So Simp [Yandere! Uchiha Obito]

Naruto (Anime & Manga)
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So Simp [Yandere! Uchiha Obito]
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Summary
[Serie So or Mine]Obito, víctima de sus errores y pesadillas, termina retrocediendo en el tiempo debido a que fue presa de un destino que nunca fue suyo en primer lugar.El sabio de Seis caminos sabe que sus hijos torcieron el mundo y lo destruyeron por culpa de sus acciones, decide que es hora de que las víctimas reciban su justa compensación.Jin reencarna en el mundo de Naruto, como Simp dedicada del trágico Obito y su horrible destino de mierda, Jin decididamente decide que va a seducir a Obito a como de lugar, ¡A la mierda Rin! ella será el crush de Obito.Porque en su mente, Jin sabe que Rin es una persona muy amable y no le debía nada Obito por su afecto incondicional, pero igual siente que Rin fue un poco mierdas al ignorar arbitrariamente a Obito y dejarlo de lado ante la primera oportunidad en pos de Kakashi, que ni siquiera le dirigía la mirada.
Note
ACLARACIONESHace años que no me veo Naruto, pueden haber incongruencias y meteré algunos headcanons a mi gustoPuede que no te guste mi contenido, así que, si no quieres leer mi historia, está bien, pero no critiques mi trabajo porque no es de tu gusto Esta historia contiene:ObsesiónDependencia emocionalMuerte de personajesViolencia canónica del universo de narutoAmenazasNormalización de comportamientos no saludablesMachismo y MisoginiaEtc.
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lxxxviii. novios

Una vez vestidos, Jin en un lindo pijama rosa de fresas de cuerpo completo, con pantalones largos y mangas largas que se abotonaba hasta el cuello -porque Jin empezó a desconfiar de la calentura de Obito. Si muestra un centímetro de piel ¿Esta pequeña bestia se lanzará nuevamente sobre ella? A menos de que le pida ser pareja, ella no se soltaría tan fácilmente- y Obito con unos simples pantalones de chándal grises y una camisa de compresión negra, ambos estaban sentados en la cama frente a frente.

—Entonces… ¿Qué somos? —preguntó Jin mientras abrazaba sus rodillas.

Claramente, después de ducharse y cambiarse, Jin había sacado un simple y común sello anestésico -sí, después de muchas pruebas y errores, lograron crear sellos que pueden hacer los mismos efectos que alguna drogas de emergencias, el único problema es que para producirlas se necesita un control de chakra ridículo o una cantidad de chakra ridícula, puedes elegir al crear entre cantidad o eficiencia- de su sello de almacenamiento y se puso dos por si acaso, por lo que su cuerpo ya no le dolía en absoluto, pero si se sentía un poco incomoda.

Era como tener la regla nuevamente, solo que en vez de sangre, era semen.

—¿Qué somos? —preguntó de vuelta estúpidamente Obito y la miró genuinamente sorprendido y conmocionado.

Ella se le había declarado, él también y ambos habían hecho el amor dos veces, entonces, ¿Por qué le hace esa pregunta? ¿No declararse los hace automáticamente novios?

—Hum… —Jin apartó la mirada con las mejillas sonrojadas al ver la cara tonta y confundida de Obito.

Si, era muy lindo cuando estaba todo estúpido ahí.

Bueno… aunque te me declaraste y yo me declaré hace meses e incluso hicimos el… delicioso… nunca me preguntaste si quería ser tu… pareja —respondió Jin sintiendo sus mejillas arder.

Más que hacer el delicioso, Obito se la había comido de pies a cabezas, como si ella fuera la caperucita roja y él el gran lobo feroz.

Solo que esta vez nunca llegó el cazador.

—Hum… ¿´Delicioso…´? —preguntó confundido intentando comprender la metáfora de Jin.

—El… frutifantástico… —Jin miró la cara aún más confundida de Obito—, el sin respeto… —Obito parecía que le iba mal el wifi, porque no agarraba la señal, por lo que Jin tuvo que ser más directa—. Un polvo, un recostón, dormir juntos, revolcarnos, coger, culear, follar, fornicar… —Obito se puso rojo hasta las oreas y detuvo la mal hablaba boca de Jin mientras humo salía de sus orejas.

—¡Y-ya entendí! —chilló avergonzado y tembloroso el Uchiha, por lo cual Jin miró a Obito con una cara de Póker, ¿Cómo es posible que este hombre, que apenas hace unos minutos estaba saltando sobre ella, ahora estaba tan avergonzado por lo que decía?

Había mil maneras de decir hacer el amor, ni siquiera iba a la mitad y el mismo sujeto que la presionaba contra la cama sin dejarle descansar o respirar, ahora era una masilla de nervios porque le decía que tuvieron sexo.

Hombres, ¿Quién los entiende?

Ejem… en… en ese caso… ¿Quieres ser mi novia? —preguntó Obito mirando para otro lado mientras se rascaba el cuello nerviosamente, su mente aun rememorando la… creatividad de Jin para decir que hicieron el amor.

Al menos, cuando tuvieran hijos no tendría que preocuparse por inventar un nombre para cuando quisieran hacerlo.

—¡Sí! —Jin se lazó rápidamente hacia Obito, el cual la atrapó y cayó sobre la cama mientras Jin lo invadía de besos.

Obito sintió como la sangre se le iba a la cabeza y la emoción corría a flor de piel, por lo que sus brazos rodearon firmemente la cintura de Jin mientras correspondía a los besos con la misma efusividad de la mujer, haciendo que ambos se plantaran besos en la cara del otro de forma enamorada mientras una dulce y melosa atmósfera los rodeaba.

Jin se apretó un poco más a Obito y besó sus labios dulce y apasionadamente, sintiéndose ebria por la obvia emoción de Obito ante el hecho de su respuesta afirmativa. El Uchiha correspondió al beso y duplicó la pasión mientras sus ojos brillaban, rápidamente el beso se profundizó y ambos estaban soltando alguno que otro jadeo mientras sus manos recorrían el cuerpo del otro con necesidad.

Por supuesto, Jin no pudo soportar la tentación de pellizcar esos bonitos pectorales que tenía, al que ahora podía llamar con todo orgullo, su hombre. Jin se separó jadeando y miró al Uchiha con ojos brumosos, sus labios ligeramente hinchados y brillantes, pero él no soportó la idea de separarse durante mucho tiempo, por lo que besó su barbilla y mordisqueó sus labios entre abiertos antes de volver a sumergirlos en un apasionado beso.

Le lengua del hombre se deslizó rápida y fácilmente por los labios entreabiertos de la mujer y empezó a acariciar los dientes, encías y paladar de la mujer antes de iniciar una apasionada danza entre sus lenguas. Pequeños jadeos y gemidos entrecortados escapaban de sus labios mientras un sonido ligeramente húmedo y viscoso resonaba en sus oídos.

Obito lentamente empezó a darles vuelta, sus manos acariciando por debajo del adorable pijama de fresas de Jin, sus palmas sobre el abdomen de su amada mientras sus dedos pellizcaban la piel a su alcance, sus piernas entre las de la mujer y su fuerte cuerpo masculino presionando hacia abajo el suave cuerpo femenino de Jin.

—… —Kakashi, que llegó de una misión y escuchó ruidos en la habitación de su hermana, abrió la puerta de la habitación de Jin, solo para encontrarse a su adorable hermanita siendo presionada por su mejor amigo, el cual ni siquiera parecía haberse dado cuenta de su presencia mientras devoraba los labios de su hermanita.

Jin abrió sus ojos ligeramente y, por casualidad, miró hacia la puerta de su habitación solo para congelarse y apretar inconscientemente los pectorales de Obito, el cual gimió ligeramente en el beso a la vez que una de sus manos se deslizaba de su abdomen hacia su espalda y metía su cálida mano debajo de sus pantalones y bragas, apretando firmemente su trasero, pegándola aún más a sus caderas y haciéndola sentir su gruesa madera maciza.

Los ojos de Jin se pusieron en blanco mientras sudaba nerviosamente a la vez que su cuerpo temblaba como una hoja despavorida en una terrible tormenta. Nerviosamente, Jin empezó a darle suaves golpecitos en el pecho al Uchiha, el cual no pareció darse cuenta mientras gruñía ligeramente contra sus labios y continuaba besándola.

Entonces, una cantidad considerables de Kunais iban directamente hacia la cabeza de Obito, listo para matarlo a la vez que una espesa intensión asesina inundaba la habitación, pero la barrera había tallado Jin en los marcos de su cama se activaron y los Kunais rebotaron, provocando un sonido metálico al chocar entre sí y caer débilmente en el suelo, haciendo que Obito se separara de sus labios un poco borracho de felicidad y confundido por el ruido metálico.

Y entonces, sus ojos cariñosos miraron miró el rostro asustado y pálido de Jin, la cual miraba hacia la puerta como si hubiera una especie de monstruo aterrador que prometía una muerte horrible, por lo que razonablemente miró hacia la puerta, solo para congelarse entendiendo el miedo de Jin….

—Oh… hijo has vuel… —Sakumo, el cual iba directo hacia el dojo en la planta inferior para practicar su manejo en la espada -después de todo, Sakumo desde hace mucho tiempo había decidido seguir el camino de un samurái y no dejará de blandir su espada hasta el día de su muerte-, se detuvo en medio del camino cuando observó a Kakashi parado en la puerta de Jin.

Era normal que Kakashi o Jin irrumpieran en la habitación del otro sin avisar, supone que es una mala costumbre que no corrigió de niños y se les quedó grabada en la piel como una muestra de cercanía entre hermanos, por lo que no le extrañaba que Kakashi tomara algunas cosas de la habitación de Jin o viceversa sin avisar, por lo que no se vio afectado por el aura asesina de su hijo.

Quien sabe, quizás Jin le robó alguno de esos libros de mal gusto que leía su hijo y por eso estaba molesto, después de todo, su hijo era un idiota que coleccionaba las pervertidas obras de Jiraiya -¡Sakumo maldice el día en que decidió presentarle a su hijo a su viejo amigo! ¡Jiraiya, ese pedazo de mierda pervertida corrompió a su dulce e inocente hijo! Sakumo debió de calcinar a esa vieja rana la primera vez que lo encontró espiando en las aguar termales-. Sin pensar mucho en ello, Sakumo se acercó para mirar lo que observaba su hijo -quizás pueda quemar ese libro, cree seriamente que su hijo se volverá impotente si deja el romance y la pasión de lado por leer esos libritos pervertidos suyos, ¿Qué tenían de bueno leer esos libros en comparación con la realidad? Era mucho mejor experimentarlo por sí mismo, Kakashi tenía a esa muchachita de su equipo loca por él y su hijo cobardemente se refugiaba en sus libros en vez de arriesgarse y formar una relación, una decepción-.

Entonces, cuando se estaba preparando mentalmente para quemar cierto libro de autoría de su viejo amigo, lo que se encontró al ver dentro de la habitación de su querida hijastra no fue el libro de Kakashi tomado como rehén en una trampa flotando con una cuerda sobre fuente llena de agua -Jin había repetido muchas veces esa escena cuando se enojaba con Kakashi, a vece era agua, otras veces era fuego- con peces Koi, los cuales eran un reemplazo de “tiburones”, sino que lo que se encontró fue a su querida y dulce niña siendo presionada hacia abajo por cierto Uchiha el cual le había roto el corazón hace algunos meses atrás.

Rápidamente el tanto en su mano se desenfundó y un poderoso corte plateado con chakra rayo se precipitó hacia Obito, el poder detrás del ataque era lo suficientemente fuerte para partir decenas de árboles sin siquiera ralentizar la precipitada velocidad a la que iba, pero aquel poderoso corte se vio detenido durante un minuto completo por una poderosa barrera, la cual empezó a temblar ligeramente antes de disipar el corte y redirigir la energía sobrante hacia la tierra, haciendo que hubiera un ligero movimiento sísmico en su hogar.

Jin miró boquiabierta a ambos albinos, Sakumo incluso estaba revelando sus colmillos mientras que Kakashi gruñía como un pero rabioso.

Esto… ¿Esto es la legendaria escena de papá sobreprotector y hermano bro-con?

Sabiendo que Sakumo-san es un monstruo cuando se enoja lo suficiente, Jin le dio unas palmaditas en el hombro a Obito para que espabilara y escapara rápidamente a su dimensión kamui o se teletransportara lejos para no sufrir la ira de ambos Hatake´s, los cuales estaban más que dispuestos a matarlo de forma terrible.

Al sentir los ligeros golpecitos en sus brazos, Obito miró a Jin y, sus ojos se conectaron, no se pronunciaron palabras, el ónix y fucsia chocando entre sí, hablando silenciosamente sin siquiera abrir la boca y Obito entendió todo lo que Jin le quería decir.

Un último beso en los lindos labios de Jin y escapó con su kamui.

Ambos Hatake pensaron que Obito no era muy inteligente o que los estaba subestimando, porque rápidamente ambos llamaron a sus invocaciones. Jin empezó a sudar ligeramente mientras estaba más pálida que Sai, ¿Qué demonios? Ambos hombres parecían perros de caza y Jin quería llorar, pero no tenía lágrimas.

—¿K-Kashi-nii… p-padre? —llamó Jin temblorosa al ver las expresiones mortales de ambos albinos y sentir la fuerte intensión asesina de ambos.

—Luego hablaremos contigo, señorita —siseó solemnemente Sakumo y Jin sintió que se le escapaba el alma por la boca.

—Hum, solo arreglaremos cuentas con ese Uchiha —la voz de Kakashi siseó tanto veneno cuando pronunció el apellido de Obito que Jin rezó interiormente por Obito.

Entonces las invocaciones aparecieron y guiaron a padre e hijo hacia la dirección del hombre que se había colado en la habitación de la princesita de la casa y se atrevió a poner sus sucias patas sobre ella. Mirando la situación, Jin solo pudo quedar allí sentada en la cama, con la ropa y el pelo desordenados mientras sus ojos estaban fijos en la puerta abierta de su habitación.

Después de unos minutos, Jin se levantó de la cama y lentamente se dirigió al espejo para ver qué tan mal le iría a su pobre novio, solo para ponerse un poco pálida al ver su apariencia desordenada.

Si, definitivamente le darían la paliza de su vida a Obito.

Su pijama estaba abierto en la zona del cuello, lo que le daba un seductor escote que revelaba su piel blanca y pálida como la porcelana, adornada con flores rojizas y moradas junto con caminos rojizos que formaban óvalos, su camisa estaba ligeramente subida hasta la cintura a la vez que sus pantalones estaban un poco bajos revelando alguna que otro sendero de moras… o en palabras menos floridas, sus pechos tenían chupetones y mordeduras al igual que todo su cuello, mientras que sus caderas tenían marcadas más manos y los cinco dedos de Obito.

Incluso el ataque de un vampiro dejaría menos marcas, era como si la hubieran intentando estrangular o la hubiera molido a golpes.

Al ver su apariencia lamentable en el espejo, Jin ni siquiera quiso ver el recuento de desastre del resto de su cuerpo, seguramente estaría mucho peor, considerando que Obito era un hombre posesivo que la besó de pies a cabeza mientras le follaba hasta la estupidez. Suspirando de resignación, Jin caminó hacia su armario para encontrar otra ropa que ponerse.

Hacia demasiado calor para utilizar abrigada ropa de invierno, pero con un sello regulador de temperatura se las apañaría. Mirando su armario, buscó ropa que la cubriera de pies a cabeza, solo para encontrar que todo lo que la cubriría realmente bien, era el horrible traje verde que le regalaron Dai y Guy en su cumpleaños número diez.

Al menos había crecido, pero esa cosa era elástica… aun así, Jin se negó a ponerse esa cosa.

Claro, podría estilizarla, porque, ¿Quién dice que ese traje no es modificable? Podría ser bastante bonito si se las ingeniaba, pero era vaga y no le importaba la alta costura, por lo que esos trajes se quedaron más como un recuerdo que como un traje para usar.

—¡Oh, pero mi dios! ¡¿Qué demonios, Obito?! ¡Esto es infumable! —Jin gimoteó al verse en el espejo, llevaba una falda corta blanca, pantis negros y una camisa de compresión negra tipo Anbu, pero lo único que vio en el espejo eran tenues manchas oscuras en sus piernas, los cuales dedujo que eran chupetones y mordiscos en sus clavículas y hombros.

Jin se cambió y se quitó la falda blanca junto con los pantis mientras hacía un puchero al ver la cantidad de chupetones, mordeduras y moretones en sus piernas, por lo que se colocó calcetines altos negros a la vez que buscaba algún pantalón largo hasta que encontró un beige.

Como nunca había tenido que preocuparse por la temperatura en invierno gracias a los sellos en su ropa, Jin nunca tuvo que comprar ropa pesada de invierno, así que la mayoría de su ropa consistía en faldas, vestidos, kimonos, qipaos y cualquier cosa que no sea pantalones a menos que de que sean de pijama.

Ahora se arrepiente profundamente de su amor a las faldas frescas y a tener las piernas libres ya que sus ataques cuerpo a cuerpo suelen ser más patadas que puñetazos. Llorando chibibizada, Jin juró que se compraría más pantalones, ¡Ahora que tiene de pareja a una pequeña bestia lujuriosa, Jin teme que tendrá que ocultarse para toda la vida!

Eso, o hacer un sello.

Jin se detuvo mientras entrecerraba sus ojos con el pantalón a medio abrochar.

Eso sonaba plausible, un sello con un ligero genjutsu…

Entonces suspira, no, olvídalo, fuera en las misiones funcionaría, ¿Pero cuando esté con Kushina, Orochimaru y Minato? No, simplemente su sello no desaparecería y con la cantidad de Hyugas a su alrededor, incluso si no pueden ver su sello, definitivamente notarían el chakra del sello de genjutsu con su Byakugan y podrían sospechar que es una posible traidora… cuando solo quiere ocultar que su pareja es un mordedor empedernido que necesita remarcar su dominio sobre ella a través de marcas de amor.

Jin se pone verde ante el posible escenario en donde la interroguen por utilizar un sello de genjutsu y ella tenga que revelar la verdad para que no la encarcelen… y que todos sepan su vergonzoso secreto de que cogen como conejos…

Se pone aún más verde al imaginarlo ante esos amargados Hyugas, ¿Y si de casualidad llegara a Nori? Si bien se ablandó después de comer su comida, ¡Seguramente todos sus prejuicios caerían nuevamente sobre su cabeza y creería que es una puta desvergonzada!

Si bien no ha sabido nada del chico Hyuga, espera de todo corazón que esté bien.

—Oh dios, maldita sea Uchiha, ¿Qué tenían mis tobillos, eh? —Jin se queja al ver que el pantalón no cubre sus tobillos, por lo que debería de mostrarlos, ¡Pero tienen moretones con marcas de manos! Creerían que la golpearon o que tiene los tobillos mal y debería ir al médico.

¿Acaso la tomó de los tobillos en alguna posición extraña o qué? Negando con la cabeza, una nube negra aparece sobre la cabeza de Jin.

Días oscuros se aproximan…

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