![So Simp [Yandere! Uchiha Obito]](https://fanfictionbook.net/img/nofanfic.jpg)
xlviii. té
Honestamente, lo más difícil para Jin fue darse cuenta de que todo no fue una… pesadilla.
Solo basta decir que ese primer mes durmió diariamente con su abuelita para alejar las pesadillas y, a pesar de que estaba bastante grande, su abuela no se quejó ni dijo nada, sino que la abrazó suavemente con su compasión infinita y siempre la ayudó con cada pesadilla que tenía comprendiendo su dolor.
Realmente dolían las miradas que le daban su padre, Sakumo-san y Kakashi cuando se alejaba de ellos o su toque inconscientemente o se sobresaltaba cuando no los sentía llegar, casi chillando mientras se ponía pálida, peor cuando las diferencias de altura la hacían casi desmayarse, pero no podía evitarlo cuando en su memoria esa experiencia traumática aún estaba fresca como si fuera hace tan solo hace unas horas.
Malditos ninjas de Iwa…
Tsunade, Rin y Shizune la ayudaron diligentemente con su recuperación, no faltaron ningún día en acompañarla y asegurarse de que ella estuviera en óptimas condiciones, registrando sus progresos día a día, a veces ellas incluso se quedaban un rato y pasaban tiempo juntas, a veces horneando, otras simplemente jugando algún juego de mesa o chismeando.
Quien iba a decir que había tantos dramas de hospital.
¡Quien iba a decir que Rin y Shizune eran tan chismosas!
Jin no buscaba el chisme, el chisme iba tras de ella.
Y había mucho más chisme por parte de Genma, el cual había estado floreciendo en su pubertad y había pegado un digno estirón que hacía a algunas chicas suspirar tras de él. Jin le dijo dramáticamente lo decepcionada que estaba con él por ser un casanova, las chicas la apoyaron mirándolo con desaprobación haciendo que el castaño se pusiera a la defensiva y alzara las manos intentando parecer inocente mientras se excusaba en su belleza.
Genma intentó defenderse, realmente lo hizo, pero Kakashi, siendo el rompe corazones que es, le dijo que al menos él -Kakashi- no actuaba como un imbécil pretencioso e iba dejando esperanzas en los corazones de las chicas cuando ni siquiera les iba a dar una segunda mirada, ni que iba por toda la aldea coqueteando con cualquiera que tuviera el mínimo de trasero o tetas.
Ebisu le trajo algunas buenas novelas románticas de las cuales hablaron apasionadamente durante algunos días hasta que accidentalmente trajo una novela erótica y no apareció durante una semana completa -estaba muy mortificado que se le escapara una novela picante-.
Jin, con el rostro sonrojado, no puede evitar leer atentamente esa novela erótica que no era tan pervertida como las cosas de la era moderna, pero tenían lo suyo. Honestamente, era más un sexo vainilla que cualquier otra cosa, un lenguaje demasiado florido para expresar el acto de hacer el amor y ni siquiera intentaba utilizar el lenguaje “vulgar” y directo que era decir “polla” o “coño”, aun así, Jin disfrutó de la novela.
Hey, está acostumbrada a los animes, mangas y fanfics, esas mierdas si son pervertidas a comparación con cualquier cosa que Ebisu leyera, incluso las revistas eróticas que consistían en chicas en bikini en realidad no eran nada en comparación a lo que te podría aparecer en tu navegador si buscas un término incorrectamente.
O peor, si buscas algo en twitter.
Jin estaba segura que Twitter tenía más porno que pornhub o cualquier otra página porno…
Negando con la cabeza ante eso, Jin deja de lado el libro que estaba leyendo y mira la hora. Una pequeña sonrisa aparece en su rostro al ver el reloj y mira como justamente la puerta de su habitación se abre tímidamente luego de que la tocaran con un sonido característico y distintivo.
—¡Jin, voy a pasar! —avisa la voz del otro lado y espera unos segundos en busca de alguna negación, pero al no encontrar nada, él entra.
—Obito-kun —Jin sonrió felizmente al ver al Uchiha el cual le devolvió ligeramente la sonrisa—. Bienvenido a mi habitación.
—U-uh… s-si… —Obito se sonroja torpemente y se rasca la nuca.
Aún no está acostumbrado a que Jin siempre lo reciba con un “bienvenido” y una suave sonrisa en su rostro, como persona que usualmente llegaba a su casa -antes de regresar, porque desde que volvió del sitio de Madara o se quedó con Jin durante su instancia de “Catriel” o se fue a hoteles para luego ahogarse intencionalmente en misiones- y no había nadie en su hogar o su abuela ya estaba dormida, era… bonito, que alguien te saludara al llegar.
—¿Vamos a la sala de té? Preparé algunos bocadillos dulces para que comamos mientras hablamos —Jin tomó su mano y lo arrastró sin esperar respuesta, pero Obito se dejó guiar mientras miraba a Jin caminar delante de él.
Bonita…
¡No! ¡No debería tener esta clase de pensamientos! ¡Él es mayor y…!
Jin se sonrojó ligeramente por su atrevimiento, ¡Desde que regresó, Obito le ha permitido acercarse mucho más! Incluso hay un poco más de abrazos y contactos, lo que la hace inmensamente feliz, sobre todo cuando la atención del Uchiha está puesta enteramente en ella en vez de desviarse a Rin o en Kakashi para buscar pelea…
¡Obito era más atento a ella! Jin no podía evitar retorcerse en su lugar mientras chillaba internamente de felicidad, ¡Incluso le visitaba diariamente a una hora especifica sin falta, nunca llegando tarde! A menos de que él tuviera alguna misión, ¡Obito estaría diligente y puntualmente a la misma hora todos los días!
Jin sentó a Obito en la delicada y exquisita silla con finas decoraciones antes de correr la puerta corrediza y aparecer con un pequeño carrito con dulces y té humeante.
Después de todo, su padre era muy observador, al ver cuánto le gustaba el salón de té y su gran afán por cocinar cosas, hizo que hubiera una pequeña cocina separada por puertas corredizas del salón de té para que ella no tuviera que caminar mucho hacia la cocina y que posiblemente se le cayera algo mientras trasportaba sus delicias culinarias.
Con suavidad, Jin le sirvió té a Obito siguiendo la dura y estricta etiqueta que su madre le enseñó a través de maestros externos, Jin nunca podría olvidar esas terroríficas clases en las que se equivocaba accidentalmente porque sus manos eran muy regordetas o sus dedos rechonchos, la mirada afilada de su madre clavando agujas en ella mientras algunos de los maestros eran menos comprensibles que otros…
Recordar la mirada fría de su madre, el ligero movimiento de sus cejas, la contracción de su rostro con desaprobación, la pequeña vena que corría por su rostro… Jin se estremece ligeramente al sentir el incomodo picor en sus pantorrillas, removiéndose un poco incomoda, pero lo deja pasar porque ahora su madre no está aquí y solo tiene que verla 1 vez al mes… aunque a veces ella ni siquiera se presenta para verla en ese único día de visita.
Descartando esos pensamientos desagradables, Jin miró de nuevo a Obito y se sonrojó.
Obito había crecido bastante… bastante muchísimo… pasó de sus inofensivos 1,54.2 a unos altos 1,75 cm, pero si no recordaba mal, ¡Obito mediría 1,80 o un poco más! También se había vuelto más ancho y se veía musculo duro debajo de su camisa negra simple de cuello alto y sus guantes de cuero negro.
Quizás él estaba un poco inseguro con respecto a su mitad blanca, pero Jin no podía evitar mostrar ojos apreciativos al hombre frente a ella, sus músculos debajo de la camisa estaban tomando una forma bastante significativa.
Obito realmente era muy guapo y todas esas cicatrices en su rostro lo hacían ver muy masculino, si fuera más atrevida, besaría todo su guapo rostro herido y se lo comería a besos con la excusa de que lo estaba ayudando a sentirse mejor con su apariencia, pero ella no era tan descarada como para hacer algo así, por que se mantendría alejada del guapo Uchiha apreciándolo en silencio.
—Gracias —agradeció Obito con suavidad mientras esperaba que ella se sentara para tomar té juntos.
—Mi placer —sonrió Jin dulcemente y se sentó a su lado para que miraran el mini lago artificial que tenían frente a ellos junto con el hermoso jardín lleno de flores hermosas y arbustos bien recortados, porque su padre tenía gustos exquisitos y finos, así que el salón de té era todo un arte en sí mismo.
Si su madre la viera ahora, seguramente sacaría esa varilla de mimbre y golpearía sus pantorrillas con fiereza hasta romper su piel y hacerla sangrar por sentarse al lado de un hombre y contestarle, pero a Jin le importa mierda porque ella ahora es ninja y no civil, ya no es esa niña indefensa que buscaba la aprobación de su madre y su abuela porque eran la única familia que tenía en este nuevo mundo.
¡Qué se vayan a la mierda todas esas exigencias de personas nobles y etiqueta de snobs! Como shinobi, la única persona a la que Jin debería tenerle respeto y actuar educada sería con su Kage -y Minato no era tan estirado como para exigirle sumisión por ser una mujer, impedirle hablar y expresar su opinión por su género o castigarla por respirar de la forma incorrecta- y, quizás, para no ganarse el lado malo, los patriarcas de las familias shinobis -aunque la mayoría era bastante relajado con eso a excepción de los Hyugas-, pero nadie más.
Hum, Jin no bajaría la cabeza a su esposo a menos de que fuera Obito.
Ante este pensamiento, Jin se sonrojó tímidamente y bebió de su té dulce, cerrando sus ojos para disfrutar del dulce líquido dorado. Considerando la personalidad de Obito, él no querría que agachara la cabeza ni se inclinara ante él, lo más probable es que él nerviosamente intentaría hacerla levantarse y, honestamente, odiaría que ella solo hablara lo estrictamente necesario -regañaba a diario a Kakashi por ser un palo mudo-, él probablemente querría que su pareja fuera igual de cooperativa e intensa que él en cuestión de temas de conversación.
Jin separó sus labios de la taza de té y miró con ligera tristeza el bordecillo de esta… Rin tenía tanta suerte…
—¿Sucede algo? —preguntó preocupado Obito y puso su mano en su muslo mientras su ojo la miraba preocupado— Puedes decirme lo que quieras, nunca te juzgaré ni pensaré mal de ti.
—… —Jin se sonrojó ligeramente por la mano en su pierna y como el dedo pulgar acariciaba suavemente su muslo—. No, no sucede nada.
—Te noté algo triste, si sucede cualquier cosa puedes decirme —alentó suavemente Obito y la sonrisa de Jin tembló ligeramente antes de abrazar el brazo de Obito y apoyar su cabeza en el hombro del chico, haciendo que él se sonrojara hasta las orejas.
—Es solo… —Jin duda… pero finalmente decide decirle algo secreto e íntimo de lo que no quería contarle a nadie… aún—. Quizás… quizás quiera crear un sello.
Obito parpadeó confundido.
—¿Un sello? —Jin nunca se preocuparía por algún sello o algo así, es más, seguramente gritaría el tipo de sello que quiere crear y luego secuestraría a Orochimaru, el cual se dejaría secuestrar puramente por el morbo de querer crear algo nuevo y luego se encerrarían en el labalotario, según las palabras que Tsunade y Shizune le dijeron sobre Jin.
—Hum… —Jin no mira a Obito, sino que al lago—. Las pesadillas se están volviendo cada vez más molestas —Jin frunció el ceño con disgusto— y la terapia no está funcionando —Jin suspiró, Inoichi-san realmente estaba intentando hacer su trabajo, pero ella no podía evitar estremecerse y agobiarse al estar en un espacio abierto o cerrado con un hombre parcialmente desconocido y más alto que ella, más fuerte físicamente, más voluminoso.
Claro, Obito era la excepción a este temor porque Obito siempre que estaba con ella reducía su presencia al mínimo y siempre permanecía a cierta distancia, se aseguraba de no parecer tan intimidante, tomaba posturas para empequeñecer su cuerpo y, en general, Obito era la única persona que la leía correctamente y sabía cómo actuar en consecuencia.
También había días en los que se asustaba de Obito y el chico simplemente lo notaba y se excusaba durante unos minutos o se iba directamente con tal de dejarla calmarse, sin inmutarse con el hecho de que ella empezara a sentirse incomoda de la nada por su presencia o algo, pareciendo como si “no lo notara”, pero realmente lo notaba y se lo tomaba bien, a diferencia de otras personas.
—Sé que es un proceso largo y todo, pero… pero cada vez que veo un lugar baldío lleno de tierra, o rocas muy altas o incluso alguien vestido con rojo o café yo… yo no puedo evitar temer y estremecerme…
—Entiendo… —la mano de Obito se apretó ligeramente en Jin y ella se estremeció ligeramente.
¡Su muslo… ella…!
El pánico destello por un segundo en sus ojos y miró a Obito con un ligero toque de terror, pero luego se tensó y finalmente se relajó antes de fruncir el ceño cuando Obito retiró su mano lentamente ante sus ojos llenos de pánico en señal de que él no haría nada brusco o abrupto para lastimarla, preguntando tentativamente con su lenguaje corporal si es que estaba bien que se alejara.
También se movió su silla más lejos de ella para darle su espacio.
—No creo que pueda vivir una vida normal después de esto —Jin frunce los labios con disgusto—. Ni siquiera sé si quisiera continuar con mi carrera shinobi.
Jin se acerca a él, su cuerpo tenso y alerta, aun así, se vuelve a sentar cerca de Obito a pesar de todo y apoya su cabeza con cansancio en su robusto hombro, abrazando la extremidad de Obito suavemente con uno de sus brazos.
Tan duro… Jin se estremece y aprieta la tela de sus pantalones con su otro brazo intentando ser disimulada mientras muerde su lengua y su angustia dentro de ella crece a la vez que su corazón palpitaba tan fuerte.
Budump… budupm.
Jin se muerde el labio inferior sintiendo las lágrimas picar en el bordecillo de sus ojos.
—… —Obito oscurece su mirada ligeramente y acaricia el cabello de Jin con ternura intentando consolarla.
—También le tengo mucho pánico a los hombres en general, sobre todo los que son más altos y anchos que yo, todo porque los de iwa son malditas masas de musculo duro o bastardos gigantes —Jin bufa frunciendo el ceño con irritación angustiosa, ella medía exactamente 1,62.
No era taaan baja, solo que los ninjas de Iwa eran enormes.
Jin intentó convertir ese miedo que sentía hacia Obito en enojo, en frustración a esos bastardos sádicos de Iwa. Ella no quería tenerle miedo a Obito, no quería tenerle miedo a Kakashi, a Sakumo a su padre.
Pero lo tenía.
Y eso era tandesgarrador para ella que la ahogaba lentamente en un miasma venenoso de culpa y remordimiento, enterrándola bajo cientos de litros de agua inamovible, porque si pensara en maldita tierra, ahora mismo estaría en una crisis total.
—… Veo… —Obito duda si seguir acariciando el cabello de Jin.
—Adoro estar contigo, realmente, amo a mi papá, Sakumo-san y a Kakashi… adoro estar con mis amigos… pero es… es difícil… es… es complicado porque yo… yo les tengo… miedo —Jin mira el suelo con impotencia y deja de abrazar el brazo de Obito mientras aprieta la tela de los pantalones largos que utilizaba.
Obito mira con tristeza a Jin.
—Ni siquiera me puedo vestir con las cosas que me gustan por las palabras de esos bastardos… —los ojos de Jin se aguan ligeramente—. Me gustan muchos los vestidos, son muy bonitos… y las ropas pegadas son realmente muy atractivas a mis ojos, las faltas de plato que vuelan en una gran espiral redonda, las faldas de cuadrillé, los bodys, las faldas tableadas… redondas… de volantes… pero… pero tengo tanto miedo… —Jin tiembla de impotencia mientras sus ojos arden y las lágrimas se acumulan—. Acaso… ¿Acaso fue mi culpa por usar solo un body debajo de mi kimono corto? Yo… ¿Yo tengo la culpa o…?
—¡No!¡Tú no tienes la culpa de nada! —exclamó Obito frunciendo el ceño ligeramente enojado y Jin se estremeció por el aumento de la voz de Obito, sus ojos empezaron a derramar lágrimas mientras temblaban horrorizados a la vez que crecía un nudo en su garganta.
—P-pero…
—¡No! —Obito se percata de su miedo y baja la voz mientras intenta quitar su rostro enfadado—. Jin… —Obito suavemente toma las manos de Jin en sus manos enguantadas y la mira directamente hacia los ojos con suavidad y seriedad—. Escúchame, no importa lo que hubieras llevado, no importa cómo te vistieras ni el tipo de cuerpo que tengas, a ellos simplemente no le importaría, porque si eso es lo que querían hacer, incluso si fueras de monja o como una momia, ellos de todas formas lo iban a hacer.
—… —Jin tiembla ligeramente sintiéndose ahogar.
—Tu edad, tu ropa, tu cuerpo… demonios, incluso quizás tu género no les importaría realmente a la hora de intentar hacerte cosas… tú nunca tendrás la culpa, ¿Vale? No es tu culpa, esos bastardos enfermos son los que están mal, ellos son los monstruos, ¿Entendido? No es tu culpa ni en lo más mínimo, si no eras tú, ellos habrían hecho lo mismo con cualquiera, así que nunca te culpes, ¿Bien?
—P-pero…
—Somos shinobis Jin, incluso si no hay moral en nosotros, incluso los ninjas tenemos límites y esos se trazan en los valores y creencias de cada persona, en el tipo de seres que son en el fondo de su alma, la decencia mínima que nos diferencia entre animales y humanos. Mírame, incluso yo no caería tan bajo como para violar a alguien…
—P-pero Obito-kun es una buena persona… —Jin mira las manos enguantadas del Uchiha y el azabache la mira con incredulidad.
¿Él? ¿Una buena persona? ¿El genocida, el psicópata, el manipulador, el trazador, el titiritero, el casi destructor? Por favor, no hay cosa que no haya hecho con tal de lograr sus objetivos.
Claro, todo menos violar a alguien.
—Obito-kun… él… él es una persona con un corazón muy amable y dulce… es un buen chico…
—… —ahora es Obito el que está sin palabras.
—Siempre es amable, prioriza a los demás y se descuida muchísimo a sí mismo. Obito-kun no es malo, es alguien que tiene un corazón demasiado dulce y amable, un poco torpe y ajeno, quizás incluso un poquitito lento, pero él realmente es comprensivo y empático, capaz de conectar con las otras personas para hacerlos felices… Obito-kun es un chico muy dulce… solo escogió una carrera que no es muy… limpia… pero Obito-kun nunca haría sufrir a alguien intencionalmente… su corazón es muy amable, dulce y noble…
Obito siente sus ojos picar ligeramente mientras Jin dice en un tono bajo y ligeramente roto todas las cosas buenas de él y siente una incomodidad en su corazón…
Si supiera la clase de monstruo que es él realmente, ¿Seguiría mirándolo así?
Obito abraza a Jin contra su cuerpo y cierra sus ojos ocultando su rostro en el hombro de Jin.
Demonios, se supone que debía de consolarla, no se desmoronarse nuevamente, ¿Qué pasaba con él? ¿Qué pasaba con Jin y su habilidad de destrozar a las personas para ayudarlas a sentirse mejor?