![So Simp [Yandere! Uchiha Obito]](https://fanfictionbook.net/img/nofanfic.jpg)
xlii. despertar
La próxima vez que Obito vio a Jin despertar, fue solo para que se desmayara unos segundos después.
—¡Tsunade-sama! ¡Orochimaru-san! —gritó preocupado Obito al ver el rostro rojo de Jin mientras ella yacía en sus brazos desmayada.
Casi como si fueran convocatorias, ambos Sannin aparecieron en un instante a su lado revisando cualquier posible anomalía en la chica que yacía inconsciente en los brazos de Obito… pero con una sonrisa boba en su rostro sonrojado.
Cuando Jin despertó confundida y aturdida, con su cuerpo notablemente debilitado y pesado, sintió una calidez abrasadora y reconfortante rodearla, por lo que estaba bastante cómoda y no quería despertar si no fuese porque algo inconscientemente le picaba porque se despertara.
Entonces, cuando abrió sus ojos, luego de acomodarse más en su cama, lo primero que vio fue el rostro de Obito extremadamente cerca, casi tocando sus narices y combinando sus alientos en una sola respiración. Instantáneamente, Jin sintió como todo su cuerpo estaba pegado al Uchiha, siendo hiper consciente de cómo sus muslos apretaban suavemente una de las piernas de Obito, mientras que las manos del Uchiha estaban en su espalda, una a la altura de sus trapecios y la otra en su espalda baja.
Obviamente, Jin recurrió al recurso más sabio el cual ocupar: se desmayó.
—¿Qué demonios? ¡No se suelta! —exclamó Tsunade frustrada porque Jin parecía pegada a Obito con pegamento ultra duradero.
—Bueno… no parece que haya nada malo —habló Orochimaru con cierta duda, pero mirando el rostro sonrojado de Jin, entrecerró sus ojos—. Y parece muy feliz… no me sorprendería que haya recuperado la memoria y haya sufrido un cortocircuito por la cercanía del Uchiha.
Esa sonrisa tonta era demasiado obvia…
—Espera, ¿Estás diciendo que es mi culpa que se desmayara? —preguntó casi ofendido Obito.
—Sí, considerando lo mucho que habla de ti y cuanto le gus-
—¡No cuentes los secretos de las chicas! —exclamó Tsunade golpeando a Orochimaru haciendo que golpease la pared y atravesase algunas más hasta que finalmente se detuvo en un lío de escombros, dejando un camino de destrucción a su paso.
En este punto de su vida, Orochimaru sabía que había cosas más inteligentes que esquivar un puñetazo de Tsunade enojada.
Tales como NO esquivar un puñetazo de Tsunade cuando está enojada.
Incluso si podía verlo, si sabía que venía, la dirección, la potencia y sabía que dolería y probablemente podría atravesar varias paredes al recibir el puñetazo, Orochimaru es lo suficientemente sabio como para no cometer un error de novato como esquivar el primer golpe.
Si recibes el primer golpe, te puedes retirar relativamente a salvo, ¿Pero si lo esquivas? Tsunade es una persona muy aterradora cuando quiere… ¿Y en el hipotético caso de que esquivaras todos los demás golpes? Bueno, prepárate para tener a todo el sistema médico de Konoha en tu contra, Tsunade es demasiado vengativa y resentida.
—¿Tsunade te golpeó? —preguntó ligeramente divertido Sakumo mientras bebía suavemente esta delicada delicia amarga que trajo Banri. El café era extraño en el mejor de los casos, pero Banri se las había arreglado para conseguir uno de los mejores granos de café de la nación de fuego.
—¿Algo sobre no revelar los secretos de las chicas? —respondió Orochimaru y Sakumo se puso pensativo.
—Reformula tu respuesta.
—Iba a contarle a Uchiha-kun que es posible que Jin se haya desmayado debido a la cercanía con la que se despertaron, considerando lo enamorada que está Jin de él —respondió tranquilamente el Sannin mientras se limpiaba el polvo de los escombros y la sangre que escurría de su nariz.
—… ¿Jin está despierta? —preguntó cuidadosamente en blanco Sakumo y Orochimaru negó.
—Estaba, pero se desmayó —respondió directamente.
—… —Sakumo se frotó el rostro mientras dejaba que sus hombros cayeran con un suspiro pesado.
Orochimaru realmente no sabía por qué estaba mal que él le dijese a Obito que Jin gustaba de él… pensando en eso, Sakumo sintió resignación porque tendría que tener una larga charla con su amigo, Orochimaru no aceptaría un simplemente “porque si” o “porque son chicas” y seguiría intentando encontrar el motivo de la reacción y todo eso. A menos de que estuviera enamorado de alguien, él no entendería el significado de “no querer que otro diga que te gusta a alguien que te gusta, pero tampoco atreverte a decirle”.
La próxima vez que Jin se despertó, miró a Obito nuevamente y casi se desmayó con la cara sonrojada y una sonrisa temblorosa si no fuese porque Tsunade le gritó ferozmente y ella saltó de la cama, sacó los pergaminos, tinta y se sentó en el escritorio con la espalda recta y tiesa.
—… ¿Jin? —preguntó Obito extrañado por la extrema reacción de Jin ante el grito de Tsunade.
—¡N-no estaba holgazaneando, estaba creando! —chilló Jin mientras sus manos temblaban al igual que todo su cuerpo.
—… —Tsunade sintió inexplicablemente que el puño le picaba.
—Supongo que sus sesiones de sellado fueron más aterradoras de lo que decía —meditó pensativamente Orochimaru mirando a Jin toda tiesa—. Al menos podemos decir que sus habilidades ninjas no desaparecieron —señaló positivamente al ver el rápido shunshin que realizó la chica.
—…
—O-ow… mi cuerpo se siente tieso y adolorido —Jin se encogió como una langosta—, ¿Qué es lo que sucedió? El shunshin nunca me afectó así desde que Sakumo-san empezó a enseñármelo —gimoteó Jin mientras masajeaba sus pantorrillas y su rostro estaba estampado contra el escritorio.
—Bueno, has estado en coma durante seis meses y tan solo hace una semana te despertaste… o una parte de ti —respondió directamente Orochimaru.
—¡¿Qué?! ¡Sabía que dormía mucho, pero no tanto! —exclamó estúpidamente Jin y Obito no pudo evitar soltar una pequeña risita divertido, mientras que Tsunade soltó un resoplido divertido a la vez que rodaba los ojos con una sonrisa impotente.
—… —Orochimaru suspiró, sabía que Jin tenía sus momentos de estupidez, pero para ser tan…
—¡Espera! ¿Dijiste coma? —Jin procesó la información lentamente intentando comprender lo que dijo el hombre.
—Si, estuviste en coma —asintió Orochimaru tentando a directamente no decirle nada e irse mientras rodaba los ojos de fastidio hasta que sus células cerebrales por fin conectaran del todo y no tuviera que lidiar con una retrasada.
Aun así, no lo hizo porque si no hablaba con ella ahora, seguiría sintiendo que es tan irreal que ella estuviera bien y tal vez se despertaría con la noticia o que Jin nunca recuperó la conciencia o… que murió.
Después de todo, en algún momento, todos los que le importara morirán…
—¿Y por qué estaría en coma? —preguntó extrañada Jin mirando con el ceño fruncido a Orochimaru.
—… —Orochimaru frunció el ceño ligeramente y sus ojos se entrecerraron—, ¿Cuánto recuerdas?
—¿Recordar qué? —preguntó extrañada Jin.
—¿Qué es lo último que recuerdas? —preguntó Tsunade sintiendo la incomodidad de Orochimaru.
—¿Lo último? —Jin frunció el ceño pensativamente— Lo último que recuerdo es que… Sandaime-sama nos llamó a su oficina y… —Jin sintió un ligero dolor de cabeza—. Nos dio una misión, sí… Ayumu no parecía muy feliz con la misión, mientras que Nori parecía positivamente energético y… ¿Y Yoshito-sensei?
Jin se sintió ligeramente incomoda, ¿Por qué?
—Yoshito-sensei parecía… mmm… ¿Molesto? No, no… era… un poco diferente, pero no parecía ni molesto ni incomodo… bueno, tal vez hubiera estado cansado —Jin niega con su cabeza y se encoge de hombros descartándolo—. Entonces… ¿Cuál era la misión?
Jin frunce el ceño pensativamente intentando recordar de qué trataba la misión… ellos estaban en guerra, así que no sería fácil, ¿Fue en Kiri…? No, esa fue la primera vez en la guerra… ¿Kumo? No, no, Jin le agregó la fórmula de que no pudieran sacarle la ropa a la fórmula de irrompibilidad luego de ver como algunas Kunoichis eran violadas en el frente de Kumo… Suna fue el segundo, sí, porque casi muere varias veces por envenenamiento…
Kiri, Suna y Kumo…
Sus manos pican ligeramente al recordar a Kumo… ¿Quizás le enviaron de vuelta a Kumo?
—¿Estás bien? —preguntó suavemente Obito y Jin lo miró desconcertada y un poco perdida, entonces sus ojos se fijaron en la cercanía de ambos.
Tenía las cicatrices en su rostro… él… ¿Él volvió por su propia cuenta a Konoha? Eso significa… ¿Obligar a Rin a aprender sellos e identificarlos realmente funcionó? ¿Entonces ella no estaba muerta y por eso Obito volvió? Rin no estaba feliz cuando la utilizó como conejillo de indias para experimentar los efectos de sus sellos y le exigió a punta de puños recubiertos en chakra que le preparara comida y postres al menos para un mes cada vez que probara sus sellos…
Obito… Rin…
¿Obito y Rin? Sellos…
Jin frunció el ceño ligeramente y cuando Obito puso una de sus manos en su hombro, un recuerdo la golpeó.
¿Por qué Obito tenía las cicatrices en su rostro? ¿Por qué Rin decidió volverse muy, muy fuerte de pronto?
—¡Iwa! —gritó horrorizada Jin apartándose de Obito y retrocediendo mientras caía de la silla y se arrastraba como podía lejos de él y los demás.
Los recuerdos la saturaron, ya no estaba ni en la calidez ni seguridad de su casa, no, ella ahora estaba en ese bosque casi baldío con tantas rocas y un ambiente ligeramente eléctrico, sus ojos fucsias miraron apagados y carentes de brillo toda la habitación, mientras empezaba a temblar en el lugar, sus ojos sin enforcar nada a la vez que el sudor aperlaba su piel y balbuceos escapaban de su garganta.
Tantas rocas… arboles tan diferentes a Konoha.
Su respiración se agitó, miró a los ninjas de Iwa frente a ella -tantos, tantos, tantos- y sus ojos se llenaron de lágrimas -¿Por qué son tan grandes? ¿Siguen siendo humanos? ¿Son humanos? ¿Por qué, por qué, por qué?- mientras se ahogaba en su propia sangre -tanto, tanto, tanto rojo, demasiado, muchísimo, demasiado rojo… rojo en sus trajes, rojo cayendo de sus heridas, heridas que ella provocó, heridas que ellos provocaron en ella-, el escozor de las heridas en su cuerpo, los moretones punzantes -hay tantos colores, tantos, tantos, tantos, ¿Por qué la piel tiene tantas tonalidades, Jin quiere vomitar- de ataques que no pudieron quebrar sus huesos o peor, matarla.
-¿En este punto no hubiera sido mejor morir?-
Jin soltó un grito horrorizado cuando una mano se le acercó -tan, tan, tan cerca, ¿la golpearía? ¿La quería tocar, profanar?- y se alejó hiperventilando mientras las lágrimas calientes y gruesas caían por su rostro rojo por falta de oxígeno al no poder respirar bien.
No, un ninja nunca debería de llorar, estaba prohibido ella… no…
-No quería seguir sufriendo, ¿Debería desactivar sus sellos?-
Su saliva se atragantó en su garganta y los gritos de los ninjas frente a ella la aterrorizaban aún más, sacudiendo sus huesos fuera de su cuerpo, pero cuando alguien se acercó a ella, alzándose sobre su cuerpo, recordó la voz grave y…
—¡Nooooo!¡No! ¡No! ¡NO! —gritó horrorizada mientras daba patadas débilmente y sacudía sus brazos intentando alejar a quien se alzaba sobre ella entre sus piernas— ¡No! ¡No por favor! ¡No!
—¡Cálmate…!
—¡No, no, no! —Jin se ahogó con sus propias lágrimas y saliva, sus ojos desenfocados y aterrorizados— ¡No me toques, no, no no!¡No me toques! ¡Soy menor, suéltame, suéltame, suéltame! —su nariz moqueó mientras su garganta ardía por los gritos desesperados y estridentes que tensaban y desgarraban sus cuerdas vocales— ¡No, no, no quiero!
—¡Jin! —gritó una voz y Jin miró horrorizada a todos lados antes de que sintiera unos fuertes brazos aprisionarla y ella se removió aún más, luchando desesperadamente por liberarse, sus piernas pateando salvajemente sin rubo alguno, esperando golpear a cualquiera que se acercase o suficiente, sus gritos se volvieron aún más desgarradores.
—¡Jin! —otra voz la llamó.
—¡Jin!
—¡Jin!
—¡Jin!
—¡Jin!
—¡Catriel! —Jin se detuvo horrorizada y en shock mientras temblaba en los brazos que la sostenían.
Volteándose horrorizada, ¿Tal vez todo fue una pesadilla? ¿Tal vez estaba en su casita de nuevo? ¿La pesadilla acaba de terminarse? Si, eso debe ser, seguramente su papá la estaba despertando enojado porque durmió hasta casi las seis de nuevo, él seguramente le daría un largo discurso sobre cómo no debería de acostarse tarde porque eso le hacía mal y…
—Mírame —Jin obedeció a los dedos que sostenían su rostro para mirar los ojos… el ojo del chico—. No estás en Iwa, estás en Konoha… No en Iwa, no en Kumo, estás en Konoha… estás a salvo… aquí están tu papá, tus amigos… Sakumo-san… tus maestros… no estás sola…estamos aquí.
—¿O…bito…? —Jin mira con ojos destrozados al Uchiha el cual parece aliviarse ligeramente por su reconocimiento.
—Estamos aquí… tranquila…
—¿Estoy muerta? —preguntó Jin, pero su cuerpo relajándose y calmándose.
—…
La pregunta los tomó por sorpresa a todos, la forma en que su cuerpo se relajó inmediatamente y la claridad llenó sus ojos fue sofocante.
—Obito-kun… —Jin se relajó en su abrazo y cerró sus ojos mientras sus brazos abrazaban el cuerpo del Uchiha relajándose contra su cuerpo.
Si… seguramente todo eso fue un mal sueño… o tal vez murió…
—No estás muerta, estás viva —habló directa y duramente Orochimaru mientras se acercaba a Jin y la miraba con furiosos ojos dorados.
Orochimaru estaba hirviendo en rabia, ¿Cómo se atrevía? ¡¿Cómo se atrevía Jin a aliviarse por la idea de que había muerto?! Como un shinobi que ha perdido muchísimos amigos y conocidos por la guerra, como simple mortal que nunca pudo evitar que la muerte se llevara a quienes le importaban… ¡Orochimaru estaba hirviendo ante la idea de que alguien a quién conocía deseara la muerte! ¡¿Qué tan egoísta tenía que ser?!
¡Él… él…!
—Así que quita esa maldita cara de alivio por pensar que estar muerta o te la quitare yo —siseó casi amenazante Orochimaru cerniéndose sobre el Uchiha que sostenía a Jin y la propia chica.
—¿Orochi-san? —preguntó Jin confundida y luego miró a su alrededor, observando sorprendida a quienes estaban a su alrededor.
Tsunade, Orochimaru, su papá, Sakumo-san, Kakashi, Rin, Shizune… Dan-san… ¿El pequeño Tenzo?
Confundida, Jin miró a su alrededor y no se encontraba en una sala de hospital -y no estaba en iwa, ni en Kumo, no estaba en esas tierras malditas, no estaba rodeada de enemigos-, sino que en su propia habitación.
—¿Todo fue una pesadilla? —preguntó aturdida y Tsunade la miró con impotencia, los labios fruncidos y apretados entre sí.
—No —respondió directamente la rubia y Jin la miró más aturdida y perdida.
—Estuviste en coma durante seis meses —recordó Orochimaru—. Tu sistema de chakra casi fue arruinado si no fuese porque Tsunade y yo colaboramos para ayudarte a sanarlo, sea cual sea el jutsu que utilizaste, usaste el jutsu más de lo que deberías, abusaste de las pastillas de soldado y las de chakra, descuidaste tu estado físico y…
—Oh… —Jin se veía tan perdida y Obito apretó sus dientes mientras fruncía el ceño ligeramente, apretándola aún más contra sus brazos, casi intentando tragársela en su fuerte y apretado abrazo al cual Jin simplemente se dejaba como una muñeca de trapo.
—Si hubieras llegado unos segundos más tarde, tu sistema de chakra habría sido irreparable… —habló con impotencia y dureza Tsunade.
—Y hubieras muerto —escupió duramente Orochimaru cruzándose de brazos.
—Oh…
—¿Oh?¡¿”Oh”?! ¡¿Eso es lo único que puedes decir?! —escupió con enojo Orochimaru, demasiado sentimental, demasiado involucrado— ¡Casi mueres por imprudencia! ¡Si te hubieras ido antes, si los hubieras abandonado, ni siquiera tendrías que haber tenido que pasar por tanto! ¡Si fueras más jodidamente egoísta no habrías tenido que pasar por lo que sea que esos bastardos de Iwa te hicieron!
No sabe que sería de su vida si Jin no hubiera entrado a la fuerza en su corazón y vida, si ella no lo hubiera empujado por el precipicio en donde sus amigos lo recibieron con sus brazos abiertos y lo forzaron a ver la luz nuevamente.
—Oh… —Jin miró dudosa a Orochimaru y luego miró a Tsunade— ¿Ellos… ellos están bien?
Tsunade también se enojó, sus dientes rechinaron.
—¿Despiertas, tienes una crisis, una inundación de recuerdos traumáticos, nos confundes con enemigos, piensas que la muerte es un alivio y luego nos preguntas si ellos están bien? —siseó la rubia y Jin se encogió ligeramente al ver las expresiones crueles que estaban grabadas en los rostros de ambos Sannin.
Inconscientemente ella se hunde más en el abrazo de Obito mientras busca estabilidad en sus brazos, mientras tanto, el Uchiha la aprieta dolorosamente contra él y su ojo se enciente con el Mangekyo mientras un gruñido profundo y peligroso escapa de su garganta a la vez que les enseña los dientes a ambos adultos.
Las intenciones asesinas de ambos Sannin se disparan ante la amenaza flagrante de Obito.
Obito las aplasta con la suya propia.
—Dejen… de hacer eso… ahora —exigió Obito con una voz dura, peligrosa, el borde de sus ojos rojos destellando intenciones asesinas y sus manos tensándose imperceptiblemente dispuesto a que su maldito cuerpo estallara en una bomba de afiladas estacas de madera que asesinaran a cualquier que se acercase.
La intención asesina de Obito era mayor que los Sannin simplemente por el hecho de que ellos, a pesar de ser “mayores” y tener más “experiencia”, ellos no eran un Obito. Ellos no eran Obito, quién mató a su propio sensei y su esposa a la cual veía como una hermana mayor, ellos no eran Obito, que mató a todo el pelotón de Kiri por su cuenta en su ataque de rabia ciega, ellos no eran Obito, quien se encargaba diariamente de destrozar pequeños pueblos y aplastar a las personas por misiones mercenarias a nombre de Akatsuki, ellos no eran Obito, que mató a su propio clan por odio y una retorcida venganza satisfactoria por tratarlo como mierda durante años.
Después de todo, si Itachi no lo llamaba para ayudarlo con la masacre, él igualmente lo haría de todos modos, necesitaba Sharingans como un seguro de que su plan se realizaría con éxito… y, a diferencia de con Itachi, Obito no habría dejado a ningún Uchiha vivo.
Sakumo se estremeció ligeramente mirando al Uchiha mientras el siniestro chakra pesado y oscuro se cernía sobre ellos entremezclándose con una gruesa e intensa aura asesina. Obito los está intentando aplastar con su opresiva aura asesina hasta la sumisión y él, inconscientemente, se paró frente a su pareja e hijo mientras soltaba gruñidos de advertencia.
—Tks… —chasqueó la lengua Orochimaru y dejó de emitir aura asesina luego de unos minutos de miradas tensas y peligrosas, Tsunade lo miró con desagrado, pero igualmente lo hizo.
Obito mantuvo un poco más esa horrible aura como advertencia antes de deshacerla por completo.
Mientras tanto, Shizune, Rin, Kakashi y Banri estaban pálidos, sudando gruesas y frías gotas de sudor a la vez que temblaban y les costaba respirar, mirando en shock a los tres causantes de todo su temor -Dan se había ido con su hijo cuando vio como las cosas se estaban poniendo tensas, sensible a esta aura mortal el albino no iba a permitir que su dulce niño sufriera alguna consecuencia por el conflicto o ira de los Sannin-.
Apenas el aura asesina desapareció, Banri se desmayó y cayó como un peso muerto, alertando a Sakumo, el cual miró a su pareja civil en el suelo, inconsciente y con los ojos en blanco, casi echando espuma de la boca.
Los otros tres niños estaban pálidos y sudando gruesas gotas de sudor del tamaño de balas, pero seguían consientes y de pie por su entrenamiento shinobi.