So Simp [Yandere! Uchiha Obito]

Naruto (Anime & Manga)
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So Simp [Yandere! Uchiha Obito]
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Summary
[Serie So or Mine]Obito, víctima de sus errores y pesadillas, termina retrocediendo en el tiempo debido a que fue presa de un destino que nunca fue suyo en primer lugar.El sabio de Seis caminos sabe que sus hijos torcieron el mundo y lo destruyeron por culpa de sus acciones, decide que es hora de que las víctimas reciban su justa compensación.Jin reencarna en el mundo de Naruto, como Simp dedicada del trágico Obito y su horrible destino de mierda, Jin decididamente decide que va a seducir a Obito a como de lugar, ¡A la mierda Rin! ella será el crush de Obito.Porque en su mente, Jin sabe que Rin es una persona muy amable y no le debía nada Obito por su afecto incondicional, pero igual siente que Rin fue un poco mierdas al ignorar arbitrariamente a Obito y dejarlo de lado ante la primera oportunidad en pos de Kakashi, que ni siquiera le dirigía la mirada.
Note
ACLARACIONESHace años que no me veo Naruto, pueden haber incongruencias y meteré algunos headcanons a mi gustoPuede que no te guste mi contenido, así que, si no quieres leer mi historia, está bien, pero no critiques mi trabajo porque no es de tu gusto Esta historia contiene:ObsesiónDependencia emocionalMuerte de personajesViolencia canónica del universo de narutoAmenazasNormalización de comportamientos no saludablesMachismo y MisoginiaEtc.
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xliv. sucia

La próxima vez que Obito ve a Jin, fue después de una misión que duró una semana completa. Honestamente, estaba nervioso y ligeramente irritado, pero cuando volvió a ver a Jin, ella ya no parecía la chica rota y empequeñecida que les dejó Iwa, no, parecía a la Jin de siempre.

—¿Qué es lo que sucedió? —preguntó directamente Obito cuando logró encontrarla sola.

—¿Qué es lo que sucedió de qué? —Jin se sonrojó ligeramente mientras era acorralada por Obito y las manos del chico estaban sobre sus hombros apoyándola contra la pared.

—No disimules, Jin… —Obito frunció el ceño y Jin le miró confundida antes de darse cuenta de lo que se refería.

—Ah… ¿Te acuerdas que te dije que quería crear un sello? —preguntó cuidadosamente Jin y puso sus manos sobre el pecho del Uchiha el cual frunció ligeramente el ceño y asintió— Bueno… pues era un sello para suprimir cierta parte específica de la memoria y sentimientos.

—Jin… —Obito frunció el ceño con ligera desaprobación.

—Entiendo que no fue la mejor idea… —Jin le sonrió ligeramente apenada—. Y que solo es una técnica de escape, por así decirlo… pero… pero es incómodo, ¿Sabes? Esos recuerdos me estaban haciendo cuestionarme la vida y todo eso, yo no quería dejarlos atrás porque son importantes para mi…

—… —Obito miró a Jin con incredulidad y suelta sus hombros retrocediendo un paso.

—Yo… yo no podía vivir tranquilamente, realmente lo intenté y fue uno de los peores meses de mi vida entera, de hecho, casi que prefería que mamá me hubiera golpeado lo suficiente como para no dejarme asistir al examen de graduación y que luego me casara con algún imbécil o algo… —Jin se removió incómodamente—. Había veces en las que casi pensaba que cualquier cosa era mejor que ser ninja, que estar viva… que tal vez hubiera sido mejor si fuera la puta de cualquier bastardo lo suficientemente rico como para que mi madre lo aprobara…

—Jin…

—Ahora recuerdo cosas, pero no recuerdo las peores partes, supongo… y los peores sentimientos yo… bueno, supongo que simplemente escapé de ellos intentando borrarlos… —Jin se apretó ligeramente el brazo y miró hacia otro lado—. Bueno, se en esencia lo que sucedió, pero no… no el cómo, ni lo que sentí en ese momento, como si la persona que sufrió eso fuera otra persona y no yo misma, así que no debo de preocuparme porque ello me deje una marca permanente ¿Sabes? No quiero que papá, ni Sakumo-san, ni Kakashi… ni nadie se ponga tan triste por mi culpa… por mi incapacidad de verlos como personas cercanas a mí en vez de… posibles… ya sabes…

—… —Obito la miró con dolor.

—¿Sabías que papá y Sakumo-san planeaban casarse una vez que regresara de esa misión? —cambió de tema Jin y lo miró con ojos tristes—. Pero entonces sucedió todo eso y yo… bueno, tampoco iban a casarse cuando yo estaba tan mal, ¿Cierto? Y menos cuando tenía tanto miedo a los hombres, ¿No? Cuando sentía tanto rechazo a Sakumo-san y Kakashi… incluso a papá… no sería bueno que hubiera tantos hombres en una casa con una niña con traumas y miedo severo a los hombres, ¿Verdad?

Obito cierra sus ojos y la abraza fuertemente, las lágrimas empiezan a correr por el rostro de Jin.

—No fue algo fácil, ¿Sabes? —preguntó Jin con un tono lloroso mientras lo abraza suavemente, su cuerpo temblando frágilmente.

—Debió ser una decisión difícil —asintió de acuerdo Obito haciendo una mueca apretándola más contra él.

—Yo realmente… realmente dudaba si quería seguir viviendo, ¿sabes? —Jin se ahoga entre sus lágrimas y se derrumba contra sus brazos, sollozos feos y profundos caen de su garganta y ojos afligidos e inundados en pena lo miraban con tanta desesperación—. Me sentía tan sucia, Obito-kun, tan indigna a pesar de que no habían hecho gran cosa, tenía tanto miedo… sentía que no merecía vivir, que no debí tener esta valiosa oportunidad, que ojalá se la hubieran dado a alguien más, alguien más inteligente,más fuerte… sentía que me ahogaba, Obito-kun. No podía respirar, no podía, no podía, simplemente el peso de cada respiración era demasiado para mí, a pesar de que veía, no podía hacerlo, sentía que todo había perdido significado, que todo lo que me rodeaba estaba esperando el momento para hacermedaño, sentía que no podía confiar en nadie, Obito-kun, tenía tanto miedo, tanto, tanto, tanto miedo.

Jin empieza a hiperventilar mientras sus lágrimas gruesas y calientes aceleran aún más y sus bonitos ojos tiemblan incontrolablemente, su rostro rojo, pasando a morado por la falta de oxígeno, casi pareciendo trasparente de lo difícil que se le hacía respirar entre bocanadas de aire, aferrándose a una vida que en algún momento no quiso.

—No podía vivir así, me estaba ahogando, Obito-kun, no podía, me estaba sofocando, se me olvidaba respirar, mis manos inconscientemente se dirigían a mi cuello ahorcándome, retenía la respiración esperando que fuera la última, Obito-kun, simplemente dolía demasiado, muchos pensamientos, no podía, no podía, no podía, simplemente… yo… yo…yo no tengo una mente fuerte… no tengo una determinación feroz, soy débil.

Las lágrimas quemaban su rostro.

—Soy tan débil y eso me asusta.

—No, eres una persona muy fuerte —negó Obito abrazándola en un agarre tan aplastante que los huesos de ella gimieron en protesta.

—Tsunade-san… y Sakumo-san, Rin, Kakashi, Shizune… todos… todos no están de acuerdo con lo que hice —gimió lastimosamente Jin como un cachorro agonizando en un dolor aplastante.

—No todos tienen la misma resolución, no todos tienen la misma tolerancia al dolor o la vista de este, algunos sienten más intenso y otros no —Obito miró a Jin derrumbarse en sus brazos.

—¿Por qué a pesar de hacer esto no soy feliz? —preguntó Jin sollozando en sus brazos.

—Porque… —Obito dudó y miró el cabello azul celeste de Jin—, porque eres muy amable —habló suavemente Obito y los teletransportó a la cama de Jin, en donde la sentó en su regazo mientras él apoyaba su espalda en el respaldo de la cama—. Tu corazón es demasiado blando y suave, Jin, eres extremadamente empática y siempre intentas ayudar a otros a tu costa…

Los dedos de Obito le quitan suavemente el moño a Jin y acarician sus suaves hebras azul celeste.

Amas demasiado, que olvidas que no todos aman como tú… —Obito suavemente besó la frente de la chica—. Haces muchas cosas por los demás, lo que te gustaría que hicieran contigo cuando estés triste… pero no todos son lo suficientemente amables como tú para apoyarte de la manera en que tú lo haces con ellos…

Obito siente a Jin llorar aún más fuerte en sus brazos y mira con tristeza hacia adelante, una amargura brotando en su boca mientras la apatía crecía incontrolablemente en su estómago.

—Apoyas a la gente muchísimo… y ahora, cuando es lo que más necesitas, nadie te está apoyando sin juzgarlos como tú lo hacías. Sabes que lo hacen porque te quieren y se preocupan a su manera, pero no es la forma en la que necesitas que demuestren lo mucho que te quieren… lo que necesitas ahora es apoyo y aprobación, ¿no? —preguntó suavemente Obito a su oído y Jin se estremeció—. Necesitas la validación de que lo que hiciste está bien.

—… —Jin asintió torpemente y Obito la apretó contra su cuerpo.

—Al apoyarlos nunca juzgaste, nunca preguntaste y solo los acompañaste, los guiaste, pero nadie puede hacer eso por ti… No. Nadie está haciendo eso mismo por ti y eso te duele, te ahoga, ¿Verdad? —Obito acarició el cabello de Jin entre su dedo pulgar e índice, mirando fijamente el cabello de Jin entre sus dedos, con una intensidad que derretiría incluso al mismísimo sol.

Jin cerró sus ojos mientras apoyaba su cabeza en el cálido pecho de Obito.

—Hablaré con ellos más tarde… ahora, solo llora sobre mí, ¿Sí? —Obito sonrió pequeñamente—. Seré tu peluche —bromeó ligeramente y Jin soltó una risa vaga—. Solo no me moquees, ¿Eh? —bromeó y Jin soltó otra risita con la nariz congestionada.

—Obito-kun… —habló Jin con una voz llorosa.

—No te preocupes, estoy aquí para ti —Obito suavemente cerró sus ojos abrazándola contra él—. Siempre estaré aquí para ti, ¿Sí?

Jin cerró sus ojos y sollozó durante horas, a veces solo llorando, otras veces balbuceando cada cosa mala que no olvidó, que se negó a olvidar porque esas cosas seguían siendo parte de ella, seguían representándola como persona y que la habían formado hasta ser lo que hoy en día es… a veces contando cosas de su infancia que enfurecieron a Obito, otras con las que se sintió identificado, ella siguió hablando, balbuceando o simplemente llorando en silencio hasta que se quedó dormida…

Jin… antes de perder la conciencia entre tanto llanto, no puede evitar pensar en que realmente eligió a una buena persona de la cual enamorarse, ¿No? Obito-kun era tan amable y comprensivo…

Obito miró a Jin dormir en sus brazos y besó tiernamente su frente mientras la acostaba en la cama, tapándola hasta el cuello y esponjando la almohada. Suavemente, limpió las lágrimas del rostro de Jin observando como sus ojos estaban hinchados y enrojecidos al igual que la punta de su bonita nariz estaba irritada por sonarse los mocos para no ahogarse al no poder respirar, incluso sus labios estaban entreabiertos y ligeramente rojizos estaban un poco mordidos y destrozados por sus dientes intentando callarse los gemidos adoloridos de su alma en cada sollozo.

Su pulgar acarició suavemente el labio inferior de Jin y la miró con suavidad, su dedo deteniéndose en el pequeño tajo que provocó la fuerte mordida de sus dientes…

—Pobre niña incomprendida —murmuró Obito antes de ir a reunir a todo el grupito de amigos y conocidos de Jin.

Si, es cierto que Jin cometió un acto imprudente y precipitado, aun así, ella no necesitaba que la juzgaran, se alejaran y enojaran con ella, no, ella necesitaba su apoyo ahora más que nunca y todo el mundo se estaba portando como un maldito imbécil resentido sin actuar con la madurez necesaria que deberían tener a sus respectivas edades.

Claro, él mismo estaba bastante enojado e irritado, pero no por eso iba a desquitarse con Jin.

No, Jin no tenía la culpa, quien tenía la culpa eran esos bastardos enfermos de Iwa.

Por el amor de dios, ¡Incluso él no había caído tan bajo como para violar a alguien! Y era un bastardo que había secuestrado y torturado a personas indefensas ya sean niños o adultos para su propio beneficio, el mismo había visto varias subastas de esclavos en el bajo mundo para encontrar el pedido ilegal de algún snob descerebrado, había dejado huérfanos a cientos de niños solo porque si o por el dinero que le dieron, mató a niños, mujeres y ancianos por su propia voluntad en un acto de “compasión” para que no tuvieran que arrastrarse como pequeños gusanos y les tocara un destino peor que la muerte.

Obito había masacrado con sus propias manos pequeñas aldeas enteras y haberlas reducidas a cenizas antes de siquiera haber apuntado a las cinco grandes naciones y obligarlas a convertirse en una pequeña alianza en busca de la destrucción de Kayuga, intentando desesperadamente defender sus vidas como patéticas hormigas frente a la fuerza imparable de la diosa conejo.

Obito había hecho tantas cosas crueles, había cometido tantos pecados, que el mar podría teñirse de rojo con la sangre derramada y aun así los árboles teñirían de carmesí sus hojas y sus troncos expulsarían sabia borgoña de cuantos pecados ha cometido.

Aun así, el nunca violó a nadie.

Demonios, en todos sus años de existencia, la única forma de liberar sus frustraciones era fastidiar a los demás o masacrarlos, no… no violar a niñas pequeñas solo porque sus pantalones estaban demasiado ajustados para sus diminutas pollas.

Enojado, Obito convocó a todos los pequeños secuaces de Jin.

—¿Por qué decidiste reunirnos, Obito-kun? —preguntó suave y apaciblemente Sakumo, su rostro tan amable como cuando se conocieron por primera vez, excepto que esta vez no estaba teñido por esa aura depresiva que lo rodeaba intentando arrastrarlo a los brazos de la muerte.

—¿Por qué están actuando así con Jin? —preguntó directamente y con brusquedad, sin detenerse a siquiera pensar en ser considerado con estos bastardos infantiles.

—¿A qué te refieres? —preguntó Banri ligeramente confundido por la actuación del Uchiha.

Claro, entendía de que él era muy unido a su hija, tal incluso más que nadie en esta habitación, aun así…

—Me refiero a porque todos están actuando como unas pequeñas mierdas resentidas con ella —respondió bruscamente Obito.

—¿Sabes que ella creó un sello para suprimir y borrar parte de sus recuerdos y sentimientos? —preguntó descontenta Tsunade mirando con desaprobación la actitud dominante del Uchiha.

—Sí, ¿Y? —preguntó con un ligero tinte de irritabilidad.

—¡¿”Sí, y”?! ¡¡”Si, ¡¿Y”?! —exclamó furiosa Tsunade, su rostro poniéndose rojo mientras golpeaba una mesa y la partía por la mitad.

—Si lo sabes, ¡Deberías entender como nos sentimos! —expresó Kakashi ligeramente afligido y molesto.

—Jin no debió haber hecho eso sin consultar a nadie, ella pudo haberse hecho daño, quizás el sello pudo no funcionar y… —Rin empezó a decir con enojo y frustración, impotencia en sus bonitos ojos achocolatados y una llama brillando en ellos como un incendio a penas contenido.

—¡Es cierto! ¿No pudo considerar como nos sentiríamos cuando nos enterásemos de lo que hizo? ¿Cuándo supiéramos todas las cosas que pudieron haber salido mal? —preguntó descontenta Shizune cruzándose de brazos.

—Lo que hizo Jin fue muy irresponsable, ¿Qué es lo que hubiera pasado si el sello iba mal? ¿Qué sucede si no solo ese fragmento de su memoria hubiera sido eliminado? ¿Y si hubiera vuelto a ser un vegetal? —Genma se cruzó de brazos y su senbon cambió de derecha a izquierda— ¿Qué sucede si la hubiéramos perdido de nuevo? ¿Y si esta vez su pérdida de memoria fuera definitiva? ¿Y si algo salía mal? ¿Qué sucede si se equivocaba en un sello?

—¡Pudo haberse hecho daño a sí misma! Borrarse la memoria es una forma cobarde y poco ética de no afrontar sus problemas —alejó Ebisu y se ajustó los lentes—. Debió enfrentarse a sus traumas lenta, pero seguramente, ¡No arriesgarse por algo que no valía la pena!

—Yo… no sé cómo mirarla —admitió tímidamente Kurenai y frunció los labios—. Su experiencia fue dura y traumática, pero no creo que haya sido la forma correcta de afrontarlo… había demasiadas cosas que pudieron haber salido mal…

—Es cierto, fue un hecho traumático para ella, pero los problemas no se solucionan huyendo, en algún momento tendrá que enfrentar cosas peores en el futuro y tendrá que hacerlo a las malas, su resolución no debe ser tan baja para enfrentar obstáculos o terminará cayendo con arrepentimientos —apoyó Asuma con un rostro amargo y los brazos cruzados, ira mezclada con preocupación en sus ojos ardientes en frustración.

—No sé qué decir… —Guy frunció el ceño ligeramente pensativo—. No es muy juvenil de mi parte, pero me da… miedo enfrentarla, no quiero que me rechace y vea como un desconocido o me tenga miedo, ¡Soy su amigo y no quiero lastimarla nunca! ¡Nunca le haría daño, Jin-chan es una muy buena amiga mía! Entrenábamos juntos, me ha apoyado desde la infancia y es muy buena amiga, me apoyó cuando mi padre falleció, me alentó cuando sentía que no había muchos motivos para seguir e incluso supo cuando yo estaba triste sin que yo siquiera lo supiera… ¡Pero siento que no es correcto que se olvidara de sus temores sin enfrentarlos! ¡Pero tampoco siento que se le deba recriminar nada! ¡Estoy muy confundido!

—No he cambiado mi forma de actuar hacia ella —Orochimaru mira con el ceño fruncido al Uchiha y cambia el peso de su pierna izquierda a la derecha, cruzado de brazos—. Fue algo duro y traumático para ella, no es algo que pueda procesar fácilmente y mucho menos afrontar cuando su corazón es demasiado amable… no, el problema es que ella sigue teniendo corazón después de esto. No va a llegar mucho si sigue pensando tan bien de este mundo, solo sugerí que lo mejor era que con sus logros en el Fuinjutsu, aspirara a ser un Jounin especial, porque ella sería mucho más útil si utilizara su creativo cerebro para crear en vez de arriesgar su vida innecesariamente, además, ya tendría bastantes recomendaciones de varios Jounins y su nivel de Fuinjutsu es bastante alto, por no decir aterrador. Diría que es una maestra en Fuinjutsu a tan temprana edad, pero sigue cometiendo algunos errores básicos debido a que su mente es demasiado dispersa para concentrarse durante largos periodos de tiempo e inestable en el mejor de los casos cuando está demasiado emocionada e impaciente por algo.

Orochimaru mira pensativamente al Uchiha, parecía una bomba a punto de estallar. Jin siempre dijo que los Uchiha cambiaban radicalmente luego de tener el Sharingan, se encerraban en sí mismos porque sus sentimientos ya más intensos del promedio se volvían incluso más incontrolables, lo que los hacía actuar como bombas de tiempo, un pequeño roce intencional o accidental podría sacar lo mejor o peor de ellos.

También había propuesto que son más sentimentales, mucho más intensos y que quizás sus sentimientos de afecto podrían caer en una obsesión en algunos casos puntuales, aun insegura si decir firmemente que un Uchiha que te quería como amigo en realidad te amaba al nivel de un civil normal amando a su pareja o decir con seguridad que su amor de pareja llegaba a tocar la obsesión.

Dijo que necesitaría más información de otros casos de los Uchiha y sería de vital importancia obsérvalos fijamente, pero conociéndolos, eso podría generar dudas hacia la aldea y descontento pensando en que están siendo observados y posiblemente planeen algo en contra de ellos, por lo que la investigación quedó descartada por el momento.

—Oh… también le dije que dejara de confiar en sus antiguos compañeros de equipo, no son tan limpios ni buenos como ella cree que son… bueno, al menos puede juntarse con Nara-kun, después de todo, él es el único que realmente demostró su preocupación y no estuvo dispuesto a dejarla en ninguna circunstancia —Orochimaru se encogió de hombros—. Es mejor que se deshaga de esas plagas antes de que la traicionen peor que ahora.

—Se dan cuenta… —Obito tembló en su sitio mientras las uñas de sus dedos se clavaban en sus palmas— ¡¿Acaso se dan cuenta de que ella solo necesita apoyo?! ¡¿Saben lo duro que fue para ella?!

—¡A nosotros también nos dolió casi perderla! —exclamó Tsunade— ¡Todos los días tendida en esa cama, inconsciente, incierta de si despertará o no! ¡Y cuando despierta no nos reconoce! ¡Cuando nos reconoce nos teme! ¡¿Realmente crees que es fácil todo esto, mocoso?!

—¡Jin es casi como una hermana para mí, Obito! ¡Es… es complicado! —exclamó Kakashi casi derrumbándose mientras sus ojos se aguaban ligeramente— ¡Era enloquecedor verla pálida y desgastada cuando ella es tan ruidosa y animada! ¡No lo soporto! ¡No puedo ni siquiera pensar en que ella vuelva a estar así de lastimada!

Kakashi gimió lastimosamente mientras se llevaba las manos al rostro y la cabeza.

—¡Es parte de mi manada! ¡Y la adoro como tal! ¡Pero… pero no puedo verle la cara ni tratarla con normalidad cuando casi se pudo haber lastimado mal! ¡Cuando tantas cosas pudieron haber salido mal!

Sakumo abrazó suavemente a su hijo el cual temblaba en su lugar de impotencia y tristeza, de un lío de emociones revueltas mientras soltaba ligeras feromonas angustiadas que solo aquellas personas con un olfato más agudo o canino pudieran sentir.

—Jin… su decisión fue abrupta y precipitada, incluso muy peligrosa. Los sellos no son algo con lo que se deba jugar —habló complicadamente Sakumo mirando a su hijo aferrarse a él.

—¡Muchas cosas pudieron salir mal, dattebane! ¡Debería enfrentar las cosas de frente y con la frente en alto! ¡No solo escapando como una cobarde! ¡Tomarse todo el tiempo que necesite para recuperarse está bien, dattebane! ¡Pero no está bien que quiera huir cobardemente de esa manera! ¡No le enseñé sellos a una cobarde, le enseñé sellos a una mujer fuerte! —exclamó Kushina enojada, ocultando su preocupación y angustia con ira e indignación.

—¡¿Y alguna vez pensaron en lo difícil que debió ser para ella, lo que la llevó a tal extremo?! —preguntó Obito casi perdiéndolo.

Si, todos estaban preocupados, ¡Pero solo la estaban dejando sola en esto! ¡Técnicamente la estaban abandonando en su punto más bajo y recriminándola por estar así!

—¡Pero ella no pensó en cómo nos sentiríamos nosotros al respecto! ¡Tomo esa decisión egoísta y cobardemente! —gritó Ebisu frunciendo el ceño con el rostro ligeramente rojo de la ira.

—¡¿Egoísta?! ¡¿Desde cuándo Jin ha sido egoísta en su vida?! —exclamó casi con exasperación— ¡Desde que es niña nunca le recriminó a nadie las abusivas clases de “modales” de su madre a nadie! ¡Desde pequeña siempre cocina dulces y postres para todos porque nos gustan sus artesanías! ¡Siendo niña salvo a un depresivo del suicidio! —Obito sin pudor señaló descaradamente a Sakumo, el cual se tensó ligeramente— ¡Cuando se caían, era la primera en tratar sus heridas! ¡Recordó todos vuestros cumpleaños y les dio regalos que ustedes apreciarían! ¡Día tras día ella dio lo mejor por ustedes sin esperar nada a cambio!

Los dientes de Obito rechinaron.

—¡Sin la sugerencia de los sellos en las ropas, no solo Nawaki y Dan hubieran muerto, sino cientos o miles de ninjas de Konoha! ¡Sin la fórmula de leche en polvo cientos de niños huérfanos ni siquiera la habrían contado con la poca cantidad de matronas que hay o que no se pueden costear! ¡Sellos de almacenamiento mejorados, sellos de dilatación temporal para que la comida de los ninjas esté fresca y caliente, para que no se pudra y les haga mal!

Las venas en el rostro de Obito empezaron a crecer mientras la ira lo iba consumiendo.

—¿Y me van a decir que es egoísta? ¿Egoísta la niña que os daba sin pedir nada a cambio su estabilidad y consejos cuando ustedes estaban mal? ¿La niña que los consoló cuando estaban tristes, los aconsejó cuando estaban perdidos, los ayudó cuando necesitaban guía, les enseño cuando no entendían? ¿Ella egoísta? —Obito hizo una expresión exagerada de incredulidad, solo para aumentar más su mezquindad.

Mirando la cara de todos a su alrededor, puede que su acto de mezquindad haya tenido efecto.

—¿Cuántas veces la han visto llorar? ¡¿Cuántas veces han estado ahí para ella cuando lo necesitaba?! ¡Aparte de cuando su madre la golpeó hasta casi dejarla inútil para no ser nada más que una bonita esposa trofeo, nunca la han visto llorar porque ella no se deja! ¡No quiere mostrarles debilidad porque no quiere ser una puta molestia, una carga, para ustedes!

Obito rechinó los dientes.

—¡Saben que tiene baja autoestima, saben que es insegura, saben tantas cosas y aun así actúan como la mierda cuando ella más los necesita a todos ustedes! ¡El acto barbárico de Iwa solo fue la punta que rebalsó el vaso para ella! ¡Ella no olvidó como su madre la humillaba ni la golpeaba, no olvidó cuanto bullying le hacían los otros niños por su apariencia física, no olvidó el dolor de sus entrenamientos ni nada remotamente ridículo como eso! ¡Ella quiso olvidar como la putas torturaron durante HORAS porque su maldito maestro, quien se supone que debería de cuidarla, la abandonó en una puta misión suicida! ¡Porque su maldito y bastardo sensei pensó que era buena idea dejar ir a una niña, en tierras extranjeras, tierras enemigas, rodeadas de pelotones que los querían muertos, debería ir a buscar comida para ellos sola!

Obito los miró a todos son rabia no contenida.

—¡Ella ni siquiera olvidó como casi murió en Suna! —apuntó a Tsunade— ¡Ni como se horrorizó por las Kunoichis de Konoha muertas y violadas en el camino de Kumo! —señalo a Sakumo— ¡Y tampoco de como tuvo que derramar su primera sangre en Kiri o la mataban! ¡No! ¡Ella solo quería olvidar el temor y angustia que sintió por ser olvidada y casi traicionada por su propio equipo para dejarla morir en una violación grupal!

Obito, para acentuar aún más su punto, abrió sus brazos ampliamente como una explosión.

—¡Y ustedes, egoístas y ególatras bastardos, se piensan que es más importante el que se sintieron tristes porque Jin estaba inconsciente, pero VIVA en vez de MUERTA, COMO ELLA QUERÍA ESTAR!

—Que… —Kakashi lo miró pálido.

—¿Qué ella qué…? —preguntó Banri poniéndose mortalmente pálido y azul.

—¡Felicidades! ¡Han descubierto que Jin esconde su depresión detrás de una sonrisa! —Obito aplaudió con una sonrisa de mierda en su rostro— ¡Felicidades por ustedes, ahora saben que la razón por la que Jin se borró la memoria de es precisamente porque había demasiadas formas de morir y ella no sabía cuál sería la muerte más conveniente! ¿Decapitación? ¿Sello de muerte instantánea? ¿Qué tal la clásica cuerda? ¿Mostrar su amor clavándose un kunai en el corazón? ¿O acallar sus pensamientos con un kunai en todo el cerebro? ¡Un katon suena encantador, no tendría más frio, considerando lo friolenta que es!

—¿C-como…? —Tsunade lo mira pálido y él la mira con desdén.

—¿Cómo lo sé? ¿Será porque soy la única puta persona de este gran centro de personas, que literalmente la escucha sin interrumpirla? ¿Sin juzgarla? ¿Sin dar opiniones no solicitadas? —preguntó casi con ironía.

Obito salió hecho una furia de la habitación dejando a un grupo de adultos y adolescentes pensando.

Si se quedaba un minuto más, es posible que volviera a cometer otra masacre.

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