Pacto de Dioses

Naruto (Anime & Manga)
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Pacto de Dioses
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Clamaste a Susanoo por poder, reverenciaste a la Luna por amor y le diste la espalda a Amaterasu porque elegiste protegerlos desde las sombras.Durante años, recibiste órdenes y fuiste presa de la voz de Susanoo en tu cabeza, hasta que un 27 de diciembre ese ruido se calmó, ese fue el dia en que Hyuuga Hinata nació." ¿Honrarás tu promesa?", cuestionoó ella, luchando por no tartamudear." Lo haré y no hay marcha atrás, tal vez te arrepientas de este matrimonio", el se deshizo de su máscara, pero no de su deber de ninja.Aquel par se miraba fijamente, ninguno cedia a sus convicciones y ese acuerdo fue sellado con un aro de compromiso en el frágil dedo de aquella niña.
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Promesa

Alrededor de 8 años transcurrieron entre dorados otoños y dulces primaveras, la vida para Hyuuga Hinata no era de color rosa, se mancho de sudor, esfuerzo, constantes entrenamientos y una compañía inusual: El Dios de la Luna.

 

Una vez más fue reprendida por su severo padre, una vez más le había clavado en la mente que era una inútil indigna de su ominoso apellido, ahora la pequeña niña de cabellos cortos, huia de su mansión. Mientras corria solitaria por el bosque, recordaba el triste encuentro de hace 2 años, fue la última ocasión que sus familias se reunieron. 

 

" Esto ocurrio cierta noche, en el salón principal de los Hyuuga estaba inundado de un festín de platos típicos, sake, música y conversaciones políticas, los viejos charlaban y los jóvenes se abrian paso hacia los jardines, aunque Hinata deseaba permanecer por ser la heredera, su mente se aturdia entre tanta gente y personas que no dejaban de observarla fijamente, con resentimiento, la niña no se sentia aceptada por su falta de talentod, su odio a la guerra la limitaba, ella amaba la tranquilidad y el aroma del te verde servido al pie del tatani, sentado sobre un cojín esponjoso, sus ojos lavanda observando el atardecer y a los pajarillos regresar a sus nidos, esos son los días que apreciaba, pero su familia es cuna de feroces guerreros, sedientos de poder y devotos del orgullo que amerita su apellido. 

En un descuido de su guardián Ko, sintio intriga por un ave de plumas oscuras y lo siguió, abandonando el salón y escabulliendose entre las piernas de los invitados, le restaron importancia y continuaron con sus actividades, después de todo ¿Que de malo podría ocurrir en la casa Hyuuga?

El ave graznó y su vuelo elegante escaló hacia uno de los árboles de arce del jardin, Hinata parecia hipnotizada por su presencia e intentó subir al árbol, su agarre no fue firme y resbaló, pero su caida no le causa dolor porque el receptor de su cuerpo fue un chico que ella conoce demasiado bien, desde el día que madre la alumbro

"Uchiha-san", pronuncia su apellido con asombro y sus mejillas arden de calor, rápidamente se hace a un lado y escucha una risa en lo alto del árbol.

Obviamente no están solos, aquella figura desciende y de reojo revisa que la niña esta entera y completa, el único dagnificado es su primo Itachi.

" Vaya si que fue una excelente atrapada ", bromea un chico de pelo corto y negro, extiende su palma y ayuda a levantarse a su primo con una sonrisa de medio lado.

En un extremo del jardín de tulipanes, el viento sopla y las nubes se dispersan, la niña levantó los ojos miro hacia arriba, murmuro con una voz increíblemente baja.

" L-losiento ", sus excelentes modales inculcados le hicieron inclinar y ofrecer disculpas por caer sobre Itachi. " Y-yo me distraje persiguiendo al cuervo, d-de rpente me pareció entretenido querer alcanzale y..."

La mirada de Itachi era fría e indiferente, sin embargo interrumpió sus explicaciones. "Suficiente", hablo con calma y con una voz profunda. Cuando eso sucedió las nubes volvieron a cubrir la enorme luna y la faz de Itachi pasó de estar iluminada a un perfil oscuro, el puede ver a la figura celestial que acompaña a la heredera Hyuuga, sentada sobre enorme piedra del estanque koi, escucha el bambú mecerse por el aire refrescante y Tsukuyomi cierra los ojos revelando unas largas pestañas blancas, sus labios permanecen en recta y unas gotas salinas resbalan por linea sus mejillas, la brisa nocturna flamea su larga cabellera platinada amarrada en una coleta y envuelta con hermosa seda roja.

Desde que Hinata nació, el Dios de las Tormentas dejo de acosarle y por fin logró dormir luego de quitarle el sueño largos años de desvelo, aunque otro incidente sucedió como para mantener el desagradable equilibrio

Esos dioses que a la vez son hermanos no pueden coincidir a menos que Itachi desarrolle sentimientos por la niña Hyuuga y esta obligado a hacerlo o Susanoo va a castigarlo, va a vengarse y destruirle con mucha alegría, causar sufrimiento es su pasatiempo ideal, solamente que hay un problema, una chica si se trata de ser precisos: Uchiha Izumi. Itachi se las arreglo para dominar la voluntad de Susanoo, le amenazó con quitarse la vida si volvía a comportarse incorrectamente frente a Hinata y así tendría que esperar otros cientos de años para encontrarla. Ahora que vivía una especie de libre albedrío, el se había esforzado en enamorarse de Izumi, la única chica que no le tenía demasiado miedo para hablarle ni gran atención solo por ser atractivo y heredero de su familia.

El silencio es tan incómodoque Shisui suspira agotado por ello y escondiendo las manos en los bolsillos murmura:

"Me voy de aquí, adiós Princesa, cuida bien de mi primo", realiza una reverencia con un tono divertido.

Itachi termina de limpiarse las hojas secas de su ropa, sacude algo de polvo, luce distinto con ese kimono gris y su cabello atado en un moño, claro que es obra de su madre, quien presume a un hijo tan guapo y varonil a pesar de sus 11 años de edad.

La niña tiene algo de conocimiento acerca de sus destinos, el se encargó de preparar su mente porque hubiera deseado que alguna persona lo haga en su caso, algo que no sucedió, solo ellos pueden ver a los Dioses.

"Tienes algo de información para mi", pronuncia sereno y escoge el suelo de finos pastos para sentarse, Hinata lo imita colocándose de rodillas a su lado, si fueran adultos parecieran una pareja de casados, con una esposa escondiendo el rostro a su marido.

"S-si", ella admite al tiempo que sus dedos juguetean. " Mi padre me pregunta si puedo ver al Dios de la Luna, lo negué como aconsejaste, me he librado de un matrimonio arreglado por ese motivo yo siempre te estare agradecida porque se te aburriria y ahora que no tienen una razón para seguir apoyandoles, esta será la última reunión de n-nuestros clanes"

A Itachi no le sorprendia la diplomacia con la que los Hyuuga huirian y los dejarian a su suerte, la tensión incrementaba con el paso del tiempo, los Uchiha estaban siendo aislados.

"Oh, ya veo", su respuesta corta esa voz es como un arroyo que fluye pacíficamente.

Por alguna circunstancia sintió una opresión en el pecho y se lo adjudico a la enfermiza obsesión de Susanoo, quien dormía en su interior. Intentaba retrasar que sus padres los unieran en una boda que ella no merecía, al ser tan delicada y gentil, mas que nada el quien tenia una suave atracción por Izumi, en cambio Hinata no era consciente de su gusto por Naruto, pero si deseaba estar cerca de él, sus caminos se bifurcaban y para el es lo ideal, la protegía de los que los Dioses planearan.

No era posible que ellos tuvieran un romance o lo que se le parezca si sus corazones flotaban alrededor de otras personas, al menos eso creían, jugando con el destino trazado tentaban a la tragedia.

"Hyuuga-san", el tenia algo que agregar en esa despedida, si sus encuentros serían pausados ​​no debía de perder más valiosos o minutos . "Soy yo quien tiene que agradecerte por estos años, jamás te aprovechaste de esa situación y no me obligaste a quedarme a tu lado, entendiste perfectamente mi motivo y yo el tuyo, pero si alguna vez me necesitas, acudiré a tu pedido, es una elección personal, prometo ofrecerte mi amistad aunque a nuestros padres se odien a partir de esta fecha"

Lo que sea y el día que lo necesite, fue tan solemne cuando dictó aquello, su postura era naturalmente relajada, que lucía genial, ella esbozo una corta sonrisa y le agradeció nuevamente, aunque el no quisiera escucharlo.

Las palabras tienen un gan peso que a veces es complicado cargar con esa responsabilidad, el tiempo, gran mentor, les daría una prueba de contundente.

 

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La pequeña fugitiva en ese par de años pasó por una tortura mental y física, los entrenamientos exigentes y las palabras duras destrozaron su confianza, deseaba mucho contarselo a alguien, no tenia ninguna amiga verdadera que no hablara a sus espaldas, además Naruto ni la notaba y el Dios que custodiaba siempre tenia una sola respuesta:

"Busca a Uchiha Itachi, puedes tener la vida que soñaste con el, en cambio te empeñaste en colocar en tu corazón a otro tonto humano, ¿Por que no reconoces lo que sientes por el? "

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Hinata cayó de rodillas al recordar a esa conversación con el Dios de la Luna, quien era capaz de cambiar su apariencia así como las fases que posee.
Pensar en Itachi de forma romántica resultaba un imposible, el chico fuerte y popular al lado de alguien frágil y débil, no encajaba según su autoestima dañada.
No tenía tiempo de curar su herida, ni arreglar su sandalia desatada, encontró a un cuervo volando en el portón principal de la villa Uchiha y esa ave cómplice trajo de inmediato a su dueño, quien apenas acaba de llegar de una misión Anbu.

Itachi vestía su traje y máscara de gato, apenas y la colocaba sobre su escritorio, su descanso fue interrumpido al escuchar al cuervo graznar, salió de prisa y brinco sobre la enorme cerca, desde arriba noto a Hinata temblando y llorando, el desde lo alto quedo inmóvil y con su corazón latiendo de preocupación infortuita, quería vengarse de quien le hubiera lastimado, es un Uchiha claramente.

" Hablemos en otro lado", indicó con una seña y bajo de ese lugar, la quería vacunar contra su pecho, pero se tía que sería demasiado, apretó los puños y respirando hondo, solo la cargo al estilo princesa y juntos desaparecieron de la entrada para colarse en el profundo bosque.

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Era extraño que cerca a la cabaña de guarniciones creciera lirios rojos, Itachi se quedo pensativo y de igual forma ingreso al aposento de madera, acomodo algunas mantas usadas para la temporada de lluvias y la invito a sentarse, el estaría bien ubicando se frente a ella sobre los tablones fríos del piso.

Hinata limpiaba sus lágrimas con la manga de su kimono, su amigo le extendió una caja de vendas y le pidio permiso para tocarla y curarla, ella asintió, agradecía a los cielos qué existiera alguien que se preocupe por ella y no la haga sentir un estorbo.

" Y bien, ¿Le importaría decirme que sucedió?"

A esas horas de la noche, Itachi tenía que reunirse con Izumi, también sospechaba que pronto los Hyuuga detectarian a la niña, teniendo a Hiashi de padre, el castigo sería terrible si los encontrarán.

" Y-yo lo siento tanto Uchiha - san", intento mirarlo y la vergüenza no la dejaba, molestarlo a esas horas y presentarse bañada en lágrimas rompía las reglas de su casa. " Me duele mucho vivir, esa mansión es una prisión, odio pelear, odio entrenar mi cuerpo para dañar a otros y mi padre me hace sentir tan miserable, su desprecio por mi me quebró"

Ciertamente, ella había soportado demasiado a sus 8 años, tenia derecho a llorar, a pedir consuelo, recordaba la promesa, confiaba en su inteligencia, su capacidad y empezó a jadear un poco ante el desahogo, jamás se había quejado, parecía una muñeca lista para ser manipulada por su clan, sin embargo no lo era.

"Entiendo", el se tomó unos minutos en silencio y sin que ella se dé cuenta le quito la sandalia para volver a atarla, luego la devolvió a su dueña con delicadeza sobre su pie, ese detalle provocó un lindo sonrojo en la niña.

El se quito la armadura de su traje Anbu y ofreció unas disculpas por presentarse con manchas de sangre, la chica hizo lo mismo, su manera de disculparse era tan sincera que Itachi giro de medio lado para evitar verla.

Son nervios, de aquel Dios que ama a Hinata, eso intuia, esos dos años fueron pesados, la había extrañado mucho, sin embargo se negaba a reconocerlo.

" Señorita Hyuuga, se lo que prometí y si tu deseo es abandonar a tu clan, puedo ayudarte, tiene que ser consciente que no hay marcha atrás"

Imaginaba planear un accidente donde ella pereciera y ocultara de la aldea, para que eligiera su propio camino, lejos de reglas y de su padre que la amaba como quería.

Ella podía estar desesperada, apretó su kimono y se dijo así misma quera tremendamente egoísta, si decidía aquello, su rostro se lleno de dudas e Itachi le dio tiempo, mientras daría una vuelta para asegurarse que no los siguieran.

El la vio antes de cerrar la puerta, dejo encendido una lámpara y la candela iluminaba la cabaña, luego se escucho un crujido, creyó que era el viento.

Una muchacha de cabellos largos y pardos ingresó, sus manos se escondía detrás de su espalda, su semblante no era nada amable

" ¿Por que apareciste?", reclamo y sin perder el tiempo le atacó.

Hinata sintió cortadas por su rostro, Izumi quería dejarla tan irreconocible que Itachi jamás volvería a girarse en ella, durante el forcejeo ese kunai qué empuñaba le cortó la arteria del cuello.

" ¡Suéltala!", el regresó y la apartó sin medir su fuerza, parecía que rayos e volvía su brazo, terminó arrojandola tan fuerte que Izumi se desmayó.

Fue increíble que ella mintiera mejor que el, nunca existió confianza alguna y siempre espero el momento de desquitarse con su amiga, de quien siempre platicaba a escondidas con Shisui, ella se empeño en oirles y eso hizo crecer sus celos, una víbora qué te come el corazón y nubla tus sentidos.

" Fue mi error", entono quebrando su voz, el que parecía implacable, tenía un rostro de desesperación y limpio la cara ensangrentada de Hinata.

Estaba seguro que exigirian la ejecución de Uchiha Izumi o quizás hasta de su familia entera, llamó a Hinata qué no salía de la conmoción y volvió la mirada hacia Tsukuyomi.

"¿Por que no hiciste nada?", levantó la voz y sus ojos cambiaron a un rojo carmesí. "¿No te importa si vive o muere?, puedes buscar otro recipiente que no interesa.

El Dios de la Luna, abrió los ojos, que generalmente se mantienen cerrados, poseía el byakugan y le dijo friamente:

" No sobrevivira ", esa noticia rompió la cordura de Itachi quien empezó a respirar hondo ante el ataque de ansiedad. " Era tu responsabilidad cuidarla, por eso no levante un dedo, ustedes dos se empeñan en burlar el destino y estas son las consecuencias"

Itachi dejo el cuerpo de Hinata, la sangre teñia el suelo de madera, observó sus manos manchadas, tenía razón es producto de querer mofarse de los Dioses, camino hacia Tsukuyomi y se arrodilló hasta que su cabeza tocó la superficie.

Vivir a su manera trajo tragedias, no le quedo más que negociar lo que esos hermanos deseaban.

" Ustedes las divinidades no conocen de límites, yo no soy tu enemigo, si me das una oportunidad haré las cosas bien, nunca volveré a alejarme de Hyuuga Hinata, ofrezco mi propia vida si la ayudas, ¡Te lo imploro!"

Avanzo sin tocar el piso, Tsukuyomi exigió qué honrara su pacto colocando sus gloriosos nombres a sus jutsus, extendió su abanico blanco con una luna roja en medio y lo apuntó hacia la barbilla del joven.

" Reprimirte será tu mayor debilidad, aunque el mundo dirá que eres el más talentoso de la historia, escuchame bien niño si sueltasnla mano de esa chica yo tomare algo más valioso que tu vida, de ahora en adelante solo recordarás que no puedes alejarte de ella porque colocarlas un anillo en su dedo"

Itachi acepto, sin despegarse del suelo, lágrimas corrían desde sus mejillas hasta su cuello, el repetía lo siento una y otra vez, pensando en Hinata, porque ocultar sus verdaderos sentimientos le había teiaod desgracia.

El abanico de ese Dios cayó y cuando aque objeto sagrado tocó la madera una luz intensa cubrió el lugar.

Tsukuyomi con gracia y una tibia sonrisa retrocedió el tiempo dos años atrás.

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