So Simp [Yandere! Uchiha Obito]

Naruto (Anime & Manga)
F/M
G
So Simp [Yandere! Uchiha Obito]
author
Summary
[Serie So or Mine]Obito, víctima de sus errores y pesadillas, termina retrocediendo en el tiempo debido a que fue presa de un destino que nunca fue suyo en primer lugar.El sabio de Seis caminos sabe que sus hijos torcieron el mundo y lo destruyeron por culpa de sus acciones, decide que es hora de que las víctimas reciban su justa compensación.Jin reencarna en el mundo de Naruto, como Simp dedicada del trágico Obito y su horrible destino de mierda, Jin decididamente decide que va a seducir a Obito a como de lugar, ¡A la mierda Rin! ella será el crush de Obito.Porque en su mente, Jin sabe que Rin es una persona muy amable y no le debía nada Obito por su afecto incondicional, pero igual siente que Rin fue un poco mierdas al ignorar arbitrariamente a Obito y dejarlo de lado ante la primera oportunidad en pos de Kakashi, que ni siquiera le dirigía la mirada.
Note
ACLARACIONESHace años que no me veo Naruto, pueden haber incongruencias y meteré algunos headcanons a mi gustoPuede que no te guste mi contenido, así que, si no quieres leer mi historia, está bien, pero no critiques mi trabajo porque no es de tu gusto Esta historia contiene:ObsesiónDependencia emocionalMuerte de personajesViolencia canónica del universo de narutoAmenazasNormalización de comportamientos no saludablesMachismo y MisoginiaEtc.
All Chapters Forward

lxxix. cena

Jin partió suavemente el bistec jugoso el cual le habían servido, ya era otro día y estaban almorzando en un lujoso hotel el cual la familia de su “prometido” había reservado una planta completa para no mezclarse con “plebeyos” y más mierdas clasistas.

Sus suaves labios tintados de rosa pastel y fucsia se entreabrieron ligeramente mientras cerraba sus ojos para disfrutar de la tierna y sabrosa carne de un hotel catalogado como “5 estrellas” según las personas de este lugar.

Jin sentía que sabía a cartón, ella podía cocinar mucho mejor.

—Entonces… ¿Jin, verdad? —habló la madre de su prometido, una mujer un poco bajita, de una apariencia extremadamente delicada con una piel tan pálida y lisa que casi parecía una delicada y frágil muñeca. Ella tenía grandes ojos de ciervos morados, los cuales poseían espesas pestañas rubias las cuales eran tan pálidas que bien se podrían decir que eran blancas.

Nomi tenía delgadas cejas rubias como si un delicado y delgado pincel las hubiera delineado cuidadosamente en su perfecto rostro de porcelana, una pequeña naricita de botón, labios pequeños y regordetes que estaban sonrojados suavemente al igual que sus pálidas mejillas tenían un color rosado vivo. Su largo cabello rubio platino caía como una suave y elegante cascada, libre de imperfecciones con las aguas más puras e impías.

La señora era guapa, incluso parecía mucho más joven de lo que era, su rostro tan pequeño y delicado descendía en un cuello fino el cual incluso Jin, sin tener las manos muy grandes, podría rodear fácilmente con una sola mano. Sus hombros eran delgados con un ligero rubor, sus bellas clavículas estaban marcadas en su delicada piel y un generoso busto que podría competir con el de su madre.

Nomi era toda una belleza fuera de liga, poseía una cinturita delgada y pequeña con un vientre totalmente plano, sin definición como el que conseguiría alguien que hace ejercicio para alcanzar su físico esbelto y elegante, pero no se quedaba solo en la elegante belleza de una muñeca, sino que también poseía un generoso trasero regordete con largas piernas tan suaves y perfectas que parecían de ensueño.

Mirando de reojo a la hermosa mujer, sus vestimentas estaban a juego con su temperamento elegante y frágil, un vestido estilo chino que Jin no sabría identificar el nombre, pero era muy hermoso en tonos blancos y turquesas con encajes.

Honestamente, Jin no sabe si Nomi intentaba ocultar su belleza con el “velo” de piedras preciosas cubriendo la mitad inferior de su rostro o si era realmente era para profundizar su hermosa belleza decorándose a sí misma con delicadas y prolijas joyas.

—Ese es mi nombre —asintió Jin terminando de mascar el bistec en su boca sintiendo como desaprobaba completamente esta comida. En serio, no era nada realmente bueno, no eran comidas delicadamente preparadas con condimentos especiales ni nada parecido.

Jin se siente estafada, ¿Realmente esta comida sin sabor era tan cara como una pequeña casa de un piso con dos habitaciones? Su padre siempre que saliera de viaje de negocios le traería toda clase de condimentos y especies para la cocina, incluso si algunos no son de su agrado, Jin puede trabajar con ellos a un nivel decente que sabría mejor a esta basura que llaman comida gourmet.

Entonces, ayer te vi mirando mucho a nuestro Yoichi, él es realmente guapo, ¿verdad? —Nomi la miró con una sonrisa falsa y ojos astutos como los de un viejo zorro—. Nuestro Yoichi es tan encantador, a donde quiera que vaya atrae a tantas bellezas, no deberías de ponerte celosa cuando eso ocurra, ya que tú serás su esposa oficial, ¿Verdad? El deber de toda esposa es complacer a su marido y hacerlo feliz, no importa si hay algunas concubinas de por medio, solo debes aprender a controlarlas

Jin escupió groseramente en al plato un trozo de nervio de la carne, interrumpiendo fácilmente la perota estúpida de la señora y las personas a su alrededor la miraron con asco por su grosera acción, mientras que su madre la miró furiosa por avergonzarla. Jin decidió que había anotado un gran punto a su favor.

—No es un dragón ni un conejo, no me importa —habló desinteresadamente Jin limpiándose la boca y mirando con aburrimiento a la mujer—. Su hijo, en total sinceridad, no me aparece en lo más mínimo atractivo —Jin apoyó su mejilla en su mano mientras jugaba con el puré que estaba servido con el bistec.

Estaba tan seco, ¿Eran papas o arena sabor a papas?

—¿D-dragón? ¿Conejo? —Nora hizo un mal trabajo al ocultar su asco e indignación al ver sus acciones “barbáricas” y faltas de modales en la mesa.

—Si, su hijo no parece un heroico y fuerte dragón que impone respeto con su presencia ni es un suave conejo al cual pellizcar. Sinceramente, me parece más atractivo su hijo menor, Kisho, que mi disque prometido —habló directamente Jin mirando con aburrimiento a la mujer y cambiando a una mirada afilada hacia Kisho, casi como si estuviese planeando lanzarse a devorarlo por completo, haciendo que el rubio menor se sonrojara y se encogiera en su asiento tímidamente cubriendo su rostro acalorado.

Kisho no sabía cómo reaccionar ante las palabras tan directas y rudas de Jin, su rostro estaba completamente sonrojado mientras su cuerpo ardía y temblaba como un pequeño conejito sintiendo las lágrimas de vergüenza acumularse en sus ojos, ¡La mirada de Jin era tan intensa que sentía como si lo estuviera desnudando!

—¡¿Cómo te puede parecer más atractivo ese ratón cobarde de ahí?! —preguntó indignado Yoichi mirando ofendido a Jin mientras señalaba groseramente a su hermano menor.

—¡No ofendas a los ratones, ellos son bonitos y lindos! —exclamó Jin con indignación en su voz y golpeando la mesa mientras se levantaba mirando con ira al rubio— ¡Los ratones cumplen muy bien sus labores de investigación, creación, innovación y son simplemente muy útiles para misiones de infiltración! ¡No subestimes el poder de los ratones!

Jin se sentía muy ofendida, ¡Sus pequeños ratoncitos eran los mejores! Ellos día a día se esfuerzan para aprender dos idiomas, a leer y escribir cuando nunca lo necesitaron, se esfuerzan mucho para aprender sus sellos y han intentado innovar por su cuenta incluso si son sellos simples que ella hizo hace mucho tiempo atrás.

¡Jin valoraba mucho el esfuerzo constante de sus ratoncitos! ¡Jin no podría soportar que subestimaran a sus ratoncitos! ¡Los ratoncitos son tan trabajadores e inteligentes! ¡Han estado demasiado tiempo en el fondo de la cadena alimenticia! ¡Ella los elevaría a la cima!

—¡Mis ratones son lo máximo! —exclamó Jin furiosa y apuntó a Yoichi con rabia— ¡No los cambiaría ni aunque me ofrecieran un contrato de invocación con los tres montes sabios! ¡Y no me faltan conexiones como para recibir los tres pergaminos de invocación! ¡Estoy segura de que Minato-sama, Orochi-san y Tsunade-sensei estarían más que felices de entregarme sus pergaminos de invocación!

—¿Eres shinobi? —preguntó una de las hermanas menores de Kisho, la cual rápidamente analizó las palabras de Jin y sus ojos brillaron en codicia, si esta mujerzuela grosera y ruda realmente conocía a shinobis poderosos y tenía conexiones con ellos, su familia ascendería a un nuevo nivel— ¿Conoces personalmente a Hokage-sama, Orochimaru-sama y Tsunade-hime?

—Hum… —Jin se cruzó de brazos debajo de su regordete pecho y miro con desdén a estos malditos ´cuicos de mierda´ con los que compartía mesa.

—¡Aisawa Jin, no tienes permitido hablar así en la mesa! —exclamó Ema con ira en sus ojos y Jin subió los pies a la mesa mirándola con desdén mientras balanceaba su silla, apoyando todo el peso en las patas traseras de la silla como lo haría cualquier estudiante aburrido en clases.

—¿Y tú quién eres para decirme que hacer o qué, Ema? —espetó groseramente Jin haciendo que los presentes en la mesa jadearan ante fragante su insolencia—. Te recuerdo que mi nombre es ´Habibi Jin´, no “Aisawa Jin”. Recuerda tu posición, Ema. Renunciaste a los derechos paternales después de que violaste los acuerdos de visita que el juez estableció después de divorciarte de mi papá.

—¡Jin…! —la mirada de su madre estaba roja de ira, al igual que la mitad superior de su rostro mientras las venas se hinchaban en su cara.

Mencionar que una mujer se divorció es un gran tabú, una deshonra para la mujer y una mancha en su impecable registro.

—¿Tanto te gusta mi nombre? —se burló Jin mirándola con frialdad— “Jin esto” “Jin aquello” vete a la mierda, vieja bruja. Si no fuese porque amenazaste con matar a Kisho y los mellizos, bien podrías estar hundiéndote en tu farsa de hipocridades. La única razón por la que estoy aquí es simple, evitar la muerte de Kisho y, tal vez, encontrar las suficientes razones que me den oportunidad para volar tu puta cabeza del cuello.

—¿P-por qué no nos calmamos todos? —habló Nomi sudando y temblando mientras miraba la escena entre madre e hija. Ema tenía un espeso instinto asesino similar al de un león furioso, pero Jin la superaba con sus ojos brillando mientras el agua en sus comidas temblaba, su instinto asesino pareciendo a un dragón a punto de lanzar fuego sobre sus cabezas.

O, mejor dicho, agua.

Después de todo, Jin poseía el elemento agua como elemento principal y el secundario viento.

Ni lo mencionen, Jin intentó una vez unir sus elementos en un sello para hacer el elemento Hielo y casi se vuela un brazo, por lo que obedientemente aprendió que el hielo queda mejor en su nevara que para ataques.

O al menos… Jin recuerda la terrorífica Tsunade y guarda sus intenciones hacer el elemento hielo bajo el tapete.

Necesita más Orochimarus… digo, fanáticos obsesionados, digo, personas interesadas en la ciencia y los sellos por el bien común de las personas.

Kushina está descartada porque ella atraería con mucho gusto a Minato, pero Minato es un aguafiestas por culpa de sus dos guardaespaldas que ya pusieron su nombre en una diana.

Jin estaba segura que si no fuese tan útil, Fugaku y Shikaku ya habrían colgado su cabeza en la puerta de la aldea para que deje de corromper a su Hokage y deje de crear cosas que potencialmente podrían destrozar la aldea, por no decir que podrían provocar la destrucción de toda su nación ninja o el mundo.

¡Jin se siente agraviada! ¡Orochimaru y Kushina también actúan con ella! ¡Ellos son mayores que ella! ¿Por qué solo le echan la culpa por todos los sellos locos y potencialmente destructivos? Solo mencionó la bomba atómica de casualidad a Kushina y luego de pasada habló con Orochimaru sobre las armas bioquímicas, ¡Ella ni siquiera tenía conocimiento en esas áreas! ¡Solo sabía cosas de pasada! ¿Por qué entonces era su culpa que esos dos crearan armas de destrucción masiva que no distingue entre aliados y enemigos? ¿Acaso es su culpa que esos dos locos tomes sus palabras literalmente como una especie de mantra sagrado a la hora de crear cosas nuevas y potencialmente peligrosas?

Si no hubiera propuesto una especie de inteligencia artificial a base de sellos para reparar automáticamente las barreras de la aldea y creándola en tiempo récord para mantener su cabeza sobre su cuello, Jin cree seriamente que esos terroríficos guardianes del Hokage bien podrían haberla tachado de ninja enemigo y exiliado de la aldea poniendo su nombre en el libro bingo y llamándola renegada.

¡Jin solo quería hacer sellos! ¿Por qué toda la culpa recae en ella?

—Me voy, perdí completamente el apetito con esta basura de comida —se burló Jin acercándose al balcón del lugar, haciendo que los Hagino soltaran gritos ahogados al ver su actuación.

La familia de Yoichi y Kisho estaba alterada, ¿Acaso Jin despreciaba tanto este matrimonio concertado que se iba a suicidar? ¿Estaba tan determinada a no cumplir con los caprichos de su madre que iba a terminar con todo para frustrar su alianza matrimonial? ¿Era hasta aquí donde llegaba sus planes de tomar todo lo que tuviera esta perra arrogante de Ema y robarle todo a través de su inútil hija?

La más alarmada era Nomi, ¡Ella no solo no quería a esta posible “nuera”, sino que la despreciaba! Podría desearle la muerte, ¡Pero eso tendría que ser después de casarse con su hijo! ¡Solo de esa forma podrían tomar todo lo que por derecho le pertenece a esa grosera y molesta chica que intenta casarse con su bebé!

Su bebé merecía más que esa mujerzuela shinobi, ¡Pero ella solo era un escalón para su hijo! ¡Un trampolín! Su pequeño Yoichi tomaría todo de Jin y se lo arrebataría, seguramente se divertiría con ella por sus impulsos masculinos siguiendo sus innegables instintos de hombre, ¡Pero eso no querría decir que la aceptarían como parte de la familia! Incluso si de alguna manera esa mujerzuela lograse darle un hijo a su bebé, ¡Ese bastardo nunca sería su nieto! Nomi no dudaría en causarle un aborto a Jin si se embarazara de su querido Yoichi, ¡Solo de esa forma podrían mantener digna la sangre Hagino!

Pero primero, ¡Necesitaba que se casaran! ¡Solo de esa forma lograría colar completamente a su primogénito frente a los otros hijos de su marido! Esa escoria… ¡Esa escoria que se atreve a intentar agregar a los hijos de concubinas! Nomi desprecia de los niños menores por ser bastardos de sirvientas, pero al menos su esposo tenía el suficiente cerebro como para saber que ellos no deberían de heredar nada.

Es una lástima que el único hijo verdadero del cerdo de su esposo en realidad sea un enfermizo bueno para nada, ¡Pero eso no importa! Cuando su pequeño Yoichi tuviera en sus manos la fortuna de Jin, ella podría patear a su inútil esposo y casarse con su cuñado. Después de todo, Jiro es mucho mejor que su esposo Koji, no solo es mejor en la cama, tiene más resistencia, es más guapo y tiene ambición, ¡Sino que también sabe cómo tratarla! No entiende porque su suegro no le dio el puesto de presidente a Jiro, pero eso no era de importancia cuando pusieran sus garras sobre el dinero de esa tonta grosera.

¡Jin no podría frustrar sus planes!

¡Ella iba a patear a su esposo cuando tuviera en sus manos la fortuna de esa niña, le quitaría todo, chuparía hasta la última gota de su sangre y luego la echaría a la calle como la puta que es!

—¡P-por favor, Jin, recapacita, podemos hablar las cosas! —exclamó profundamente alterada Nomi intentando detener a Jin la cual estaba de cuclillas sobre el barandal.

Esta mujer ni siquiera le brindaba de los honoríficos básicos.

Jin se burló internamente.

—Adiós~ —Jin les sonrió llena de dientes a contra luz, dando una apariencia aterradora y juntó chakra rápidamente, sabiendo muy bien cuanto despreciaban a los shinobis las familias ricas aparte de pedir misiones de protección.

Entonces, Jin desapareció en un pequeño remolino de aire.

Maldita puta, ahora es una sucia shinobi con algunos truquitos intentando avergonzarla, ¿Con cuántos hombres se habrá acostado “por la misión”? ¡Asqueroso! Esperaba que esta sucia puta no le contagiase nada a su bebé, ¿Quién sabe cuántas enfermedades tendrá por acostarse con tantos hombres?

Forward
Sign in to leave a review.