
Chapter 5
Había pasado una semana completa desde que comenzó su nuevo trabajo y la sonrisa burlona de Shisui no se borraba de su memoria. Se había divertido al saber de su propia boca que había pasado su vergüenza al presentarse con la madre de Itachi.
—¿Qué tal te fue con el pequeño?—Aquella había sido la estúpida pregunta que su amigo le había hecho al llegar a su dormitorio.
No había sido capaz de advertirle que cuidaría de su amigo y apenas llegó a su habitación luego de finalizar su primer día, supo enseguida que solo lo había provocado para divertirse a costa suya.
Dejando de lado al inmaduro que tenía por amigo y compañero de cuarto, su trabajo era relativamente tranquilo y él lo agradecía.
Itachi no solía hablar mucho cuando se encontraban juntos, aunque apenas se había enterado que era debido a que creía que Naruto podría encontrarse ocupado con su tarea y prefería no molestarlo.
Aún así y a pesar de que poco a poco comenzaba a acostumbrarse a su silencio, debido a que no quería incomodarlo obligándolo a comenzar una conversación, se divertía con las anécdotas que Itachi contaba de vez en cuando o simplemente escuchándolo leer en voz alta mientras sus dedos recorrían cuidadosamente las hojas punteadas de sus libros.
Todo era tranquilidad y poco esfuerzo para él. Tenía el tiempo y el silencio necesario para hacer sus trabajos, aunque la mayor parte del tiempo era acompañado por la hermosa melodía que emitía el piano que el azabache solía tocar.
—Nos vemos luego.—La voz de su amigo y compañero lo hizo sobresaltar, notando apenas que había terminado la clase.
Asintió y guardó sus cuadernos dentro de su bolso, pensando en si enviarle un mensaje a Mikoto o simplemente a Sasuke para no molestar a la dama.
El aula comenzaba a quedar vacía poco a poco y tomando su teléfono, decidió molestar a aquel muchachito que sabía que le respondería de mala manera.
Naruto:
"Solo quiero avisarte que llevaré a Itachi a mi casa. Mis padres quieren conocerlo y me pareció buena idea sacarlo un rato de la casa"
>>12:38 pm.
No pasó mucho para que Sasuke contestara con las palabras que él ya conocía.
Sasuke:
"Bien, yo le aviso a mis padres. Cuídalo con tu vida, porque si le llega a pasar algo, te aseguro que estás muerto."
12:41 pm<<
Un bufido escapó de sus labios. No entendía como su amigo se había enamorado de ese chiquillo tan insoportable y de mal carácter.
Shisui era completamente diferente a Sasuke, tanto en su forma de hablar como en su personalidad.
Porque Sasuke era alguien frío, mal hablado y enojón con cualquier otra persona que no sea su hermano mayor o sus propios padres. Mientras que Shisui era un joven amable, carismático y sociable que siempre caminaba por la vida con una sonrisa en el rostro.
No estaba seguro de si los sentimientos de su amigo eran correspondidos por aquel joven que tan enamorado lo tenía, pero si ese era el caso, entonces Naruto aceptaría finalmente que los opuestos se atraen.
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—¿Itachi?
La casa se encontraba en silencio. No se oía el sonido del piano, la presencia del azabache no se hallaba en ningún lugar a la vista y su mascota se encontraba enrollada sobre una de las esquinas del kotatsu.
>>¿Dónde está tu dueño, Toora?—El animal elevó su cabeza y movió sus orejas, recostándose nuevamente sobre la base de madera sin darle mayor atención.
Ciertamente le resultaba extraño que el gato se hallara en ese lugar, sabiendo y notando desde hacía una semana, que el pequeño felino seguía a Itachi por cualquier lado donde se moviera.
>>¿Itachi, estás arriba?—El silencio fue su respuesta.
Comenzó a subir las escaleras con la preocupación martillando su cabeza y su pecho siendo oprimido cada vez con mayor fuerza.
Porque apenas había llegado y el muchacho no se encontraba esperándolo en la planta baja donde normalmente lo recibía.
No quería pensar en que pudo haber salido, porque en ese caso los padres del azabache se apresurarían en llegar a su hogar y Sasuke le haría la vida un infierno al no cuidarlo como debía.
¡Por Dios, que el chico ya era un adulto!
Aunque era un adulto que no solía salir de su hogar por si solo al no ser capaz de ver lo que lo rodeaba.
Golpeó las primeras puertas de la segunda planta sin recibir respuesta del otro lado y por la desesperación, había comenzado a abrir las siguientes sin importarle que estaba siendo demasiado atrevido.
Necesitaba encontrarlo y asegurarse de que el joven se hallaba sano y salvo si no quería morir a manos del menor de los Uchiha.
Necesitaba encontrarlo para no sufrir un ataque al corazón por no ser capaz de cuidar a un joven que prácticamente tenía su misma edad.
Abrió la última puerta de golpe. Sus manos temblorosas se aferraron a la perilla y su respiración agitada por la carrera se entrecortó cuando lo vio.
—¡Lo siento!—Gritó cerrando nuevamente.
Cerró sus ojos con fuerza intentando detener el calor que invadía sus mejillas por la vergüenza.
Itachi se encontraba en el baño, con su cabeza apoyada sobre un lado de la tina y sus ojos cerrados, completamente relajado mientras que su cuerpo era cubierto por el agua caliente.
—¡Casi me provocas un infarto!—Oh, Naruto pudo escuchar la molestia en su voz.— ¿Qué demonios te pasa? ¡Estás demente!
—¿Yo?—Preguntó indignado.— ¡No estuviste para recibirme, Toora está durmiendo y no podía encontrarte por ningún maldito lado!—Habló con su rostro pegado a la puerta.— ¿Por qué no contestaste cuando te llamé?
Itachi se levantó con cuidado de no resbalarse y tanteó a su lado en busca de la toalla para poder secarse.
—Me quedé dormido.—Murmuró apenas. Frunció el ceño, molesto por haber sido interrumpido de una forma tan abrupta.— ¡No importa, ¿Por qué no golpeaste como una persona normal?!
Naruto parecía haber olvidado su desesperación que había experimentado desde que llegó y su el reclamo del otro muchacho solo habían logrado que su enojo aumentara.
—¡Recorrí toda la maldita casa buscándote!—Gritó ingresando nuevamente al baño. Poco le importaba a esas alturas que el chico esté casi desnudo enfrente suyo.— Para la próxima, si estás solo y no quieres que muera del estrés, espero que al menos me dejes una nota o la puerta abierta para saber donde estás. Tienes que tener un poco de sentido común.
Itachi lo escuchó en silencio y caminó hacia su habitación para poder cambiarse dejando al rubio atrás.
—Estaré en mi cuarto. Te aviso para que no te preocupes, idiota.
Naruto abrió sus ojos sorprendido. Ciertamente no recuerda haberlo escuchado ser tan grosero con él.
Podía comprenderlo. La situación había terminado en gritos molestos de parte de ambos, pero también esperaba que ese muchachito lo comprendiera a él. No podía pasear por la casa tan tranquilo cuando no respondía a su llamado.
Si no moría de un infarto, lo haría a manos de Sasuke y muy posiblemente de Shisui por haber permitido que su mejor amigo saliera de la casa sin la supervisión de alguien más.
Sin dudas tendría que ser él quien le pidiera disculpas, porque por lo que su amigo le había contado, Sasuke era demasiado terco cuando se trataba de eso y no estaba seguro de si su hermano mayor era igual en ese sentido.
Golpeó la puerta con suavidad y decidió ingresar antes de que Itachi sea capaz de contestar.
—Saldremos a...—Su rostro se sonrojó violentamente una vez más y las palabras murieron en su boca.
Hubiera jurado que luego de verlo solo con una toalla ajustada a sus caderas, nada podría impresionarlo. No estaba seguro de recordar siquiera que su azulada mirada haya recorrido el cuerpo del chico con detenimiento, quizás estaba más concentrado en continuar con su plática a los gritos que en como lo encontraba en ese momento.
Sin embargo, ahora era capaz de apreciar su cuerpo a detalle. No es como si nunca hubiera visto el cuerpo masculino de alguien más, siendo que su compañero se cambiaba frente a él sin problemas cada vez que salía de darse una ducha.
Aún así, desde que vivía junto a Shisui, nunca vio algo que llamara su atención. Su amigo tenía un cuerpo bien trabajado y no iba a negar que su rostro le resultaba atractivo, pero no más que eso, simplemente era lo que la mayoría de las estudiantes femeninas podían confirmar.
Y por esa misma razón no podía comprender el porqué no lograba desviar su vista del contrario siendo que no tenía demasiada diferencia con el cuerpo de Shisui o con el suyo propio.
Itachi había girado su cabeza esperando a que continuara. Sus ojos grises posados en un punto perdido del cuarto mientras secaba con tranquilidad la humedad de su largo cabello negro.
Los músculos de sus brazos se tensaban con cada movimiento que hacía al igual que los de su espalda y algunas gotas de agua que habían quedado aún sobre su piel, se deslizaban lentamente hasta perderse en el borde de su ropa interior.
—Continúa.—Pidió sacando al rubio de sus pensamientos.
Naruto carraspeó y finalmente, volteó su mirada inspeccionando el cuarto del azabache.
Sabía perfectamente que Itachi no podía ver su expresión o el sonrojo que se presentaba en su rostro de la manera más caliente posible. Aún así, se sentía avergonzado por haber sido tan atrevido con respecto a su privacidad.
—Yo... ¿Te gustaría ir a la casa de mis padres?—Preguntó finalmente.— Les comenté sobre ti y nos invitaron a almorzar.—Su mirada recorrió la pulcritud de su cuarto, acercándose al mueble que tenía una gran pila de cd's con sus etiquetas en braille.— Pensé en que no hemos salido en toda la semana y sería bueno cambiar de aire.
Itachi tarareó y con su mano alzada hacia la puerta, hizo ademanes pidiéndole a su cuidador que se acercara. Ademanes que Naruto comprendió aún cuando ya no se encontraba en aquel sitio.
—¿Podrías buscarme algo para salir?—Preguntó mientras caminaba hacia la cama y se sentaba en el borde de la misma.— Sasu solo me ha dejado listo el pijama.
Naruto accedió y abrió el armario buscando algo de ropa que no lo hiciera pasar vergüenza al joven mientras estaban en la calle.
Si bien le había avisado al hermano menor del azabache que lo llevaría a su hogar, era un hecho que no estaba seguro de si el chico aceptaría. Porque aún no habían hablado absolutamente nada sobre salir fuera de su casa y tampoco estaba seguro de si aquello era algo que le apeteciera.
El maullido del felino se escuchó en la entrada, provocando un suspiro de su parte, recordando que ese pequeño animal no había sido de ayuda cuando preguntó por su dueño.
—¿No has pensado en tener un perro?—Preguntó revolviendo el armario.— Quizás así pueda serme de ayuda cuando pregunte por ti.
Itachi elevó una ceja, escuchando los pasos del rubio acercándose a él.
—¿Le preguntaste a Toora donde estaba?—Una sonrisa divertida se situó en sus labios.— ¿Si sabes que es un animal, no?
Naruto bufó a la vez que rodaba sus ojos.
—Lo tengo claro, chico genio.—Contestó sonriendo al instante en cuanto escuchó la suave risa del joven.— Pero muchos perros bien entrenados, son capaces guiar a los demás solo con hablarles.
—Podría intentar convencer a mis padres.—Murmuró con cierta emoción en su voz.— Me gustan mucho los animales y mientras que no pelee con Toora, todo estará bien.
Naruto sonrió y colocó las prendas en las manos del azabache, avisándole que lo esperaría afuera mientras tomaba a Toora entre sus brazos para tener algo de compañía mientras tanto.
¡MUCHAS GRACIAS POR LEER!