
Chapter 7
Megumi se sentía muchísimo mejor, la sopa que le preparó Yuuji fue suficiente como para alimentarse estos últimos 3 días. Cada vez que se servía un cuenco caliente pensaba en él. Todas las mañanas, cuando se saludaban le preguntaba qué tal se encontraba. Sentía que necesitaba devolverle el favor, Nobara le había sugerido invitarlo a una quedada con los demás pero él se mantenía un poco en contra, le parecía que estaba acercándose a una línea que aún no estaba listo para cruzar. Sin embargo cuando se acordaba de que Yuuji era completamente nuevo en la ciudad y que estaba lidiando con el duelo solo, se veía en la obligación de invitarlo.
Por la mañana se cruzaron de nuevo en la calle y antes de ir a sus respectivos destinos mantuvieron una pequeña charleta como siempre, gracias a eso Megumi sabía que mañana solo tenía el primer turno en el gimnasio y que tendría la tarde libre.
No prestó atención a ninguna clase, estuvo debatiendo en su cabeza todo el rato si debería invitarlo a tomar algo o no, sobretodo porque el día siguiente tenían planeada una quedada para ir a probar una heladería que había abierto recientemente.
Al salir fue a comprar unas pocas cosas para la comida, el calor era terrible, estaba sudando la gota gorda. Llegó a casa y se puso a cocinar, ahora hasta el mero hecho de poner música en la cocina lo hacía pensar en él. Qué le estaba haciendo ese chico? Miró por la ventana, Yuuji parecía no haber llegado aún. Preparó su comida con mimo, hoy le apetecían unos deliciosos soba. Con esta temperatura los fideos fríos eran la mejor opción. Se sentó a comer sin pausar la música esta vez disfrutando de la calma.
-Que aproveche!!
Miró por la ventana y ahí estaba Yuuji asomado aún con el uniforme del trabajo.
-Tienes buena cara me alegro de que ya estés bien- le sonrió iluminandosele toda la cara.
Se sonrojó apartando un poco la mirada. Jamás admitiría como su corazón dio un vuelco.
-Gracias.
Dijo seco y Yuuji negó riendo alejándose de la ventana. Megumi era duro de pelar.
-Espera, Yuuji!-llamó arrepintiéndose casi al segundo rezando porque no lo haya escuchado.
Pero volvió a la ventana.
-Dime, necesitas algo?
-Quieres venir mañana con mis amigos a tomar algo? Por la tarde
Yuuji sonrió de oreja a oreja, no se esperaba para nada eso.
-Cuenta conmigo.
Quizá no era tan duro.
Otro nuevo día se abría paso y Yuuji despertó con más energía que nunca. Salió a correr con fuerza sin poder ocultar su sonrisa y al volver desayunó y se preparó para el trabajo.
-Hola Megumi! Buenos días!
-Buenos días
Respondió como siempre que se cruzaban en la calle mirando el reloj para no perder el autobús.
-Oye lo de hoy?
-A las 17:00 espera fuera de casa.-se dio la vuelta y se fue a la parada dejándolo, como siempre, con la palabra en la boca y otra vez, como siempre, no le importó.
Eran las 16:59 y estaba esperando en la puerta, emocionado cuanto menos. Le sudaban las manos y cada dos por tres de las secaba en el pantalón.
A las 17:01 salió Megumi, mirando el móvil con una mano en el bolsillo caminando tranquilo en su dirección.
-Vamos, ya están allá.- lo miró y siguió caminando.
-Allá donde?
-Ya te lo dije.
-No
Es verdad, no se lo había dicho, se estaba empujando tanto a decirle de quedar para olvidarse de comentarle el plan como tal. Qué vergüenza, como siempre.
-Vamos a probar una heladería nueva que abrió por aquí cerca.
Asintió y caminaron juntos, Yuuji de vez en cuando comentaba alguna cosa y Megumi respondía en su línea, con monosílabos. Pero por lo general el paseo fue agradable, tenían suerte de vivir en un barrio tranquilo y familiar cerca de un parque.
Llegaron al local, el interior era acogedor. De madera clara y decorado con plantas, la luz era cálida y lo más importante, se estaba fresco. La vitrina de helados mostraba una amplia cantidad de sabores, todos se veían ricos y cremosos, perfecto para ese día de verano.
Megumi vio a los cuatro al fondo mirando algo en el móvil de Panda y se acercó seguido de Yuuji.
-Hola.-saludó y se giraron a ver. Al momento todos pusieron expresiones de sorpresa.
-Al final le dijiste!!!-Nobara se levantó sonriendo y se acercó a Yuuji que estaba detrás de Megumi un poco tímido.
-Hola!! Soy Nobara, un placer.
-Encantado soy Yuuji! Me alegra mucho haber venido, no pensé que Megumi me pediriq algo así jamás.
-Yuuji?!-Maki quien no le había dado ninguna importancia se levantó de su asiento al ver de quién se trataba.-Tú eres el vecino de Megumi?
Megumi abrió los ojos como platos, al igual que los demás, cabría decir.
-Os conocéis?!
-Sí, Maki viene a entrenar al gimnasio donde trabajo casi todos los días.
-Oye no nos vas a presentar?- al fin Panda se levantó de la silla.
Megumi rodó los ojos un momento antes de asentir.
-Yuuji, él es Panda
En cuanto se fijó en él pudo entender por qué lo llamaban así. Era grande, redondo y peludo con una expresión amable y dulce. Tendió su mano y estrechó la suya con fuerza.
-Encantado- Sonrió Yuuji más que contento.
-Y él es Inumaki.- señaló al otro chico que quedaba, se le veía tranquilo, lo saludó con la mano volviendo a mirar su móvil.
-Ella es Nobara, aunque ya se presentó.
-Soy su mejor amiga- se apresuró a hablar y vio como Megumi fruncía el ceño.
-Sí, lo que sea. Y Maki, que ya la conoces es mi prima.
Ahora que lo decía veía el parecido familiar, los dos tenían la misma expresión seria y ese genio difícil de tratar, aunque Maki parecía tener incluso peor humor.
Se sentaron todos juntos y la conversación no trató en brotar. Nobara y Panda no paraban de preguntarle cosas y Yuuji, de naturaleza habladora, estaba en su elemento. En unos minutos llegó el camarero a pedir. Un batido de chocolate para panda, dos bolas de helado de matcha para Inumaki, un helado de avellana y caramelo para Nobara, cucurucho de chocolate negro para Maki. Café con hielo para Megumi y para Yuuji:
-Un batido de helado de chicle con nata, sirope de fresa y nubes de azúcar.
Se hizo un silencio que duró los segundos que el camarero tomó nota y Maki lo rompió.
-Que putisimo asco.
Nobara se estalló a reír.
-Que cruel!-se defendió como pudo.
-Yuuji eso es un poco demasiado.- Habló Nobara como pudo entre carcajadas.
-Pero!! Me lo voy a comer yo! No me metí con lo que pidió ninguno!
Yuuji ya se estaba contagiando de la risa.
-Porque pedimos cosas comestibles.
Se pronunció Inumaki. Llegados a este punto, Megumi, que estaba haciendo todo lo posible por no reír dejó escapar una pequeña carcajada mirando el rostro indefenso de Yuuji intentando escudarse de todos los filosos comentarios que le llovían como cuchillos.
-Dejadlo estar!- rió Panda- Tú no te cortes hombre, que eso está buenísimo, ser tú mismo es alegría
-Gracias!!!- se cruzó de brazos- Por fin una persona sensata.
Rió con los demás y miró a Megumi haciendo que su sonrisa se hiciese más grande. De verdad que le gustaba verlo sonreír, le cambiaba toda la cara hasta tenía los dientes bonitos.
La tarde fue muy agradable, los amigos de Megumi eran un grupo muy divertido, se sintió a gusto e incluido, hasta le dijeron que quedaba invitado a próximas quedadas sin problema e intercambiaron números.
Ahora estaba volviendo a casa con él en otro agradable paseo ya había oscurecido lo suficiente como para que las nubes se coloreasen de lila y rosa bajo los últimos rasquicios de luz. Alto en el cielo oscurecido se podía empezar a intuir la luna. Yuuji no le quitaba ojo, su perfil era encantador pero no solo lo miraba por eso.
-Todos me dieron su número
-Si, que bien.
Ya estaban en su calle.
-Todos menos tú.
-Ah…-se sonrojó un poco, se había olvidado por completo por vergüenza.- Déjame tu móvil entonces
Yuuji sonrió y asintió dándoselo ya desbloqueado.
Lo cogió y grabó su contacto. Podría enviarse a si mismo un mensaje para grabar su número pero en su lugar le devolvió el móvil.
-Mándame un mensaje cuando subas a tu casa.
-Quieres que nos hablemos por mensaje?
-No, es para poder grabar tu número.
-Por qué no lo haces ahora?
Silencio.
-Buenas noches.
Se dio la vuelta y se metió al portal lo más rápido que pudo, que estúpido era. De verdad que no tenía ni idea de por qué hacía esas cosas y lo peor es que siempre acababa haciendo el ridículo delante de Yuuji. Abrió su casa corriendo y fue directo a tirarse a la cama suspirando contra la almohada ahogando un grito, estaba rojo como un tomate arrepentido de todo y arrepentido de haberse ido por patas en una situación tan tonta.
Le vibró el móvil.
“Buenas noches Megumi, lo pasé muy bien hoy, descansa ;)”
Miró la pantalla y apretó los labios leyendo el mensaje una y otra vez, no sabía si responder o no al fin y al cabo él dijo buenas noches primero y esta era la respuesta, no tenía por qué decirle nada más y no lo haría. Eso era más que suficiente.
“Hasta mañana, Yuuji”
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