Harrython 2010

Harry Potter - J. K. Rowling
Gen
M/M
G
Harrython 2010
author
Summary
Conjunto de drables y one-shots escritos para el 30 cumpleaños de Harry Potter en la comunidad Harrython de Livejournal.
Note
Disclaimer: Los personajes no son míos pertenecen a Jk Rowling y no obtengo ningún beneficio más que felicitar a Harry en su cumpleaños.
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Adiestrador de criaturas mágicas

Adiestrador de criaturas mágicas

Harry estaba sentado tranquilamente en un parque, había sido un día agotador, cuando un gran pastor belga de pelaje negro se acercó a él corriendo.

- Hola chico. – lo saludó Harry acariciando su cabeza y detrás de las orejas. - ¿Dónde está tu amo? Debe estar preocupado por ti, deberíamos ir a buscarlo.

El perro por toda respuesta se sentó, al tiempo que apoyaba la cabeza en sus piernas y lamía y daba con el hocico en la mano que había parado de acariciarle. El mago no pudo evitar sonreír y continuar con su tarea mientras miraba en derredor buscando al dueño del perro.

- ¡Kun! Ven acá y deja de molestar a la gent… ou… Vaya, ¿cómo lo haces? – inquirió la chica que había aparecido por su espalda.

- ¿Hacer qué? – preguntó Harry divertido ante la cara de asombro de la chica.

- Es que es un perro muy revoltoso, nunca lo había visto tan tranquilo, dejándose acariciar y… tan mimoso – dijo la chica ante el nuevo lengüetazo que recibió Harry.

- Soy adiestrador – y tuvo que morderse la lengua para no decir “de criaturas mágicas”.

Era algo que ya le salía por sistema, tenía que repetirlo tantas veces a lo largo del día… Cuando terminó la guerra y le llegó la oferta del Ministerio para entrar en la Academia de Aurores pese a no haber realizado el último año de Hogwarts, se dio cuenta de que la idea había dejado de atraerle. No quería seguir persiguiendo asesinos, magos oscuros y demás delincuentes.

Muchos pensaron que ya que había renunciado a ser auror se dedicaría a otra cosa que explotase su talento en Defensa Contra las Artes Oscuras, algo como ser rompedor de maldiciones, profesor de clases para adultos o de Hogwarts de la materia. Otros pensaron que si estaba cansado de tanto luchar seguiría salvando vidas convirtiéndose en medimago, incluso abogado defendiendo a los débiles, impartiendo justicia habría sido más aceptable. Pero que eligiera ser adiestrador de criaturas mágicas tomó a todos desprevenidos. Cuando lo dijo todos se lo tomaron como una broma y cuando les convenció de que lo decía en serio casi todos intentaron disuadirle, de no ser por Charlie y por la siempre razonable Hermione todavía estaría discutiendo con sus amigos. Los Weasley cuando querían podían ser incluso más cabezotas que él, no fue hasta que regresó de Rumanía en las vacaciones tras su primer año con una sonrisa en los labios e infinitamente más lleno de energía y optimismo que cuando se marchó, que lograron aceptarlo.

Al menos ahora tenía el consuelo de que las personas importantes para él lo apoyaban, porque el resto del Mundo Mágico ya era otro cantar. Y no le importaría la opinión del resto del mundo si no fuese porque cada vez que en la empresa en que trabaja le enviaban a una casa particular, el propietario le habría la puerta con cara de preocupación y le preguntaba “¿Ocurre algo grave?” A lo que él respondía “No, soy el adiestrador de criaturas mágicas que solicitó”. En su día había salido un artículo en el Profeta en el que informaban de la carrera que había escogido el Salvador del Mundo Mágico, pero la gente no lo había creído, habían preferido montarse su propia película en la que Harry Potter era un auror ultrasecreto que se encargaba de casos especialmente peligrosos para la seguridad mundial, por lo tanto esa carrera de adiestrador no era más que una tapadera. Eran una causa perdida.

- Habrá notado algo en mí que le haga sentirse tranquilo, los animales pueden percibir cosas que para nosotros pasan desapercibidas, aunque la verdad es que nunca me había pasado algo como esto. – continuó diciendo Harry - Vamos, que no es muy normal que de repente venga corriendo un perro hacia mí para que le haga carantoñas.

- Si, debe de ser eso. Bueno yo me tengo que ir, llego tarde a cenar. Vamos Kun – dijo poniéndole la correa al perro y asegurándose de que esta vez no se soltara. – Hasta otra.

- Adiós.

Cuando Harry llegó a su casa le contó a su pareja lo ocurrido en el parque.

- A mí no me parece extraño en absoluto.

- ¿Cómo puedes decir eso? Una cosa es que sea adiestrador y otra muy distinta en que con mi sola presencia un perro se calme. De verdad, ese perro era puro nervio, no había más que ver como tiraba de su dueña de una lado para otro. – replicó Harry.

- Será porque yo también conozco ese aura tuya que amansa a las fieras, ¿cómo crees que me conquistaste?

Harry sonrió y aceptó gustoso el beso que su pareja le dio, sabiendo que jamás se arrepentiría de la profesión que había elegido.

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