![So Simp [Yandere! Uchiha Obito]](https://fanfictionbook.net/img/nofanfic.jpg)
x. retrato
Sakumo miró con incredulidad como de un momento a otro fue “secuestrado” por un par de niños energéticos, el Uchiha hablaba sin parar a diez revoluciones por segundo mientras que la niña parecía totalmente enamorada de él -lo que le resultaba perturbador, ¿Por qué un niño de unos cinco años estaría enamorado de otro? Sakumo siente escalofríos, no porque le parezca raro, que en parte si lo es, sino que los ojos de la niña son un amor consciente como si supiera en lo que se convertiría en niño y aun así lo quisiera-.
Honestamente, estos niños le parecían raros. La niña tenía esa espeluznante mirada como si supiera más del Niño, como si viera a través de su alma misma y eso lo desconcertaba, pero lo que más le incomodaba era el niño Uchiha que, a pesar de actuar como un niño normal y verse igual, había algo en sus ojos que le decía que este chico solo fingía ser tonto.
También, el niño Uchiha hacía temblar sus instintos y, si no hubiera sido la niña quien lo tocó primero, seguramente Sakumo habría sacado su tanto de inmediato y atacado sin pensar al niño si él hubiera sido quien jalaba de su ropa.
Había algo espeluznante y macabro en el chico que no podía alcanzar a descifrar y que le incomodaba muchísimo debido a que sus instintos largamente entrenados le decían, gritaban, que este niño era extremadamente peligroso y que, si se enfrentara a él, de alguna manera, no tendría grandes posibilidades de salir con vida.
Entonces, no podía entender porque tenía al niño que ponía en juego todos sus sentidos de shinobi sentado en su regazo mientras la niña tenía su cuaderno entre sus dedos y los miraba fijamente con una mirada apasionada en sus ojos mientras sacaba la lengua concentradamente.
Ah, ni siquiera puede entender cómo es que la niña logró convencerlo de que era una buena idea hacer un retrato de ellos y que luego él se lo firmara, porque, según ella, ambos eran fans de él.
Sakumo retuvo un suspiro mientras “posaba” para el retrato, Obito estaba felizmente bebiendo un jugo de frutas que, a su honesta opinión, estaba delicioso.
Los pensamientos del hombre, por primera vez desde que falló esa misión hace tantos meses, se dirigieron a pensamientos livianos y despreocupados en vez de los sombríos y pesados que comúnmente lo estaban azotando hasta destrozar cada parte de su espíritu, desquebrajándolo lentamente a una cascara de hombre.
Sakumo pensó en si debería pedirle la receta de alguno de los postres que la niña había hecho, sinceramente, ella tenía buena mano -¿O tal vez él tenía mala mano? Mmm… era probable que él tuviera mala mano, por algo, la mayoría de sus comidas eran compradas afuera, porque para su vergüenza, a pesar de ser un adulto funcional y un shinobi poderoso en pleno derecho, Sakumo Hatake no sabía cocinar… al menos no una cocina por la cual quieras pedir un segundo plato, sino una… regular-, pero luego de pensarlo un poco, se sintió ligeramente avergonzado, ¿Tal vez debería irlos a dejar a sus casas y luego preguntarle a la abuela de la niña las recetas?
Si quería salvar un poco de cara, preguntarle a un adulto sería lo adecuado.
Sí, definitivamente le preguntaría a la abuela de la niña sus recetas.
—¡Ta-dá! ¡Lo terminé, está listo! —exclamó orgullosamente Jin mostrando el retrato.
—Es… sorprendente… —habló sin palabras Sakumo mirando el exquisito dibujo.
—¡No sabía que podías dibujar! —Obito saltó del regazo de Sakumo rápidamente para mirar impresionado el dibujo y tomarlo entre sus manos— ¿Cuántos talentos tienes? ¡Sabes cocinar delicioso, eres buena estudiante y sabes dibujar así de bien!
—N-no es para tanto… —Jin se sonrojó tímidamente y apartó la mirada.
¡Ah! ¡Los personajes canónicos son otra cosa! ¡Son tan directos! ¿Cómo no les avergüenza decir tales cosas? Jin se siente avergonzada cada vez que habla con Obito porque el Uchiha no tiene filtro alguno en su boca ni conoce la vergüenza.
¡No es normal dar tantos halagos tan simplemente!
—¡Deja de menospreciar tus habilidades! Mi dibujo sería un palo con una pelota y una carita feliz, ¡Esto es arte! —exclamó Obito elevando el dibujo por sobre su cabeza.
—Es cierto, pequeña Jin-chan, tienes muy buenas habilidades de dibujo —habló suavemente Sakumo, levantándose del suelo y acercándose para ver el dibujo más de cerca.
—N-no, tampoco es para tanto, es algo simple… —habló avergonzada Jin poniéndose aún más roja mientras el adulto examinaba minuciosamente el dibujo con ojos críticos.
—No, no es algo simple —negó directa y crudamente el hombre—. Muchos adultos no llegarían a este nivel de dibujo incluso si lo intentaran, deberías sentirte orgullosa de tener tal habilidad siendo tan joven.
—¿Verdad? ¡Es injusto que se siga rebajando así! —exclamó con irritación Obito— Tiene tantas habilidades, pero siempre se menosprecia a sí misma, ¡Incluso dice que su comida no es la gran cosa! ¡Su comida! —se quejó ruidosamente el Uchiha mientras se cruzaba de brazos frustrado.
—¿Por qué harías eso, Jin-chan? —Sakumo ladeó la cabeza ligeramente— Realmente cocinas muy bien, incluso mejor que yo —admitió Sakumo un poco avergonzado—. Y tus dibujos son realmente buenos, al punto que podría sugerirte que te unieras al escuadrón de topografía de Konoha —Sakumo miró otros dibujos de la libreta.
Todos eran muy buenos y se veían bastante realistas, aunque le preocupa un poco que tenga tantos hombres semidesnudos dibujados en la libreta, no obstante, por lo que ha podido observar de los bocetos de otros, puede ver que es como la base de los dibujos y luego ya le pone la ropa encima…
Y las mujeres que dibuja se ven feroces y tienen una especie de espíritu en sí mismo en su mirada, lo que más le atrapa de los dibujos en la feroz mirada que tienen todos ellos, había algo de especial en esos ojos como si les hubiera puesto especial atención y detalle para que se viesen más vivos.
—¡Ah! No creo que pueda hacerlo, debe ser un trabajo muy serio y complicado, no creo tener las habilidades como para realizar algo tan importante como para mapear los terrenos aledaños de la aldea —habló Jin apenada y encogiéndose ligeramente.
—¡No te menosprecies así, niña! —chilló Obito casi con frustración— ¡Tus habilidades son muy buenas, deja de rebajarte!
—¿Es porque eres niña? —preguntó directamente Sakumo y Obito se detuvo, mirando honestamente confundido al hombre.
Jin se encogió más en su sitio y bajo la cabeza.
—¿Por qué tendría algo de malo ser una niña? —preguntó Obito confundido— Ser un niño es solo una etapa, luego avanzamos, crecemos y progresamos.
—No por ser un infante, sino por ser mujer —explicó suavemente el albino y Obito le miró extrañado, como si le hubiera crecido otra cabeza.
—¿De qué hablas, Sakumo-san? —preguntó extrañado— Las mujeres son bastante fuertes, incluso un poco aterradoras —Obito recordó su pelea con Konan.
Las únicas dos personas que han sido capaces de casi matarlo desde que empezó a fingir ser Madara, habían sido Minato y Konan.
Y, en todo caso, Konan había logrado asesinarlo a diferencia de Minato, pero él utilizó el Izanagi para sobrevivir anulando los esfuerzos de Konan.
—Provienes de una familia civil, ¿Cierto? —preguntó Sakumo y Jin asintió con la cabeza gacha—. Usualmente, para “aumentar su valor” a las mujeres se les inscribe en la academia shinobi para que se gradúen como genin y tengan mejores propuestas de matrimonio —explicó Sakumo—. No se espera de ellas nada aparte de que sean genin, para que puedan enseñarles a sus futuros hijos las cosas básicas de la academia y criar a fuertes niños shinobi en el futuro.
—… —Jin apretó los labios en silencio.
—Supongo que la familia de Jin-chan no espera nada de ella más que sea una futura esposa joven, ¿No? —Sakumo miró con ojos críticos como la niña se hacía más pequeña—. Una vez que seas genin, seguramente encontrarán posibles candidatos para desposar tu mano o en beneficio de tu familia, por ello mismo quieren que no tengas mucha conciencia de ti misma y tus habilidades para que no seas arrogante ni opaques a tu futuro marido. Quieren que seas una obediente y sumisa esposa capaz de criar, educar y dar a luz a niños de tu esposo mientras lo complaces…
—… —Jin no despegó su vista del suelo.
—… —Obito miró fijamente a la chica encogida en sí misma y, por primera vez desde que llegó hace tantos meses atrás, no pudo actuar como un idiota.
Sakumo dirigió una mirada crítica a la niña y luego al chico el cual había cambiado su mirada de una infantil a esa mirada que mucho de los veteranos de guerra compartían, su aura había cambiado a una peligrosa calma y los instintos del Hatake gritaron que algo iba mal, por lo que entrecerró sus ojos ligeramente hacia el Uchiha.
Honestamente, Sakumo no creía en esos viejos mitos de la maldición de odio del clan Uchiha y todas esas mierdas que inventaron los viejos para excluir al clan Uchiha y Sakumo en sí mismo no tenía prejuicios contra el clan de ojos rojos, gran en parte porque había trabajado con muchos Uchiha a lo largo de su vida y, lo que menos tenían, era odio o arrogancia.
Los Uchihas solo… eran socialmente incomodos, demasiado tímidos, que ocultan sus rostros avergonzados en caras de piedra porque no saben cómo responder y se encierran en sí mismos intentando crear una propia burbuja de seguridad para sí mismos dentro de su propio ser, solo para luego desatar todos esos sentimientos contenidos en una violenta ráfaga de amor incontrolable.
Sakumo no cree que los Uchiha sean un clan de odio, más bien, diría que son un clan de románticos desesperados.
—Pero… —continuó Sakumo se acercó a la niña— Hay algo que la mayoría de los civiles ignora o decide no ver —el tono de voz de Sakumo era extraño, casi meloso y una sonrisa perezosa se extendía por sus labios—. Y es que una vez que los niños graduados de la academia son genins, legalmente sonadultos —un brillo travieso se asentó en los ojos del hombre—. Eso significa que no pueden comprometerte con nadie a menos de que des tu firma en el documento legal que demuestra su compromiso…
Jin alzó la vista sorprendida y la cálida y gran palma del hombre se posó en su cabeza dándole pequeñas palmaditas.
—Y si se gradúan antes de los trece, legalmente los padres deben seguir pagando la manutención de los niños hasta los trece años, brindándoles un techo, comida y abrigo. Por supuesto, todo mientras el genin recibe los salarios correspondientes por su servicio activo en misiones, que le corresponde solo al genin cobrar —la sonrisa perezosa de Sakumo se extendió—. Es una Ley poco conocida que creó el segundo Hokage para que se fomente el labor de las Kunoichi y se les brinden libertades para proteger a su pueblo sin estar ligados a un compromiso por interés u obligación, dejándolo a decisión personal de cada shinobi y Kunoichi, dándoles la libertad de decidir no casarse en absoluto tal y como lo hizo su prima, Senju Touka-sama, que, aunque no es muy conocida estos días porque fue opacada por Tsunade, es toda una leyenda entre las kunoichis de otras generaciones debido a sus grandes destrezas como Kunoichi y el hecho de que murió en el campo de batalla sin nunca antes haber necesitado la ayuda de algún hombre o haber tenido marido o hijos en absoluto.
—Entonces, al ser reconocida como un adulto legal e independiente, sus padres no tendrían derecho sobre sus decisiones de compromiso y ella podría elegir a su prometido dependiendo sus gustos, intereses y aficiones, pero a su vez, tienen la opción de no casarse en absoluto para seguir ejerciendo su labor como Kunoichi —habló Obito sorprendido mientras su pose pensativa se manifestaba y sus ojos se ampliaban.
Si eso es cierto, el dejarles “elegir” a sus posibles parejas, al convivir más comúnmente con shinobis, puede hacer que las Kunoichis se vean más amenazantes ante los ojos civiles y, con tanto tiempo convivido entre camaradas, es inevitable que dos shinobis se enamoren entre sí, lo que haría que la próxima generación de Shinobis y Kunoichis tenga a padres fuertes que han sobrevivido a la guerra y que podrían guiarlos desde su infancia hasta que salgan de la academia y sean guiados por su respectivo instructor Jounin.
Obito está sorprendido, Tobirama realmente pensaba mucho más allá.
Entonces, si pensaba tan lejos, ¿Por qué no pensó en como entregarle todo el poder como la policía militar de Konoha, con la capacidad de arrestar a cualquier shinobi que no sea Anbu, a un solo clan, provocaría miedo y rechazo a la larga? ¿Por qué poner el escudo del clan como insignia de la policía militar de Konoha?
¿Fue acaso el sesgo de Tobirama lo que evitó que observara el mal que se provocaría a la larga? ¿O era caso Tobirama Senju tan ingenuo como para pensar que, al entregarle un puesto tan importante y crucial como la seguridad pública de todo Konoha, serían aclamados como unos héroes y los asentaría aún más dentro de las raíces de Konoha? Obito no podía comprender del todo el pensamiento de Senju Tobirama, después de todo, nunca conoció al hombre a menos de que ambos intentaran matarse.
Bueno, intentar matarse el uno al otro no puede ser algo como conocerse realmente, ¿Verdad?
—¿E-entonces yo…? —los ojos de Jin brillaron ligeramente y el hombre le sonrió en complicidad.
—Cuando te gradúes como Genin, técnicamente, no tendrías que obedecer al pie de la letra a tus padres —Sakumo sintió que había algo mal en su frase, no podía identificarlo del todo.
No, espera, ¿Estaba alentando a una niña pequeña a desobedecer a sus padres activamente en el futuro? ¿Estaba creando a una niña rebelde sin causa en el futuro? Sakumo se sintió ligeramente nervioso y un poco preocupado.
—P-pero recuerda respetarlos y obedecer las reglas razonables, no tienes que ir peleando todo el tiempo con tus padres, a veces es mejor evitar conflictos innecesarios —agregó nerviosamente y Jin rio entre dientes.
—¡Si, Hatake-sama! —rio alegremente Jin, sonriendo felizmente al hombre que suspiró aliviado—. Hatake-sama, ¿Ahora me permitiría hacerle otro retrato?
—¿Mmm? —Sakumo miró confundido a la niña y ella miró al suelo tímidamente—. No agaches la cabeza innecesariamente, vive tu vida con la frente en alto —corrigió Sakumo levantando la barbilla de la niña y regañándola cariñosamente.
—¡S-si! —tartamudeó Jin con el rostro completamente sonrojado.
Sakumo debería admitir que era adorable, ¿Por qué Kakashi era tan serio? Adoraba a su hijo, pero debía de admitir que era un poco decepcionante que siempre fuera tan tranquilo y reservado incluso con él, ¿Lo lastimaría mostrar algo de expresividad en su cara?
—El retrato que hice es para Obito-kun, como él también es un fan tuyo, ¡Es adecuado que su firma esté en un retrato de ustedes! —exclamó decididamente y Sakumo se sintió un poco cohibido.
Ah, esos ojos… estaban demasiado decididos, sintió un poco de temor de que la niña lo hiciera posar durante tres días seguidos sin derecho a descanso ni comida con tal de conseguir buenos retratos…
No, una niña tan adorable no podía ser tan cruel, ¿Verdad?