So Simp [Yandere! Uchiha Obito]

Naruto (Anime & Manga)
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So Simp [Yandere! Uchiha Obito]
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Summary
[Serie So or Mine]Obito, víctima de sus errores y pesadillas, termina retrocediendo en el tiempo debido a que fue presa de un destino que nunca fue suyo en primer lugar.El sabio de Seis caminos sabe que sus hijos torcieron el mundo y lo destruyeron por culpa de sus acciones, decide que es hora de que las víctimas reciban su justa compensación.Jin reencarna en el mundo de Naruto, como Simp dedicada del trágico Obito y su horrible destino de mierda, Jin decididamente decide que va a seducir a Obito a como de lugar, ¡A la mierda Rin! ella será el crush de Obito.Porque en su mente, Jin sabe que Rin es una persona muy amable y no le debía nada Obito por su afecto incondicional, pero igual siente que Rin fue un poco mierdas al ignorar arbitrariamente a Obito y dejarlo de lado ante la primera oportunidad en pos de Kakashi, que ni siquiera le dirigía la mirada.
Note
ACLARACIONESHace años que no me veo Naruto, pueden haber incongruencias y meteré algunos headcanons a mi gustoPuede que no te guste mi contenido, así que, si no quieres leer mi historia, está bien, pero no critiques mi trabajo porque no es de tu gusto Esta historia contiene:ObsesiónDependencia emocionalMuerte de personajesViolencia canónica del universo de narutoAmenazasNormalización de comportamientos no saludablesMachismo y MisoginiaEtc.
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xciv. pelota

Toda la situación en la cena fue un asco, pero de alguna manera pudieron arreglárselas y continuar con su comida -Jin no esperaba que su comida pudiera incluso disminuir un poco las tensiones, pero de alguna manera milagrosa, los postres fueron la salvación-, tal vez no tan relajados como antes -después de todo, eso era imposible; casi habían matado a uno de sus amigos frente a ellos-, pero no tan tenso como si al respirar de la forma incorrecta, serías asaltado por un albino con su Tanto y decapitado de la nada.

La cena fue… rara.

Jin no podía discernir si fue un completo desastre, un éxito parcial o solo fue una cena.

Al menos Obito durante el resto de la noche se encargó de apoyarla y reconfortarla con este desastre inesperado, poniendo suavemente una de sus manos sobre su muslo en señal de apoyo, apretando la tierna grasa de sus muslos de vez en cuando para intentar calmarla y consolarla a la vez que se le pegaba un poco más, rodeando su cintura con sus brazos y juntando sus hombros más de lo habitual.

Y esta vez no hubo amenazas.

Kakashi claramente estaba avergonzado por el exagerado estallido de ira de su padre, el cual casi mata a su mejor amigo y novio de su hermana solo porque Obito declaró que realmente le gustaba Jin. Kakashi ni siquiera podía ver a los ojos a su mejor amigo y compañero de equipo y se la pasó con la mirada evitativa durante todo el transcurso de la noche.

Aunque aún había algunas dudas sobre el repentino interés de Obito hacia ella, Jin no podría hacer nada más que simplemente sonreír con ligera impotencia sabiendo que le prometió a Mikoto-san que su investigación sobre el amor del clan Uchiha se quedaría solo entre ella, Kushina y Orochimaru, por lo que solo podía esperar que el tiempo les demostrara a todos que su chico realmente la amaba.

Tal vez un poco demasiado.

Jin se estremece al pensar en los peores escenarios de salir con un Uchiha, pero al voltear a ver al gran cachorro que exige mimitos, se le pasa mientras le da suaves palmadas en la cabeza a Obito, el cual la mira con una cuchara en la boca y las mejillas llenas como una ardilla con casi todo un trozo de pastel en la boca.

Este cerdo, no ha parado de tragar desde que se colocó la mesa, siente que tal vez el 50% de la comida fue a parar al estómago de Obito -¿Dónde iba toda esa comida? Su estómago seguía tan plano como si no hubiera comido nada-.

Aun sin entender porque Jin le está dando palmaditas en la cabeza, Obito simplemente se encoje de hombros y se inclina más hacia el toque sin dejar de masticar la rica combinación de postres. Cualquiera que viera su plato lleno de postres variados creería que es una abominación culinaria que solo una embarazada podría pedir, pero Obito se lo zampó igual y a Jin no le importaba si su querido novio era un destructor de comidas, siempre y cuando se comiera todo lo que le preparó obedientemente.

Al menos no era quisquilloso con su comida.

Pensando en ello, Jin le dio otras palmaditas reconfortantes a Obito, el cual trago la comida en su boca y miró a Jin con un trozo de crema en la comisura de la boca.

Jin, sintiéndose envalentonada por lo adorable que era su hombre -su tonto y lindo hombre, ¿Se lo podía comer a besos? Es una lástima que tenga a todos sus amigos presentes o Jin saltaría sobre Obito a besar todo su bonito y tonto rostro-, le quitó la crema de la comisura de su boca con el pulgar y la lamió, tarareando ligeramente mirando a Obito fijamente.

Obito, comprensiblemente, estalló en un sonrojo y casi se cae de la silla mientras se ahoga con el pastel que acaba de tragar.

Sus amigos miraron esta escena con interés mientras seguían jugando el legendario juego de destrucción de amistades; Uno. Las expresiones de todos eran variadas, desde aceptación y aliento por la nueva pareja, hasta unas complicadas e incrédulas sobre la verdad sobre la pareja.

En el último grupo se encontraba Anko.

Ella simplemente no podía creerse toda la artimaña de Obito enamorado de Jin, era demasiado antinatural. Obito había esquivado todas esas confesiones como si él fuera de goma y Jin un rayo de amor, simplemente el Uchiha permanecía completamente ajeno e inamovible a cualquier intento de seducción de Jin, pero desde que se acostaron es totalmente diferente.

No cree que Obito quiera hacerle daño intencionalmente a Jin, demonios, ha visto a este hombre ayudar a abuelitas por allí y recoger gatos de los árboles para que no se lastimaran al bajar, pero Obito era la clase de hombre que más lastimaba al no darse cuenta de sus acciones.

Anko no siente que Obito sea muy confiable como pareja y está profundamente preocupada por Jin. Honestamente, realmente no cree que haya ningún Uchiha que sea emocionalmente estable o cuerdo como para tener una relación con su preciosa amiga con manos de diosa de la cocina, todos están emocionalmente estreñidos y, aunque realmente todos los shinobis tienen cierta cantidad de traumas, son mucho mejor que un hombre civil.

Es una tristeza admitir que las kunoichis jamás tendrían una buena relación con un hombre civil por sus líneas de trabajo y el secreto guardados, pero los shinobis masculinos tendrían una gran taza de éxito en relaciones shinobi-civil por el simple hecho de que las mujeres aguantan mucho mejor todo esto de que estén afuera mucho tiempo y que no le cuenten cosas.

Claro, a menos de que mantengas a una cara bonita e inútil, esa clase de hombres son los más encantadores porque exprimen tu salario mientras te dicen cosas floridas y no te exigen nada realmente, solo para que cuando tú no estés, puedan perseguir libremente a otra cola más accesible o rica que tú.

Contra toda la cruda realidad, a Anko todo ese discursito de Obito le pareció una completa mierda, una excusa de libro florida para decir que se quiere follar a Jin, como si buscase una forma de decir con palabras bonitas y un discurso elaborado que no ama a Jin y solo la quiere por su cuerpo o por el logro de tener a una mujer como ella tan enamorada y bajo su total control.

Siguiendo jugando a Uno con sus compañeros y dándole un más cuatro a Guy, el cual gritó algo sobre aumentar su entrenamiento por cada carta más cuatro que le dieran o algo así, Anko observó constantemente a la pareja por el rabillo del ojo a la vez que fingía poner toda su atención en el juego, haciendo escenas de vez en cuando porque le mentían un combo de más seis o más ocho -esos bastardos-.

Anko se burló internamente al ver como Obito apoyaba su cabeza en uno de los senos de Jin mientras su mano se posaba sobre su trasero. No importa lo que tuviera que hacer, si tuviera que pagarle a otras Kunoichis o civiles para ver si Obito lo único que quiere es un buen par de tetas o un coño, Anko pagaría lo que fuera necesario para probar si ese hombre es digno o no de su querida mejor amiga.

Anko te toca…

—¡Ahora verán, mi venganza será terrible…! —Anko presiona tres cartas +4 que tiene y las lanza a la mesa.

—No puedes hacer eso —habló Asuma moviendo la paleta de dulce de un lado a otro en su boca. Jin no le permitiría fumar, así que se conformó con los dulces.

—¡Claro que puedo! —exclamó Anko agitando sus cartas.

—No, está escrito explícitamente en las reglas que no puedes hacer eso —habló perezosamente Kakashi.

—¡Claro que puedo…!

Anko y el resto siguió discutiendo durante un rato mientras Jin y Obito intercambiaban alguno que otro beso riéndose entre ellos y mirándose como dos enamorados súper endulzados mientras pasaban de la mesa hacia el sillón, en donde Obito se sentó con los brazos abiertos y Jin se acurrucó a su costado.

—¡Jin! ¡Tú eres la creadora de este juego endemoniado! ¡¿Se puede o no se puede…?!

—No —respondió tranquilamente Jin sentada en el sillón, apoyando su cabeza en el pecho de Obito mientras él rodeaba perezosamente con uno de sus brazos los delicados hombros de Jin, para que permaneciera firme contra su costado y su cabeza continuara descansando en su pecho.

Obito los miró divertidos, su mente recordó cuando jugaron Banri-san, Sakumo-san, Kakashi, Sora, Jin y la perra de Atsushi y él al Uno. Durante una de las rondas de su interminable partida, Sora intentó hacer lo mismo que Anko, pero fue detenida por las reglas de la caja y se la pasó quejándose ruidosamente durante unos veinte minutos.

Pensando en los hermanos, Obito presionó un poco más a Jin contra su pecho, la cual se acurrucó bien a gusto casi sobre él con uno de sus brazos rodeando su cintura mientras que la otra descansaba sobre su abdomen. Hablando de esos hermanos…

Obito medita si debería o no asesinarlos, su pulgar acaricia suavemente el hombro de Jin mientras su cabeza está distraída pensando en lo que debería hacer a continuación. Atsushi se atrevió a besar a Jin y sus repulsivas manos recorrieron el sagrado cuerpo de su dulce ángel, sin duda alguna debería de perecer entre terrible sufrimiento, por otro lado, Sora no se queda atrás siempre intentando meterle mano a Jin, como en el día que ellos fueron a la piscina y esos dos se aprovecharon por completo de lo inocente que es su dulce angelito para tocarla de todas las maneras posibles.

Obito reprime un bufido, si no fuera un lugar público, seguramente esos hermanos descarados se habrían intentado follar a Jin completamente.

Al menos estaba Kakashi para repartir justicia y golpear a ambos bastardos con el balón de vóley, de lo contrario, Obito cree que esa piscina pública habría cerrado hace mucho tiempo debido a que hubo una repentina masacre.

Plantando un suave beso en la frente de su querida Jin, Obito procedió a observar los lindos rasgos de su mujercita.

¿Y qué si era mayor mentalmente que ella? Al principio se oponía ferozmente a estar con alguien en esta vida, incluso planeaba que después de encargarse de Madara y Zetsu, él simplemente se suicidaría o algo por el estilo, originalmente no planeaba vivir más de lo necesario para arreglar los cagazos que se mandó en su primera línea temporal, pero ahora encontró una fuente de luz y esperanza en Jin y él no la soltaría, porque su preciosa y pequeña divinidad simplemente es demasiado dependiente de él y su luz se apagaría si él dejara de existir.

Obito besa tiernamente la punta de su nariz y es recompensado con un dulce beso en los labios, la pequeña boquita de Jin se separa de su boca y él no puede evitar relamerse ligeramente los labios ante el dulce sabor de su protector labial de vainilla y fresa.

—Que seas el novio de mi hermana no significa que puedas comértela frente de mí, bastardo —escupió venenosamente Kakashi mirándolo de muerte, pero no le lanzó un Kunai como haría normalmente porque la amenaza de su padre hacia el Uchiha seguía demasiado fresca.

Si las miradas mataran, Obito estaría muerto en todos los universos alternos en donde Kakashi estuviera vivo.

—Tu hermana es demasiado linda, ¿Cómo puedo resistirme? —provocó engreídamente Obito y, para hacer relucir su punto, sentó a Jin en su regazo y la abrazó como si fuera un gran peluche, haciendo que Jin se sonrojara hasta las orejas— ¡Mi pequeña Jin es lo mejor! —Obito le sacó la lengua a Kakashi.

—¡Te mataré, fenómeno de remolino! —exclamó furioso Kakashi y se levantó dispuesto a perseguir al Uchiha.

Obito, por supuesto, también se levantó con Jin y la puso en sus brazos como la reina que era.

—¡Roba a la princesa! —exclamó Obito antes de correr por la casa y ser perseguido por Kakashi.

Lentamente, se les fueron uniendo más personas y Jin empezó a reírse felizmente mientras era lanzada de un lado a otro como una simple pelota de goma, su padre, por otro lado, solo podía suspirar mientras tomaba un té y comía galletas.

¿Por qué su hija tenía que tener amigos tan anormales?

Banri mordisquea su galleta mientras ve como Jin caer del segundo piso de cabeza, pero de la nada aparece Obito para atraparla, solo para recibir una patada en la parte posterior de las rodillas por parte de Anko y que Jin esté sobre su hombro mientras es tanqueada por Rin, la cual es asaltada por Kakashi, quien a su vez es derribado por Guy y…

¿Cuáles eran todos sus nombres otra vez?

Banri suspira.

¿Tal vez debería ir a otro de sus viajes de negocios?

Mirando el infierno que se desata frente a él por su hija y como su casa se vuelve patas arriba, Banri toma otro sorbo de tecito y asiente.

Si, tal vez la próxima debería ser de un año.

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