, haciendo que ahora fuera él quien se sonrojase un poco. El Uchiha suavizó su mirada al ver la travesura en los ojos de su amada y su pequeña sonrisa traviesa y astuta, comprimiendo todo su amor en sus ojos para que ella viera cuanto la amaba, Obito plantó un dulce y amoroso beso en los labios de su dulce Jin.

—Vamos preciosa, mientras antes completemos esta misión, más rápido podremos volver a casa —murmuró Obito contra sus labios con un ligero tono ronco y le dio otro corto y casto beso, Jin esbozó una sonrisa mirando a su hombre.

—Me parece bien —Jin besó su mejilla dulcemente y siguieron corriendo entre los árboles -con las manos entrelazadas, por supuesto- hasta llegar al lugar acordado de la misión.

Aunque Jin normalmente era bastante profesional con sus misiones, no pudo evitar sentirse incomoda ante la mirada insistente del hombre al que tendría que proteger y escoltar, mientras tienen una sumisión de asesinato, de la cual se haría cargo completamente Obito.

Ese hombre… tenía al menos unos veinte o treinta años mayor que ella, pero no paraba de mirarla fijamente como si estuviera tratando de crear un agujero en su cara, por lo que se sintió increíblemente incomoda mientras lo escoltaba a él y a su hijo mayor.

—Disculpe, ¿Tengo algo en la cara? —preguntó Jin incomoda, pero con un tono neutral de su voz.

—¿Eres hija de Ema Aisawa? —preguntó directamente le hombre y Jin frunció el ceño ligeramente.

—Corté todo lazo de parentesco con esa mujer, pero sí, hablando realistamente, ella es quien me dio a luz —habló Jin y miró al hombre con calma.

—Veo… —asintió el hombre pensativamente—. De casualidad, ¿Ella no mencionó algo sobre algún matrimonio?

—Lo hizo en varias ocasiones, una de las principales razones de porqué es mi padre quien obtuvo la custodia al final —Jin asintió pasivamente.

—Oh… —el hombre asintió comprendiendo la situación—. Te pareces mucho a tu madre.

—Por favor, no lo vuelva a decir, es un insulto para mi persona, considerando la mala relación que tenemos ella y yo —Jin, durante todo el trascurso de esta conversación se mantuvo muy civilizada.

Originalmente creía que este hombre iba a ser un asqueroso, pero sorprendentemente, solo estaba intrigado por su linaje.

—Ya veo, retracto mis palabras. Espero no haberla ofendido de alguna manera —habló cortésmente el hombre y miró ligeramente a su hijo mayor—. Puede sonar irrespetuoso y grosero de mi parte, ¿Pero podría responder una pregunta de mi curiosidad personal?

—Depende de la pregunta responderé —Jin no se comprometió.

—¿Cuántos años tienes la señorita Kunoichi? —el hombre la juzgó de arriba abajo—. No estoy dudando de sus capacidades por su edad, si es lo que está pensando.

Jin arqueó una ceja ligeramente, pero decidió responder.

—Tengo dieciocho —respondió directamente y compartió una discreta mirada con Obito, cualquier cosa simplemente declararían su noviazgo aquí para evitar mayores inconvenientes.

—Veo… eres bastante madura para tu edad —las alertas empezaron a sonar en la cabeza de Jin, cualquiera que dijera eso no era bueno—, ¿Participaste en la tercera guerra mundial shinobi? Hay algo en tu mirada… no es precisamente cómodo de observar, como un depredador que se esconde en las pieles de un indefenso animal esperanzo atacar —el hombre ladeó ligeramente su cabeza—. Eres intrigante, muy curioso… tu madre desprendía el mismo sentimiento, solo que ella era dominante y directa con sus intenciones, mientras tu parecieras esconderte detrás de un manto de amabilidad para ocultar tu locura…

Jin parpadeó sorprendida y sin palabras, no sabía que responder a esto.

Esperaba un pedófilo descarado como la mayoría de los snobs con los que las kunoichis tienen la desgracia de encontrar, no un tipo que la observa como un animal interesante, pero del cual mantenerse alejado.

—Esto… realmente no sé qué decir, pero respondiendo a su pregunta, , participé en la tercera guerra mundial shinobi —asintió Jin mirando al hombre el cual pareció entrecerrar sus ojos deleitándose de que su teoría fuese cierta—. Mi compañero también participó en ella, la mayoría de los jóvenes de nuestra edad e incluso un poco menores también participaron.

—Veo… no es difícil de darse cuenta de que ese hombre participó en la guerra, desprende bastante locura detrás de su fachada tranquila —el hombre miró a Obito unos segundos y apartó la mirada—. Solo por curiosidad, ¿Sois pareja? —el hombre miró a Jin y luego a Obito, más precisamente, los ojos fijos de Obito en Jin y el pequeño destello rojo que no se notaría a menos de que lo observaras minuciosamente.

—No es algo que se requiera para la misión ni importe —respondió tranquilamente Jin y Obito levantó la comisura de sus labios imperceptiblemente.

—Veo…tienes razón —aceptó el hombre fácilmente.

El joven que los acompañaba e hijo del hombre que los contrataba estaba en silencio mirando inusualmente irritado por la ventana. Yamada Hiromasa, el hijo mayor de Yamada Kazuki, no parecía en absoluto de buen humor y no lo estaba para nada.

En el pasado, logró zafarse de los matrimonios arreglados como jabón en manos mojadas, pero ahora se encontró con una mujer que pudo haber sido su prometida y, aunque es un poco bonita, no es de su agrado estar en el mismo carro que una mujer que potencialmente podría arrebatarle su libertad si su padre así decidía hacerlo.

Por supuesto, Hiromasa no se quedó quieto, desde que logró zafarse del compromiso con una niña pequeña de nueve años, cuando él tenía catorce, empezó a meterse en las finanzas y en el negocio de las inversiones con tal de desligarse de su padre en caso de que le amenazaran con desheredarlo si no se casaba con la mujer que dictara su padre y le diera una cantidad mínima de nietos.

Hum, Hiromasa no se sentiría cómodo hasta que esta mujer esté lejos de su vista y su padre dejara de ser un bastardo intrigante que mira a todos como simples piezas de ajedrez. Lentamente, bajo las narices de su padre, estaba construyendo su propia base para desligarse si le intentan arrebatar su libertar.

Por supuesto, Hiromasa no ha sido descortés o grosero con la mujer frente a él que ha captado el interés de su padre, pero si realmente es la niña con la que se zafó de casarse hace algunos años, entonces no puede decir que hubiera tenido el mismo resultado.

Ahora que era más maduro, entendía que las mujeres que se fuesen a presentar a él no necesariamente lo codiciarían o lo querrían, tal vez serían empujadas por sus padres para ganarse el favor de su familia Yamada, pero cuando era niño, sentía un increíble desdén a estas cosas que se lanzaban con la idea de obtener un trozo de su fortuna.

Siendo realistas, si realmente lo hubieran casado cuando tenía catorce, no cree que su esposa hubiera tenido un buen final.

No es un hombre sádico, ni cruel, pero supone que ser inmaduro y obtener responsabilidades que no quería lo llevaría a cometer cosas horribles al ser tan ignorante.

Hiromasa se alegra que las niñas que se iban a comprometer con él al final no lo hicieran. Ahora que era más adulto y maduro podría simplemente firmar un contrato de divorcio, pagar los honorarios, dar una generosa pensión alimenticia y desligarse del tema, pero si hubiera seguido con la mentalidad antes de recibir golpes de realidad al crear sus propios negocios…

Hiromasa se estremece y mira sus manos.

Aún era un poco emocional como lo era en su pre adolescencia, pero no lo suficiente como para dejar que sus emociones lo consumieran y sacaran lo peor de él. Había perdido muchas buenas oportunidades por su impulsividad, con lecciones aprendidas a las malas, comprendió que tan ridículos podrían ser muchos de sus pensamientos adolescentes e infantiles.

El trayecto es relativamente normal hasta que, con razón, los atacan. Hiromasa realmente teme por su vida cuando todo empieza a desarrollarse frente a sus ojos, pero la mujer le sonríe brillantemente mientras el toque depredador que mencionó su padre se hace cargo por un instante y luego, ella vuelve a ser la misma chica dulce y tranquila que ha visto en todo momento.

Ella les entregó un papel a cada uno, les dice que lo guarden en su ropa y no lo dejen caer o que lo sostengan firmemente, lo importante es que esté conectado a sus cuerpos. Ambos hacen lo que dice obedientemente y ella asiente satisfecha de no tener clientes molestos y dramáticos, pone tres sellos sobre el carruaje por si acaso y luego se lanza hacia la batalla como el hombre Uchiha que pareciera una bestia asesina.

Decenas de papeles bombas caen del cielo y tanto padre como hijo creen que están muertos, pero cuando llega la explosión, ellos no sienten nada y por más que esperan, no están muertos, por lo que abren sus ojos y observan con la boca abierta como las explosiones impactan en su carruaje, pero no le hacen nada.

Entonces padre e hijo miran los endebles papeles que puso la Kunoichi en la carrocería y luego lo comparan con el suelo roto, trizado y chamuscado a su alrededor, incluso los caballos y el conductor están completamente a salvo, ni un rasguño en sus rostros o cuerpos aparte del temblor y miedo en los ojos del conductor y el pacífico sueño de los caballos.

—E-esto… ¿Esto es una lucha shinobi? —preguntó tembloroso Hiromasa, apretando el papel en sus manos con fuerza mientras mira por la ventanilla lo que sucede afuera.

Jin estaba sonriendo mientras jugaba a esquivar expertamente los ataques enemigos, incluso rodeada, ella se movía libremente como una hoja danzante, sus articulaciones parecían simplemente no tener huesos y fluían como la suave tela seductora de las bailarinas exóticas mientras de desliza entre sus enemigos colocando papeles que hacen caer a sus enemigos -Orochimaru le enseño la técnica de cuerpo contorsionista (solo que sin la cirugía) y, aunque para muchos es asquerosa, Jin adoraba con pasión la técnica esa-.

—No, esta es la locura de quienes experimentan la guerra —habló su padre, Kazuki mirando con un ligero temblor como Obito descuidadamente mataba a los hombres con gruesas estacas de madera, sonriendo como una bestia sedienta de sangre a la vez que esconde su locura de la mujer, haciendo desaparecer los cadáveres ensangrentados de alguna manera misteriosa

Hiromasa observa el contraste entre ambos shinobis y siente que va a vomitar, pero intenta recomponerse.

Si fuera a ser honesto, preferiría la protección de la mujer a la de ese hombre loco, ella claramente estaba jugando con el enemigo porque era más fuerte, pero no los mataba de una forma brutal como lo hacía el hombre. Ella era claramente más fuerte que los atacantes, pero jugaba con ellos y los hacía dormir, pero el hombre, al ser más fuerte, disfrutaba de darles muertes lentas y dolorosas a sus enemigos.

—No sabría decir si tienes suerte o mala suerte —tarareó Kazuki mirando la espalda sudorosa de su hijo, el cual parecía querer esconderse como un gallina—. Esa mujer que está jugando con los enemigos, iba a ser tu esposa.

Hiromasa se pone pálido al escuchar eso.

—Lo que su madre tenía planeado era sacarla de la academia shinobi y volverla una obediente esposa digna de alguien rico, pero por algunos motivos poco claros, no logró su objetivo —el hombre tarareó ligeramente mirando a Jin preocuparse por el demente asesino, mientras este parecía un cachorro enamorado—. Alégrate, si hubiera sido tu esposa y la hubieras tratado mal, tal vez su cordura se habría cortado con el mismo cuchillo con el que te habría apuñalado.

El hombre rio ligeramente, como si no hablara de la supuesta muerte de su hijo.

—O… o tal vez ella no me hubiera matado, ¿Verdad? —Hiromasa traga nerviosamente—. Sus ojos muestran una gran dependencia hacia el Uchiha… quizás… ¿Quizás por él es por quién ella se hizo fuerte?

—¡Posiblemente! Después de todo, sé reconocer a pequeños monstruos cuando los veo —el hombre aplaudió ligeramente mirando como la pareja se volteaba hacia los atacantes—. Siento lastima por quienes nos mandaron a asesinar, ese Uchiha no será nada cálido…

—… —Hiromasa se estremeció al ver a su padre tararear y luego apartó la mirada de la dirección de la pareja mientras cerraba las cortinas.

Él no quería saber la forma en que esos dos sonsacarían la información.

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