![So Simp [Yandere! Uchiha Obito]](https://fanfictionbook.net/img/nofanfic.jpg)
xviii. jin
Jin pasó sin problemas el examen escrito y practico, pero podía sentir las miradas quemando agujeros en su alma proveniente de sus amigos, sobre todo de Kakashi. Luego de comprender la importancia de una manada para los Hatake y como estos se vuelven increíblemente irritables e irracionalmente crueles cuando alguien lastima a su manada, Jin podía comprender la insistente mirada del albino que parecía que, si se descuidaba un segundo, le clavaría las garras en el cuello o la encerraría para siempre en un viejo sótano para que nunca más pueda ver la luz del día…
Ah… Jin no quería hablar de ello, pero supone que tendría que decirles lo que sucedió en algún momento, de todas formas, ya se lo contó a Tsunade y ella estaba tan furiosa, que terminó rompiendo una pared de la academia y yéndose a pisotones porque quizás le daría una paliza de muerte a los niños que supuestamente tenía que evaluar.
Jin se encogió al pensar en ello, no era fácil decir que tu propia madre te daría una paliza en toda regla para tratar de evitar que te gradúes de la academia porque te negaste a aceptar conocer a posibles pretendientes, en especial ese “muy prometedor” chico de catorce años -cuando tú solo tenías nueve años-, mayor que tú por cinco años.
Tsunade estaba completamente en una furia casi irracional luego de que le explicara sobre la razón de los golpes, contusiones y fracturas en su cuerpo, la rubia no podía creer que existiera una madre tan mierda como la suya, en especial, porque la princesa Senju se había casado con Dan cuando ella (Jin) tenía siete años y ahora tenía un pequeño hijo de tan solo unos dos añitos apenas cumplidos, que era como la luz de su vida.
Jaja, ella ni siquiera tuvo que decirle nada a su madre sobre las leyes shinobis cuando su padre soltó la bomba que una vez que se graduara como Genin de la academia, sus padres no podrían influir en sus vidas debido a que era una adulta legal y ya no podrían tomar la decisión de casarla arbitrariamente por su cuenta.
Su madre enloqueció completamente, su padre se veía orgullosamente arrogante de que su esposa no tuviera control sobre su hija para sus planes matrimoniales, pero Jin supone que su padre jamás pensó que su madre sería tan despiadada como para darle una paliza en toda regla. Después de todo, su padre le confesó a expensas de su madre que él la había obligado a entrar a la academia, no porque quisiera beneficiarse de ella como esposa shinobi, sino para sacar provecho de la ley shinobi sobre la decisión del matrimonio de libre albedrío, para que ella no tuviera que casarse a los doce o trece años por culpa de los ridículos estándares de matrimonio civil.
Después de todo, su padre realmente la amaba, es solo que pasaba demasiado poco tiempo con ella y no sabía expresarse bien, por lo que solía demostrar su amor con costosos regalos que eran extremadamente caros, como los calentadores de pierna con un sello de peso ajustable o los tres maletines llenos de costosos senbons de metal con diferentes usos luego de que la viera practicando utilizarlos en el patio.
Aun así, Jin sospecha de que su padre es un poco ingenuo como para no ver a la arpía despiadada con la que se casó, la única forma de que ella no recibiera una paliza de su madre, es si tuvieran otro hijo y naciera varón -lo que de todas formas terminaría en que su madre seguramente intentaría casarla con algún snob rico para asegurarse del futuro de su adorado niño heredero-. Dejando de lado la ingenuidad de su padre y como tuvo que retirarse del lugar por unos asuntos sobre su empresa comercial el mismo día, su madre le dio la paliza unilateral que ni en los entrenamientos con Guy y su padre recibió.
Su abuela trató de detener a su madre, hacerla comprender que estaba siendo irracional y cruel con su propia sangre, que ella no la había criado para ser tan agresiva y despiadada con su propia carne, pero su madre en sus ojos tenía símbolos de pica, por lo que una débil anciana centrada en la curación no podría hacer nada contra una mujer fuerte y orgullosa que le daba una paliza completa a su amorosa hija.
En fin, fue un fiasco, pero de alguna manera, logró escaparse de su hogar luego de que su madre la encerrara en su habitación y le pusiera barrotes en las ventanas.
-¿Pueden creerlo? El poder del dinero es demasiado loco, en tan solo unas horas, las ventanas de su habitación parecían ventana de casa latinoamericana promedio… o cárcel, depende de cómo lo veas, Jin prefiere quedarse con la primera-.
Respiración latinoamericana, decima postura, tus barrotes me los paso por la raja.
Je, fuera de bromas, ¿Su madre creía que iba a la academia a jugar a las fiestas de té o algo? Dobló esas mierdas de metal fácilmente como alambres con sus manos recubiertas de chakra y se fue a la mierda, rápida y velozmente hacia la academia, aprovechándose de que estaba a tan solo unos miserables minutos de llegar a tiempo.
Sintiéndose empequeñecida por las miradas fogosas de sus amigos, los cuales todos estaban reunidos en la casa de Kakashi -de alguna manera, esos pequeños mocosos le habían tendido una trampa y la habían secuestrado- y su padre les servía amigablemente el té sin entender nada, Jin buscó ayuda en Sakumo con sus grandes ojos fucsias.
Ella le ayudó a escapar de su abuela, ahora él tenía que ayudarla a escapar de sus amigos.
Kakashi, entrecerrando sus ojos ante la mirada que le dirigía Jin a su padre y conociendo la personalidad de este, se transformó en Jin cuando apareció en la academia y Sakumo dejó caer la taza de té que le correspondía junto con los bocadillos para los niños haciendo que estos se hicieran añicos al tocar el suelo.
—Kakashi, ¿Qué significa eso? —habló en un tono severo y estricto, casi cruel, pero en su voz se oía un ligero pánico.
—Así es como Jin llegó hoy a la escuela —informó crudamente Kakashi y miró ferozmente a su padre—. Tenía tres costillas rotas, la cadera dislocada, un brazo con fracturas y el hombro dislocado, una conmoción cerebral ligera, múltiples moretones y rasguños junto con un tobillo fracturado—continuó el niño mirando a su padre con un rostro oscurecido.
—¿Tobillo fracturado? —preguntó Kurenai frunciendo el ceño y mirando a Rin confundida.
—Rin lo pasó por alto, fui directamente a Tsunade-sama a preguntarle cuales eran las heridas de Jin —respondió despiadadamente.
—Aún tengo mucho que mejorar —habló para sí misma Rin con el ceño fruncido mientras ponía una pose pensativa.
—Jin-chan, ¿Qué es lo que sucedió para que llegaras con tales heridas? —preguntó Sakumo sentándose a un lado de Kakashi y mirándola seriamente, él ahora estaba del lado de Kakashi y sus pequeñas esperanzas de escapar del interrogatorio se hicieron añicos y quedaron esparcidas en el suelo como la porcelana que Sakumo-san había dejado caer al suelo al ver a Kakashi transformarse en ella herida.
Jin se encogió en su sitio y Obito agarró suavemente su mano por debajo de la mesa, apretando ligeramente su mano en señal de apoyo y fuerza.
Si fuera otra ocasión, Jin se derretiría por el acto de cariño y apoyo tan notorios, pero hoy no, hoy se siente como una presión para que responda lo desagradablemente monstruosa que fue su madre a la hora de intentar frustrar sus planes y sueños futuros sobre ser una Jounin, como reaccionó luego de que ella le confesara sus verdaderos sentimientos y pensamientos sobre lo que quería para sí misma en su vida, como ella no quería ser solo esposa de o solo madre de, como ella quería ser solo Jin, Jin, la Kunoichi, Jin, la mujer.
Solo quería ser Jin, incluso cuando su mamá amenazó con quitarle el apellido, Jin le remarcó que en vez de ser HabibiJin, ella quería ser Jin.
Solo Jin.
Sin apellido, solo ella misma, solo su propia persona.
Si en algún momento podía usar su apellido; la identidad de sus padres, si es que ellos lo permitían, ella lo haría, pero de lo contrario, solo quería ser su propia persona con sus propios logros.
Sintiendo la presión del grupo y la pequeña, pero cálida mano de Obito sobre su mano como un grillete hirviendo contra su piel, Jin suspiró y les contó de principio a fin lo que sucedió, sin saltarse detalles.
Jajan´t Sakumo-san, no sabía que tenías tal aura asesina.
Jajan´t, ¿Era Obito tan cruel de niño en el canon?
Triple Jajan´t, ¿Por qué Kakashi reaccionaba tan agresivamente? Esto no puede ser solo instintos porque atacaron a su manada.
Oye, oye, Rin, cálmate un poco, ¿Qué es eso de que tienes muchas teorías medicas que quieres probar? ¿te quieres volver el segundo Orochimaru? ¿Pasaste demasiado tiempo con él en las practicas con Tsunade-sensei?
Kuranai, mi niña bonita, ¿Qué es eso de que justo necesitabas sujetos de prueba para experimentar Genjutsus de tortura con la relatividad del tiempo distorsionada? ¿Acaso quieres imitar el Tsukuyomi de Itachi o algo? Hazte un favor y deja de juntarte con Ibiki y Anko, se te está pegando lo rarita.
Compartiendo mirada con Asuma, el cual estaba considerablemente horrorizado por lo que le hizo su propia madre, supuso que el niño era el más normal junto con ella.
Jin se sentó pacíficamente al lado de Asuma mientras sorbía lentamente su té con leche y ambos miraban como su pequeño grupo estaba planeando el asesinato de su familia por culpa de las acciones brutales de su despiadada madre. Asuma estaba visiblemente incomodo por la situación, pero sus ojos miraban con completa incredulidad y fijación a Kurenai, la cual estaba describiendo gráficamente sobre como torturaría a sus padres en un genjutsu de dilatación del tiempo y los demás aportaban su semilla para extender la crueldad.
—Oye, ¿quieres ayudarme a cocinar? —preguntó Jin tranquilamente y Asuma arqueo una ceja, volvió a mirar al grupo y preguntó.
—¿En qué te puedo ayudar? Honestamente, no sé cocinar, pero daré mi mejor esfuerzo —cualquier cosa con escapar de este lugar, pensó Asuma y siguió apresuradamente a Jin hacia la cocina como si no hubiera un grupo de niños y un adulto planeando el secuestro, tortura y asesinato de la madre de Jin.
Jin miró pensativamente la cocina y luego miró el refrigerador mientras hacía una mueca con sus labios casi como un puchero concentrado. Asuma, sabiamente, se quedó en silencio porque no sabía qué estaba mal en la cocina de los Hatakes para que Jin mirara con tanto odio algunos ingredientes de cocina.
¿Tal vez Jin odiaba los vegetales o las frutas?
—Mmm… si, no —habló seriamente Jin tomando una manzana y entrecerrando los ojos, por supuesto, Asuma no pudo comprender porque Jin se negaría al mismo tiempo contradiciéndose totalmente, pero como no era cocinero, no comentaba—. Asuma-kun —Asuma se enderezó—. Necesito que vayas a comprar algunos ingredientes por mi.
—Hai —respondió inmediatamente Asuma y, en menos de lo que creía, tenía una variada lista con cosas extremadamente detalladas y una bolsita pequeña con una cantidad de dinero cuestionable.
¿Jin asaltó a un comerciante o algo? ¿En venganza por la paliza, le robó los ahorros a su madre? Mirando al pequeño grupo de asesinato coordinado, Asuma decidió sabiamente que lo mejor sería cerrar la boca y comprar lo que le pidieron sin preguntas.
Media hora después, Asuma no sabía lo que estaba haciendo Jin, pero olíadelicioso y los planes de asesinato habían cesado mientras tenía a un grupo de niños en la puerta y un adulto babeando por comida. Asuma no iba a ser hipócrita, él mismo estaba babeando, pero el solo aroma de la comida casi que lo llenaba mientras Jin hacía una gran variedad de cosas.
Finalmente, dos horas y media después, grandes comidas, postres y aperitivos estaban frente al grupo de niños y al Hatake mayor mientras Jin servía y Asuma la ayudaba. No pudo ayudar mucho en la cocina aparte de pelear frutas, verduras y lavar algunas cosas, así que obviamente ayudaría a poner la mesa y servir.
Cuando Asuma probó la comida de Jin por primera vez -Kuranai era muy recelosa con la comida de Jin, no compartiría ni un bocado, aunque él se estuviera muriendo de hambre-, él pudo comprender porque su crush y todo el séquito de niños que rodeaba a Jin adoraba el suelo que pisaba y trataban de complacerla mendigando por comida. Tal vez no podría darle su corazón a Jin porque amaba a Kurenai, pero eso no quiere decir que ahora ella no sea su hermanita favorita.
Por supuesto, Asuma tiene un hermano mayor, pero lo ve tan poco y tan estresado por asuntos del Clan, que se supone que deberían gestionar su padre o su madre, que Asuma la mayoría de las veces prefiere no estorbar y dejar a su hermano mayor libre de cualquier cosa que pueda molestarlo en su tiempo libre, aun así, eso no signifique que no lo ame, pero la comida de Jin era demasiado buena.
Bueno, de todas formas, tampoco miraba mucho a su hermano mayor, si Jin era su hermanita menor, significaría comida de vez en cuando, así que supone que es un trato justo.
Observando las reacciones de todo el grupo, Asuma comprendió que no era el único que sentía que esta comida era especialmente sabrosa, aun así, el brillo asesino en los ojos de todos solo incrementó y, aunque le avergüence decirlo, él también se unió a este séquito de fans de la comida de Jin.
Que pecado más grande era golpear a alguien que cocinaba tan delicioso, el solo recordar las manos moradas de Jin y sus dedos todos golpeados, hizo que sintiera una repentina oleada de rabia.
Sí, definitivamente se uniría a los planes de destrucción de agresores de Jin y se volvería parte de su escuadrón de protección, porque, según lo que Asuma sabía, los equipos eran de tres y su grupo era mucho más de tres, después de todo, cuando Genma, Shizune y los otros niños mayores supieran de lo sucedido con Jin, serían casi como un mini golpe de estado por parte de la generación más jóvenes de ninjas.
O serían considerados un grupo de traidores, después de todo, los shinobis de la hoja tienen una estricta regulación sobre cómo no deberían de lastimar a los civiles y, hasta donde tiene entendido, Jin proviene de una familia civil de mercantes que tiene cierto renombre, por lo que su familia no podría ser atacada fácilmente. Metiéndose un trozo de comida a la boca con sus palillos, Asuma pensó distraídamente que debería hablar con su padre sobre ciertos comerciantes y sacar más información sobre ellos.
A veces, ser el hijo del Hokage tenía ventajas, por mucho que odiara tener que hacer uso de ellas.