So Simp [Yandere! Uchiha Obito]

Jin se sintió un poco incomoda en su corazón cuando Obito tardó tanto en responder y su cara era ilegible, no parecía enojado ni molesto, pero su piel se erizaba e inconscientemente apretó el muslo de Obito sintiendo una ligera ansiedad por el tenso ambiente que se había desarrollado en el lugar.

—Si dudas que me gusta Jin, estás equivocada, realmente la amo —habló Obito en un tono plano y Jin se sintió un poco nerviosa.

No parecía mucho a su Obito, las inquietudes de que Obito tal vez que estuviera escondiendo en una máscara durante todo este tiempo no le pusieron tanto los pelos de punta como el hecho de que tal vez ella haya sido el desencadenante como para que Obito hubiera vuelto a sus “raíces Uchiha” y su intenso amor se manchara de una obsesión.

“No soy quien crees que soy. No soy el amable Obito que crees que soy, no soy la buena persona que el mundo cree que soy, yo… yo soy algo mucho peor”.

—La amo mucho, tal vez un poco demasiado —Obito ladeó ligeramente la cabeza y sus ojos oscuros como un abismo sin límites, como una bestia indiferente que puede acabar con tu vida si le causas molestia miraron a la mujer—. Jin me gusta, me gusta mucho.

“Soy un mentiroso y un farsante”

En la investigación que había tenido con Orochi-san sobre el amor Uchiha y su intensidad había varias cosas un poco espeluznantes, algunos eran realmente dulces, otros se endulzaban mutuamente, eran indiferentes a todo lo demás a menos de su otra parte, mientras que otras obsesiones…

Jin se estremece al pensar en lo que se consideraba “normal” en la época de los reinos combatientes que se mantuvo incluso hasta los primeros años de la fundación de Konoha.

—No hay nadie en el mundo que me haga sentir como ella, que llene mi cabeza y mi mundo con su fascinante luz —Obito apretó ligeramente la mano de Jin, sintiendo algo burbujear en su pecho.

“Soy mayor de lo que crees”.

Jin no era tonta, incluso si muchas veces ignoraba las cosas deliberadamente para no hacerse cargo fingiendo ignorancia, no era estúpida y solo ahora sintió que las palabras tan autocriticas de Obito la primera vez que ella se le declaró cobraban sentido y no eran solo excusas para rechazarla. Solo ahora pudo conectar los puntos y rozar vagamente a lo que podría referirse Obito.

Lo cual la lleva a dos posibles opciones, Una, la cual puede ser posiblemente la quizás menos choqueante; un viaje en el tiempo.

Después de todo, estaba el viaje en el tiempo por la matriz Roran en una película de Naruto, en donde padre e Hijo hacen un super mega Rasengan gigante y también estaban los Otsutsuki en Boruto, que hicieron un viaje en el tiempo o algo así como relleno, ¿No?

Jin ni siquiera se vio a Burrito, pero esa noticia había estado siendo tendencia durante meses y había varias críticas, como no se había visto el anime, Jin se abstenía de comentar algo, aun así, no le parece tan irrazonable que Obito pudiera retroceder en el tiempo de alguna manera a su cuerpo más joven o algo así, incluso si no recuerda mal que en el relleno los viajeros conservaban su edad, no le importa mucho.

Después de todo, ella misma era un bicho raro.

Jin, que alguna vez había vivido en el planeta tierra, de la época actual -¿Futura? ¿Siquiera sus mundos estaban conectados? ¿Relacionados?- en el país de Chile y bajo el nombre de Catriel, no le parecía tan loco que Obito, de alguna manera, siendo el personaje que tiene los ojos más rotos del anime de Naruto y tiene el famosísimo apellido Uchiha, al cual Kishi estaba tan obsesionado en darle Powers Up y toda su entera dedicación y amor en vez de desarrollar otros personajes o cubrir los huecos de su historia, pudiera hacer algo como viajar en el tiempo o retrocederlo o lo que sea que haya sucedido.

Aparte, sus Mangekyo es una habilidad en sí mismo de espacio-tiempo que crea su dimensión, si, no sé, algo salió mal o experimentó, ¿Quizás haya enviado su alma al pasado o incluso a otra dimensión? Bueno, no es que le importe tanto, lo importante es que podría haber retrocedido en el tiempo.

El punto es… ¿Desde cuándo?

Todo habría sucedido de acuerdo al canon si no fuera por su interferencia, la supervivencia de Dan, como Nawaki no explotó en pulpa sangrienta traumando a Tsunade y haciendo que Orochimaru reafirmara su idea de que la vida es demasiado frágil y voluble y que por eso necesitaba llegar a la inmortalidad a cualquier precio, como Tsunade no abandonó Konoha y se hizo cargo del hospital, como Sakumo jamás se suicidó y empezó a cogerse a su papá, como la fuerza de Konoha se consolido bastante mejor que en el canon porque murieron muchísimas menos personas y los jóvenes shinobis habían sobrevivido mucho más que el canon.

La alianza con Suna no era inestable ni caótica como en el canon, de hecho, había mejorado muchísimo.

Con una gran cantidad de cambios, incluso Rasa había cambiado su actitud hacia Gaara gracias a que Kushina y Minato sellaron bien al Shukaku dentro del pequeño pelirrojo para que no influyera en nada, sus pensamientos, sueños y todo en lo que pudiera diferenciarlo de un niño normal había desaparecido con el sello de Kushina y Minato, haciendo que Suna no tuviese que preocuparse por una posible ruptura del sello, que sea inestable o que el Jinchuriki se salga de control en una ira asesina con una sed de sangre incontrolable, por lo que Suna había prosperado tentativamente.

Y no solo eso, con una de sus ideas locas, Suna se volvió un pequeño paraíso al traspasar toda el agua desbordante del rio Naka en invierno a Suna -es impresionante lo violentas que se ponían esas aguas, destruían varias casas todos los años y más de una decena de personas moría por accidente en el aumento de las agua, por lo que desviarlo a otra parte fue la mejor opción, y como Suna necesitaba agua y Konoha reforzar sus relaciones, voilá- , por lo que el Daimyo de las tierra del viento también parecía menos estúpido que para darle toda las misiones a Konoha en vez de a su propia nación.

Con el pequeño oasis en la capital de la tierra del viento creados por los sellos, Suna era mucho más próspero y habitable que en el canon.

Jin no podría estar segura de cuantos cambios fueron producidos directamente por ella y mucho menos por los que sucedieron indirectamente, anteriormente creía que los cambios de los planes de Madara en Obito habían sido un efecto mariposa por sus acciones, después de todo, había sido una fiel fanática del Uchiha que lo perseguía como su perrito faldero por todo el lugar de un lado a otro -y de cierto modo, a Jin le aterraba un poco estar en la mira de Madara, ¿Pero por qué debería de preocuparse? Obito estaba dolorosamente enamorado de Rin, hasta las hormigas miraban con lastima (y a ella peor) a Obito por el obvio amor no correspondido- pero al parecer no fue un efecto mariposa causado por ella.

Cosas indirectas como la creación de una nueva rama obligatoria en la academia ninja por comentarios descuidadas eran bastante evidentes, cosas más complejas como el cambio social y político eran más difíciles de discernir, después de todo, Jin no estaba activamente involucrada en esos temas y prefería no mojarse con agua sucia que se llamaba política y tampoco tenía ganas de hacer una encuesta masiva a toda Konoha sobre como era su vida antes de que creara sellos o remodelara orfanatos e hiciera agencias de caridad o los puestos nuevos de trabajo de su padre.

Era un dolor de cabeza, pero con tantos cambios, Jin simplemente prefería ignorarlos y jugar a la ciega, tonta y sorda en esta clase de cosas para no complicarse la vida, pero ahora con un nuevo punto de vista, como que Obito hubiera retrocedido en el tiempo…

¿Cuáles cambios fueron hechos por ella realmente?

No podía decirlo, tampoco le importaban mucho.

Pero… entonces apareció una tercera teoría en su cabeza, la primera era viaje temporal o, mejor dicho, regresión, la segunda que era más evidente y que estaba en investigación, era que ella inconscientemente había activado la sangre Uchiha de Obito y este inconscientemente empezó a obsesionarse con ella, por lo que intentaría negar con todas sus fuerzas sentimientos por ella con el temor de convertirse en alguno de los casos extremos como sus antepasados.

Puede que quizás Obito no lo sepa o quizás sí, pero había casos extremos en donde algunos Uchiha en la época de los reinos combatientes, debido al estrés de la época, la precaria situación y demás, llegaban incluso a secuestrar a su amada y, después de casarse haciendo un pacto con Amaterasu, en donde la infidelidad básicamente los torturaba un mandato divino, solían atar a sus esposas a la cama y reproducirse rápidamente, porque:

A) Sus esposas nunca los dejarían si estaban embarazadas, no con clanes enemigos rodeándolos y ladrones de sangre acechando entre las sombras.

B) Dejar embarazada a su esposa era básicamente una marca de propiedad, ¿Qué Uchiha, que busca la pureza del clan y respeta los códigos de honor de su clan cortejaría a la mujer de otro hombre? Ninguno, se resignarían con ser solo sus amigos y anhelarla desde la distancia.

Por supuesto, si se quedan viudas pueden aprovecharse de la nueva oportunidad.

Y C) La mayoría moría muy joven, era sorprendente si alcanzaban los veinte, un milagro si alcanzaban los treinta y eran fósiles si alcanzaban los cuarenta, por lo que reproducirse con su amada rápidamente era muy importante para ellos.

Aunque es más cultural que un “instinto” o algo que “llevan en la sangre” la repetida practica y enseñanza a través de generaciones, aunque en una forma más diluida y menos brutal, sigue estando allí, por lo que la reproducción de los jóvenes está relativamente bien vista por los ancianos.

¿Y si son dos Uchiha puros? Bueno, ¿Para cuándo el segundo y tercer hijo?

¿Y si son entre dos Uchihas poderosos? ¡Olvídate! ¡Debes de dejar descendencia rápidamente, aporta poderosas sangre nueva a tu clan!

Pero la tercera opción que la deja un poco tiesa y fría es…

¿Y si Obito fuera un reencarnado como ella?

No, en todo caso, sería un transmigrado, ¿No? No sería como ella, que nació en este mundo; una reencarnada, sino un trasmigrado, alguien que ocupó o robó el cuerpo de un personaje ya existente y asimiló su personalidad y recuerdos o que ya sabía de la existencia de su cuerpo en posesión de antemano.

La idea más aterradora es que reemplacen a tu ser querido, Jin no quiere ni imaginarse el dolor de las personas al saber que otra alma a entrado en el cuerpo de quien tu amabas o considerabas amigo…

Entonces, ¿Qué pasa si su Obito, el que la ayudó en su infancia en realidad fue reemplazado por un falso? ¿Qué pasa si el amor que ella siente por Obito en realidad… era hacia otro Obito que ya no existe? ¿Otro que fue reemplazado?

¿Qué pasa… qué pasa si la única razón por la que es su novio es porque están tomando prestado el cuerpo de Obito? Jin se siente un poco aterrada de pensar en ello, que se haya acostado con alguien que no es el Obito que la animó, que la impulsó desde abajo y la hizo la mujer que es hoy en día, que sea solo un hombre cualquiera que tomó prestado el cuerpo de su enamorado y jugó con ella aprovechándose de sus sentimientos al cuerpo que tomó prestado…

-Jin sabía que la mayoría de los Chicos que hacen Isekaid en el mundo de Naruto no suelen ser buenas personas. Suelen ser personas codiciosas que no les importa tomar lo de los demás a la fuerza y sueñan con aplastar a los canónicos bajo las suelas de sus zapatos, despreciándolos y mirándolos para abajo, tienen sueños de grandeza al creerse los protagonistas (y, parcialmente, serlos) y de robar bellezas de un lado a otro y hacerse los más fuertes para salirse con la suya incluso si abusan de las chicas, lavándoles el cerebro con sus sistemas o aprovechándose de ellas en su dolor-.

“¿Eres quién estuvo para mi cuando tenía cinco años y me dijo que era bonita?”

“Sí…”

—Realmente la amo, antes negaba mis sentimientos por ella porque no me creía… digno de estar a su lado —Obito miró su mano, la cual sujetaba la mano de Jin y la apretó ligeramente—. Jin es tan maravillosa, tan hermosa… ¿Realmente debería estar con alguien como yo? En ese momento no estaba seguro, pero supongo que mi codicia es demasiado grande…

Obito miró la mano de Jin, tan pequeña, tan linda…

Tan fácil de romper.

—La quiero para mí, no creo soportar ver a mi Jin con cualquier otro bastardo, imaginarme siquiera a otra pequeña mierda rondando cerca de mi Jin me hace querer matarlos —Obito apretó ligeramente y un atisbo de rojo apareció en sus ojos tan fugazmente que, si no le estabas prestando atención, te lo perderías—. Me gusta Jin, la amo, la deseo, la quiero para mí y solo para mí. Soy egoísta y codicioso, por eso la hice mi novia. Quiero protegerla de este oscuro y podrido mundo, quiero cuidarla como mi pequeña flor de invernadero, protegida por su pequeño cristal y resguardada bajo la peor de las bestias para que nadie se atreva a hacerle daño jamás.

Obito ni siquiera se inmutó cuando un Tanto presionó contra su cuello peligrosamente cerca de cortarle la cabeza.

Sakumo, no sabe por qué, pero sintió una profunda sensación de crisis ante las palabras de Obito, como si hubiera algo extremadamente malo en sus palabras, pero no podía identificar el qué. Una repulsiva y asquerosa sensación de alarma surgía en lo profundo de su corazón y cabeza, sus instintos gritando que alejase al Uchiha de su preciosa hija adoptiva y la escondiera en donde los ojos de esta bestia no la vieran.

—¡Padre! —exclamó Jin levantándose y mirando la actitud de Sakumo hacia Obito, ni siquiera había alcanzado a ver en qué momento se levantó de su silla, consiguió su Tanto y apuntó a Obito con su arma.

Jin llamaría a Sakumo padre y a Banri papá, pero cuando se enojaba normalmente lo llamaría por su nombre, cosa que nunca sucedería o cuando estaba de un humor particularmente peligroso, pero ahora sus instintos de alguna manera le dijeron que si le decía “Sakumo-san”, el albino podría cortarle el cuello a Obito en un instante sin dudarlo ni un segundo.

Esta no era la velocidad a la que estaba acostumbrados ella o Kakashi, era explosiva, feroz.

Algo que se usa contra los enemigos.

Jin apartó el brazo de Sakumo y se colocó delante de Obito, sabía que si Sakumo realmente quisiera matar a Obito ella ni siquiera podría hacerle frente y que su padrastro bien podría matar a cientos de Jounins altos en un parpadeo, Jin sabía que un solo corte de su Tanto era capaz de cortar por la mitad fácilmente a decenas de Jounin.

—¡Sakumo, detente! —exclamó Banri levantándose de la mesa bruscamente y haciendo que su silla se arrastrara y cayese hacia atrás, golpeando el piso en un ruido sordo.

Ver a su pequeña hijita siendo apuntada por un arma no era grato de ninguna manera, incluso si sabía que su pareja nunca le haría daño intencionalmente a su hija.

—… —Sakumo ignoró tanto a padre como hija y miró fijamente a los ojos de Obito, sus miradas chocaron, una oscuridad sin precedentes contra la oscuridad de una noche estrellada.

—Sakumo-san… —los amigos de Jin reaccionaron tardíamente, mirando la situación desarrollarse con una rapidez que los desconcertó.

Era una sobre reacción demasiado exagerada.

—Padre… —llamó la atención Kakashi y Sakumo ni siquiera desvió la atención mientras seguía buscando algo en la mirada sin pupilas del Uchiha.

Siempre… siempre había sentido una sensación de alerta frente a este niño, pero nunca tan fuerte como cuando mencionó que quería a Jin solo para él. Años de instintos de supervivencia y lucha que lo habían ayudado a vivir entre las peores batallas, ahora le gritaban que dejase de ignorarlos porque sus seres queridos estaban en peligro.

Sakumo desvió su mirada a Jin, sus ojos serios dispuesta a luchar, incluso sin posibilidad, contra él para proteger a su precioso novio.

A Sakumo no le pasó desapercibido como Obito inmediatamente se tensó cuando él puso sus ojos sobre Jin y sus dedos se retorcieron casi imperceptiblemente listo para atacar.

Nuevamente miró al Uchiha y su Tanto se guardó lentamente en su funda.

—Tengo algo que averiguar… —murmuró Sakumo antes de desaparecer en un rápido shunshin.

La investigación que estaban llevando a cabo Orochimaru y Jin con otros sobre la obsesión de los Uchiha… Sakumo ahora tiene demasiado interés, incluso si era grosero interrumpir en el laboratorio del Sannin mientras está tan concentrado en uno de sus experimentos que llega el punto de ignorar una comida de Jin, necesitaba respuestas ahora.

Ese niño…

¿Qué sucede si estaba escondiendo su obsesión a Jin desde niños tras su “enamoramiento” hacía Rin? ¿Ocultando cuidadosamente su apego obsesivo hacia la pequeña niña de ojos de corazón? Siempre juntos, siempre como una sombra de ella, siempre sabiendo que decir, siempre actuando como lo necesita Jin, siempre observándola más atentamente que nadie…

Sakumo se estremece.

Rin, Jin.

Sus nombres son tan similares de pronunciar, tan cortos, tan fáciles de confundir.