
Regalo
¿Quien haría el primer movimiento?
Su pequeño hermano curioso o Hyuuga Hiashi, no necesitaba rastrear su chakra para reconocer que es el flanco de su mirada.
" Señorita Hinata, pase lo que pase deja que yo hable primero"
Le indico viéndola por encima del hombro, con ese gesto apacible e imponente, nadie tomaría a la ligera la presencia de Itachi, sobretodo al activar su sharingan por unos segundos, reflejando qué el poder duerme en sus ojos y que no dudar en protegerla, si las cosas se vuelven violentas.
Ella asiente y al percibir unos pasos fuertes se oculta detrás suyo, sus manos tiemblan y sin pensarlo aprieta la mano de él.
Esto solo empeora el panorama qué ya tiene Hiashi en su mente.
" ¿ Realmente te atreves a tanto, Uchiha?, teniendo encuentros a solas con mi propia hija! ", reclama con ojos severos sobre lo que acaba de atestiguar, Itachi no formula ningún tipo de reproche y en vez de liberar su mano, también entrelaza sus dedos.
Hinata cierra los ojos, rezando par que su padre no los mate allí mismo y también pide perdón a los Dioses por aferrarse a la palma cálida y áspera de un ninja.
" Es lo que es, Hyuuga-san", en ningún momento baja la cabeza y mantiene energíco el contacto visual. " Ni menos ni más, no creo necesitar explicar lo que ya oíste, esperaba que estuviera contento"
Ese chico de 13 años era tan bueno con las palabras que a Hiashi le dio rabia y no le quedo más que contener su rechinar de dientes y darle una golpiza, con decenas de Uchihas dentro de su morada sería una desicion estúpida.
" Cuanta osadía de tu parte, mocoso Uchiha", lo reto de nuevo y aparto bruscamente el contacto de sus manos, atrajo a Hinata y la colocó a su lado, protegiendola con la altivez de un líder, sin rastro de algo paternal.
Necesitaba una peculiar e importante respuesta antes de seguir escuchando al muchacho Uchiha, aun tiene las palabras resonando en su mente, pero parece ajeno a creerlas, necesita confirmarlo por si mismo, Hinata se encorvo ligeramente, esperando otro regaño, sus labios temblaban y no esperaba alguna clase de comprension por parte de su progenitor, rompió las reglas al citarse con un hombre sin consentimiento de su tutor, la gravedad de su comportamiento le hizo tragar saliva y su pequeña espalda se apoyo en el filo de la columna, retrocediendo por inercia, no le gustaba ese ambiente tenso junto a Hiashi.
" Hinata, seré directo...", su padre nunca desvió la mirada, mantenia severo contacto con los ojos negros de Itachi. " Eres capaz de ver al Dios de la Luna?"
La niña Hyugga tenia via libre para ser sincera, Itachi le habia pedido que sean ellos mismos a partir de ahora, cumplirian su destino uno al lado del otro, por siempre, es la mas hermosa de las promesas y a la vez tan complicado de cumplir en un mundo de caos y sangre.
" Y-yo, desde que recuerdo, puedo hablar con Tsukuyomi, puedo ver su apariencia bella y elegante al pie de mi ventana cada noche, es callado y tiene nuestro color de ojos, también le encanta dormir bajo las estrellas, escuchando el silbido del viento y el romper de un acaudalado río, nunca me ha hecho daño, c-creo que simplemente me ignora la mayor parte del tiempo"
" Entonces, engañaste a tu propio padre, ¡Que clase de hija estoy criando!, ¿Eres un estúpido cuervo que pretende sacarme los ojos si me confió?", aumento el tono grosero de su voz, reclamando por los años que soporto las burlas de quienes le creian una niña inútil y sin propósito, ahora su único orgullo es Hanabi, desearia que ella tuviera la bendición de ese Dios y no Hinata, sentia que no estaba a la altura y no merecia tremendo honor. " Me decepcionas, no creas que estoy contento ni nada parecido"
La fiera seguia gruñendo, Itachi arrugó el entrecejo, claro que no contaba con su apoyo, nunca imagino lo contrario, al menos tenia la ilusoria esperanza de que esa cadena de maltrato acabara esta noche.
" Suficiente, Señor Hiashi"
Tal orden se vio envuelta en un enfrentamiento, el mayo levanto su kunai colocandolo a la altura de su rostro y activo el majestuoso byakugan, preparandose para lo que sea mientras Itachi desplegaba el rojo de la ira en su mirada: El Sharingan.
" T-te lo ruego no lo hagas, padre!", Hinata intercedió preocupada y se colocó en medio.
" Ya es muy tarde, ustedes no saben nada ", decidió guardar su arma y elevo una mano sobre su frente, cerrando los ojos, porque el clan Uchiha era un caso perdido para la aldea, si ahora tenian a los Dioses apoyando la guerra que orquestaban en secreto, su aniquilación seria inmediata. " Desde hoy, ella deja de ser mi hija", declaro sin mirarle a la cara y apretando el puño. " Mi deber de lider esta por encima de esa niña, su unión solo traera desgracias, por eso ya no seras una Hyuuga"
Tambien se dio cuenta de la prescencia de Sasuke, entre las sombras, no le importó, ¿Que podria hacer ese mocoso?, no representaba nada segun su cuestionamiento, Hiashi se alejó, con ello el clan le daria la espalda, esto significaba que se desligaba de participar en el futuro declive del clan Uchiha
La amistad que alguna vez existio se extinguio al buscar a Fugaku y anunciarle que ya no tenia una heredera.
Itachi observo el rostro perturbado de Hinata y tambien a la luna siendo opacada por espesas nubes, ella derramo lagrimas al sentir que su padre no la amaba en lo absoluto, el no tiene claro como ser un novio o lo que se le parezca, es un genio de la guerra y del romance poco sabe, lo ubico que hizo fue ofrecerle su espalda a Hinata, para que subiera y asi llevarsela de esa mansion donde fue tan infeliz rodeada de lujos y nada de amor.
Se apresuro a secar esas gotas salinas con la manga de su kimono, Itachi le susurro una disculpa, porque el tenia la capacidad de sentir su dolor, su alegria, el hilo de los altos Dioses los tiene envueltos.
Juntos abandonaron los grandes territorios Hyuuga, ella iba sobre su espalda, percibiendo su calor, parecia un hermano mayor cuidando a su hermana menor, pero ella jamas penso en el de esa forma, Tsukuyomi la entretuvo con algunos relatos y le advirtio que pronto conoceria otro tipo de sentimientos, propios de su cercana adolescencia.
Con ese prospecto, penso en Hanabi, Neji y en el amable Ko, los bellos recuerdos que tenia con respecto a su madre, hundio su cabeza en el cuello de Itachi, despidiendose de una etapa de su vida
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