Oscuridad (NaruIta)

Naruto (Anime & Manga)
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Oscuridad (NaruIta)
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Summary
En aquella profunda oscuridad logró hallar una luz que nunca tuvo la oportunidad de admirar.*Si no es de tu agrado, por favor no leer.*No poner comentarios ofensivos.*Prohibida su copia.*Los personajes son creación de Masashi Kishimoto.*Historia 100% original.
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Chapter 9

—Me golpeará en cuanto se lo diga.—Shisui habló mientras observaba con atención los coloridos peces en la pecera.

—Yo creo que deberías ser sincero.—Naruto comentó tomando asiento a la espera de que el joven que lo había atendido ni bien entraron al local, volviera a presentarse.— Has estado enamorado de Sasuke desde hace mucho tiempo y el hecho de que siempre intentes tener un poco de contacto con él, creo que te deja en evidencia.

Shisui bufó y su mirada se centró en la siguiente vitrina. Le gustaban los animales exóticos y la tarántula que caminaba por encima de las piedras dentro de su pequeño hogar, había llamado su atención por el color anaranjado en su lomo.

—¿No crees poder averiguar algo de su parte?—Preguntó volteando para ver a su amigo. Naruto elevó una ceja.— Quiero decir, sé que no se hablan al no convivir, pero si tan solo pudieras descubrir si aunque sea le resulto atractivo, podría invitarlo a salir con mayor seguridad. No creo estar preparado para un posible rechazo.

El rubio observaba con atención los movimientos de su amigo. Aún no comprendía del todo como era que le fascinaban aquellos animales que para él eran desagradables, pero allí se encontraba, sonriendo y golpeando con cuidado el vidrio que ahora contenía una serpiente de gran tamaño.

—¿No sería más fácil si se lo preguntaras a Itachi?—Cuestionó.— Es su hermano mayor y dudo que no le haya contado si le gustara alguien.

Shisui negó con su cabeza. Conocía lo suficientemente bien a ambos jóvenes y claro que sabía la confianza que Sasuke tenía con su hermano mayor, pero aquello no significaba que fuera a contarle tan abiertamente sobre sus sentimientos a Itachi.

Sasuke era un muchacho completamente cerrado cuando se trataba de su vida privada. Sus emociones las mantenía encerradas en un pequeño cofre del que solo él mismo tenía la llave y odiaba hablar con respecto a ellos, sobre todo cuando le preguntaban si había alguna persona que le gustara románticamente.

"Eso no te interesa".

Aquella era la típica frase que el menor soltaba siempre que intentaban sacar el tema a la luz y si bien Shisui sabía que tan parlanchín y confianzudo era, no se atrevía a inspeccionar un poco más allá de lo que el mismo Sasuke le permitía.
Se tenían demasiada confianza. Después de todo, conocía a los hermanos desde que eran solo unos pequeños niños, siendo Sasuke el bebé del que Itachi hablaba aún cuando ya no lo era y es por esa misma confianza y el hecho de conocerlos a ambos lo suficiente, que sabía que podía ser el receptor de un maldito puñetazo si intentaba presionarlo para que le dijera algo de eso.

—No le ha dicho ni le dirá nada al respecto.—Respondió con cansancio.— No le gusta hablar de ello.

Naruto soltó un suspiro.

—Si no le ha contado a Itachi ¿Qué te hace creer que me lo contará a mi?—Preguntó curioso.— Apenas nos vemos cuando voy a su casa.

—Lo sé, pero no se atreverá a golpearte.—Afirmó Shisui volviendo a su lado y abrazándolo por los hombros.

Ambos sabía que esa afirmación era una mentira, porque Sasuke ya le había dicho a Naruto sobre el lugar en el que lo iban a encontrar sin vida si permitía que algo malo le ocurriera a su hermano mayor.

Al menor no le importaba la forma en la que lo vieran por sus amenazas y sabían que tenía la fama de cumplirlas, más que nada por Shisui e incluso, por aquel sujeto que vivía a un par de calles de su hogar y se había atrevido a propasarse con él tocándole el trasero en cuanto pasó caminando junto a Itachi por la vereda de su casa.
Solo Shisui conocía la historia porque Sasuke estaba demasiado molesto como para guardar el secreto sobre lo ocurrido. Se imaginaba las palabras con las que Sasuke lo confrontó y fue él quien al encontrarlo preparado para salir de su hogar pasada las doce de la noche de aquel día, lo acompañó en completo silencio en su caminata.

Shisui no dijo nada cuando vio la navaja en su mano, tampoco se vio capaz de decirle a nadie cuando vio como Sasuke pinchaba las gomas del carro de aquel sujeto y volvía a su lado como si nada hubiera pasado.

¿Quizás fue porque el chico le gustaba? ¿Quizás sucedió porque él mismo se sintió molesto en cuanto supo la forma en la que Sasuke fue tratado? No tenía idea, pero de la boca de Shisui no se supo absolutamente nada al respecto y se había ganado el agradecimiento de Sasuke, tomándolo como lo más valioso que pudiera haber conseguido.

>>Solo intenta averiguarlo.—Volvió a hablar.— En todo caso, pregúntale a Itachi, pero dudo que sepa algo.

Ambos se pusieron de pie cuando vieron al joven que atendía el local, volver a ellos con una correa en sus manos y un hermoso can de pelaje lacio y dorado caminando a su lado.

—Aquí está el pequeñín que buscabas.—Habló el muchacho, extendiéndole la correa hacia la mano del rubio.

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El animal se encontraba sentado a su lado, en completo silencio mientras su cola se movía de un lado al otro. Parecía emocionado por ver a quien sea que vaya a abrir la puerta.

Shisui se mantenía en silencio distrayéndose con su teléfono a la espera de ser atendidos.

—Puedes aprovechar este momento.—Susurró Naruto ganándose la atención de su amigo y compañero de piso.— Llévalo a cualquier lado a pasar el tiempo juntos, podrían ir a una cafetería o algo.

La puerta se abrió interrumpiendo la contestación de Shisui, quien parpadeó algo temeroso cuando la idea de que el muchacho había alcanzado a oír algo, cruzó su mente rápidamente.

Los ojos negros de Sasuke inspeccionaron a ambos mayores y al instante su vista se clavó en el perro que jadeaba con su lengua afuera.

—Se parece a ti.—Comentó burlón mirando a Naruto.

El rubio solo bufó, sabiendo el tipo de palabras que podrían llegar a escapar de la boca de aquel muchachito. No solían encontrarse a menudo por que cuando Naruto llegaba, Sasuke se encontraba en sus clases y solo se saludaban cuando el azabache ingresaba a su hogar mientras que Naruto se disponía a marcharse.

Y aún cuando no había ni siquiera un diez porciento de confianza entre ellos como para bromear, poco le importaba a Sasuke aquella situación.

—Toora es igual a ti, pero más dulce y educado.—Habló Naruto.

Sasuke esbozó una pequeña sonrisa y rodando sus ojos, abrió la puerta por completo para que ambos ingresen.

Naruto caminó con total calma hacia la habitación de Itachi. No sabía si su amigo había seguido sus palabras o no, pero tampoco estaba dispuesto a darse la vuelta para verlo.
Sea lo que sea que ocurriera, no quería que Shisui se pudiera sentir avergonzado de alguna manera. Ciertamente necesitaba su tiempo, sobre todo si quería declararse sin terminar con las relación que tenía con Sasuke.

—¿No entrarás?—El joven volteó a ver al muchacho de cabello ondulado.

Sus ojos negros inspeccionaron el frente de su casa. Quizás estaba siendo demasiado paranoico, pero el nerviosismo que podía notar en Shisui lo puso en alerta.

El mayor se debatía entre las opciones que tenía. Podía despedirse y dirigirse a su hogar, manteniendo la amistad con aquel chico de la misma manera en la que se encontraba actualmente. Sus emociones no serían reveladas y él no correría el riesgo de sufrir un rechazo ni tampoco provocaría que Sasuke se comenzara a sentir incómodo a su lado.

Sin embargo, también existía la opción de comenzar con un paso a la vez y la idea de dirigirse a una cafetería para compartir un poco de su tiempo, le parecía perfecta. En caso de que Sasuke no lo vea de la misma manera en la que él lo veía, podría intentar enamorarlo poco a poco.

Pero tenía miedo. Sus manos, que se encontraban cerradas en un puño para tomar el valor que necesitaba, se abrieron relajándose y un suspiro escapó de sus labios.

—No, debo irme.—Respondió casi en un susurro dándose la vuelta y comenzando a caminar hacia la verja que delimitaba el terreno de los Uchiha.

Sasuke lo observaba con el ceño fruncido. Podía notar en su postura que parecía algo desganado, quizás decaído. No era el mismo chico juguetón y sonriente que siempre se mostraba frente a él y su hermano.

Tomó las llaves de su hogar que se encontraban en una pequeña mesa cercana a la puerta de entrada y salió cerrando la puerta, trotando la distancia que lo separaba del mayor.

—¿Tienes la tarde ocupada?—Preguntó en cuanto llegó a él. Shisui lo miró confundido y negó en silencio.— Debo ir a la biblioteca ¿Me acompañas? Paso por unos libros y podríamos ir a comer algo.

Mordiéndose el labio inferior, Shisui asintió intentando contener su emoción.
Quizás no era una cita como tal, quizás Sasuke no estaba realmente interesado en él, pero Shisui no iba a desperdiciar la oportunidad de pasar una tarde con la atención de aquel muchacho puesta por completo en él.

°

Golpeó la puerta del cuarto con uno de sus dedos y mientras esperaba por el permiso de acceso, acarició el suave pelaje del perro a su lado.

Itachi lo recibió con aquella ropa cómoda que utilizaba siempre que se aseguraba de que no saldría de su casa. 

—¿Cómo recibes a tu novio con esas fachas?—Preguntó con una pequeña sonrisa divertida surcando su rostro.

Le divertía ver como las mejillas de Itachi se sonrojaban cuando lo molestaba con ello. Siempre ocurría cuando le decía algo similar.

—¿Seguirás bromeando con eso?—Habló apenado.— Ha pasado más de una semana ¿No puedes olvidarlo?

Naruto se carcajeó.

—Oh, por supuesto que no y tampoco te dejaré olvidarlo a ti.—Comentó haciéndolo a un lado e ingresando a la habitación como si fuera la propia.— No siempre se recibe un beso de un lindo chico ¿Sabes?

—Tienes suerte de que no pueda ver, porque sino, podría acertar mis puños en tu rostro.

Naruto sonrió y tomó la mano de Itachi para acercarlo a la cama. Sin soltarlo, fue tironeando suavemente de la correa del animal que olfateaba con tranquilidad el pequeño almohadón que se encontraba en el suelo y colocó la mano del azabache sobre la cabeza del can.

—Su nombre es Yasu y está entrenado para poder guiarte.—Habló con voz suave.

Itachi mordió su labio inferior intentando contener su emoción. Había hablado con su cuidador sobre lo bueno que sería tener un perro a su lado, pero nunca se esperó que fuera el mismo Naruto quien se lo trajera.
Ni siquiera había comentado la idea con sus padres y aunque aquello le preocupó por un momento, todo el miedo desapareció de él cuando sintió la lengua de su nueva mascota sobre el dorso de su mano.

—Es muy cariñoso.—Susurró.

—Lo es, tanto con las personas como con los animales.—Respondió el rubio.— Toora se acostumbrará a él, pero Yasu ya está acostumbrado a convivir con otros animales. No será ningún problema.

—Mis padres...

—Ellos aceptaron.—Interrumpió.— No lo hubiera traído sin antes hablar con Mikoto y Fugaku. Sasuke y Shisui ayudarán con sus baños, ya me lo confirmaron.

Itachi se sentía algo perplejo. No esperaba que su mejor amigo y su propia familia supieran sobre quien se convertiría en el nuevo integrante de la familia y sobre todo, no espera que lo mantuvieran en secreto para él.

Era un hermosa y agradable sorpresa.

—Te lo agradezco.—Habló con emoción.

Naruto sonrió, presionando con suavidad la mano de Itachi que aún descansaba sobre la cabeza de un cariñoso Yasu.

—No hay problema.—Respondió de igual modo.— Aunque si me quieres dar un beso, no me negaré.

Apenas sintió el manotazo que Itachi le había dado en su brazo y solo pudo apretar sus labios para no soltar una risa en cuanto las mejillas del azabache se pintaron de un fuerte color rojizo.

Sin embargo, no se esperó que luego de haber buscado su rostro con sus manos, acariciara su mejilla antes de dejar un suave beso allí.

—De verdad te lo agradezco.—Repitió el joven sin poder presenciar como era el rostro de su propio cuidador, el que ahora se hallaba completamente sonrojado.— Yasu...—El animal ladró una vez, sentado junto a la cama a la espera de la orden.— Vayamos por Toora, hay que presentártelo.—Habló como si se tratara de una persona.

Naruto se quedó en silencio, observando hacia la puerta del cuarto por donde había salido Itachi junto a su nuevo compañero. Podía sentir su rostro algo sudoroso por el calor repentino al que había llegado luego del inocente beso, siendo que no se lo había esperado de ninguna manera.

Porque si bien luego del encuentro con Shion, Itachi se había disculpado con él por su actuar, Naruto había encontrado diversión en molestarlo con ese asunto. Uchiha intentaba no hacerle caso a sus palabras, porque sabía que solo lo hacía para sonrojarlo, algo que conseguía con facilidad por el simple hecho de que aún le avergonzaba la manera en la que actuó.

Sin embargo, Itachi lo había tomado desprevenido siendo que era la primera vez en ese corto tiempo en el que llevaba bromeando con él, que hacía caso a sus palabras. No había sido un beso como el que le había dado cuando se encontraban frente a Shion, pero no le molestó en absoluto la diferencia.

>>¿¡Naruto, vienes?!—La voz del azabache se escuchó a lo lejos y él se vio en la obligación de carraspear para que su voz sonara con claridad.

—¡Si, enseguida!

 

¡MUCHAS GRACIAS POR LEER!

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